Un día, un hombre
observaba a dos albañiles construyendo un edificio. Notó que uno de los
trabajadores continuamente refunfuñaba, gruñía y maldecía su trabajo. Cuando le
preguntaron qué hacía, replicó:
“Poner
una piedra sobre otra todo el día, hasta que mi espalda parece que se parte”.
El otro albañil silbaba
mientras trabajaba. Sus movimientos eran rápidos y seguros y su cara
resplandecía de satisfacción. Cuando le preguntaron qué hacía, replicó:
“No
estoy solamente haciendo una pared de piedra. Estoy ayudando a construir una
catedral”.
Muchas veces, ante un
mismo trabajo, la actitud de las personas se vuelve fundamental. Si somos capaces de
tener una visión global de lo que hacemos, el trabajo que realizamos adquiera
una dimensión que hasta ese momento era desconocida. Trabajar
con una visión global, con un fin en la mente (ya sea ser parte de un proyecto,
servir a la sociedad…) ayuda a darle un mayor sentido al trabajo, a realizarlo
con mayor motivación y a ser fuente de satisfacción personal.
El “onboarding” (procesos de integración), no es un
término frecuentemente usado en nuestro país, actualmente muchas compañías están
implementando programas del mismo para que los nuevos empleados de la empresa
se integren perfectamente dentro de las mismas. Para implementar este proceso
es fundamental destacar el rol que deben cumplir todas las personas de la compañía
con quienes el nuevo personal va a tener algún tipo de interrelación, para que
de alguna u otra manera la adaptación se efectúe de manera rápida y exitosa ya
que según una encuesta realizada nivel internacional, el 40% de los ejecutivos
contratados son despedidos en los primeros 18 meses por no haber llevado a cabo
un proceso de “Onboarding”. El “onboarding”
es una metodología que ayuda a maximizar lo positivo y a minimizar lo negativo
de una persona cuando ingresa en una compañía. “OnBoarding” pues, es el
programa que se lanza en una compañía con el fin de acelerar los procesos de inclusión
de los trabajadores dentro de una compañía.
Pero la mejor forma de
explicarlo es mediante un ejemplo: el día en que una persona ingresa a una
empresa, desconoce los métodos y los procesos, la cultura, ni sabe el nombre de
ninguno de sus clientes y proveedores internos. Difícilmente en ese momento
pueda desarrollar bien su trabajo o lo que se espera de él, justamente porque
necesita un proceso de adaptación. El “onboarding” lo que hace es acelerar
el proceso de adaptación e integración de esa nueva persona a la organización,
lo hace es ser un proceso más eficiente en más corto tiempo. Existen
puestos dentro de una compañía en los cuales la integración del trabajador es
cuestión de días o semanas (como un operario o un empleado cuyas tareas sean
muy rutinarias y basadas en procesos claros), pero cuanto más elevado es el
nivel del empleado(categoría), hay mayor necesidad de contactos e interrelaciones
con otros. Y por ello, más tiempo lleva la integración de ese
trabajador para que realice su labor con el 100% de efectividad. Esta ausencia
de dicho proceso en las compañías desvirtúa en el futuro la vinculación del
empleado, ya que el origen de dicha incorporación se ha hecho de forma
deficitaria.
Las
investigaciones efectuadas en dicho campo a lo largo de los años, han
demostrado que cuando una persona ingresa a una en una compañía tiene tantos
sentimientos positivos (deseos, ambiciones) como miedos (a lo desconocido, a la
incertidumbre, a la aceptación). El “onboarding” ayuda a maximizar lo
positivo y a minimizar lo negativo.
Para realizar un proceso de
adaptación exitoso para los nuevos empleados, es necesario realizar las
siguientes acciones:
1)
Determine qué cosas claves debe conocer cada empleado que ingrese a la empresa (Visión,
Valores, Estrategia de Negocio –al nivel que le corresponda, y los
procesos en los cuales estará involucrado).
2)
Definir para cada posición de Jefatura y Gerencia, los referentes internos
(clientes o proveedores) y dependiendo del área, los externos. Esos referentes
–que conformarán lo que llamamos el “networking” deberán mantener una
reunión de 1 hora con el ingresante. Quien ingresa debe conocer qué espera su
cliente interno y porqué es importante su cumplimiento en tiempos y forma.
3)
Para las posiciones de conducción prepare toda la información referente a sus
colaboradores: historial, descripciones de puesto, y evaluaciones de
performance y potencial que tuvieran. Déle acceso a toda esa información.
4)
Establecer reuniones periódicas durante 2 meses con el ingresante con un coach
(puede ser externo o interno con el objeto de analizar cualquier problema que
surja con una adecuada integración. Analice con el superior del ingresante su
grado de satisfacción para con el nuevo empleado. Y realice reuniones
conjuntas, si fuera necesario.
5)
Monitoree el proceso constantemente. Es un plan y como todo plan, hay que
controlarlo para saber si hay desvíos y como corregirlos.
Toda
compañía no absorbe un candidato sino se enriquece con su integración. Este
cambio de perspectiva es fundamental para cambiar el proceso, desde un proceso
explicativo de lo que somos para que el empleado se adapte hasta un proceso
conversacional donde pueda alinear expectativas, recoger percepciones y ser foco de
mejora continua de la gestión de las personas. Los procesos “onboarding” implican proactividad y
consideración de la opinión del candidato que se incorpora y ante todo,
documentar el aprendizaje de las personas que entran en la compañía y mantener
el mismo mientras permanezca en la misma. Se necesita que la empresa sea elegida no
por sus condiciones sino por sus ilusiones. El compromiso de un
empleado empieza con una buena selección donde inciden diferentes razones, pero
siendo muy importante el nivel de involucración de las personas. Por tanto,
estamos en un momento donde la elección de la persona y empresa deben de coincidir.
Estamos en un momento donde lo importante no es la descripción del puesto, ni
el perfil de competencias, sino el proceso mutuo de compra del proyecto
empresarial por parte del candidato, y del proyecto personal-profesional del
candidato por parte de la empresa.
Existen
otra serie de programas que se conocen como de “inducción”, los cuales tienen como diferencia
sobre el “onboarding”, que el primer proceso,
es de carácter informativo, y casi en una sola vía –de la empresa al que llega
a la compañía. Los problemas que surgen en esa situación se manejan de
forma reactiva. En el “onboarding” sin embargo hay una
interacción constante con el que ingresa en la compañía, la comunicación es de doble vía,
y los problemas o conflictos se tienden a evitar. De esta forma, el proceso es
proactivo. Para las compañías estos programas cuando están bien hechos,
se les comunica el plan al que ingresa en la compañía el mismo día. Cuando es a
más largo plazo, se hace una medida de efectividad de dicho programa, para lo
cual se incluyen en la encuesta de clima laboral algunas preguntas
relacionadas con el tema de la integración de las personas a la compañía. Afirmaciones
tales como “Es fácil integrarse y adaptarse a la empresa”, o “La empresa se
interesa por la rápida integración y adaptación de los ingresantes” se miden
con escalas (de 5 niveles para elegir) que van desde un “Totalmente de
acuerdo”… a un “Totalmente en Desacuerdo”.
Si
se quiere saber más sobre el tema, George Bradt y Mary Vonnegut han
escrito un libro llamado justamente “Onboarding“ y que en español se
tradujo como “Integración”. En el mismo se plantean una serie de “recetas”
para implementar un proceso, que en líneas generales no se aparta de lo que se
ha descripto. Sin embargo la mejor recomendación que se puede dar a alguien que
lo quiera implementar es que lo haga por convicción; sino,
no será posible alinear a las demás empleados detrás del objetivo común de
integrar genuinamente a “los empleados” a una compañía. Ni que decir tiene que aquellas compañías que tienen un pésimo Clima Laboral carecen de dichos procesos, sus directivos viven otra realidad mas centrada en lo "suyo" que en las personas que conforman dicha compañía. Es en parte por esa aptitud y acción que cosechan fracaso tras fracaso en las encuestas de Clima.
De esta forma, si durante los primeros días la empresa no logra que el
nuevo trabajador se sienta satisfecho e integrado, la percepción de éste sobre
la compañía difícilmente será positiva. De hecho, de un estudio realizado por
LinkedIn se desprende que el 4% de los nuevos empleados decide abandonar su
puesto de trabajo tras el primer día debido a una mala experiencia, mientras
que un 22% empieza a buscar otro empleo dejando la empresa en los primeros 45
días.
Si
se quiere saber más sobre el tema, George Bradt y Mary Vonnegut han
escrito un libro llamado justamente “Onboarding“ y que en español se
tradujo como “Integración”. En el mismo se plantean una serie de “recetas”
para implementar un proceso, que en líneas generales no se aparta de lo que se
ha descripto. Sin embargo la mejor recomendación que se puede dar a alguien que
lo quiera implementar es que lo haga por convicción; sino,
no será posible alinear a las demás empleados detrás del objetivo común de
integrar genuinamente a “los nuevos” a una compañía.
Ya lo dijo Charles Chaplin: "Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso".
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