jueves, 14 de febrero de 2019

REALIDAD SINTÉTICA... EL PODER DEL MANEJO DE LA INFORMACIÓN


Cuenta José Ramón Alonso, catedrático de Biología celular de la Universidad de Salamanca, que una de las decisiones que tomó Adolf Hitler, en su momento cruel y todavía hoy condenable, como fue impedir que los científicos judíos desarrollasen su trabajo en universidades y centros alemanes, resultó ser todo un regalo al resto del mundo. Muchos de esos científicos, entre los que se encontraban nombres reconocidos y consagrados de la física (Albert Einstein o Max Born), la biomedicina o la química (Otto Loewi o Max Bergman), emigraron a otros países, sobre todo a Estados Unidos, que les acogieron con los brazos abiertos. Aunque fue una experiencia dura y traumática, en el camino conocieron a otros investigadores y aprendieron nuevas ideas, lo que enriqueció su trabajo. Si antes de la Segunda Guerra Mundial, Alemania era el país con más premios Nobel, después y desde entonces, Estados Unidos encabeza la lista.  



La “realidad sintética” será cada vez más utilizada en 2019, lo que obligará a las compañías a superar sus miedos y definir nuevas estrategias que les permitan aprovechar su potencial creativo. Tanto la realidad virtual como la realidad aumentada encontraron su hueco en áreas como el marketing, la formación empresarial o el sector educativo. A medida que los dispositivos sean más accesibles para los usuarios, crecerá el interés de las compañías por crear con ellos. Muchos expertos creen que los datos sintéticos son la clave para hacer que el aprendizaje automático de la (IA) Inteligencia Artificial sea más rápido y que se adopten algoritmos de la IA en nuestro día a día. Los datos sintéticos son datos artificiales fabricados por ordenadores, que los recopilan de situaciones del mundo real. Estos datos son anónimos, y se crean con parámetros de cada usuario para que estos se asemejen al mundo real nuevas experiencias.
                                                                              https://bit.ly/2IbU5r9 

Un nuevo informe del Instituto de Investigación de Cap Gemini revela que las compañías usan las tecnologías de realidad aumentada y realidad virtual (AR y VR, según sus siglas en inglés) para mejorar sus operaciones internas. Según el informe titulado “Augmented and Virtual Reality in Operations: A guide for business investment” el 82% de las empresas que actualmente usan tecnologías AR o VR asegura que las ventajas que aportan cumplen o superan sus expectativas. Sin embargo, existe un problema grave como es la falta de talento dentro de las compañías y la insuficiencia de las infraestructuras de back-end suponen un lastre importante para su adopción. 

Según el informe Fjord Trends 2019 publicado por la consultora Accenture, el año 2019 será determinante para cercionarse que compañía llega al éxito, para ello el éxito consistirá en ofrecer valor que sea relevante no solo para las personas, sino también para el mundo. Para crear valor ya no bastará con crecer, sino que también habrá que mejorar el proceso productivo. En un planeta abarrotado de personas con una vida muy ocupada, únicamente podrá prosperar aquello que sea relevante. Cada vez son más las personas que desconectan de la enorme cantidad de mensajes que llevan el caos a su vida diaria. En un momento en que los consumidores ponen más y más obstáculos entre ellos y las tecnologías digitales, las compañías  tienen que aprender a ofrecer valor a quienes buscan información en un mundo lleno de ruido. Si antes se perseguía la novedad, la emoción y la satisfacción instantánea, los clientes actualmente rechazan las compañías que les gritan para llamar su atención. Los productos que se diseñan actualmente y triunfan tienen que estar diseñados para satisfacer las necesidades integrales de los clientes, de modo que destaquen en el mercado de otros productos que compiten por la atención del cliente. También cambiarán las medidas del éxito, como dar más prioridad al valor a largo plazo que al tiempo de uso. Si no se quiere molestar a un cliente con demasiada información, hay que procurar que los que se manden sean buenos de verdad. El respeto está llamado a ocupar un lugar central en las relaciones con los clientes a largo plazo.
 

Nuestra preocupación por el calentamiento global, la contaminación y la sostenibilidad ha provocado un cambio de cultura en las sociedades. Lo que antes nos quedaba “demasiado alejado de nuestra responsabilidad” es ahora una cuestión personal. En 2019 ya no bastará con que las organizaciones se hagan eco de la preocupación por el medio ambiente, la gente espera reacciones y medidas que contribuyan a reducir dichos problemas. Acciones como rellenar o devolver un producto tendrán que ser tan gratificantes como la propia compra. El cambio estará impulsado por nueva legislación y por el creciente poder de las comunidades de consumidores. Alianzas entre grandes empresas y consumidores podrían verse obligadas a colaborar para innovar. Para destacar en este ambiente, las empresas tienen que transmitir mensajes sobre impacto y uso de recursos. Las compañías deberían buscar la forma de generar valor a partir de los residuos y considerar la sostenibilidad como una medida de valor tan importante como los resultados financieros.
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Personas y organizaciones difieren sobre el valor de los datos personales; la transparencia es fundamental para llegar a un acuerdo. Los clientes han perdido confianza en las organizaciones que obtienen y usan sus datos. En 2019, las compañías tendrán que explicar  con toda claridad cuál es el “rédito” que pueden conseguir los usuarios a cambio de sus datos, un ejemplo de despropósito ha sido la medida tomada por Bankia en España de cobrar 5 euros al mes a sus clientes por sus datos si no se facilitan, https://bit.ly/2tlUlth. Para que el cliente entienda estos despropósitos, las compañías deberán demostrar que el cliente también sale beneficiado y garantizar un intercambio justo de datos y valor. La confianza y la transparencia generarán una ventaja competitiva. A medida que las compañías se esfuercen por obtener únicamente los datos que necesitan para sus productos y servicios, el “maximalismo de datos” irá dando paso poco a poco a un “minimalismo de datos”. Usar el menor número de datos posible será la nueva tendencia en el diseño de productos. La imparcialidad de los algoritmos continuará siendo una cuestión de la máxima importancia. Dado que la práctica totalidad de las compañías seguirá recurriendo a algoritmos para tomar importantes decisiones de negocio. La transparencia ya no será suficiente; también habrá que desarrollar herramientas que limiten los abusos que puede proporcionar la IA (inteligencia artificial) para investigar posibles sesgos en las fuentes de datos.
En un futuro no muy lejano se producirá un fenómeno revolucionario con la demografía, ya que se diseñaran productos y servicios de manera individualizada y no como se hacía hasta ahora  en dichos datos masivos de capas de población. Las personas esperan que las compañías les vean y traten con ellas de manera individualizada integrandolas. Sin embargo, gracias a las tecnologías digitales, muchas personas que antes eran ignoradas por los medios de comunicación de masas cuentan ahora con herramientas para unirse y hacerse oír a través de actividades de base. Esto ha abierto una puerta a las compañías  a que deseen conectar con esos grupos de personas. ¿Pero qué ocurre con quienes no están reflejados en los datos o no encajan en los grupos tradicionales? Para ser realmente inclusivas, las compañías tienen que aprender a escuchar y  reconocer con quién está hablando. Demasiadas compañías continúan basando el diseño y desarrollo de productos y servicios masivos en datos cuantitativos (y en lo que esos datos presuponen). Llegará el día en que la (IA) utilice datos suficientemente detallados para hacer realidad la personalización y resolver la paradoja de la inclusión. Hasta entonces, las organizaciones deben modificar su forma de enfocar la cuestión, dejando atrás una segmentación caduca para adoptar la mentalidad más adecuada. Los datos cuantitativos no siempre ofrecen un reflejo fiel de la realidad. Los consumidores son cada vez menos tolerantes con quienes solo atienden a una parte de sus necesidades sin llegar a resolver el problema. Poco a poco, las compañías comprenderán que la estadística tiene sus limitaciones y adoptarán modelos que les ayuden a ser más inclusivas.
La relación de lo físico y lo digital seguirá aumentando durante este año 2019. La ola de cambio impulsada por los entornos comerciales y profesionales llegará a todos nuestros espacios, desde los más industriales hasta los menos fijos. Las compañías usarán los datos que tienen sobre el comportamiento online de los clientes para redefinir las experiencias offline y viceversa. Crearán ecosistemas en los que canales digitales, tiendas, cadenas de suministro o comunidades estén diseñados como un todo. Será necesario seguir avanzando explorar nuevas formas de colaboración entre canales físicos y digitales. Muy pronto será difícil distinguir entre espacios móviles o permanentes, espacios para el negocio o para el arte, y espacios públicos o privados. Las compañías  que no inviertan en espacios para el trabajo o el comercio, o que no busquen la diferencia en el entorno físico, cederán su cuota de mercado a las que sí lo hagan.
 

La realidad actual ya no es lo que era. Las realidades que surgen están difuminando los contornos de la “verdad” y ponen en cuestión nuestra forma de verla. Las realidades sintéticas aparecerán cada vez más de forma natural en 2019, lo que obligará a las compañías a superar los miedos que puedan inspirar esas realidades y definir nuevas estrategias que les permitan aprovechar su potencial creativo. Aunque no hay que olvidar sus problemas, las realidades sintéticas tienen una gran variedad de aplicaciones positivas en ocio, sanidad, movilidad, arte y diseño. El miedo que generaran dichos problemas es razonable ya que se rompe el vínculo entre autenticidad y verdad. La aparición de medios sintéticos no hace más que seguir la senda trazada por otras tecnologías como lo fue el Photoshop: primero daba miedo, luego resultaba familiar y finalmente todos la aceptamos. Es de esperar que en este caso ocurra algo parecido, una vez se haya dado respuestas a muchos de los problemas planteados. Las simulaciones contribuirán a lograr avances en I+D y ofrecerán nuevas formas de educar a personas y sistemas de (IA). Así pues, para terminar dicho post decir que algunas compañías tienen mucho que aprender,  ya que sus directivos construyen una realidad virtual que no lleva a ningún sitio, salvo a la destrucción y el engaño por unas medidas que llevan implantando hace más de un decenio de años y… que sus resultados están ahí para mirarlos, decadencia y  desencanto como se puede observar, todo lo contrario de lo fructíferos que fueron los científicos alemanes del principio de este post. 

Ya lo dijo Antonio Gaudí: “El arquitecto es el hombre sintético, el que es capaz de ver las cosas en conjunto antes de que estén hechas”.  



 


 

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