Durante una sesión grupal, un psicólogo tomo un vaso de agua y lo mostró a los demás. Mientras todos esperaban la típica reflexión de ‘¿este vaso está medio lleno o medio vacío?’, el psicólogo les preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre los 200 y 250 gramos. Pero el psicólogo respondió:
-El peso total no es lo importante. Más bien, depende de cuánto tiempo lo sostenga. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo durante un día entero, mi brazo se entumecerá y se paralizará del dolor. El peso del vaso no cambia, siempre es el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sostengo en mi mano, este se vuelve más pesado y difícil de soportar.
Y continuó:
– Las preocupaciones, los rencores, los resentimientos y los sentimientos de venganza son como el vaso de agua. Si piensas en ellos por un rato, no pasará nada. Si piensas en ellos todos los días, te comienzan a lastimar. Pero si piensas en ellos toda la semana, o incluso durante meses o años, acabarás sintiéndote paralizado e incapaz de hacer algo.
El 15 de febrero se publicaban dos noticias en la prensa española que nos indican lo que se avecina en el mes de marzo en la sociedad y economía española. La primera, “Calviño espera la luz verde de Bruselas para lanzar las ayudas directas en marzo” http://bit.ly/2ZqOumC En la misma se afirma lo siguiente, “El Gobierno espera poder aprobar en marzo un paquete de ayudas directas a las empresas para que puedan capear los efectos de la crisis provocada por el coronavirus. Así lo ha anunciado Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, antes del inicio de una reunión del Eurogrupo, el foro de ministros de Finanzas de la zona euro, añadiendo que los bancos serán "parte de la solución". El Ejecutivo español espera la luz verde de la Comisión Europea, que tendrá que autorizar el nuevo esquema de ayudas sobre el que ha trabajado el ministerio de Economía. El Gobierno aprovecha así la ampliación del régimen de ayudas de Estado anunciado por Bruselas a finales de enero y que permitirá a las capitales seguir manteniendo la asistencia a sus economías hasta el 31 de diciembre. El nuevo plan que ha enviado el equipo de Calviño a Bruselas “permite ayudas individuales a las empresas de una mayor magnitud de las que estaban autorizadas hasta ahora”, según ha explicado la vicepresidenta, que ha señalado que también permitirá “la realización de quitas y el uso de otros instrumentos financieros” como préstamos participativos. Este anuncio del Gobierno llega solamente unos días después de que la Comisión Europea, en sus previsiones de invierno, avisara del riesgo de una oleada de quiebras en toda la Unión, pero especialmente en España, debido a que el tejido empresarial español depende más de las pequeñas y medianas empresas que sufren peor los shocks a los que han estado sometidos desde marzo de 2020. Una de las principales preocupaciones del Eurogrupo son las llamadas “empresas zombies”, es decir, aquellas que no son viables pero que están manteniéndose vivas gracias al manguerazo del Estado. Una fuente europea señalaba la semana pasada, de forma elegante, que aquellas empresas que debieran quebrar “se les debería permitir” hacerlo. Esa preocupación por evitar la proliferación de “empresas zombis” en la economía española, pero evitando también quedarse corto para que no paguen el precio aquellas empresas que sí que sean viables, está también presente en el nuevo marco que quiere aprobar el Gobierno. Calviño ha señalado que las empresas elegibles serán aquellas que fueran “fundamentalmente viables antes de la llegada de la pandemia””.
REACT H2020. Europa impulsa la autosuficiencia energética renovable
En la segunda noticia cuyo titular era, “Francia considera “inaceptable” la excesiva dependencia industrial europea de Asia” http://bit.ly/3pwgAqW, nos informa en diario que el Ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha puesto de relieve que la crisis del coronavirus ha mostrado las “lagunas industriales inaceptables” de Europa, algo que la hace “vulnerable” ante Asia, especialmente China, pero también ante Estados Unidos. “El gobierno francés reclama más esfuerzos conjuntos de la UE para solventar un problema que, sostiene el Gobierno francés, no es mero chovinismo sino una cuestión de seguridad nacional y europea. Así lo ha demostrado recientemente la fuerte escasez de componentes electrónicos que ha ralentizado la producción automovilística, recordó Le Maire tras una videoconferencia con el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton. Nuestra dependencia en materia de componentes electrónicos ante Asia es excesiva e inaceptable, nos hace vulnerables y fragiliza nuestras cadenas de producción”, lamentó el ministro desde París. “Hoy hay decenas de miles de vehículos que no se producen porque faltan componentes electrónicos. Hablamos de miles de horas de trabajo perdidas de nuestros trabajadores y nuestras industrias”, recordó en referencia a los parones que han sufrido desde enero algunas plantas de Volkswagen y Mercedes en Alemania o de Seat y Ford en España. Esta escasez se explica por la incapacidad de los fabricantes de semiconductores asiáticos de suplir la demanda, multiplicada por el boom que han vivido otras industrias preferentes del sector, como las computadoras, las consolas de videojuegos o los teléfonos inteligentes a causa, precisamente, del encierro al que ha confinado el coronavirus a buena parte del planeta este último año. Según adelantó Le Maire, Francia impulsará en Bruselas la “aceleración de la creación de una filial europea de componentes electrónicos”. La idea, explicó, es que se apruebe, tan pronto como este mismo año, un segundo proyecto europeo de interés común (PIC) dedicado a componentes electrónicos similar al ya aprobado para baterías eléctricas. Francia ha identificado 18 proyectos que podrían ser “elegibles” para el PIC, adelantó Le Maire quien, tras hablar con el comisario Breton, discutirá este asunto el martes con su homólogo alemán, Peter Altmaier, a quien considera un aliado en la batalla por una mayor soberanía industrial europea. Porque este esfuerzo no debe limitarse a los chips, subrayó el francés. Le Maire recordó que el plan de reactivación económica presentado por su Gobierno en septiembre del año pasado incluye la creación, “por primera vez en 30 años en Francia”, de nuevas cadenas de valor en sectores como el hidrógeno, el cálculo cuántico, la inteligencia artificial o baterías eléctricas que complementen y refuercen baluartes tradicionales de la industria gala como el sector del lujo o la aeronáutica, muy perturbada por el coronavirus. Europa, afirmó, debe hacer lo mismo y apostar por nuevas cadenas de valor industrial que le permitan “reforzar la independencia europea ante China y Estados Unidos”. “Queremos ser un continente soberano, potente industrialmente, un continente independiente desde el punto de vista tecnológico”, subrayó. La soberanía nacional y europea en sectores clave de la economía es una idea sobre la que Francia lleva presionando desde los comienzos de la crisis de la pandemia, en marzo del año pasado, que reveló las vulnerabilidades europeas en sectores como el médico-farmacéutico, especialmente en materia de mascarillas, un producto que escaseó enormemente en el país y en el resto de Europa en los primeros meses de la crisis sanitaria, o los respiradores. “Habrá un antes y un después del coronavirus sobre la organización de la economía mundial”, dijo en marzo de 2020 Le Maire, quien ya entonces llamó a “reflexionar sobre una mejor organización de la cadena de valores, sobre una relocalización de ciertas actividades estratégicas, en particular en materia de salud”. Unos días después, el presidente francés, Emmanuel Macron, ordenaba la “independencia plena” en materia de mascarillas antes de que acabara 2020. “Hay bienes y servicios que deben estar más allá de las leyes del mercado (…) Debemos retomar el control, necesitamos construir una Francia, una Europa soberanas, una Francia y una Europa que mantienen firmemente su destino en sus manos”, dijo durante uno de sus primeros discursos a la nación dedicados a la pandemia.
En el año 2013, la prensa recogió que el Instituto de Macroeconomía y Estudios Coyunturales (IMK) había recomendado un cambio radical de estrategia para hacer frente a la crisis del euro y su director, Gustav Horn, aseguró que el curso de austeridad a toda costa impuesto por la canciller alemana, Angela Merkel, había fracasado. “Los gobiernos europeos llevan dos años tratando de salir de la crisis a través del ahorro. Eso no ha funcionado. Por el contrario, cada vez más países caen en la recesión, lo que lleva a un aumento de la deuda”, dijo Horn en su momento durante la presentación de un estudio del (IMK) sobre la crisis del euro producida por la crisis financiera con la quiebra del banco americano Lehman Brothers. La crisis económica del año 2020 producida por el Covid-19, ha propiciado un cambio radical en la forma de afrontar una crisis en las principales economías europeas, auspiciado principalmente por los gobiernos francés y alemán. El gobierno alemán asesorado por el Consejo Asesor de Economistas, los llamados "cinco sabios", pusieron de manifiesto que un factor fundamental para que la UE no sufra shocks económicos, se encuentra en él hecho de que no vuelvan a verse afectadas las cadenas de suministros dentro de la UE como puso de relieve la pandemia actual. Para dichos economistas, la reacción de los responsables políticos ante las repercusiones económicas de la pandemia es calificada por un informe emitido de "rápida y decidida", con medidas de apoyo a la coyuntura que lograron paliar en parte los efectos de la crisis. Sin embargo, según los sabios, la política económica no puede limitarse a enfrentar la crisis, sino que tiene que pensar en retos a largo plazo. "La economía alemana estaba ya antes de la pandemia confrontada con transformaciones a largo plazo. Los cambios estructurales, impulsados por el progreso tecnológico, el cambio demográfico y la transformación de la economía hacia la neutralidad climática son retos que a la vez ofrecen oportunidades", uno de sus últimos informes. En ese sentido, los “sabios” afirman que se debe procurar que las medidas actuales, tanto en Alemania como en Europa, no solo lleven a paliar los efectos directos de la pandemia sino, a medio y largo plazo, a mejorar la competitividad y la productividad. Los sabios - Lars Feld (presidente de turno), Veronika Grimm, Monika Schnitzer, Achim Truger y Volker Wieland- consideran que parte de las medidas de apoyo a la coyuntura y el fondo de reconstrucción europeo puede ayudar a asegurar el crecimiento a través de inversiones públicas.
En línea con esta nueva doctrina económica, Alemania aprobó un paquete de estímulos por valor de 130.000 millones de euros en junio del 2020 para apoyar a la economía del país a recuperarse de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus, según anunció la canciller, Angela Merkel. El gobierno francés hizo lo mismo que el alemán, en septiembre del año 2020 reveló su plan de recuperación económica para el destinará unos 100.000 millones de euros con miras a estabilizar el país tras la crisis provocada por la pandemia. El plan concentra sus esfuerzos en el fortalecimiento industrial, el crecimiento ecológico y el empleo juvenil. Estas medidas económicas llevaron anexas otras de tipo de medidas de carácter regulatorio entre las que se encuentran, el blindaje de aquellas compañías que son estratégicas para dichos países. En Alemania con la nueva normativa, el gobierno amplía el control de compras a las “tecnologías sensibles” al que ya existía para las “infraestructuras sensibles”. A partir de ahora, será necesario notificar al gobierno de forma previa las operaciones, que podrá bloquear, con compras del más del 10% del capital de empresas de los sectores de la inteligencia artificial, la robótica, los semiconductores, las biotecnologías o las tecnologías cuánticas. “No se trata de prohibir compras sino de poder verificar en detalle si afectan a tecnologías críticas”, explicó el ministro Altmaier. Este decreto entró en vigor en octubre de 2020 y se sumará a la protección a los sectores de la defensa, las telecomunicaciones, el gas, la electricidad, el agua corriente, los medios y los programas informáticos en sectores estratégicos. “Las empresas alemanas compiten cada vez más con sistemas económicos basados en la intervención del estado y el proteccionismo”, ha explicado el ministro Altmaier, “es un combate injusto que cada vez más de nuestras empresas están perdiendo”. A La iniciativa proteccionista alemana podría extenderse al resto de Europa ante el apetito irrefrenable de China, dicho país compró en los últimos diez años según calcula Bloomberg, algo más de 285.500 millones de euros en activos http://bit.ly/2ZCL4xf El gobierno francés tampoco ha dudado en proteger a sus grandes empresas estratégicas, el Ministro de Economía, Le Maire, ha incidido en que su Ejecutivo está preparado para usar todo tipo de medidas de apoyo, unas palabras que apuntan a que París está dispuesta a saltarse todos los stops para salvar a las empresas de su país. "No dudaré en usar todos los medios disponibles para proteger a las grandes empresas francesas", ha afirmado Le Maire en una conferencia telefónica con los medios. "Eso puede hacerse mediante recapitalización, puede hacerse comprando acciones, podría usar incluso el término nacionalización si fuera necesario", ha añadido Le Maire sin querer entrar a especificar que compañías serían consideradas de alta prioridad http://bit.ly/3s6pmhh Los países del Viejo Continente no pueden competir con países como China en cuanto a inversiones en I+D y producción de nuevas tecnologías. Mientras el Gobierno alemán, en un alarde de gasto público enmarcado en su política de “déficit cero” y muy por delante de las inversiones del resto de socios europeos, ha decidido inyectar 3.000 millones de euros en inteligencia artificial hasta 2025, China invertirá en ese mismo campo 130.000 millones de euros hasta 2030.
Y con estos precedentes en las dos principales economías europeas, España receptora de 140.000 millones de euros del fondo Next Generation EU, el cual se amplió en 15.000 millones de euros más a recibir de la Comisión al gobierno español https://bit.ly/2YZ84py, se prepara para abordar el desarrollo de una política trazada por la Comisión Europea, donde más del 50% de dicha ayuda se destinará a apoyar la modernización de la economía europea en acciones tales como:
* I+D+i, a través de programa Horizonte Europa
* Desarrollo de las transiciones climática y digital justas, a través del Fondo de Transición Justa y el programa Europa Digital
* Preparación, recuperación y resiliencia, a través del Fondo de Recuperación y Resiliencia, rescEU y un nuevo programa de salud, EU4Health. Además, el paquete presta atención a:
- La modernización de políticas tradicionales, como la de cohesión y la política agrícola común, para que contribuyan al máximo a las prioridades de la Unión
- Lucha contra el cambio climático, con el 30 % de los fondos de la UE, el mayor porcentaje en la historia del presupuesto europeo
- Protección de la biodiversidad e igualdad de género
Para poner en marcha dicha política europea, el gobierno español realizará la entrada selectiva en compañías estratégicas que atraviesan dificultades y que son viables económicamente. Para ello, se producirán ampliaciones de capital que refuercen su capital con préstamos participativos del Estado español que se conviertan en acciones, de tal forma, que el mismo se convierta en un accionista de referencia como sucede en países como Alemania, donde el Estado posee el 30% de Deutsche Telekom o Francia donde el Estado posee el 23% del capital de Orange. En el caso de Telefónica, la entrada del Estado español vendrá tras la presentación de resultados del año 2020. Esto sucederá el 25 de febrero de este mes, por lo tanto, marzo será un mes donde se produzcan toda una serie de medidas que permitan tener listo el tejido empresarial para poner en marcha la inversión de los recursos del fondo Next Generation EU. Telefónica no será la única compañía que tendrá presencia del Estado dentro de su capital, habrá otras que también contarán con dicha participación y que son consideradas estratégicas. La gestión de dichas compañías será privada con presencia del Estado con una participación minoritaria, con el fin de garantizar que dichos activos no sufren la oferta de competidores no deseados, como por ejemplo ha sucedido hace unos días en Naturgy, o que los gestores de estas no enajenen activos que son estratégicos para la sociedad como ha sucedido con la venta de antenas de Telxius (Telefónica).
Para terminar el post, quiero decir que estamos en medio de la mayor tormenta social desde la segunda guerra mundial. Prueba de ello, es el estado en que se encuentra el neoliberalismo actualmente, jadeando y sin aliento. Propuestas como; impuestos a los ricos, ingreso básico universal o servicio médico gratuito parecían utopías hace relativamente poco tiempo, sin embargo, actualmente son términos que se asumen como soluciones a la situación actual de crisis que atravesamos. El 4 de abril de 2020, el diario Financial Times, publicó un editorial que seguramente será citado por historiadores en los años venideros si tenemos en cuenta la relevancia de dicho periódico:
“Las reformas radicales, que invierten la dirección política prevaleciente de las últimas cuatro décadas, tendrán que ponerse sobre la mesa. Los gobiernos tendrán que aceptar un papel más activo en la economía. Deben ver los servicios públicos como inversiones en lugar de pasivos, y buscar formas de hacer que los mercados laborales sean menos inseguros. La redistribución volverá a estar en la agenda; los privilegios de los ancianos y ricos en cuestión. Las políticas hasta hace poco consideradas excéntricas, como los impuestos básicos sobre la renta y el patrimonio, tendrán que estar en la mezcla”.
Por todo ello, España y su gobierno pondrán en marcha el plan económico que Europa ha consensuado con los gobiernos de todos los países, en ese proceso de refundación del capitalismo que se avecina, los tiempos de “vino y rosas” para un capitalismo sin alma como él que existía han terminado. La crisis del Covid-19 ha sacado a flote todas las vergüenzas que arrastraba una sociedad herida como la española, con grandes desequilibrios en la orientación y principios que debería haber contemplado la gobernanza y que los controles sociales y políticos que deberían velar por su control han permanecido ciegos y sordos ante lo que sucedía. Si a esta situación unimos él silencio y complicidad de determinados actores en esta época, como los agentes sociales predominantes, (UGT y CCOO), periodistas, intelectuales, etc., el escenario no ha podido ser más nocivo para los ciudadanos. Esperemos que la brújula que se utilice ahora tenga polo magnético con el fin de que lo tantas veces dicho y repetido por la clase política actualmente se produzca … ”No dejar a nadie atrás en la crisis”.
Ya lo dijo Albert Einstein: “Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”.
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