“En el inicio de los tiempos, antes de que la humanidad poblara la Tierra, los distintos dioses se reunieron con el fin de preparar la creación del ser humano, a su imagen y semejanza. Sin embargo, uno de ellos se dio cuenta de que, si los hacían exactamente iguales a ellos, en realidad estarían creando nuevos dioses, con lo que deberían quitarle algo de tal manera que se diferenciara de ellos. Tras pensarlo detenidamente, otro de los presentes propuso quitarles la felicidad y esconderla en un lugar donde no pudieran encontrarla nunca.
Otro de ellos propuso esconderla en el monte más alto, pero se dieron cuenta de que, al tener fuerza, la humanidad podría llegar a subir y hallarla. Otro propuso que la ocultaran debajo del mar, pero dado que la humanidad poseería curiosidad podría llegar a construir algo para llegar a las profundidades marinas y encontrarla. Un tercero propuso llevar la felicidad a un planeta lejano, pero otros concluyeron que dado que el ser humano tendrá inteligencia podrá construir naves espaciales que puedan llegar a alcanzarla.
El último de los dioses, que había permanecido en silencio hasta entonces, tomó la palabra para indicar que sabía un lugar donde no la encontrarían: propuso que escondieran la felicidad dentro del propio ser humano, de tal modo que este estaría tan ocupado buscando fuera que jamás la hallaría. Estando todos de acuerdo con ello, así lo hicieron. Este el motivo por el cual el ser humano se pasa la vida buscando la felicidad, sin saber que en realidad está en sí mismo.”
Estos últimos días estamos asistiendo en la prensa a noticias de diversa índole con respecto a compañías que operan en sectores estratégicos, como son Naturgy o Telefónica. Ambas presentan factores comunes en este momento y que conviene tener muy en cuenta:
- Ambas tienen pendientes la aprobación por parte del Gobierno español de sendas operaciones corporativas, entrada del fondo australiano en el capital de Naturgy y aprobación de la venta de torres de Telefónica a American Tower.
- En el capital social de ambas, tiene una participación significativa el Grupo la Caixa. En Telefónica el presidente Criteria, Isidro Fainé, es vicepresidente de la operadora.
- Ambas compañías, se encuentran en una fase de despatrimonialización con la venta de activos, en la gasista el banco de inversión Credit Suisse cifró en 4.300 millones de euros las desinversiones que la gasista podría llevar a cabo este año en un informe elaborado por su equipo de analistas el pasado mes de noviembre http://bit.ly/3pmeGsN Por su parte la operadora sigue con operaciones de desinversión en activos de Latinoamérica, como son las unidades de negocio que componen Telefónica Hispam, específicamente Colombia, Ecuador, Uruguay y Chile, que acaba de contribuir con su caída a consolidar el año negro de la compañía http://bit.ly/3aj7OIo , aparte de activos como el cable submarino de Telxius.
- El endeudamiento de ambas es, Telefónica cerro el tercer trimestre con una deuda neta incluyendo los arrendamientos de 42.992 millones de euros (36.676 millones si se excluyen los mismos) y Naturgy cerró el año 2020 con una deuda neta de 13.612 millones de euros.
- Ambas pagan un dividendo elevado si se tiene en cuenta su cotización, Naturgy pagó en el año 2020 un dividendo de 1,44 euros por título en metálico y Telefónica de 0,40 euros (opcional scrip dividend). La rentabilidad de ambas esta situada en ratios elevados dentro de su sector, en la operadora se alcanza el 10% y en la gasista el 6,73% según la cotización.
La compañía gasista Naturgy perdió 347 millones de euros en el año 2020, en contraste con el beneficio neto de 1.400 millones en 2019, tras una nueva revisión del valor de sus activos de 1.019 millones de euros para proporcionar un valor a su base de activos "más transparente y ajustado a la realidad", según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Es la segunda revisión que realiza en los últimos años, tras una depreciación de 4.851 millones de euros en 2018. En términos ordinarios, Naturgy ganó 872 millones de euros, un 36,7% menos que un año antes. Naturgy está pendiente de los plazos administrativos que marcarán el desenlace de la opa, el primer hito será la presentación del folleto de la oferta de compra del 22,6% del capital, presentada por IFM. La previsión es que llegue a la (CNMV) en torno al 15 de febrero. Y que quede parada hasta que el Gobierno se pronuncie. La normativa le da hasta seis meses para considerar la operación. Después, se abriría un periodo de aceptación de la oferta de 70 días. La posibilidad de vender empresas españolas está limitada desde marzo de 2020 por el Real Decreto 436/2020, de 14 de marzo, y por el RDL 34/2020 de 17 de noviembre, que extiende la limitación también a los inversores europeos. El Real Decreto ha instaurado el control del Ejecutivo sobre todas aquellas operaciones corporativas que pretendan hacerse con más de un 10% del capital de las empresas españolas consideradas estratégicas. Naturgy lo es, su relación con la empresa estatal argelina Sonatrach (accionista de la compañía con el 3,85%), sus contratos de suministro de gas y su posición en el gasoducto Medgaz (49%) le dan esa consideración.
En cuanto a la venta de Telefónica de 30.722 emplazamientos de Telxius, situados en España, Alemania, Brasil, Perú, Chile y Argentina por 7.700 millones de euros, deberá someterse al mismo destino que la entrada del fondo australiano IFM en la gasista, a la decisión del Gobierno español. La Comisión Europea publicó en el pasado los resultados del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) correspondiente a 2020, que analiza el rendimiento digital general de Europa y hace un seguimiento de los avances de los países de la UE en su competitividad digital. El DESI de ese año indicó que se han registrado avances en todos los Estados miembros y en todos los ámbitos clave del índice. Esto reviste una importancia aún mayor en el contexto de la pandemia de coronavirus, que ha demostrado hasta qué punto las tecnologías digitales se han vuelto esenciales al permitir la continuación la vida laboral, seguir de cerca la propagación del virus o acelerar la búsqueda de terapias y vacunas. Los indicadores del DESI de ese año mostraron que los Estados miembros de la UE deben intensificar sus esfuerzos por mejorar la cobertura de las redes de muy alta capacidad, asignar el espectro 5G para permitir el lanzamiento comercial de servicios 5G, mejorar las competencias digitales de los ciudadanos y proseguir la digitalización de las empresas y el sector público. La vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager, declaró lo siguiente: “Esta crisis del coronavirus ha demostrado hasta qué punto resulta crucial para los ciudadanos y las empresas estar conectados y poder interactuar entre sí en línea. Seguiremos colaborando con los Estados miembros para determinar los ámbitos en los que se necesita más inversión para que todos los europeos puedan beneficiarse de los servicios e innovaciones digitales”. Corroborando lo mismo, el Comisario del Mercado Interior, Thierry Breton, añadió: “Los datos que publicamos hoy demuestran que la industria está recurriendo más que nunca a las soluciones digitales. Debemos velar por que esto también suceda con las pymes y porqué las tecnologías digitales más avanzadas se extiendan a toda la economía”. Ante dicho hecho, cabe preguntarse ¿Dónde encaja la enajenación de un activo nuclear como son los emplazamientos sobre los que se soporta el 5G? http://bit.ly/3tXCtmE
En la decisión del Gobierno, debería
pesar lo que países de nuestro entorno están haciendo con aquellas compañías que
consideran estratégicas en su tejido productivo. Me quiero centrar en dos
compañías que se han visto sometidas a procesos de compra durante la pandemia, la
biotecnológica alemana Curevac y la francesa Carrefour.
El
Estado alemán se ha hizo el año pasado con una participación del 23 % en la compañía biofarmacéutica
CureVac, que investiga el desarrollo de una vacuna contra el
Covid-19 desde enero, por 300 millones de euros. CureVac informó que el Estado alemán realizó la inversión a
través del Banco público alemán de Crédito para la Reconstrucción y el
Desarrollo (KfW). De este modo, el Gobierno quiere dar seguridad financiera a la
compañía,
pero sin influir en las decisiones empresariales. El ministerio de Sanidad alemán citado por el diario Die
Welt indicó a través de un portavoz “el interés del Gobierno federal en
que las vacunas contra el nuevo virus se desarrollen también en Alemania y en
Europa”. Un portavoz del ministerio de Economía advirtió al grupo
de medios regionales Funke que Berlín puede vetar determinadas
adquisiciones de empresas nacionales que considere estratégicas. “El
Ejecutivo tiene la posibilidad de examinar de cerca las adquisiciones de
empresas alemanas por países extranjeros, sobre todo, si concierne al interés y
la seguridad de Alemania y Europa, añadieron desde el ministerio de Economía”.
Por lo que respecta a Carrefour, el Gobierno francés cerró la puerta a la compra de Carrefour por la canadiense Couche-Tard. Dicha decisión ha sido tomada de forma "cortés, pero definitiva", a la posible adquisición de Carrefour por parte del gigante canadiense de las tiendas de conveniencia Alimentation Couche-Tard, que presentó una oferta "amistosa" de más de 16.000 millones de euros por la mayor compañía gala de distribución minorista. El ministro francés de economía, Bruno Lemaire, durante una entrevista con BFMTV y RMC, subrayó que el país no puede renunciar "a uno de los principales distribuidores franceses". Así mismo afirmó, "es mi papel como Estado protector defender los intereses estratégicos del país", explicó, recordando que Carrefour "es el primer empleador privado en Francia con más de 100.000 trabajadores" y representa "casi el 20% de la distribución de alimentos en el país". Lemaire, quien entre 2009 y 2012 fue ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca del Gobierno de Francia, se ha venido pronunciando abiertamente en contra de la operación desde el mismo día de su lanzamiento, objetando que la soberanía alimentaria "es estratégica" para Francia.
En otro orden de cosas, el viernes 13 de febrero el empresario Luis del Rivero, expresidente de Sacyr, ha pedido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que llame a declarar como investigados al expresidente de CaixaBank, Isidro Fainé, y al presidente de Repsol, Antonio Brufau, así como al exconsejero-secretario general de esta última, Luis Suárez de Lezo. Se trata de la pieza 21 del caso Tándem, en la que el juez ha dado la condición de investigados a los ex responsables de seguridad de Repsol y CaixaBank, el comisario en excedencia Rafael Araujo y el comisario jubilado Miguel Ángel Fernández Rancaño. La defensa del expresidente de Sacyr subraya que, cuando Fernández Rancaño compareció ante el juez, "no dejó lugar a dudas al incriminar directamente y sin ambages Fainé", con quien dijo que despachaba los informes de Villarejo, mientras que, en lo que respecta a Brufau, la contratación del antiguo comisario "le fue consultada por Suárez de Lezo" http://bit.ly/3al5ela A la situación descrita anteriormente se suma a la declaración que Isidro Fainé realizó en septiembre del año pasado junto a Gonzalo Cortázar ante la Audiencia Nacional en la causa que investiga presuntos delitos societarios de abuso de mercado y administración desleal en la compra de BPI. CaixaBank, que mantenía una participación minoritaria en el BPI desde 1995, cerró con éxito en el 2017 su opa sobre el banco portugués y pasó a controlar el 84,5 % de su capital, gracias a un desembolso de 644,5 millones de euros. Según se denuncia en la querella, CaixaBank llevó a cabo una permuta de acciones con Bank of East Asia (BEA) para poder entrar en el accionariado de BPI, que a la postre le habría producido a la entidad un perjuicio de 687 millones de euros, aunque en su momento los administradores sólo habían reconocido un impacto negativo de 14 millones. Asimismo, en las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2017 se recogía una pérdida de 102 millones de euros, efecto de la "toma de control sobre el banco BPI". Los querellantes sostienen que CaixaBank concedió un préstamo de 400 millones de euros a Banco de Fomento de Angola (BFA) con objeto de que Isabel Dos Santos, hija del presidente de aquel país y que controlaba cerca del 10 % de BPI, apoyara la entrada de la entidad catalana en el banco luso. http://bit.ly/3al60iq El grupo La Caixa es un accionista de referencia de Naturgy y Telefónica, la situación procesal del presidente de su fundación y Criteria, no añade mayor confiabilidad a una situación como la que atraviesan actualmente tanto la gasista como la teleco y donde la entidad es uno de sus principales accionistas.
Para terminar el post, quiero decir que el Gobierno tiene ante sí decisiones importantes que tomar para el devenir de la salida de la crisis económica actual. La historia refleja algo que está muy presente en la sociedad actual, solemos buscar la felicidad constantemente como si fuera algo externo que podemos alcanzar, cuando en realidad la encontramos precisamente cuando no la estamos buscando sino disfrutando del aquí y el ahora. Actualmente, la crisis económica producida por el Covid-19 necesita de estímulos para salir de la misma, no cargos ni hipotecas como son las que proporciona la enajenación de aquello que es estratégico para la sociedad. La última palabra la escucharemos del Gobierno… Esperemos que este atinado con las necesidades de la sociedad.
Ya lo dijo Amelia Earhart: “Lo más difícil es la decisión de actuar, el resto no es más que tenacidad. Los miedos son tigres de papel. Puedes hacer cualquier cosa que decidas hacer. Puedes actuar para cambiar y controlar tu vida; y el procedimiento, el proceso, es su propia recompensa”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario