jueves, 27 de marzo de 2025

TELEFÓNICA, ANTE UN ESCENARIO CRÍTICO BAJO LA ATENTA MIRADA DE DRAGHI Y SU CONSOLIDACIÓN EUROPEA

Kobun Chino, maestro japonés de kyudo —el arte Zen del tiro con arco—, fue, en cierta ocasión, invitado a demostrar sus habilidades en el Instituto Esalen, el célebre centro de estudios para adultos ubicado en Big Sur (California), en la misma carretera que conduce al centro de retiros de Tassajara del Centro Zen de San Francisco.

Llegado el día, alguien colocó una diana en la parte más alta de una loma cubierta de hierba, situada en un alto acantilado junto al océano Pacífico. Chino se alejó a una distancia considerable del blanco, colocó sus pies en la posición tradicional del arquero, enderezó la espalda, tensó muy lentamente su arco, esperó un rato y, finalmente, disparó.

La flecha pasó silbando por encima del blanco y se dirigió hacia el cielo para acabar cayendo al océano. “¡Blanco!” —gritó entonces, alborozado, Kobun Chino, dejando atónito al público. Y es que, como dijo, en cierta ocasión Arthur Schopenhauer, “el genio es el que acierta en una diana invisible para otros”.

Kobun Chino era el maestro Zen del difunto Steve Jobs, el conocido CEO de Apple Computer. Entre los blancos invisibles en que acertó Jobs, se halla el innovador concepto, por aquel entonces, de un ordenador accesible a todo el mundo (y no solo a los entendidos), una idea ajena a todas las empresas informáticas de la época.

Kobun Chino Otogawa aplaudiendo con alegría instantes después de haber casado a Steve Jobs y Laurene.

Reformar el mercado de las telecomunicaciones será uno de los retos clave para la nueva Comisión Europea que acaba de tomar posesión. El objetivo es fortalecer a las empresas europeas facilitando la creación de grandes operadores paneuropeos, como se describe en los documentos de la CE y se destaca en los informes de Mario Draghi y Enrico Letta. El valor de mercado de las empresas europeas en este sector cayó un 41 % entre 2015 y 2023, mientras que al otro lado del atlántico el valor de mercado de las telecomunicaciones norteamericanas creció un 20 % y las empresas tecnológicas se dispararon un 357 % en el mismo período. Los riesgos asociados a la aparición de unos pocos grandes operadores, especialmente en casos de consolidación en los mercados nacionales, incluyen probablemente aumentos de precios y una reducción de las inversiones en áreas periféricas menos rentables. Para que las compañías de telecomunicaciones fortalezcan su posición competitiva en el mercado europeo, necesitan cambiar sus modelos de negocio y ampliar su escala de operaciones para ir más allá de las actividades de telecomunicaciones estrictamente definidas y entablar una colaboración más estrecha, incluso con la industria.

El valor del mercado europeo de telecomunicaciones en el año 2023 fue de 277.000 millones de euros, tan solo un 6,1 % superior al de 2017. Aproximadamente el 64 % de este valor proviene de los servicios al consumidor, cuya cuota de mercado está disminuyendo muy lentamente. Entre los años 2015 y 2023, la capitalización de las empresas de telecomunicaciones europeas se redujo un 41 %, hasta los 270.000 millones de dólares. En cambio, la capitalización bursátil combinada de las empresas de telecomunicaciones estadounidenses fue de 650.000 millones de euros, tras haber aumentado un 20 % durante el mismo periodo. La doctrina de la anterior Comisaria de la Competencia, Margrethe Vestager, ha sido la bestia negra del sector de las  telecomunicaciones. Su veto a cualquier fusión de operadoras telefónicas que no redundara claramente en beneficio del consumidor, ha significado que hoy las operadoras de telecomunicaciones sean vulnerables a cualquier postor que llame a sus puertas. La danesa rompió con la tolerancia del anterior Comisario, Joaquín Almunia (2009-2014), que aceptó los procesos de consolidación en varios países, aunque supusieran la desaparición de uno de los principales contendientes.

Uno de los mayores problemas que viene arrastrando el sector de las telecomunicaciones como nos pone de manifiesto año tras año la Comisión Europea, es él bajo nivel de innovación, rezagado respecto a sectores como las tecnologías de la información como mueven los gigantes de Internet (OTTs) https://tinyurl.com/nhbktecea En el año 2024, todas las empresas de telecomunicaciones a nivel mundial (29 firmas) destinaron 18.245 millones de euros a investigación y desarrollo (I+D). Esta cifra es inferior a la que destinaron las mayores empresas tecnológicas a I+D: Alpahabet (Google), 39.804 millones de €, Meta, 33.229 millones de euros, Microsoft, 26.873 millones de euros y Apple, 27.242 millones de euros ese mismo año. Entre las empresas de telecomunicaciones, la japonesa NTT ocupó el primer puesto, en el puesto 44 de la lista mundial de las 2 500 empresas que más invirtieron en I+D, con 5.096 millones de euros. La empresa de telecomunicaciones europea mejor clasificada, Telecom Italia en el puesto 215, invirtió 1.064 millones de euros. Telefónica ocupó el triste puesto 276 con una inversión en I+D de 785 millones de euros.

Para que el sector europeo de las telecomunicaciones salga de la situación de catarsis en la que se encuentra actualmente es necesario cambiar su modelo de negocio y ampliar su ámbito de actividad a los servicios digitales donde están en régimen de monopolio prácticamente los OTTs. Son oportunidades para las telecos europeas la colaboración más amplia con las industrias en áreas como las redes privadas del 5G, el uso de datos industriales, así como en una mayor participación en la creación de servicios de TI. Sin estos cambios, las telecomunicaciones europeas se convertirán en otro sector de servicios públicos: estable, fuertemente regulado, pero lejos de impulsar tecnologías innovadoras que impulsen la digitalización en la sociedad europea. Los estudios realizados en los últimos años en el sector, no han aportado una respuesta definitiva sobre cómo las fusiones en el mercado de las telecomunicaciones afectan a los cambios de precios y a la calidad del servicio. Sin embargo, un informe del año 2024, que resume 25 años de política de competencia en la Unión Europea, elaborado por la Dirección de Competencia de la Comisión Europea (CE), concluyó que una mayor concentración del mercado conlleva precios más altos, con efectos poco claros sobre las inversiones. Sin embargo, otros estudios indican que las fusiones tienen un impacto positivo en los parámetros del mercado cuando mejoran la simetría de la cuota de mercado al combinar dos operadores más débiles para competir con los líderes, o cuando operadores con parámetros de red inferiores se fusionan para crear una nueva entidad competitiva. Un principio central del informe publicado por Mario Draghi es que el mercado de telecomunicaciones fragmentado con docenas de pequeños operadores en comparación con un puñado en regiones de tamaño similar en otros lugares, ha desencadenado una carrera hasta el fondo en los precios, erosionando la rentabilidad y dejando a Europa mal posicionada para competir con los mercados más unificados y dinámicos como son los de Estados Unidos, Oriente Medio y Asia. 

La calidad y desarrollo de las telecomunicaciones es un factor clave en la ecuación europea para ganar competitividad, convergiendo tanto la satisfacción de los consumidores con el atractivo de las compañías para invertir en los mercados. Los defensores de la consolidación europea del sector de las telecomunicaciones sostienen que menos operadores, más grandes podrían mejorar la calidad de la red y posicionar mejor a la Unión Europea para alcanzar los ambiciosos objetivos de la CE de la Década Digital 2030. El argumento para la consolidación es que al cultivar dinámicas de mercado que priorizan la calidad del servicio sobre las guerras de precios, la consolidación crearía incentivos más fuertes para la inversión en redes y servicios.

Con los precios actuales al consumidor de los servicios de telecomunicaciones y la competitividad de la UE en juego, la cuestión de la consolidación es clave tanto para los consumidores como para los responsables políticos. Los ex primeros ministros italianos Enrico Letta y Mario Draghi ya han dado la voz de alarma sobre el sector de telecomunicaciones de la UE , argumentando que carece de la escala necesaria para competir con rivales extranjeros como Estados Unidos o China. El Informe Draghi sobre competitividad publicado el 9 septiembre del año pasado, llamó la atención sobre el rezagado mercado de telecomunicaciones de Europa, que lucha contra: la fragmentación, la inversión apagada en I+D o la intensa competencia que socaba sus márgenes, todo ello con el fin de alentar a las partes interesadas a comprender las implicaciones de estas reformas para navegar por el panorama geopolítico cambiante que hoy sacude al mundo. el Informe Draghi es particularmente relevante para las telecomunicaciones porque subraya la importancia de la consolidación del sector y la armonización de las políticas de espectro en toda la Unión Europea (UE). Estas medidas son esenciales para lograr un verdadero Mercado Único y fomentar la infraestructura necesaria para cerrar la brecha de productividad de Europa, posicionando a la industria de las telecomunicaciones europea como un motor fundamental de la innovación y de las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA).

Durante el proceso de subasta de las licencias de espectro para la prestación del servicio del 5G, los operadores europeos pagaron más de 25.000 millones de euros por licencias, esto ha supuesto una enorme presión financiera para la industria. Muchos gobiernos europeos erróneamente han priorizado el aumento de ingresos a corto plazo mediante altas tarifas de subasta del 5G, en lugar de centrarse en fomentar la inversión en el despliegue, la calidad de la red y la prestación de servicios sobre dicha tecnología. Este enfoque fragmentado, en el que los precios y las licencias del espectro varían entre los distintos Estados miembros, fragmenta aún más el mercado, lo que dificulta que los operadores planifiquen eficientemente las inversiones transfronterizas. El Informe Draghi aboga por una mayor coordinación a nivel de la UE en materia de licencias de espectro, con el objetivo de crear un entorno más favorable para que los operadores de telecomunicaciones inviertan en infraestructura. La consolidación no implica necesariamente menos opciones para los consumidores, al centrarse en eficiencias dinámicas a largo plazo —como una mayor inversión en infraestructura y un mejor rendimiento de la red—, la consolidación podría, de hecho, mejorar la elección del consumidor al ofrecer servicios de mayor calidad.

Otro de los temas centrales del Informe Draghi es el énfasis en la innovación como motor futuro de la industria de las telecomunicaciones. Sin embargo, la innovación está siendo impulsada cada vez más por los proveedores —empresas como Ericsson y Nokia—, más que por las propias empresas de telecomunicaciones. El Informe Draghi destaca cómo en los mercados de Estados Unidos y China ya han alcanzado un liderazgo temprano en la implementación del 5G, gracias a su escala y a su importante inversión en I+D. En contraste, el fragmentado mercado europeo de telecomunicaciones reduce los recursos financieros disponibles para I+D a cifras que sonrojan. Sin la escala y el capital suficientes, las compañías de telecomunicaciones europeas corren el riesgo de quedar rezagadas en la carrera global por el liderazgo tecnológico.

Otro aspecto importante del Informe Draghi, es que sugiere un cambio en el enfoque de la política de competencia en el sector de las telecomunicaciones. En lugar de limitarse a evaluar el impacto a corto plazo en los precios al consumidor, recomienda una perspectiva más prospectiva que considere la innovación, la competencia futura y la seguridad. Este enfoque primaría los beneficios a largo plazo, como la implementación de nuevas tecnologías y una mayor resiliencia de la red, lo que en última instancia beneficiaría a los consumidores y a las empresas al fortalecer el liderazgo tecnológico de Europa. Estas inversiones son cruciales para impulsar la economía digital de Europa y crear las bases para nuevos servicios que podrían mejorar la productividad y la creación de empleo en todas las industrias.

El Informe Draghi representa una oportunidad crucial para que Europa reconsidere su enfoque del sector de las telecomunicaciones. Sin embargo, dicho cambio llevará tiempo dada la lentitud de la regulación europea. Los beneficios a largo plazo de la reforma regulatoria, incluida la consolidación y la armonización del espectro, podrían mejorar significativamente la posición de Europa en el mercado global de las telecomunicaciones. El futuro de la industria de telecomunicaciones de Europa depende de encontrar el equilibrio adecuado entre mantener servicios asequibles para los consumidores y fomentar la innovación necesaria para competir con los actores globales. Las decisiones que se tomen en los próximos años determinarán si Europa puede recuperar su lugar en la industria mundial de las telecomunicaciones o si seguirá quedándose atrás de sus homólogos internacionales. Según Enrico Letta, “La seguridad no consiste solo en tener armas. Seguridad también es ser independientes energéticamente, seguridad es tener un mercado financiero autónomo, seguridad es tener un sistema de telecomunicaciones que no dependa de Trump o de Elon Musk. Para mí lo fundamental, el verdadero cambio, fue la frase de Elon Musk contra los ucranianos, cuando les dijo: “O se portan bien o les desconecto”. Es una frase increíble que también sirve para nosotros, porque si no somos autónomos e independientes tecnológicamente también nos podrá amenazar con desenchufarnos. Tenemos que ser autónomos”.

La fragmentación del sector de las telecomunicaciones de Europa contrasta con lo que sucede en Estados Unidos y China, donde dominan un puñado de grandes operadores, creando un mercado consolidado con la escala necesaria para realizar grandes inversiones en infraestructura de próxima generación, como sucede con el 5G y el futuro 6G. Europa sufre el problema de la escala, un mercado fragmentado como el de Europa ha impedido que las empresas de telecomunicaciones construyan la masa crítica necesaria para seguir siendo competitivas a escala global. En Estados Unidos, empresas como AT&T, Verizon y T-Mobile, que operan en un mercado relativamente abierto, se benefician de esta escala, mientras que en China, la consolidación ordenada por el gobierno ha creado actores grandes y cohesionados capaces de una rápida expansión tecnológica. Sin embargo, en Europa la feroz competencia ha mantenido bajos los precios al consumidor, pero esto ha tenido como consecuencia la salud financiera y la inversión a largo plazo en innovación (I+D).

Los operadores tradicionales se están apagando lentamente porque su producto principal, la conectividad, se está convirtiendo en un “commodity” con precios y márgenes cada vez más bajos, esta nueva realidad es la que tienen que romper sino quieren terminar siendo fagocitados. Una consolidación transfronteriza en un mercado verdaderamente único europeo, conlleva una incertidumbre significativa respecto a qué empresas se beneficiarán y tendrán éxito en esa unión y cuáles no. Sin embargo, este enfoque prospectivo beneficiaría a todas las partes interesadas: los usuarios finales accederían a cualquier servicio de conectividad disponible en la UE (y no solo de los proveedores establecidos en su país); los Estados miembros de la UE conservarían el control sobre la infraestructura crítica; y los operadores se consolidarían impulsados ​​por las fuerzas del mercado, ahorrando costes y aprovechando mayores sinergias.


Los riesgos asociados al fragmentado mercado de telecomunicaciones europeo son graves. Los operadores europeos de telecomunicaciones actualmente obtienen una rentabilidad del capital invertido, que es solo la mitad de la que obtienen sus homólogos norteamericanos. Esta rentabilidad limitada socava su capacidad de invertir en la infraestructura avanzada necesaria para el crecimiento futuro. Sin una escala suficiente, muchos operadores tienen dificultades para recuperar incluso el coste del capital, lo que pone en riesgo la innovación futura. Además, Europa se enfrenta a un importante déficit de financiación en el ecosistema de innovación 5G, con una financiación de capital riesgo entre 4.600 y 6.600 millones de euros anuales por debajo de la de Estados Unidos. Este déficit de inversión limita la capacidad de Europa para competir globalmente en la carrera por la transformación digital. Los consumidores pueden esperar redes de mejor calidad, velocidades más rápidas y una cobertura más amplia, especialmente en áreas rurales desatendidas.

Telefónica se encuentra en una encrucijada ante el nuevo escenario que se abrirá en los próximos dos años en la Unión Europea. La llegada del nuevo equipo directivo de Murtra tendrá como tarea principal, cambiar el rumbo errático seguido hasta la fecha por el equipo de Álvarez-Pallete: donde puso el acento en negocios ruinosos como la TV, con una inversión testimonial en I+D, con salidas de personal propias mientras se externalizaba todo el proceso operativo de los servicios, donde el pago del dividendo era el altar al que se fiaba el destino de la compañía, donde el proceso formativo de la plantilla tiene que cambiarse de raíz propiciando y potenciando los conocimiento propios que atesora la plantilla, donde el Clima Laboral no tiene el apoyo que se merece pese a la importancia que tiene para mejorar la productividad y compromiso de la plantilla en la consecución de los objetivos, donde las relaciones laborales de los sindicatos con la empresa tienen que ser estrictamente circunscritas a lo que recoge la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical (fuera del ámbito de la gestión de la compañía), donde la comunicación del equipo directivo tiene que ser, abierta y directa, no con el plasma y los buzones de correo, etc.

Para terminar el post, quiero manifestar que son muchas las cosas que el equipo directivo de Murtra tiene que realizar en Telefónica, con métodos heredados que no son precisamente los que hoy necesita Telefónica para abordar los retos futuros. Regresando al comienzo del post, quiero manifestar que la diana invisible del maestro, Kobun Chino, en la futura consolidación europea del sector de las telecomunicaciones, muy pocos hoy lo atisban en Telefónica. Por lo tanto, Murtra y su equipo directivo, tiene que buscar un concepto innovador que vincule y comprometa a la plantilla… Tarea nada fácil en este momento, tras años en los que no se realizó lo que había que hacer.

Ya lo dijo Friedrich Nietzsche: “Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado”.

 

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