Koldo
Saratxaga, es un
directivo probablemente desconocido para el público en general, no para muchos
directivos de este país y del mundo. Como presidente de IRIZAR demostró su
valía y capacidad sacando a la misma de la ruina económica y poniéndola a la cabeza del mundo
en el carrozaje de autobuses. En sus 14 años de gestión pasó de los 224
trabajadores en su fábrica de Ormaiztegi (Guipúzcoa) a los 3.000 actuales,
abriendo fábricas de autobuses en China, India, Marruecos y México.
Su explicación del éxito empresarial como elemento diferenciador es que, “hicimos
de la empresa una aventura colectiva. La empresa del futuro, que es
la de la innovación, la creatividad y el conocimiento, exige que los trabajadores
sean partícipes reales del proyecto y se sientan motivados". Aunque
sus palabras puedan sonar gastadas, entre tanto gurú de la retórica ambiental, lo que
distingue radicalmente a Saratxaga es que su modelo ha funcionado
espectacularmente. Saratxaga habla de la democratización de la
empresa, establece un máximo de cuatro niveles salariales, el reparto
equitativo del 30% de los beneficios y un comportamiento ético que obliga a
todos a la transparencia. Y es que el ex gerente de Irízar, hoy dedicado al
asesoramiento, sostiene que el modelo piramidal creado hace un siglo supone
un desperdicio ingente de capacidades y energías. "La empresa
es uno de los raros reductos de dictadura que quedan en las sociedades
democráticas y está pidiendo a gritos transformarse en espacio de libertad y de
bienestar".
El
cambio que propone es tan radical que en su vocabulario no cuenta ya la palabra
"empresa", sustituida por "organización", y han sido abolidos términos, que
juzga vejatorios, como plantilla, recursos humanos o gestión de personal. Allí
donde interviene como asesor, elimina el hábito de fichar y establece la
consigna de "estrujar a las máquinas y mimar a las personas". En
su opinión, el gran problema es la falta de verdaderos líderes.
"Los jefes están agobiados de trabajo porque no quieren ceder el poder de
decisión. Tienen miedo y por eso se dedican a controlar, en lugar de
estimular, facilitar y responsabilizar". Tras 24 años de éxito
como alto directivo en docenas de organizaciones, para Saratxaga,”el modelo de
gestión es estándar en cualquier tipo de organización, no tiene que ver nada
con el modelo de la sociedad anónima, limitada o cooperativa. Eso es un modelo
a la hora de hacer el registro, pero en su gestión, en su día a día, es
prácticamente idéntico, depende de quién está arriba. El problema está en la cultura
y los valores, no con herramientas o con comprar instalaciones, sino con la
ética, con ser transparente. La ética tiene que ver con todos los
que integran una organización, no con el dueño, el presidente o el director.
Todo eso genera confianza. En los modelos tradicionales precisamente
lo que no hay es confianza".
Modelo de relaciones de Koldo Saratxaga
Este estilo directivo está
fundamentado en que solo desde la ética se puede
compartir, para lo cual es necesario otro estilo en el terreno de las
relaciones personales porque se viene de organizaciones verticales. Cambiar
este modelo de relaciones humanas según el poder y las jerarquías es la gran
revolución que está pendiente de realizar. Pero este cambio se enfrenta a
grandes barreras como son por ejemplo; el dinero, el poder sin olvidar el
miedo. La sociedad actual está educada con el leitmotiv de, la
competencia y el no compartir, con lo que se convierten en dos barreras
formidables para hacer de la misión y visión de una compañía un proyecto común.
Esta competencia ya empezó desde niños cuando se pretendía que los hijos
sacasen mejores notas por ejemplo que sus primos, amigos o vecinos. Para Saratxaga
el factor miedo tiene que ver con la libertad, con la capacidad de expresarse y
ponerse de acuerdo. “Nuestra sociedad necesita de ciudadanos maduros, donde se supere
este déficit de ordenes jerárquicos, y se genere una libertad fraternal en la
que ni se impone, ni se delega; se participa”. Este problema de
órdenes en las empresas lleva a que no se conozca a las personas, saber lo que
sienten o piensan. “Si no entendemos que la persona es más que un obrero o un
subalterno, donde había cinco personas acabamos poniendo un robot fácilmente”. Este
modelo cercena la innovación y creatividad del individuo, ya que cercena la
intuición e imaginación. Según Saratxaga,
en las empresa con una perspectiva ética sus pilares deben de ser: la
eficiencia y el cliente porque sin éstos no hay beneficios, y “sin
beneficios no hay futuro”. En segundo lugar hay que superar “los
choques” que se producen en las empresas. Uno sería el concepto de
propiedad. Para Saratxaga, “la posesión de la tierra no es razón para
no compartir el fruto de la cosecha entre quienes han participado en su
obtención”.
Los
principales problemas que abordan las compañías hoy en día según Saratxaga
son:
- Tecnificación excesiva
- Desmotivación de las personas
- Falta de transparencia
- Colapso de lo urgente que impide trabajar en lo importante (priorizar lo urgente sobre lo importante)
- Priorización de los objetivos frente a los retos y la visión
- Foco en los problemas y no en las oportunidades que ofrecen
- Exceso de gestores y falta de líderes
- Carencia de personas que sepan economía no sólo contabilidad ¡vital en una empresa!
- Evitación experiencial de los jóvenes promovida por los esquemas formativos actuales.
- Falta de libertad que impide ser creativo (la famosa autonomía…)
- La obsesión por el crecimiento y no por el desarrollo
- Centralizar el debate en las herramientas y tecnología en lugar de las personas y lo que realmente es necesario para que funcione.
Saratxaga promueve aquello “que te sale de las tripas (como
él dice)”, quiere que la gente cuente lo que le mueve y por tanto,
gente que sepa que sus emociones y sentimientos son lo que al final les
diferencia de los demás; porque sabe de la necesidad de perfiles humanísticos
en las organizaciones que al final están compuestas por personas (con toda su
complejidad). Koldo Saratxaga es un hombre
que se mueve en borde del sistema establecido en la gestión empresarial y que resulta tan brillante como
incómodo por sus ideas rompedoras y por su determinación para ponerlas en
práctica. Él no busca, él encuentra, porque, “quien busca no ve nada más
que aquello que está buscando y es posible que no lo encuentre jamas, y además
por el camino se ha perdido un montón de oportunidades”. Su
transformación en IRIZAR es estudiada por la Harvard Business School, pero para él
lo importante no son los numerosos premios que ha recibido, sino
la gente que ha trabajado con él.
Hoy está en la economía social dirigiendo compañías a través de NER o
escribiendo libros en K2K, sigue triunfando exactamente igual que cuando
competía en el mercado internacional con IRIZAR, sus enseñanzas están avaladas
por muchos años de éxitos y de poner en práctica sus ideas, no es muy amigo
de los “saraos o espectáculos" para motivar, pero parece que dicha filosofía contrastada
debería ser referencia de aquellos que venden lo que no tienen… éxito en la
gestión. http://bit.ly/2dTZPGC
Ya lo dijo Carl Jung: "Quien mira hacia afuera, sueña.
Quien mira hacia adentro, despierta".
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