Las palabras de Aníbal Barca en la Batalla del Tesino (218 a.C.), a través de las crónicas de Tito Livio, en el primer enfrentamiento bélico entre Roma y Cartago en la península itálica, son una arenga de alguien que cree firmemente en el destino que le había encargado la historia. En el caso de Aníbal, su alocución comenzaba de forma directa y sin ambages señalando que la victoria “es cosa hecha”, pero también reconociendo que era su única alternativa: “Por la derecha y por la izquierda nos cierran mares, sin que tengamos ni una nave siquiera para escapar; por delante, el Po, más caudaloso e impetuoso que el Ródano; por la espalda nos cierran los Alpes, que costó trabajo cruzar cuando estabais en plenitud de fuerzas”, por lo que “es preciso vencer o morir”. Para ello Antes de la batalla de Tesino (noviembre de 218), Aníbal hizo luchar entre sí, y hasta el extremo, a algunos prisioneros. El objetivo era mostrar a sus tropas que quien venciera obtendría la libertad, y quien perdiera, la muerte. Era un modo de simbolizar lo que les esperaba en aquel apasionante enfrentamiento con Roma. Cuando en la primavera del año 217 comenzaba la nueva campaña, Aníbal se tomó tiempo para decidir. No actuó sin reflexión. Por el contrario, había dedicado semanas a analizar la orografía. Al cabo, con todos los datos en la mano, optó por descender en paralelo a los Apeninos para dificultar a los romanos los ataques que sin duda preparaban. La derrota del ejercito romano puso de manifiesto no solo la falta de valor de las tropas, sino la falta de conocimiento de quien dirigía las mismas, Sempronio Longo. Lo mejor que sabía hacer Longo era comunicar, venderse, en vez de transmitir a sus superiores el desastre al que había conducido a sus tropas al haberse dejado arrastrar por su vanidad, ya que él optó por disimular.
La arenga, en su definición
tiene dos significados: la militarizada y la barroca. La
primera es la más sabida: discurso breve, brillante, animado, fuerte
y enérgico que se pronuncia frente a un personaje importante o aun cuerpo de
individuos. La brevedad y brillantez de este, busca extraer
de las personas que lo escuchan el entusiasmo frente al reto al que se
enfrentan. Son piezas de comunicación emocionantes, donde
el individuo que las pronuncia goza de un respaldo fundamentado en su liderazgo
contrastado con hechos. En todo caso, la exhortación a lo que se
apela en los mismos es el leitmotiv que se pretende que sirva para de forma optimista
adelantarse a los acontecimientos en los que se verán inmersas las personas que
lo reciben. Esta arenga a veces hiere más que persuade, este hecho
se produce porque a veces el que la recibe se atolondra de forma irreflexiva y
acude a la acción que se le indica de forma inconsciente. Hasta aquí la arenga
militarizada, pero también existe lo que se conoce como a arenga barroca. Esta
se caracteriza por ser un discurso mucho más estructurado en las afirmaciones y
optimismo que en las manifestaciones gloriosas a las que alude la arenga
militar. Antiguamente se decía que la arenga barroca era
más amplia, ya que servía para loar las virtudes de un rey, sus victorias, su
fama y sus guerras. Es también un instrumento que se utilizó ante la
ausencia de opinión pública en los siglos del antiguo régimen. Se utilizó este
protocolo para transmitir a través de una brillante alocución, la esperanza que
todo pacto monárquico debía revitalizar. Esta arenga era más elaborada, la leía
algún académico de renombre en alguno de los actos o celebraciones donde se
juraba fidelidad en los principales reinos y virreinatos americanos.
Ya sea en el siglo III a.C.,
o en el XIII o en el XXI, la arenga busca fortalecer la confianza
de los seguidores para lograr una victoria ante sus rivales como elemento
motivador y con un estilo argumentativo muy similar. Es un
testimonio histórico de carácter exhortativo que, por su naturaleza claramente
universal, ha atravesado todo tipo de barreras temporales y culturales. En la
arenga se dan por sentado dos conceptos fundamentales como son el valor de los
soldados (animus) y una victoria segura (vicistis) para un enfrentamiento
inminente como “algo necessarium, utile, possibile, facile y iustum4”,
además de repetir elementos de forma recurrente, como son la recompensa de un
gran botín, la memoria de los antepasados, la “guerra justa” o el
enfrentamiento como única salida: “Vencer o morir”. Recursos todos que se
incluyen en las palabras que pronunciaron distintas personas que buscaron sacar
el valor en distintas épocas de la historia como fueron; Aníbal en la batalla de Cartago,
Patton en la segunda guerra mundial o Norman Schwarzkopf en la guerra contra
Irak, todos en contextos históricos diferentes pero que perseguían un objetivo común,
LA VICTORIA. La trascendencia del momento: vencer o
morir. Es el mensaje clave. Para acudir a un enfrentamiento hay que
estar convencido de que se va a producir la victoria y de que las tropas están
motivadas.
Hoy recoge la prensa la reunión
del equipo directivo de Telefónica de España (19 directivos) con los dos principales ejecutivos
del corporativo de dicha multinacional, el Ceo y su consejero delegado, en
una reunión que tuvo lugar el lunes 16 de diciembre en la central de Buitrago
en Madrid http://bit.ly/38MC3F9
En dicha reunión, se analizaron las estrategias, escenarios y prioridades
con el fin de continuar con el ligero crecimiento de los ingresos que ha protagonizado
dicha filial dentro del grupo. Sin embargo, si estudiamos las métricas
desde la llegada de dicho Ceo (8 de abril
del 2016) y el equipo directivo que ha nombrado, no son muy alentadoras de cara
a ser optimistas. Algunos datos que son ilustrativos de dicha gestión
son los siguientes, la filial española desde el 30 de marzo del 2016 hasta el 30 de septiembre del
2019 ha perdido 5.552 empleados (-17,84%), los ingresos de 30 de septiembre del
2018 hasta el 30 de septiembre del 2019 han crecido en 48M€, el número de
accesos ha crecido en dicho periodo en 128.100 accesos. El crecimiento de
accesos que registro la filial Telefónica de España, si se compara por ejemplo
con el del cuarto operador es irrelevante. Masmóvil en el año 2018 creció en
accesos móviles un 23% hasta 4,79 millones de usuarios, mientras que el de
prepago se elevó un 79% pasando de 1,10 millones a 1,97 millones. Por su parte,
la banda ancha fija, casi duplicó sus accesos, creciendo un 98% y pasando de
500.000 a 990.000 líneas http://bit.ly/2PQFYbf
Cabe entonces preguntarse en
esa tranquilidad que facilita Buitrago si, ¿La arenga lanzada por los dos principales
directivos del corporativo está fundada en hechos que llevarían hacia algún cambio
con respecto a la deriva que lleva actualmente la compañía, o bien obedece más
a un deseo? En un entorno global de crisis como es el
que sacude actualmente el sector de las telecomunicaciones, los deseos sin hechos
derivan en resultados nada reconfortantes, como bien publique el
día 15 de este mes en este blog http://bit.ly/2PoyEVq con datos del
regulador (CNMC). La compañía navega estos últimos años como alma en pena, sin
salir del océano rojo en la que está instalada. Factores que
contribuyeron a dicha situación fueron: la falta de dirección estratégica fundada en
una ausencia de servicios basados en I+D, que hagan crecer los ingresos y sirva
de colchón a la crisis que azota al sector como hacen actualmente los OTTs, la participación
de los agentes sociales en el crecimiento y desarrollo de los recursos humanos
de forma interesada, no atendiendo a los criterios de capacidad y conocimiento
de los mismos, la cada día peor y escasa calidad de la formación que se imparte
dentro de la compañía, la falta de participación y comunicación que reciben los
empleados de la cadena de mando, la oferta al cliente ignorando sus necesidades,
basada en criterios ajenos al consumidor como por ejemplo (la regla del más por
más), etc.
Para terminar, hay que decir
que no hay que ser muy perspicaz para entender por el laberinto que atraviesa
algún directivo actualmente, sin embargo, conviene recordar como al comienzo de
este post, que Anibal no improvisó, planificó su victoria con esmero atendiendo
a las necesidades y disponibilidades de sus tropas. Cuando
uno lleva cerca de cuatro años gestionando una compañía y no hay resultados, lo
que menos esperan las tropas (empleados)
son las promesas y arengas que en tiempos pasados no han servido para nada…Esperan
cambios en el liderazgo de la nave, que saquen a la misma de la irrelevancia a
donde la han conducido las personas que arengan.
Ya lo dijo Tony D`Amato
(Al Pacino en Any Given Sunday): “Yo no
puedo convencerlos de que lo hagan, tienen que mirar al que está a su lado, mírenle
a sus ojos, creo que van a ver a alguien dispuesto a ganar con ustedes”.
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