Uno de los momentos más
difíciles de la vida es cuando alguien que queremos está muriendo y más aún si
esa persona está lejos. Es lo que le pasó a Kerry Drake que tenía que
viajar para ir a despedirse para siempre de su mamá, que estaba a punto de
morir. Sabía que si perdía su vuelo de conexión era imposible que la alcanzara
a verla con vida. ¿Qué es lo que pasó? Ley de Murphy, el primer vuelo se
atrasó y Drake se puso a llorar en el avión de desesperación. Los
tripulantes de vuelo de United Airlines hablaron con él y
supieron la historia e inmediatamente le avisaron al capitán, quien se comunicó
por radio con el siguiente vuelo de Drake para pedirles que lo
esperaran.
La tripulación del vuelo
respondió retrasando la salida y cuando Drake todavía estaba a unos metros de
la puerta de embarque escuchó: Sr. Drake, lo hemos estado esperando.
Gracias a ese gesto, el
pasajero logró llegar a tiempo al hospital a para ver a su mamá y despedirse,
ya que murió esa misma mañana.
Ayer la ministra de Trabajo
y Economía Social, Yolanda Díaz, se ha reunido por separado con las
tres principales asociaciones de autónomos de España –ATA, Upta y
Uatae– y les comunicó su intención de legislar “con fortaleza y contundencia”
contra los conocidos como “falsos autónomos”, trabajadores
que hacen labores de asalariados pero a los que las empresas obligan a cotizar
por su cuenta a la Seguridad Social. Un trabajador en
condición de falso autónomo es aquel al que se exige estar dado de alta en el RETA
o mutualidad alternativa, pese a que la naturaleza de la relación
que le une con la empresa sea laboral. Esta situación en el corto
plazo llevará a una regulación nueva de los conocidos como “Trades” (trabajadores autónomos dependientes), que son aquellos que
trabajan fundamentalmente para una sola compañía. Aunque la Ministra
de Trabajo tiene las manos atadas para actuar sobre este colectivo, ya
que la mayoría de las cuestiones regulatorias que plantean son competencia del
nuevo Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, que dirige José
Luis Escrivá. Las lagunas que existen en dicha normativa actual, han
permitido que dicha figura se haya extendido como una mancha de aceite en la economía
española, propiciando que esta clase de trabajadores sean los “paganos” de las
eficiencias y ajustes que se han llevado a cabo en las compañías y que han
buscado en la externalización una fuente para capear dicha situación, con el
fin de que sus resultados económicos no se vieran impactados por la subida de
costes que la propia economía propicia año tras año. Últimamente
donde ya habían detectado unos ciertos problemas fue entre repartidores y las plataformas como Glovo,
Deliveroo, Uber Eats y Stuart o
las sanciones en cooperativas del sector cárnico por el abuso de la figura del
trabajador asociado. Para llevar a cabo dicha situación se reforzará la
Inspección de Trabajo a fin de que dichos funcionarios garanticen el
funcionamiento correcto del mercado de trabajo. Si bien los anteriores responsables
del Ministerio de Trabajo dirigidos por Magdalena Valerio ya impulsaron que
la Inspección regularizara en pocos meses a más de 32.000 falsos autónomos. Según datos de agosto del 2018 recogidos
por el diario El País, en España había unos 225.000 falsos autónomos, los
cuales generaban un quebranto económico a la Seguridad Social de 592 millones
de euros, dicho coste no obstante podría ser mayor si tenemos en cuenta que
muchos de ellos se acogen a la tarifa plana de la Seguridad Social. Dicha
reducción está propiciada porque estos trabajadores pagan su propio coste de
contratación, no tienen paro ni baja laboral, no tienen vacaciones y pueden ser
despedidos de forma sencilla, porque no pueden adscribirse a ningún tipo de
convenio colectivo.
La rápida proliferación de
dichos trabajadores en el mercado laboral ha venido impulsada por la ausencia
total de derechos que tienen los mismos, lo cual ha sido uno de los principales
motivos para que dicho fraude haya continuado aumentando con el fin de reducir
los costes de empleabilidad de las compañías que recurren a dicha figura. Muchos
han sido los ERES, PSI, u otras figuras de ajustes laborales que se han llevado
en las grandes empresas del IBEX con el fin de sacar del mercado a trabajadores con derechos para ser
sustituidos por “Trades”. Un ejemplo ha sido Telefónica de España, la cual
tenía al finalizar el año 1.990 bajo la presidencia de Cándido Velázquez
Gaztelu un total de 75.350 empleos. El tercer trimestre del año 2019 según datos
publicados por la compañía, la plantilla era de 25.566 empleados, es decir, en
veinte años la plantilla se ha reducido en 49.784 empleos. La pregunta es, ¿ha
desaparecido todo el trabajo que realizaban dichos empleados?, la respuesta es,
todo no, lo que pasa que lo que hay lo
realizan compañías externas ajenas a la propia Telefónica. Esta situación ha permitido a la compañía jugar con una flexibilidad financiera que no ha
repercutido directamente a algunos de sus stakeholders, como por ejemplo a los accionistas en el dividendo, bien es
cierto, que si la el equipo directivo durante esos veinte años hubiese emprendido nuevos
negocios aparte del tradicional, hubiese compensado en parte la caída de
ingresos que su produjo por el efecto de la liberalización de las
telecomunicaciones a la cual se vio expuesta.
Esta situación que ha
afectado a un colectivo de trabajadores amplio, ha propiciado una competencia
desleal en el mercado laboral. Esta
situación ha ido en detrimento de la creación de empresas que empiezan en la
actividad económica al verse sometidas a unos costes con los que no podían competir.
A esto hay que añadir que al tener las condiciones laborales tan precarias sin
derecho alguno, ha propiciado un aumento de la siniestralidad laboral en dicho
colectivo, ya que existe a todo lo dicho anteriormente una formación muy baja.
Si a todo esto, hay que añadir que se ha comprobado que la tarifa plana de 60
euros mensuales que pagan los falsos autónomos (“Trade”), frente a la
cuota de 300 euros mensuales que pagan el resto de autónomos, se da de baja en
el sistema al cabo de un año, que es cuando se termina la bonificación. Esta
situación es un claro ejemplo que muestra la pobre respuesta que tiene la
continuidad de dicha figura en el mercado laboral actual, la cual se utiliza de
forma “torticera” por los agentes que contratan a dichos empleados.
Para llevar a cabo la lucha contra dicha situación de precariedad, el gobierno
anuncia la creación de un órgano que coordine entre ambos ministerios, Ministerio
de Trabajo y Ministerio de la Seguridad Social, con una participación paritaria
de sus miembros. Según el Boletín Oficial del Estado (BOE) de ayer, se da un
plazo de un mes a dichos ministerios para garantizar el funcionamiento correcto
de las políticas que pongan en marcha ambos ministros.
Las sanciones que se
pueden poner a las compañías que se les detecte la contratación de falsos
autónomos (Trade), pueden oscilar entre los 3.126 y 10.000 euros por cada trabajador
afectado por dicho fraude. Asimismo, la Inspección de Trabajo
puede aplicar sanciones accesorias como la pérdida, proporcional al
número de trabajadores afectados por la infracción, de ayudas, bonificaciones
y, en general, los beneficios derivados de la aplicación de los programas de
empleo o formación profesional para el empleo.
Son múltiples los
beneficios que obtienen las compañías con la figura del falso autónomo, en
primer lugar, el empresario se ahorrará todos los costes que conlleva darte de alta
en la Seguridad Social. En el mejor de los casos estará dispuesto a pagarte la
cuota de autónomos pero en muchas ocasiones ésta correrá a cuenta del
trabajador. Por otra parte, la cotización a la Seguridad Social será mínima, en
consecuencia, no sólo tu presente será precario sino también el futuro de su
jubilación. Por si fuera esto poco, su jefe aprovechará la transformación del
salario del falso autónomo en factura para desgravarse los gastos del IVA en
sus declaraciones trimestrales. A esto hay que añadir que el despido será
libre, trabajará como un empleado más pero lo hará en una situación de
precariedad absoluta. El despido libre alcanza su máxima
expresión bajo esta práctica, pues el empresario podrá despedir dicho
trabajador sin previo aviso y lo hará sin necesidad de abonar finiquito o
indemnización alguna. Esto propiciará que dicho empleado se vaya
sin prestación por desempleo. En cuanto a las bajas y permisos, el
empresario se ahorrará todos los costes, no solo el alta en la Seguridad Social
sino que tampoco pagará las bajas. Por otro lado, está exento de pagar las
vacaciones o aceptar cualquier tipo de permiso, ya sea por maternidad,
operación de un familiar o lo que fuere. En síntesis, controlará el horario
y sueldo pero no tendrá con él empleado convenio alguno.
Conforme la precariedad
aumenta en el mercado laboral, la misma ha llevado asociada el perfil del falso
autónomo, esto ha propiciado que los trabajadores hayan aceptado condiciones de
extrema necesidad que en otro escenario hubiesen sido inasumibles. Hace unos
días el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, afirmaba lo
siguiente, “Garamendi dice que hablarán de "mejorar" la reforma
laboral y defiende que "ha conseguido" sus objetivos. La patronal
está dispuesta a hablar de "mejorar" la reforma laboral, "no de
los aspectos más lesivos", ya que, según ha dicho, "ha conseguido
objetivos que no se podían pensar en su momento". http://bit.ly/3aX9PIy La
pregunta que hay que hacerse al albur de dichas declaraciones de dicho
responsable es, ¿A qué coste? La sociedad española tiene la juventud más y mejor
preparada de la historia, sin embargo, sus perspectivas de futuro son lúgubres si
nos atenemos al envejecimiento de la misma, al desierto demográfico, a un
modelo económico que no ha evolucionado como en el resto de economías avanzadas,
donde la I+D está jugando un papel clave para desarrollar nuevos modelos de
negocio en la cuarta revolución industrial, a unos actores sociales que juegan
en clave de mirarse su ómbligo en vez de mirar por el desarrollo de la sociedad
de la que se nutren con fondos públicos, como partidos políticos, sindicatos,
etc., donde dichas dificultades están impactando en el auge de un populismo
rampante, que en el fondo de su saco viene con medidas de desigualdad y miseria
para la sociedad menos para sus miembros, etc. Estos días se ha celebrado
el Foro Mundial de Davos, la quinta esencia del capitalismo con la presencia de
3.000 líderes de todo el mundo, en el mismo se discutieron temas como la
transformación digital, la seguridad de la información, los empleos del futuro
y la innovación tecnológica. Las tres conclusiones extraídas de las sesiones:
1. La revolución tecnológica
y el empleo son compatibles
¿Cuáles son las
necesidades de las empresas y/o los gobiernos respecto a las nuevas habilidades
que se están requiriendo debido a la transformación digital? Las habilidades
STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, son las nuevas “skills”
solicitadas y que las próximas generaciones tienen que tener en cuenta. Estamos
ante un estado de disrupción global, provocado por la transformación digital.
Es en estos momentos cuando aferrarse a la tradición y a los modelos clásicos
de producción puede ser fatal y por ello debemos convertir las amenazas en
oportunidades.
2. Transformación digital:
foco en la seguridad de la información, seguridad cibernética y privacidad
sobre los datos
Muchos de los
participantes del Foro coincidieron en la necesidad de incrementar la
ciberseguridad, especialmente ante delitos como el robo de identidad y el
secuestro de información. Se trata de un riesgo real, ya que nunca antes se
había generado tanto crimen organizado en torno a la seguridad informática, y
apremiaron a los consejos de administración a confrontar esta realidad.
3. Innovación: la
necesidad de cooperar con empresas emergentes
La cooperación entre
corporaciones y empresas emergentes, hoy más necesaria que nunca, debe ser el
camino para solucionar con éxito la coyuntura macroeconómica de inestabilidad
que estamos viviendo.
Mucho es lo que tiene que
avanzar la sociedad española para cambiar los hábitos y costumbres que nos han
llevado a esta situación…Los responsables políticos y económicos (sindicatos, empresarios y políticos) de
este país se lo deben a una juventud que tienen que dar el do de pecho por las
futuras generaciones.
Ya lo dijo Amin Maalouf: “Es
evolución moral la que debe dar un acelerón considerable, es ella la que debe
situarse urgentemente al mismo nivel que nuestra evolución tecnológica, y eso
exige una auténtica revolución en los comportamientos.”
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