En la noche del 14 de abril
de 1912, el Titanic chocó contra un iceberg en el océano Atlántico y se
hundió causando la pérdida de muchas vidas. Un de las anécdotas más curiosas
que se contaba de este desastre, es la de una mujer que consiguió un asiento en
uno de los botes salvavidas. Preguntó si podía regresar a su camarote por algo
que había olvidado y le dieron tres minutos para hacerlo. Corrió por los
pasillos y ya en su camarote, pasó por alto su dinero y joyas y tomó tres
naranjas. Entonces volvió rápido a su lugar en el bote. Sólo unas horas antes
hubiera sido ridículo pensar que ella hubiera aceptado unas naranjas a cambio
del más pequeño de sus diamantes, pero en esas circunstancias las naranjas
podrían salvarla la vida. La emergencia había clarificado sus prioridades. Si
supiéramos que nos queda una semana de vida ¿en que emplearíamos ese tiempo? Muy a menudo aprendemos muy tarde lo
que es verdaderamente importante.
Hace poco más de dos meses
se ha publicado el ranking de competitividad elaborado por el IMD
World Competitiveness Center, el cual aborda la dimensión política,
social y cultural de la competitividad, además de la estrictamente económica.
Evalúa la capacidad de los países para facilitar las infraestructuras,
instituciones y políticas que contribuyen a impulsar la competitividad de las
compañías. La edición de este año 2019, sitúa a nuestro país en el puesto 36 de
un total de 63 economías según su competitividad. Esta posición relativa nos
posiciona por debajo de la mitad de la clasificación de los países analizados y
obliga al gobierno a instaurar una política económica que priorice la mejora de
la competitividad para salir de este puesto tan mediocre que ocupamos
actualmente. Desde una perspectiva estructural y de largo plazo, las consideraciones
más negativas sobre España del informe se refieren al mercado de trabajo, que
lo sitúa en el puesto 47 de 63 países, y a la política fiscal, en el puesto 45
de 63 países.
Por el contrario, los
factores más atractivos de la economía española son la disponibilidad de
infraestructuras fiables y el elevado nivel formativo de la mano de obra
cualificada. También se consideran favorables el dinamismo actual de la
economía y las actitudes abiertas y positivas de los ciudadanos. Los resultados
de este informe ponen de manifiesto algunas de las principales debilidades
estructurales de la economía española que afectan a su competitividad y limitan
su crecimiento a medio y largo plazo. El informe es de gran utilidad para
identificar los principales retos para la competitividad de la economía
española y emprender reformas estructurales pendientes. En el informe se destaca
que la eficiencia empresarial es el aspecto que más está mejorando de la
competitividad de la economía española en el último año. Por el contrario, la eficiencia
en el sector público es el indicador que más se ha deteriorado en este
ejercicio, según este ranking.
En el informe de este año
2019, Singapur derriba a Estados Unidos como la economía más competitiva del
mundo, son los hechos más importantes los siguientes:
- Singapur sube del 3º al primer puesto, cambiando de lugar con EE. UU.
- Hong Kong sigue segundo, EAU entra en el top 5 por primera vez
- Factores globales: incertidumbre política y económica.
- Vigilancia regional: Europa se suaviza, Asia meridional / Pacífico supera
Singapur se ha clasificado
como la economía más competitiva del mundo por primera vez desde 2010, según el
Ranking
Mundial de Competitividad de IMD, ya que Estados Unidos cayó del primer
puesto, mientras que la incertidumbre económica hizo mella en las condiciones
en Europa. El ascenso de Singapur a la cima fue impulsado por su
infraestructura tecnológica avanzada, la disponibilidad de mano de obra
calificada, leyes de inmigración favorables y formas eficientes de establecer
nuevos negocios. La RAE Hong Kong ocupó el segundo lugar, ayudada por un
entorno benéfico de la política fiscal y comercial y el acceso a la financiación empresarial. Según
la clasificación, el impulso inicial a la confianza de la primera ola de
políticas fiscales del presidente Donald Trump parece haberse desvanecido en
los Estados Unidos. Si bien sigue marcando el ritmo global de los niveles de
infraestructura y desempeño económico, la competitividad de la economía más grande
del mundo se vio afectada por los precios más altos del combustible, las
exportaciones de alta tecnología más débiles y las fluctuaciones en el valor
del dólar.
“En un año de
alta incertidumbre en los mercados mundiales debido a los rápidos cambios en el
panorama político internacional y las relaciones comerciales, la calidad de las
instituciones parece ser el elemento unificador para aumentar la prosperidad.
Un marco institucional sólido proporciona la estabilidad para que las empresas
inviertan e innoven, asegurando una mejor calidad de vida para los ciudadanos
", dijo
Arturo Bris, profesor de IMD y director del Centro de Competitividad Mundial
IMD, el centro de investigación que compila el ranking. Los economistas consideran que la
competitividad es vital para la salud a largo plazo de la economía de un país,
ya que capacita a las empresas para lograr un crecimiento sostenible, generar
empleos y, en última instancia, mejorar el bienestar de los ciudadanos.
El Ranking Mundial de Competitividad IMD, se estableció en 1989, incorpora 235
indicadores de cada una de las 63 economías clasificadas. La clasificación tiene en cuenta una amplia gama de estadísticas
"duras", como el desempleo, el PIB y el gasto público en salud y
educación, así como datos "blandos" de una encuesta de opinión.
Esta información se
alimenta en cuatro categorías: desempeño económico, infraestructura,
eficiencia del gobierno y eficiencia comercial, para dar una puntuación
final para cada país. No existe una solución única para la competitividad, pero
los países con mejor desempeño tienden a obtener buenas puntuaciones en las
cuatro categorías. Suiza subió al cuarto lugar del quinto, ayudado por el
crecimiento económico, la estabilidad del franco suizo y la infraestructura de
alta calidad. La economía alpina ocupó el primer lugar en educación
universitaria y gerencial, servicios de salud y calidad de vida. Los efectos
del aumento de los precios del combustible influyeron en la clasificación, y la
inflación redujo la competitividad en algunos países. Los ingresos comerciales
más fuertes ayudaron a los productores de petróleo y gas, como el mayor
escalador de este año, Arabia Saudita, que saltó 13 lugares a 26, y Qatar, que
entró en el top 10 por primera vez desde 2013.
Los Emiratos Árabes
Unidos, que ocuparon el puesto 15 en 2016, ingresaron a los cinco primeros por
primera vez. Los EAU ahora ocupan el primer lugar a nivel mundial en cuanto a
eficiencia empresarial, eclipsando a otras economías en áreas como la
productividad, la transformación digital y el espíritu empresarial. Venezuela
permanece anclada al final de la clasificación, afectada por la inflación, el
acceso deficiente al crédito y una economía débil. La economía sudamericana es
la más baja para tres de cuatro de los principales grupos de criterios: desempeño
económico, eficiencia gubernamental e infraestructura.
Por regiones lo más
significativo de dicho informe es lo siguiente:
ASIA
La región de Asia y el
Pacífico surgió como un faro para la competitividad, con 11 de las 14 economías
que mejoraron o se mantuvieron firmes, lideradas por Singapur y Hong Kong SAR
en la parte superior de la tabla global. Indonesia saltó once lugares al puesto
32, disfrutando de la mayor mejora de la región, gracias a una mayor eficiencia
en el sector gubernamental, así como a una mejora en la infraestructura y las
condiciones comerciales. El país del sur de Asia se caracteriza por el menor
costo de la mano de obra en las 63 economías estudiadas. Tailandia, impulsada
por un aumento en las inversiones extranjeras directas y la productividad,
avanzó cinco lugares al puesto 25 en 2019. Japón cayó cinco lugares a la
posición 30, obstaculizado por una economía débil, deuda pública y un entorno
empresarial debilitado.
Europa
La competitividad en toda
Europa ha luchado por ganar terreno con la mayoría de las economías en declive
o ralentizadas. Los países nórdicos, tradicionalmente una región poderosa para
la competitividad, no han logrado avances significativos este año, mientras que
la incertidumbre sobre “Brexit” ha
provocado que el Reino Unido caiga del 20 al 23.
El mayor escalador de la
región, Irlanda, subió cinco lugares al séptimo puesto que las condiciones
comerciales mejoraron junto con el fortalecimiento de la economía. Según los
datos, Irlanda lidera a nivel mundial los incentivos a la inversión, el manejo
de los contratos del sector público y áreas como la imagen, la marca y la
gestión del talento. Portugal registró la mayor caída en la región, bajando
seis lugares a 39º, una reversión de las ganancias obtenidas en el año
anterior.
Medio Este
Una historia de dos
mitades en la región, ya que los productores de combustibles fósiles como
Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudita subieron en la clasificación,
mientras que la inflación tuvo un impacto negativo en Turquía (51º) y Jordania
(57º). Israel (24) disminuyó principalmente debido a un desempeño negativo en
diferentes indicadores de eficiencia del gobierno, como su déficit presupuestario.
Arabia Saudita logró el
mayor ascenso en el ranking mundial, subió 13 lugares a 26, a pesar de una
caída en su puntaje general de desempeño económico. Se registró el ranking
mundial más alto de inversión en educación y le fue bien en finanzas públicas y
empresariales.
América Latina
A los países
latinoamericanos les sigue yendo mal en el ranking. Venezuela se consolidó en
último lugar de la clasificación por un año más, a medida que la crisis
política y económica sigue pasando factura. El país con la clasificación más
alta de esta región, Chile, sufrió la mayor caída este año, bajando 7 lugares al
42, mientras que Brasil y Argentina también se ubicaron entre los cinco
últimos.
Brasil se ubicó en el
lugar más bajo entre los 63 países estudiados por el costo del crédito, lo que
lo convierte en el país más caro para que las compañías pidan prestado y por
sus habilidades lingüísticas.
Sudáfrica
Tiene una puntuación inferior
en infraestructura, especialmente en salud, educación y energía, eliminó las
mejoras en el panorama empresarial a medida que Sudáfrica bajó al puesto 56 del
53.
Por categorías los mejores
países en cada una de las cuatro categorías han sido los siguientes países:
Desempeño económico
Esta categoría mide las
fortalezas competitivas de la economía nacional y su desempeño macroeconómico.
Estados Unidos (1)
China continental (2)
Qatar (5)
Luxemburgo (4)
Singapur (7)
Eficiencia del gobierno
Esta categoría mide el
efecto de las políticas gubernamentales sobre la competitividad.
RAE de Hong Kong (1)
EAU (4)
Singapur (3)
Suiza (2)
Qatar (10)
Eficiencia comercial
Esta categoría mide cuán
innovadoras, rentables y responsables son las empresas en cada país.
EAU (2)
Hong Kong (1)
Irlanda (10)
Holanda (6)
Singapur (11)
Infraestructura
Esta categoría mide cuán
efectiva es la infraestructura para satisfacer las necesidades básicas,
tecnológicas, científicas y de recursos humanos de las empresas.
Estados Unidos (1)
Suiza (2)
Dinamarca (3)
Suecia (5)
Finlandia (6)
Si algo pone de manifiesto
dicho ranking, es que nuestro país y por ende gobierno, tiene un amplio campo de mejora con el fin de facilitar una mejora económica a sus ciudadanos, máxime si tenemos en cuenta
que el mismo tiene un grave problema demográfico ocasionado por el envejecimiento
de una amplia capa de la sociedad. Obviamente para ello al igual que al
comienzo de este post, es necesario saber dónde buscar “las naranjas” que
permita al mismo sobrevivir en un entorno económico donde las cosas cada día
son más…Difíciles.
Ya lo dijo José Luis Sampedro: “El sistema actual está dominado por otras tres palabras mágicas:
Productividad, Competitividad e Innovación, que deberían ser sustituidas por
Repartición Cooperación y Recreación”.
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