domingo, 11 de agosto de 2019

FONDOS DE INVERSIÓN...COHABITANDO CON EL ENEMIGO


Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel Maestro vivía, el hombre finalmente pudo dar con él:
- "Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no se que más hacer para salir adelante".
El sabio le dijo: - "Puedo ayudarte con esto... ¿sabes remar?" Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre empezó a remar hacia el centro a pedido del maestro.
-"¿Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida?" -dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
-"Sigue, sigue -dijo éste- que debemos llegar al centro mismo del lago". Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo:
 -"Arrima tu cara todo lo que puedas al agua y dime qué ves...".
El hombre, pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro todo lo que pudo al agua, aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo esto. De repente, el anciano le empujó y el hombre cayó al agua. Al intentar salir, el sabio le sujetó su cabeza con ambas manos e impidió que saliera a la superficie. Desesperado, el hombre manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua. Cuando estaba a punto de morir ahogado, el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote. Al llegar arriba el hombre, entre toses y ahogos, le gritó:
-"¿Está usted loco? ¿No se da cuenta que casi me ahoga?". Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó:
-"¿Cuándo estabas abajo del agua, en qué pensabas, qué era lo que más deseabas en ese momento?".
-¡¡En respirar, por supuesto!!
-"Bien, pues cuando pienses en triunfar con la misma vehemencia con la que pensabas en ese momento respirar, entonces estarás preparado para triunfar...". Es así de fácil (o de difícil). A veces es bueno llegar al punto del "ahogo" para descubrir el modo en que deben enfocarse los esfuerzos para llegar a algo.

El 8 de agosto un medio digital recogía la siguiente noticia, “Telefónica acelera contactos con fondos internacionales para reforzar su capital” http://bit.ly/2yP1dSG Este post pretende hacer un análisis del impacto de dicha noticia y de las posibles consecuencias de dicha entrada en el accionariado de la compañía. Los fondos soberanos, o Sovereign Wealth Funds, como se conocen en inglés, son vehículos de inversión de propiedad del estado que controlan una cartera de activos financieros nacionales e internacionales. El capital con el que cuentan estas instituciones es clave para las economías dado que permite mitigar los shocks económicos; salvaguardar la riqueza de las generaciones futuras;  desarrollar inversiones clave para el desarrollo del país; pagar las pensiones; o maximizar la rentabilidad de una parte de las reservas internacionales, en concreto la de aquellas que exceden el nivel considerado óptimo y cuya gestión suele estar más orientada a la preservación del capital. Actualmente, se estima que los fondos soberanos tienen unos activos cercanos a los 7 billones de dólares, duplicando los activos que tenían en el año 2007. A modo de referencia, el volumen de reservas total que gestionan los bancos centrales asciende aproximadamente a 13 billones de dólares. El crecimiento del patrimonio de dichos fondos ha venido por dos vías, por una parte como resultado de elevados superávits comerciales, y por la otra, debido a exportaciones de materias primas, principalmente petróleo. En el primer grupo se encuentran los fondos soberanos y autoridades monetarias de países asiáticos como China, Singapur, Corea y Malasia, mientras que el segundo grupo lo conforman, entre otros, los fondos soberanos de los países de la Península Arábica, Noruega y Rusia. Dichos fondos se pueden clasificar en dos tipos, los primeros invierten directamente en los mercados de capitales en instrumentos cotizados tanto de bonos (soberanos, corporativos y financieros) como acciones.  Este tipo de inversión pasa prácticamente desapercibida para el público pero representa, en realidad, la mayor parte de las inversiones de los fondos soberanos. En concreto, se estima que el 35% de los activos bajo gestión está invertido en bonos y otro 35% en acciones. Algunas de estas inversiones siguen índices bursátiles y por tanto, les permite tener una exposición muy diversificada entre sectores y países. Un ejemplo es el protagonizado por el mayor fondo soberano del mundo, el fondo soberano de Noruega (Government Pension Fund Global o GPFG) tiene una importante cartera de inversión en deuda y acciones en España que, a cierre de 2015, sumaba unos 15.800 millones de euros con alrededor de 120 valores diferentes. Al segundo grupo pertenecen el grupo de fondos que realizan sus inversiones directas en empresas y activos (inmobiliario, private equity, adquisición de empresas) que representan prácticamente el 30% de los activos bajo gestión aunque con una tendencia creciente desde apenas el 15% que representaban en 2007. Estas inversiones sí tienen mayor cobertura en los medios de comunicación.


Los fondos soberanos son inversores de largo plazo, es decir pueden tomar decisiones de inversión sobre horizontes temporales de muchos años (excediendo el ciclo económico), lo que les permite asumir posiciones contra-cíclicas. Son fondos de inversión gubernamentales, desarrollados principalmente en los países emergentes, alimentados por los ahorros públicos y destinados a gestionar los activos de los estados en el extranjero. Son creados por gobiernos de países que disponen de un exceso de ahorro debido a sus importantes recursos petroleros (como en Oriente Medio, Rusia, Noruega o Venezuela), excedentes presupuestarios (Singapur) o reservas de divisas de los bancos centrales (China). Aunque ciertos fondos fueron constituidos hace varias décadas para amortiguar las vicisitudes de los precios de las materias primas, desarrollar las infraestructuras o financiar las jubilaciones, el término 'Sovereign Wealth Funds' (SWFs, fondos de patrimonio soberano) no apareció hasta 2006. Son conocidos como inversores de “real money” ya que sus fondos no provienen de endeudamiento (fondos sin apalancamiento) ni tienen pasivos frente a terceros (a diferencia de los fondos de pensiones que tiene pasivos pensionales). Además pueden invertir en activos poco líquidos, ya que no tiene que hacer frente a obligaciones financieras. Esas instituciones se hicieron famosas en 2007 con la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo (subprime): cuando varios bancos internacionales anunciaron depreciaciones récord, fondos chinos (CIC), de Singapur (Temasek, GIC) y de Abu Dhabi (Adia) acudieron a su rescate, recapitalizándolos masivamente. Tras la caída de los precios de algunas materias primas se empieza a detectar un menor volumen inversor por parte de algunos fondos soberanos. Esto está llevando a una optimización de carteras de inversión y la captación de financiación externa para algunas adquisiciones que anteriormente se habrían financiado con fondos propios. Sin embargo los beneficios de algunos fondos son muy explicitas sobre el valor de las mismas, por ejemplo, el Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega, el mayor fondo soberano con un capital de 8,93 billones de coronas noruegas (913.838 millones de euros), logró una rentabilidad del 9,1% en el primer trimestre del 2019, la tercera más elevada desde su fundación, lo que permitió un retorno récord de 738.000 millones de coronas noruegas (75.454 millones de euros), según informó la entidad.

Sin embargo este tipo de fondos no es el que acude a compañías con problemas, son los fondos buitre o (fondos distressed o holdouts). Son fondos de capital riesgo que compran deuda de economías o compañías en problemas cercanas a la quiebra, para posteriormente presionar y cobrar la totalidad del valor de esa deuda, además de los intereses por los años adeudados, sin atender a reestructuraciones o quitas. El principal objetivo de dichos fondos es comprar activos con el menor precio posible y que en el momento de la venta, en un periodo a corto o medio plazo, se venda a otros inversores para conseguir altas rentabilidades. El modus operandi de dichos fondos es el siguiente:
  • Eligen mercados en mala situación económica, casi en quiebra 
  • Cuentan con amplios conocimientos del mercado en el que van a entrar 
  • Están integrados por grandes especialistas en procesos de reestructuración de empresas. Además, por regla general, la mayoría parten de sociedades de inversión de capital riesgo 
  • Compran títulos a muy bajo precio, llegando a ser incluso el 10% o 20% de su valor nominal 
  • Intentan reflotar esta compañía en mal estado para venderla después a un precio mucho más alto del pagado por ella 
  • No obstante, como en cualquier operación, el éxito no está garantizado y toda operación de este tipo conlleva su riesgo  

El fondo Elliot por ejemplo, dicho fondo ha hecho que Klaus Kleinfeld fuera cesado como director de la metalúrgica Arconic y tras adquirir una participación de ThyssenKrupp, el conglomerado industrial alemán, puso en marcha una megafusión de sus activos siderúrgicos con Tata Steel. También ha presionado a Hyundai Motor de Corea del Sur para que abandonara un polémico plan de reestructuración. En Alemania, la primera economía de la Eurozona, acaba de entrar en Bayer, aunque todavía sin poder hablar con sus gestores para explicarle sus planes, según ha reconocido el entorno de Singer. En este país posee participación en la compañía de servicios públicos Uniper y el fabricante de maquinaria de procesamiento de alimentos GEA Group. En todas ellas ha impulsado cambios de estrategia.
En España los fondos buitre como Cerberus y Blackstone también tienen sus negocios, el primero, según anunció el BBVA, compró el 64% del negocio inmobiliario del banco por unos 4.000 millones de euros. El banco con dicha operación no buscaba obtener beneficios, sino rebajar el riesgo del ladrillo y deshacerse de una cartera que en 2016 le supuso unas pérdidas de 600 millones de euros. Esta estrategia de reducir la exposición al ladrillo está siendo seguida por otras entidades financieras, Sabadell ha puesto a la venta varios paquetes inmobiliarios valorados en 10.000 millones de euros. Entre los potenciales compradores están los fondos Blackstone, Cerberus, Lone Star y Apollo. Otras entidades como CaixaBank siguen la misma dirección.
                                      GRÁFICO DE TELEFÓNICA
Se debe recordar, que Telefónica es una compañía estratégica y sistémica para la sociedad española. Sus redes de comunicaciones forman la espina dorsal del sistema de comunicaciones de este país, con lo que eso representa para la seguridad y el tejido económico y productivo del mismo. El cierre de la cotización de las acciones en bolsa el 9 de agosto, 6,335 euros por acción, con una capitalización de 32.990 millones de euros,  supone el nivel más bajo registrado por los títulos de la multinacional española desde el mes de noviembre de 1997. El correctivo es del 15,75% en el año 2019, para una compañía que ha reducido a la mitad su valor sobre el parqué en apenas cuatro años. Desde la llegada del actual equipo directivo, la pérdida de dichos títulos en bolsa es de unos 16.000 millones de euros, el 32,65% menos que tenía a la llegada del mismo a la operadora. Entre los factores que han llevado a esta situación son varios como por ejemplo la limitada capacidad de crecimiento de la compañía en los diferentes mercados donde opera, una competencia feroz con nuevos entrantes (players) en el entretenimiento como Amazon, Disney, Dazn en el competitivo mercado de los contenidos audiovisuales de pago, además de los ya consolidados Netflix y HBO que son también factores que están penalizando su crecimiento, y por último, una regulación asimétrica que está lastrando el desarrollo de los viejos monopolios telefónicos en toda Europa. Todo ello no es eximente de una gestión que adolece de severos errores como ha puesto en relieve el banco de inversión UBS, el cual destaca el elevado precio de los derechos del fútbol. Desde la firma suiza fijan el coste de los derechos en los 1.340 millones de euros y desconfían respecto a la capacidad de Telefónica para conseguir beneficios con este producto. La estrategia comercial de subir los precios y aumentar la penetración del fútbol entre su base de suscriptores, puede suponer un riesgo de que sus clientes se den de baja en un contexto de creciente competencia en el mercado español, detallan en el informe los expertos del banco suizo. Otro de los riesgos que resaltan es el estancamiento del mercado español, principal fuente de ingresos, donde se predicen caídas de los ingresos debido a la conocida como estrategia del “más por más”, la estrategia de cobrar más a cambio de ofrecer packs de productos más completos que el cliente no solicita, ha provocado un alza de los precios, lo que ha aumentado el riesgo de que los mismos traten de optimizar sus gastos, recalando en operadores con precios más ajustados como revelan las cifras de portabilidad que vienen sucediéndose trimestre tras trimestre. En ellas el único operador que tiene crecimientos de líneas tanto fijas como móviles es Masmóvil, siendo acompañado en el mercado móvil en menor medida por el operador rumano Digi.  


Así pues, la llegada de un posible fondo al accionariado de la operadora no es una buena noticia, máxime si tenemos en cuenta que el léxico que se emplea para comunicar la misma no responde a la realidad de lo que puede suceder. El fondo entrante, no viene a reforzar su capital de la operadora con su entrada, sino que el mismo viene a maximizar la inversión que efectúe en la misma, la cual atraviesa serios problemas si nos atenemos a lo publicado por la prensa en estas últimas doce jornadas bursátiles. Los fondos no están para salvar las compañías estratégicas de los países, están para maximizar la inversión que efectúan con el fin de cubrir necesidades a las que tienen que hacer frente, bien sean las de los fondos Sovereign Wealth Funds, como pueden ser las pensiones de un país u otras necesidades, o los fondos de inversión “buitres” con la rentabilidad de sus participantes. Si bien los primeros permanecen silentes en dichos consejos de administración salvo que se produzcan deterioros graves en sus participaciones, los segundos son el enemigo de cualquier compañía, al hacer de la necesidad de la compañía o país su espada de Damocles.
Esperemos que como al comienzo de este post, con el maestro y el discípulo, la operadora no necesite sentirse ahogada para saber dónde debe enfocar los esfuerzos. Ya que dicha situación lleva muchos años dirigiendo a la misma hacia la irrelevancia



Ya lo dijo Rem Koolhaas: Me sorprenden las discrepancias en el mundo del periodismo sobre lo que realmente ocurre, porque hace a lo mejor cinco o diez años sí podía ser cierta esa visión de una arquitectura más conceptual, pero hoy en día esta distinción es totalmente irrelevante.”




 



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