El cerdo sufrió la domesticación en la península de Anatolia, la actual Turquía, una vez que el ser humano dejó de ser nómada para instalarse en una zona y convertirse en sedentario. En Europa se tiene conocimiento de su domesticación desde el 4000 a.C. Durante la Edad Media, en el mundo cristiano, una familia que tuviese un cerdo en su casa o en su pequeña granja era un símbolo de prosperidad y garantía de futuro -“del cerdo se aprovechan hasta los andares”-, ya que en caso de guerras o malas cosechas tenían una fuente de alimento al que recurrir y con el que poder subsistir -además de carne, proporciona embutidos durante un año para la alimentación de una familia-. Recordemos que en la Europa de la Edad Media la esperanza de vida para el hombre era de 49 años y el de las mujeres de 53 años, una corta vida debido a las constantes enfermedades como la Peste Negra, la falta de medidas sanitarias y las frecuentes guerras que asolaban el continente. Durante este periodo de la historia, los pastores de cerdos eran los que mejor conocían los bosques y los linderos, por lo que eran llamados para atestiguar sobre los límites de propiedades y definir su extensión. Hay que recordar que comer carne era un privilegio que solo estaba al alcance de clases adineradas; las clases populares debían conformarse con pan, cereales (gachas), que dependía de la zona geográfica, y casquería. Ante la dificultad para consumir carne por los menos pudientes, tener un cerdo era como ahora tener unos ahorros en una hucha para echar mano de ellos en caso de necesidad… por eso tienen forma de cerdo.
La Inversión Socialmente Responsable (ISR) responde a una tipología de inversión que sigue unos criterios éticos adicionales a los tradicionales. Podemos considerar como criterios de inversión tradicionales; la liquidez, rentabilidad o el riesgo, entre otros. Las ISR, incorporan a la inversión tradicional unos criterios que responden a las siglas ASG. Las siglas ASG, mundialmente conocidas por su acrónimo en inglés ESG, responden a criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo. Es decir, una ISR adoptará una política basada y con referencia en estos criterios. La definicion de cada uno de ellos es la siguiente:
Los criterios
ambientales están vinculados a determinadas actividades que afecten de
forma positiva o negativa al medio ambiente. El impacto directo o indirecto de
la empresa sobre el medio ambiente. Por ejemplo, las emisiones de gases de
efecto invernadero, eficiencia energética, renovables, contaminación, entre
otros.Son indicadores por ejemplo:
- Emisión de gases de efecto invernadero
- Energías renovables
- Eficiencia energética
- Agotamiento de recursos
- Contaminación química
Los criterios
sociales están relacionados con cuestiones que inciden en la comunidad.
Por ejemplo, la mejora de la salud o la educación. Pero también íntimamente
relacionadas con el lugar de trabajo, pensemos en la discriminación o respecto
a los derechos humanos. Son indicadores por ejemplo:
- Salud
- Educación
- Derechos Humanos
- Derechos de los trabajadores
- Prácticas comerciales controvertidas
Finalmente se encuentran los criterios
relacionados con el gobierno corporativo. Se refieren principalmente a
la forma en que está dirigida, administrada y controlada la empresa. Cuestiones
relacionadas, por tanto, con el buen gobierno corporativo, como la calidad en
la gestión, cultura y perfil empresarial. Destacamos, la transparencia,
lobby, rendición de cuentas, etc. Son indicadores por ejemplo:
- Rendición de cuentas
- Órganos de Gobierno
- Transparencia
- Lobby
Por otro lado existen los denominados criterios valorativos. Criterios a través de los cuales se puede identificar que una empresa contribuye positivamente al desarrollo ISR o ESG. Entre estas estrategias destacamos:
- “Screening”, basado en el cumplimiento de normas internacionales. Si la empresa cumple la norma, entonces es invertible bajo criterios ASG. Entre las normas más utilizadas bajo esta estrategia está el Pacto Mundial de Naciones Unidas, normas de la OI.
- Exclusiones por comportamientos contrarios a normativas internacionales y derechos básicos.
- Exclusión de actividades (por ejemplo, armamento controvertido).
- Valoraciones destacadas (Best-in-Class) (a través de la selección de las empresas que, una vez superado el análisis financiero, tienen una mayor valoración ASG, Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo).
- Diálogo con las empresas o engagement accionarial (se trata de mejorar el comportamiento ASG de las empresas a través de procesos de diálogo).
- Integración ASG (integración de los criterios ASG en el análisis financiero tradicional). Es la evaluación de las carteras de inversión con criterios sociales, medioambientales y de buen gobierno, incluyendo explícitamente las consideraciones en materia ASG en el análisis financiero tradicional.
- Como estrategias o criterios valorativos, destacan las inversiones de impacto, temáticas, integración ASG, entre otros.
Fruto de esta nueva ola de “compliance” empresarial, algunos de los mayores fondos del mundo, han movido ficha en post de poner orden en sus carteras. Para ello han comunicado a sus participadas que se adapten a la nueva ola que mueve la nueva gestión empresarial. Si bien los líderes empresariales deben estudiar valoraciones y predicciones de los fondos ASG con ojo crítico, en la actualidad existe una suma estimada de 12 billones de dólares en activos gestionados con metas de desarrollo sostenible en los Estados Unidos, y los analistas del Bank of America Merrill Lynch estiman que los fondos ASG experimentarán un crecimiento de 20 billones de dólares en los próximos 20 años. Mientras tanto, una encuesta (p. 9) realizada por KPMG en 2017 declara que 75% de las 100 empresas de mayor envergadura en todo el planeta están implementando perspectivas sostenibles, cifra que subió del 12% en 1993. Es innegable que los factores ASG se han convertido en una consideración importante en la forma en que las empresas se conducen y gestionan hoy. Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock, escribió en 2020 una carta abierta a los directores ejecutivos que detalla por qué los criterios ASG son la norma de referencia para los inversionistas de hoy. En esencia, Fink declara en su carta abierta: “Miren, sabemos que existen los riesgos climáticos, pero ya no podemos separar los riesgos climáticos de los riesgos comerciales.” Pero Fink agrega que sin normas reales ni transparencia sobre la métrica de los ASG, resulta difícil calcular el valor de estas inversiones en la cotización de las acciones. Por lo tanto, con la iniciativa de corporaciones como BlackRock (que ahora tiene 7 billones de dólares en patrimonio gestionado), las empresas están tratando de dilucidar cómo determinar el costo tanto de incluir como de no incluir los criterios ASG en sus decisiones de inversión.
Existen múltiples razones para justificar la inversión en dichos fondos ASG. Los mismos son beneficiosos para los negocios, resulta cada vez más claro que una buena conducta ASG es una inversión que puede generar rédito de muchas maneras. La gestión de los riesgos ASG es un factor que, como las emisiones de carbono de los centros de datos y los problemas de privacidad y seguridad de los clientes, o fomentar la diversidad del plantel laboral y facilitar la innovación, puede maximizar la rentabilidad; pero también puede crear un incentivo adicional para que los inversores tengan en cuenta a una compañía. Este tipo de inversiones representa un enfoque inteligente de la gestión, incitando el interés de los inversores y lo que, en última instancia, conduce a una mayor rentabilidad. Por otro lado, la inversión con criterios ASG tiene que ser más que una cruz en una casilla. No basta con escribir un par de párrafos en el informe anual de una compañía “vendiéndose” de una forma que le haga sentirse bien. Para muchas compañías, los criterios ASG son terceros en importancia después de las ganancias y la inversión. Algunas compañías pueden pensar que mientras no estén contaminado en un río cumplen los requisitos para la calificación ASG. Pero en una comparación paralela real con verdadero enfoque y procesos ASG, las compañías pueden diferenciarse con claridad y los inversores pueden notar esa diferencia a ojos vista.
En las próximas décadas, se observará un cambio importante en la distribución de la riqueza, ya que la generación de posguerra, los baby boomers, se verá eclipsada por la generación X, la Y y Z. No es un secreto que tanto directivos actuales pertenecientes a la generación baby boomers no están prestando la atención requerida a dicha situación con la atención requerida, todo lo contrario que las generaciones futuras, que tratan por todos los medios que las decisiones no hipotequen un futuro en el que tengan que vivir. Las compañías que no estén bien preparadas van a sufrir las consecuencias cuando se produzca la redistribución generacional de riqueza durante los próximos veinte años. Actualmente se pueden evaluar diversos criterios empresariales, como por ejemplo la deuda corporativa, la cual tiene una serie de normas bien establecida, y saberse qué significa en relación con otra empresa. Pero en este momento, no existe nada de este tipo para los criterios ASG. Sin embargo, todo esto esta a punto de cambiar. Firmas tales como Sustainalytics y MSCI han creado sistemas de puntos que ayudan a los inversores a comprender los esfuerzos y la rentabilidad de las compañías. Un mecanismo de medida universal sería de gran utilidad para las empresas que quieran basar sus gastos y decisiones comerciales en la rentabilidad y el impacto ASG. Las normas de transparencia ayudarán a revelar los procesos internos de una empresa en beneficio de la conducta ASG. Cualquier compañía que no adopte dichos criterios de gestión ASG en los próximos años, sufrirá graves desventajas de crecimiento a largo plazo en las metas y en la rentabilidad. Y sí, las ganancias siguen siendo lo principal, pero las prácticas justas, socialmente responsables y sólidas desde el punto de vista ecológico, también son importantes, para los diferentes stakeholders como empleados, inversores, accionistas, etc. Y las compañías que adopten estas prácticas progresaran y resultaran ganadores a largo plazo. Según el estudio realizado por SPAINSIF en el año 2018, el mercado de las ISR está en auge. Habiendo alcanzado más de 185.000 millones de euros, representativos de un 46% del mercado nacional de IIC y fondos de pensiones. La principal estrategia de inversión que se sigue bajo los criterios ASG es la denominada de exclusión o criterios negativos. No invertir en compañías que no cumplan estándares en materia ASG.
Uno de los criterios que quizás tenga más recorrido actualmente debido al gran déficit que existe es el criterio de la Gobernanza o Gobierno Corporativo. Actualmente estamos viendo como en diversas compañías que no atraviesan un buen momento bursátil y que son emblema del IBEX-35, como son Telefónica, Banco de Santander, BBVA o Iberdrola, tienen hechos o acciones que no están para nada alineados con los criterios ASG. Algunas están atravesando serios problemas judiciales en la macro causa abierta “Tándem”, donde parte de la estructura directiva está imputada en dicho sumario. El 6 de noviembre, la prensa recogía que el presidente del fondo BlackRock, Larry Fink, "había avisado de la “crisis silenciosa” que imposibilita a los Gobiernos para reducir las desigualdades en la población y conseguir acumular el capital necesario para pasar sus últimos años sin estrecheces. Un problema que afectará a Europa con dureza, pero del que tampoco escaparán China y EEUU, que actualmente se disputan la hegemonía mundial". https://bit.ly/2IMhJef Es curioso y llamativo que en la propia noticia se recogían las siguientes declaraciones de Ana Patricia Botín en dicha comparecencia con el señor Fink, “no dudó en insistir en la necesidad de un nuevo "contrato social" para reducir la desigualdad entre los que tienen recursos y las personas que están más desprotegidas. Botín ha llamado a la colaboración entre el sector público y el privado, ya que depende también de los Gobiernos "la transformación de la economía". La empresaria ha pedido, por esta razón, "más seguridad, transparencia, y una fiscalidad justa para que la economía sea sostenible y no necesite apoyos"”. Ironías del destino, el 13 de noviembre se publica en prensa que dicha entidad financiera plantea un ERE para 4.000 empleados y la reubicación de 1.100 empleados, suprimiendo el 30% de las oficinas bancarias del grupo en España, una acción muy “congruente” con lo manifestado hacía unos días por dicha ejecutiva. Una de las cuestiones que se ha demostrado como un grave problema en las grandes corporaciones, es el uso intensivo de la comunicación convirtiendo la misma en propaganda con el fin ganar a la opinión pública en momentos en que las mismas no son precisamente ejemplo bursátil de nada. Una de las cuestiones importantes dentro del ámbito de la gobernanza sería saber el coste de los servicios de comunicación, esta simple cuestión serviría por ejemplo, para vislumbrar la opinión publica el coste de dichos servicios y sacar las pertinentes conclusiones. Una de las cuestiones que ha quedado patente en la crisis del Covid-19 es que los gabinetes de comunicación de algunas compañías son prácticamente los únicos que crecen sin restricción buscando apantallar otras cuestiones que si son importantes https://bit.ly/2QalquF
Otra de las cuestiones importantes dentro de la Gobernanza, han sido las remuneraciones de los directivos con respecto al devenir bursátil de las compañías que dirigen. En algunas compañías se han vivido situaciones llamativas, ya que si bien la evolución de la acción sufrió un retroceso severo para los accionistas, los retribuciones de dichos directivos no han sufrido prácticamente ningún retroceso con respecto a dicho devenir bursátil. En Estados Unidos, en algunas compañías existe implantado un sistema de pago en algunos directivos que cobran 1 dólar de salario al año y el resto de sus retribuciones está ligado al devenir bursátil https://bit.ly/32RpLtz Las retribuciones tienen que ser un elemento que guarde consonancia con la creación de valor para los diferentes stakeholders que integran la misma, los salarios de los altos ejecutivos españoles son casi tan seguros como los de los funcionarios. Según Juan-Pedro Gómez, profesor de IE Business School, “pase lo que pase en la empresa, los presidentes o consejeros delegados van a cobrar lo mismo, lo que los lleva a tomar decisiones conservadoras que generan menos valor para el accionista”. Este investigador ha estudiado, por encargo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la relación existente entre las remuneraciones de los consejeros ejecutivos de las 42 sociedades que cotizaban en el Ibex 35 entre 2013 y 2017 y la evolución del valor de estas compañías en la Bolsa, es decir, la alineación con los objetivos de sus accionistas. Y la conclusión es tajante: “Los ejecutivos muestran una exposición a la rentabilidad de la empresa muy baja”. Cuando el valor de la compañía aumenta 1.000 euros, la riqueza esperada del consejero delegado sube 14 céntimos. Algo que contrasta con lo que sucede en Estados Unidos, explica, donde perciben 3,25 dólares por cada 1.000 dólares de apreciación https://bit.ly/38N8Vjj
Para terminar el post, decir que el cambio hacia normas ASG, dan un impulso a la transparencia y el compromiso con la sociedad a aquellas compañías que se rigen por los principios que recogen las mismas. Con ello se garantiza la continuidad social de nuevas generaciones que ni tienen, ni se debe hipotecar su futuro con aquellas prácticas empresariales reprobables. Es una forma de garantizar una hucha en forma de “cerdo” para años venideros… Lo importante y el reto para los diferentes stakeholders es situar al frente de las compañías a personas creyentes en dichas normas.
Ya lo dijo Mahatma Gandhi: “En medio de la oscuridad, la luz persiste”.
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