Algunas veces se afirma en determinadas situaciones, "se hace leña del árbol caído". El Diccionario de uso del español de María Moliner relaciona la expresión con el hoy desusado refrán "del árbol caído todos hacen leña" y la hace equivaler a "ensañarse con quien se encuentra en una situación desgraciada". El carácter sobrevenido de esta situación queda más claro en la similar definición que nos ofrece el diccionario Akal del Español Coloquial: "ensañarse contra alguien que ha tenido un fracaso". Las características que incorpora la expresión la definen de manera muy completa. La caída del árbol refleja que se ha producido un cambio a peor en la situación de alguna persona. La referencia a la leña es muy concisa y rica pues afea la conducta de quienes no eran capaces de cortar el árbol antes de su caída y ahora se valen de encontrarlo en el suelo, abatido por el rayo o por el viento, para beneficiarse de su madera. Aún más explícita, aunque situada probablemente en el terreno de lo políticamente incorrecto, resulta una antigua expresión española de idéntica significación: "a moro muerto, gran lanzada".
El 23 de noviembre diversos medios de comunicación recogieron la siguiente noticia, “Juan Luis Cebrián espera que el Gobierno "anime" a Telefónica a mantener su presencia en Hispanoamérica” https://bit.ly/39e4yy7 En la misma se recoge el siguiente hecho, “El académico Juan Luis Cebrián ha expresado su "perplejidad" por el anuncio de Telefónica de que se retirará o se quedará en minoría sus actividades en Hispanoamérica y cree que sus accionistas y directivos deben entender que esa presencia fue apoyada por los Gobiernos españoles por una cuestión de Estado”. En un debate organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura (OEI) junto a la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, el expresidente del Grupo Prisa ha dicho que espera que el Gobierno "anime a Telefónica a no tomar decisiones que afectarían al prestigio y desarrollo de la cooperación iberoamericana si se retira de Latinoamérica o permanece como testigo en minoría de las acciones de otras grandes multinacionales”. Hay que recordar que en noviembre del año pasado el presidente de la operadora presento un nuevo plan estratégico en el cual anunció un cambio en su estructura para concentrar sus inversiones en sus cuatro mercados principales (España, Brasil, Alemania y Reino Unido). Dicho cambio implicaba unificar todo su negocio hispanoamericano en una sola filial independiente con el objetivo de venderla, sacarla a Bolsa o dar entrada a nuevos socios. Tras 30 años en la región, la compañía adoptó esta decisión con el objetivo de poner en valor su inversión en la zona y ante la inestabilidad geopolítica, regulatoria y cambiaria en países como Venezuela, Perú, Colombia o México. El debate entre Cebrián y la ministra González Laya se ha producido en un contexto en el que España quiere ayudar a superar el impacto de la pandemia de Covid-19 en la región, no solo desde el punto de vista sanitario sino también socioeconómico.
Las afirmación del señor Cebrián coincide con lo manifestado por mí en el blog el 29 de noviembre del año 2019, en un post que escribí cuyo título era “ESPAÑA, LATINOAMÉRICA Y TELEFÓNICA, UNA UNIÓN INDISOLUBLE...PESE A LO QUE PRETENDEN ALGUNOS” http://bit.ly/2q60YC0 Posteriormente, he escrito diversos post en el blog sobre el activo de Latinoamérica donde reincidía en esa idea desde diferentes ópticas, pero todas convergen con una idea, Latinoamérica es nuestro mercado natural y los vínculos que nos unen con dichos países tiene 528 años de destino unidos. Lo importante de las declaraciones de Cebrián no es tanto el hecho de que ponga en valor los activos de dicho continente para Telefónica, sino la importancia de la presencia en dicho mercado para la geo estrategia europea, sino que dichas declaraciones vienen del instinto de alguien que sabe y conoce los entresijos que se mueven entre las bambalinas del poder. Sus declaraciones vienen precedidas de toda una serie de hechos que propiciaron su salida de PRISA, después de su rendición ante el Gobierno de Rajoy y dos compañías del IBEX que están en su accionariado, tras una dura batalla empresarial que duró 70 días. Como recogió un diario, “Se queda, pese a que entregará el 1 de enero el bastón de mando a Manuel Polanco. Se queda porque él ha querido y se queda porque en los últimos setenta días ha realizado una serie de movimientos para perpetuarse en la compañía. Una historia que EL ESPAÑOL reconstruye en estas líneas. La historia de una rendición (como la de Breda) en la que Juan Luis entregó el control de El País a Moncloa y a dos de las principales empresas del Ibex: el Santander y Telefónica. Todo a cambio de perpetuarse en Prisa con sus condiciones” https://bit.ly/39gZcCa Si hacemos historia de lo acaecido hasta llegar a la situación anterior descrita, tenemos un rosario de hechos a cuál más ilustrativo de la gestión de Cebrián al frente de PRISA. Hay que recordar que cuando abandona la presidencia ejecutiva de PRISA en el año 2017 con 72 años, Cebrián, pretendió quedarse para continuar controlando El País y prestar al Gobierno los servicios que se requieren de él. En el año 2008 Cebrián jugó a ser Rupert Murdoch y lanzó una OPA por el 100% de las acciones de Sogecable, el imperio televisivo de Prisa, en la típica operación de capitalismo de altos vuelos para la que se necesitan aliados poderosos y la ayuda de los grandes bancos. Algunos de los primeros le fallaron a Cebrián y por tanto quedó en manos de los segundos. En el mismo día que se cerraba la OPA, Telefónica anunció que se unía a ella y vendía sus acciones, el 16,7%, a pesar de que había garantizado a Cebrián que no lo haría. César Alierta vio una oportunidad de negocio inmediata y salió huyendo con el dinero. En la planta noble de Prisa, la noticia dejó helados a todos. Prisa debía asumir un mayor coste de la OPA, muy por encima de sus posibilidades financieras. Alguien había engañado al gran jefe. Había recibido una lección en el "arte de la guerra" de Sun Tzu en los negocios. Por esa grieta cayó toda la empresa, pero no su presidente (Cebrián).
Los créditos que no se podían devolver se convirtieron en acciones de Prisa en manos de los bancos. La acción pasó a valer menos que un ejemplar del periódico. Fondos de inversión de interés escaso por el objeto social de la empresa y millonarios de México y Qatar acudieron al rescate. Cebrián buscó el apoyo de Moncloa para mantener controladas a las entidades financieras, no sea que decidieran un cambio en la cúpula. Obviamente, Moncloa, en especial la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, se cobró la deuda con intereses leoninos. Ante dicha situación, la sociedad lanzó un ERE que supuso el despido en El País –comunicado en sábado y por correo– de 129 trabajadores de la redacción, una tercera parte del total, en noviembre de 2012. En el año 2014 vendió Digital Plus, la pieza más importante de sus activos. Antes había hecho lo mismo con Cuatro. El ERE provocó un trauma irreparable en la redacción del periódico. Las razones de Cebrián dolieron aún más si se tiene en cuenta la falta de coherencia mostrada por dicha persona: "No podéis seguir viviendo tan bien", dijo en una reunión con el comité de empresa. Los demás no, pero él sí. Había ingresado de forma extraordinaria 13 millones de euros en 2011. "Mis emolumentos nada tienen que ver con eso (la situación de la empresa) y son los habituales del mercado", dijo. Sólo le superó ese año Pablo Isla, máximo ejecutivo de Inditex, que ingresó 20,3 millones. Pero la empresa textil tuvo en ese ejercicio beneficios de 1.923 millones de euros, mientras que Prisa perdió 451 millones. Sin duda, el mercado no era igual para todos. Cuanto más defendía Cebrián los despidos masivos, más parecía despreciar a sus periodistas. "El tema más preocupante es que la edad media de la plantilla es de 53 años", dijo reduciendo de forma dramática no la edad de jubilación, sino la edad en la que los periodistas son útiles en la llamada era digital. De un plumazo, barría a los reporteros con más experiencia, especializados en sus temas y que llevaban años sacando noticias con las que el periódico abría su primera página. Uno de esos periodistas eliminados y despreciados por tener más de 53 años, José Yoldi, esperó a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el ERE para responder. Esa sentencia recordaba que "las retribuciones (en 2011) de los Consejeros Ejecutivos del Grupo Prisa (...) han aumentado en más del 160% respecto a las percibidas en 2010". Y que las pérdidas se debían a "las pérdidas de valor del fondo de comercio a nivel consolidado y del deterioro de instrumentos financieros en poder de Prisa". Es decir, fundamentalmente no a la cuenta de resultados. En el año 2014, Cebrián fue el ejecutivo mejor pagado de los medios de comunicación españoles con una retribución de 1,8 millones. Cobró incluso más que Paolo Vasile, aburrido de conseguir beneficios millonarios para su empresa. Fueron las cosas del mercado. En una entrevista realizada a Cebrián en el año 2012, dejó claro de forma irónica que la prensa que le dio tanto dinero e influencia política era ya una cosa del pasado: "Yo digo que somos zombis. Ya nos hemos muerto. Lo que pasa es que, como buenos zombis, nos negamos a pensar que estamos muertos. Nos sentamos con los demás y ellos saben que somos zombis, pero nos aceptan en la mesa".
Con el apoyo de Cebrián y de Moncloa, el periódico fue con todo contra Pedro Sánchez en las primarias socialistas donde el actual Presidente del Gobierno venció a la candidata del aparato, Susana Diaz. "El PSOE se asoma al abismo", tituló el día de la votación cuando parecía muy posible que Sánchez ganara, como así ocurrió. El editorial del día del debate de los tres candidatos destacó que se habían enfrentado "un pasado dominado por las derrotas y las divisiones internas (es decir, Sánchez) y un futuro dominado por la reconstrucción" (es decir, Díaz). Para complicar más la situación, aún quedaba un suceso que añadiría más pérdida de credibilidad, fueron los Papeles de Panamá. Los mismos incluyeron a la anterior esposa de Cebrián en los documentos de una empresa domiciliada en un paraíso fiscal. En los años en que ambos estaban casados en régimen de gananciales, ella figuró como apoderada de una sociedad en las Seychelles sin tener una actividad económica conocida. Salió a relucir la amistad de Cebrián con un intermediario iraní con negocios ocultos bajo empresas pantalla y las acciones de una empresa petrolífera que pretendía hacer negocios en un país en guerra, Sudán del Sur. Cebrián reaccionó con virulencia afirmando no tenía nada que ver con esta historia, y al final forzó a la empresa a querellarse contra “El Confidencial”, uno de los medios que dio esa información. "Creo que ha habido una campaña de difamación de ciertos sectores, de las más pequeñas que hemos padecido en los 40 años", dijo utilizando la primera persona del plural en varias ocasiones en una entrevista en la que le preguntaron por la a polémica. Cebrián, desde la portada de "El País", también amenazó a eldiario.es y a La Sexta con demandas que nunca se llegaron a presentar. https://bit.ly/2HBFVA3
La aparición de Cebrián en este momento, hay que verla como un hecho oportunista de alguien que en este momento trata de sacarse la espina de un oponenete que atraviesa momentos difíciles . Quizás, este tipo de acciones nada honorables definen a quien las realiza cuando ve a alguien en dificultades con el que ha tenido sus luchas, sin embargo, en lo sustancial el abandono de Latinoamérica por parte de la operadora, no es una buena decisión después de la multitud de vínculos que nos unen y que vengo reseñando en el blog… Esperemos que en lo sustancial, el sentido común se imponga y nada perjudicial para la operadora se lleve a efecto.
Ya lo dijo Jorge Luis Borges: “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”.
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