La inmensa mayoría de los miedos que sentimos son condicionados, es decir, primero se aprende a tener miedo y luego se archiva en el cerebro esa información. La amígdala es el centro de condicionamiento del miedo, donde se aprende y se mantiene el significado emocional de las señales sensoriales, incluidas las señales de miedo. Un ejemplo extremo de miedo aprendido lo constituyen las fobias, reacciones de miedo intenso asociado a ansiedad, que se manifiestan frente a animales, objetos, fenómenos de la naturaleza o la comunicación e interacción humana. Hay dos tipos diferentes de miedos: unos son endógenos porque no están aprendidos ya que vienen programados genéticamente. Son menos numerosos que los miedos adquiridos e incluyen el miedo a fenómenos naturales como los rayos o las tormentas, o el miedo a la muerte, que es el miedo congénito más ancestral que existe en la especie humana. Investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York han estudiado una de las fobias más comunes que existen: el miedo a las arañas y a las serpientes. Entre sus conclusiones destacan que este temor se originó hace cientos de miles de años, al comienzo de la evolución humana en África, donde las arañas eran un peligro inminente. Un gran número de especies con venenos potentes poblaba el continente mucho antes que los homínidos y coexistieron con ellos durante millones de años, comenta Joshua New, director del estudio. Como desvela el estudio, el miedo fue tan grande en las primeras etapas de evolución humana que quedó grabado a nivel genético. Asimismo el biólogo Nathan H. Lens reafirma esta tesis en su libro “No tan diferentes”. En el mismo explica como la mayoría de los primates temen a serpientes y arañas, de la misma forma que lo hacen los humanos. “A lo largo de la larga historia de los primates, las serpientes han estado entre sus más letales depredadores. Lo que significa que la tendencia humana a tenerles miedo podría ser una herencia de nuestros ancestros”, comenta en el escrito. Por otro lado, el síndrome de Kluver-Bucy es un ejemplo de cómo se pueden perder los miedos que han sido aprendidos previamente. Se trata de una lesión de amígdalas cerebrales que generan una insensibilidad general frente a los estímulos generadores de miedo, no solo en animales sino en humanos. El miedo, como observamos es muy difícil erradicarlo del ser humano, ya que algunos miedos son innatos, como por ejemplo el temor a la muerte. Además, cualquier entorno social pude disparar dichos miedos ante determinados estímulos… Y la bolsa es un claro ejemplo.
El 16 de octubre se publicaba en un digital “Telefónica asusta ya hasta los que compraron bajo 3,4 euros” https://bit.ly/348QWRK , en la misma se dice lo siguiente, “Deleznable, vergonzoso, decepcionante, desilusionante y no sé cuántos adjetivos “descalificativos” dar al comportamiento de Telefónica en nuestra Bolsa, ahora mismo mete miedo hasta quienes han comprado bajo mínimos de febrero (3,4 euros) y con una divergencia alcista catedralicia. La cotización dio un hálito de esperanza al romper la canalización bajista que traía desde sus últimos máximos relativo o del rebote de marzo en 4,8 euros y tras un pullback a los mínimos de febrero volvió recibir una descarga de papel que la acerca otra vez a mínimos. Telefónica a estos precios ni es venta, ni es reducción, ni es des ponderación, ni es compra, ni es nada de nada a ningún tipo de plazo y si hubiera que hacer algo sería comprar y olvidar que la tenemos a ver si con el tiempo y una caña nos retribuye el riesgo de comprarla en mínimos de siglo. Lo de salir del Euro Stoxx 50 le está trayendo malas consecuencias, los fondos/ETF -réplica de índices tanto generales como sectoriales tienen que salir de la Matilde y entrar en los nuevos valores que la sustituyen. Los Planes estratégicos de Pallete está claro que no se los creen ni en la casa, es ahora mismo la peor teleco europea con diferencia de la segunda. Pero claro quien la tenga que la mantenga. Y que la bonita era su filial alemana. Resumen para sus inversores bajo 3,4= sufrimiento”.
Se puede hablar más alto pero no más claro, lo que quizás falta por añadir para completar dicha imagen es lo siguiente; al finalizar el primer semestre del año 2020 tiene una deuda financiera neta de unos 37.291 millones de euros, en los seis primeros meses del año 2020, ha ganado unos 831 millones de euros. Si a esta situación añadimos que en el año actual, el pago de dividendo alcanza unos 2.050 millones de euros bien sea en “scrip” o en metálico, el valor bursátil al finalizar el viernes era de unos 16.430 millones de euros. Con estos datos, tenemos una imagen muy precisa de como se encuentra actualmente la operadora.
Con la situación actual descrita anteriormente, hoy en la prensa nos encontramos con una noticia cuando menos curiosa si tenemos en cuenta cual es la carta de presentación bursátil que presenta el actual equipo directivo de la operadora. En un periódico de tirada nacional se publicó el siguiente titular, “Telefónica propone al Gobierno un gran plan para convertir España en la capital digital de Europa”. El diario afirma lo siguiente; “Según ha podido saber ABC, con este propósito, Telefónica ha presentado al Gobierno un ambicioso plan de acción que permitiría a España no sólo cumplir con las directrices de Bruselas y canalizar la llegada de fondos públicos y talento, sino “convertirla en la punta de lanza de la Cuarta Revolución Industrial”. Es conocido que del total de los fondos que componen el fondo Next Generation EU, dotado con un total de 140.000 millones de euros de fondos europeos, 24.000 millones de euros se van a dedicar a la digitalización de la sociedad española. A esta cantidad habría que sumar la derivada de la transformación digital indirecta en otras actividades y sectores, hasta alcanzar un total de 40.000 millones de euros. Bien es cierto, que desde que se aprobó por la Unión Europea la partida de dichos fondos el 27 de mayo, el Gobierno actual no ha soltado prenda ni ha hecho ninguna manifestación o reunión explícita que nos ayude a vislumbrar ningún apoyo al equipo actual de Telefónica. Lo que si parece claro y evidente como vengo diciendo hace tiempo, es que Telefónica jugará un papel central en la digitalización de España. Para ello, previamente deberá acometer una serie de medidas que estabilicen su accionariado y garanticen una cierta tranquilidad como la que gozan por ejemplo sus pares en Francia (Orange), donde el Estado francés posee un 23% de su accionariado, o en Alemania donde el Gobierno alemán posee un 30% del capital de su operadora incumbente.
La digitalización será un tractor motriz para multitud de sectores económicos de la economía española, y la oficina abierta para la aprobación de proyectos que reciban subvención, estará controlada tanto por Iván Redondo como en última instancia por el “ajedrecista” (Pedro Sánchez). Aunque si uno lee, los comentarios de los ciudadanos que han escrito a la noticia, parece que el equipo directivo no goza con ninguna credibilidad. La España vacía tiene una oportunidad única para que multitud de poblaciones recuperen la vida que fue aniquilada por una natalidad letal de la sociedad española. Para ello, el Gobierno tiene que poner los mimbres y sentar las bases con las personas adecuadas que aseguren y crean (sus actos tienen que ser su carta de presentación) de la oportunidad única que se ha abierto por el gran problema que ha supuesto la Covid-19.
Para terminar el post, decir que si bien la mayoría de los miedos de las personas son adquiridos por las vivencias vividas, si uno ve lo sucedido en la operadora en los últimos 4 años… Dichos miedos están fundados y deben cuando menos comprendidos.
Ya lo
dijo Friedrich Hebbel : “Muchos no creen en nada, pero temen a
todo”.
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