Un maestro tenía la costumbre de contar un cuento al
terminar cada lección, pero los alumnos no siempre entendían el mensaje de la
misma.
-Profe, le dijo uno de sus estudiantes un
día-, siempre nos cuentas un cuento pero nunca nos explicas lo que significa.
-Perdóname, mira, te voy a regalar una jugosa
manzana, y además te la voy a pelar para que no te esfuerces.
-¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en la mano, te la corte en
trozos para que sea más cómodo?
-Me gustaría, pero es demasiado abuso.
-No es un abuso si yo te lo ofrezco. Déjame que también te lo mastique
antes de dártelo.
- ¡No, no me gustaría que hieras eso!- se
quejó sorprendido y contrariado el alumno
El profesor
hizo una pausa, sonrió y le dijo:
-Si yo les explicara el sentido de cada uno de los cuentos a mis alumnos,
sería como darles a comer fruta masticada.
La "Innovación
inversa" o "Innovación por goteo" (“trickle-up innovation”) es aquella que se genera y produce en mercados
de países emergentes para luego ser extendida al resto de economías, incluidos
los mercados de los países desarrollados, hasta ahora dominadores absolutos de dicho
proceso. Otro nombre que recibe dicha innovación es "Innovación reversible", el
término proviene de, “Reverse
Innovation “, el cual fue popularizado por los profesores de Darmouth
Vijay Govindarajan y Chris Trimble con un libro que lleva el mismo título.
El origen de dicho proceso innovador se le atribuye a Coimbatore Krishnarao Prahalad, el cual denunció en el
año 2004 la paradoja en la que vivían más de 4000 millones de personas con una
renta de 2 dólares diarios. Tras más de 50 años de lucha contra dicha
pobreza, los organismos públicos como: gobiernos, agencias gubernamentales, ONGs,
etc., no habían sido capaces de erradicar la misma. Y es aquí donde C. K.
Prahalad comienza su libro, “La fortuna en la base de la pirámide”,
con una propuesta revolucionaria para erradicar la misma. Para este profesor ya
fallecido, afirmaba que había que ver y pensar en los pobres como oportunidad y
no como una carga para el primer mundo, para ellos se abre una gran oportunidad
si vemos a dichas personas como empresarios y consumidores. Este
vasto mercado de 4.000 millones de personas, necesita de las grandes
corporaciones para relanzar a la sociedad civil y los gobiernos locales. El
fin último de dicho trabajo es armar un modelo de desarrollo donde se fomente
la iniciativa y la creatividad que alumbre innovaciones que permitan a dichas
sociedades salir de dicha pobreza al exportar dichas mejoras al primer mundo
(innovación inversa). Este desarrollo económico servirá además para
fortalecer el tejido productivo del primer mundo, ya que al tener que
desarrollar nuevas formas de trabajo que garanticen un producto o servicio en
mercados donde las rentas son infinitamente más bajas que en el primer mundo,
las compañías se adaptaran a modelos de eficiencia y desarrollo que no existen
actualmente en el primer mundo, con lo que cuando se traspongan a dicho primer
mundo la rentabilidad de las mismas saldrá fortalecida.
Los
potenciales clientes “pobres” demandan
soluciones en una curva precio-rendimiento completamente diferente a la del
primer mundo, ellos exigen nuevas
soluciones de alta tecnología a bajo costo y de calidad suficientemente buena.
Para las grandes multinacionales, el ignorar la “Innovación inversa”
puede tener un alto coste, es una oportunidad perdida que puede abrir la puerta
a los llamados gigantes emergentes, son aquellas compañías con sede en el mundo
en desarrollo, que pueden causar graves daños en los mercados domésticos donde están
establecidas las multinacionales del primer mundo. El proceso de globalización
de las multinacionales norteamericanas ha seguido un proceso evolutivo que
puede verse en 4 fases, con ellas se llega a la "Innovación inversa":
Fase 1. Globalización. Las multinacionales construyeron
economías de escala sin precedentes vendiendo productos y servicios a mercados
en todo el mundo. La innovación sucedió en el país origen de la compañía y
luego se distribuían por todo el mundo.
Fase 2. Glocalización. En esta fase, las multinacionales
reconocieron que si bien la Fase 1 había minimizado los costos, no eran tan
competitivos en los mercados locales como debían ser. Por lo tanto, se
centraron en ganar cuota de mercado adaptando las ofertas globales para satisfacer
las necesidades locales. La innovación se originó todavía en las
necesidades del país de origen, pero los servicios se modificaron
posteriormente para ganar en cada mercado. Para satisfacer los
presupuestos de los clientes de los países pobres, destacando productos
existentes.
Fase 3. Innovación Local. En esta fase, se aborda la primera
mitad del proceso de innovación inversa, las
multinacionales están enfocadas en el desarrollo de productos “en
el país, para el país”. Par ello se adopta una evaluación desde cero de
las necesidades del cliente, en lugar de suponer que sólo harán modificaciones
a los productos que ya tienen. A medida que los equipos desarrollan productos
para el mercado local, la compañía se conecta y beneficia de los recursos a
nivel global.
Fase 4. Innovación Inversa. Si la Fase 3 es “en el país, por el país”,
la fase 4 es “en el país, para el mundo”. Las multinacionales completan el
proceso de innovación inversa tomando las innovaciones originariamente creadas
para los países pobres, adaptándolos y ampliándolos para su uso en todo el
mundo.
La “Innovación inversa” requiere de una mirada
completamente diferente de la aplicada hasta la fecha por las personas y
corporaciones del primer mundo. Un individuo que tiene una renta de 10 dólares
para gastar, tiene una escala de necesidades completamente diferente 10 individuos
que tienen una renta de 1 dólar para gastar. Según la consultora Ernest &
Young, las cifras son asombrosas. En el año 2000, tan
solo 10% del gasto incurrido por la clase media de todo el mundo tuvo lugar en
Asia. Para el 2030, este porcentaje podría aumentar a 40% (ver tabla 1). En el
2009, la clase media de Asia-Pacífico gastó poco menos de 5 billones de
dólares. Para el año 2030, esta cifra podría aumentar a casi 33 billones de
dólares según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE). Entre el año 2012 y 2030, el número de personas de la
clase media global crecerá de 1800 millones a 4900 millones. La
gran mayoría de estos 3000 millones de nuevos consumidores, que gastarán
diariamente entre 10 y 100 dólares, vivirán en Asia y en otros mercados de
rápido crecimiento. Aunque la mayoría de estos consumidores tendrá
gastos que tienden más hacia la parte baja de este rango y por lo tanto, no se
les considerará como parte de la clase media con base en los estándares de las
economías desarrolladas, este grupo tan grande aún tendrá un poder adquisitivo
importante. Desde 2009 hasta 2030, la demanda de la clase media global podría
crecer de 21 billones a 56 billones de dólares. Es una oportunidad para ambos mundos
(el pobre y el rico) ya que:
- El 85% de los ciudadanos del mundo viven en países pobres.
- Los países pobres representarán por lo menos 2/3 del crecimiento del PIB mundial en las próximas décadas
Se
abre un escenario nuevo para el primer mundo y las economías en desarrollo, la
tecnología ha proporcionado un nuevo escenario con el que limitar el gap o
desventaja que tenían dichos países en desarrollo. Actualmente existen países
en desarrollo que atesoran unas capacidades que asombran al mundo, un ejemplo
lo tenemos en Bangalore (India). La abundancia de ingenieros, su conocimiento
del inglés, los menores costes laborales y la calidad de sus servicios son las
principales bazas de la informática india. Es un fenómeno imparable y
creciente, cada año salen de los prestigiosos institutos indios de tecnología 250.000
nuevos ingenieros de una categoría que supera a las de las universidades
norteamericanas. IBM es la multinacional que más
empleo crea en India. En su macro campus de 1.500 hectáreas (mayor que el que
tiene en EEUU) da trabajo a más
de 100.000 personas. Incluye centros de desarrollo,
soporte (outsourcing y atención al
cliente), integración e I+D.
Las
grandes corporaciones llevan proyectos de desarrollo a dichos países pobres que
muchas veces cubren únicamente necesidades básicas, pero no son
inclusivos en cuanto a generar tejido productivo que sirva para sacar de la
pobreza a dichas sociedades. Es hora de enseñarles a pescar en
lugar de darles la caña…Ya que de dicha acción nos beneficiaremos
todos...No unos pocos como ahora, que lavan su mala conciencia entregando unos
cuantos peces para que coman unos días.
Ya
lo dijo Coimbatore K. Prahalad: “Soy un alumno más que sigue
hambriento de aprender cosas nuevas”.
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