Grecia es la cuna del teatro occidental, su
origen se remite a las celebraciones religiosas en honor al dios Dioniso,
divinidad de la fecundidad, de la vegetación y de la vendimia (el vino). Los
griegos celebraban estas fiestas en sus conjuros con objeto de ahuyentar los
espíritus malígnos y otras pantomimas o bufonadas.
Todo comenzaba con una comitiva, un carro que recorría las calles con la
estatua de Dioniso sobre él, rodeado de bailarines que representaban a
los sátiros- compañeros de la divinidad masculina- y seguido por jóvenes ansiosos
de alcanzar el éxtasis dionisíaco. En honor a dicho dios, se sacrificaba un
carnero cuya sangre servía para fertilizar los campos mientras las personas
bailaban y canturriaban algunos textos. Esto se conoce como el ditirambo,
y se llevó a cabo en las afueras de cualquier pueblo griego. El mito dice que
durante estas invocaciones, un griego pasado de vino se levantó y dijo: ¡Yo
soy Dionisio!, ¿Qué
quereis?, y así nació el primer actor en el sentido
estricto del término. Desde entonces, un “primer
actor” salió del coro para
disfrazarse de dios, luego se representarían escenas de su vida, y finalmente,
de los hombres.
Dos son los géneros teatrales fundamentales: la
tragedia y la comedia. La tragedia pone en escena los grandes
problemas de la condición humana: el destino, la libertad, el
concepto de culpa, etc. Sus personajes son casi siempre héroes o dioses,
personajes relacionados con el mundo del mito. Estos personajes suelen utilizar
un lenguaje grandilocuente, sin embargo sus finales son trágicos y violentos, siendo
frecuente la muerte o el sufrimiento del héroe. En la comedia, aunque
puede llegar a plantear temas elevados, normalmente éstos tienen más que ver
con la vida cotidiana, sus personajes son seres de la vida cotidiana, siendo menor
la importancia del elemento mítico. A diferencia de la tragedia, los finales de la comedia suelen
ser normalmente felices. Destacaron en la época dorada del teatro griego allá
por el siglo V al IV a. C. en la tragedia tres grandes genios: Esquilo (525-455 a. de
C); Sófocles
(496-406 a. de C.) y Eurípides
(480-406 a. de C). En la comedia destacaron Aristófanes (445-386 a. de C.) y Menandro (343-292 a.
de C).
Las empresas adquiridas obtuvieron durante los años previos a la adquisición resultados económicos más mediocres que sus competidores, tales como: endeudamiento más elevado, pérdida de clientes, reducción de la cuota de mercado, etc. Parece, pues, deseable para la salud económica de cualquier país, disponer de agentes económicos fuertes y solventes en los sectores estratégicos como son: las telecomunicaciones, la energía, el agua, etc. Aquellas compañías que se encuentran en esta situación de solvencia buscaran otras compañías “mal gestionadas” con potenciales negocios donde la sinergia de ambas haga crecer la riqueza del oferente. Esto a nivel directivo provoca dos efectos saludables: por un lado, los directivos capaces se esforzarán más en el desempeño de su tarea, por otro, los directivos ineficientes tendrán que buscar otro empleo más acorde con sus capacidades. Lo que es difícilmente comprensible por ejemplo, es que una compañía pueda permanecer 36 trimestres con pérdida de clientes y que los directivos no tomen medidas correctoras de dicha situación, cuando se da este tipo de fenómenos lo que existe es una pseudogestión, como manifeste en el post ,PSEUDOGESTIÓN DIRECTIVA...UN ENGAÑO A LOS DIFERENTES STAKEHOLDERS . Han sido numerosos los artículos académicos que han abordado esta situación, unos se han fijado exclusivamente en las consecuencias para el CEO, otros, en los altos ejecutivos en general y otros han tratado también el asunto desde una perspectiva más amplia de la rotación ejecutiva en general, donde se incluyen despidos y salidas voluntarias. Algunos autores han estimado que el despido del CEO por malos resultados representa entre un 10 y un 20% de los abandonos (Herman, 1981; James y Soref, 1981; Vancil, 1987; Boeker, 1992).
El mercado
de las OPAS es uno de los de mayor crecimiento en los
últimos años. En este mercado se realizan transacciones cuyo resultado final es
normalmente un cambio del equipo directivo, del Consejo de Administración
y, por consiguiente de la gestión de la empresa. Los cambios en la estructura empresarial
producidos por esta actividad son muy controvertidos en la literatura académica
y empresarial. Para algunos expertos, las fusiones o "takeovers"
(adquisiciones) producen desaliento en las compañías que son
adquiridas, generando una reducción en la productividad y dañan la economía
nacional donde está radicada dicha compañía, ya que el centro de decisiones se traslada si la oferente viene de otro país. Otros expertos sin embargo afirman
que los "takeovers" lejos de ser lesivas, mejoran el control
y la gestión de los activos empresariales favoreciendo la distribución de los
recursos productivos, dando lugar a una mejora en la eficacia y eficiencia de
dichos recursos. Los
accionistas de las compañías adquiridas son los principales beneficiarios de los
cambios en el control, toda vez que las "primas" que los compradores
pagan por adquirir acciones de las empresas objetivo, sobrepasan, como media,
el 30% de la cotización de las acciones en el caso de adquisiciones y el 20% en
el caso de fusiones.
En Estados Unidos se han hecho multitud de estudios al respecto sobre este tema, y las principales conclusiones de los mismos son las siguientes:
En Estados Unidos se han hecho multitud de estudios al respecto sobre este tema, y las principales conclusiones de los mismos son las siguientes:
- Las empresas compradoras aumentan también -de media- su valor, aunque en menor proporción que la empresa adquirida.
- Las tomas de control no suponen un despilfarro de recursos financieros, toda vez que el valor conjunto de la empresa compradora y vendedora - tras el cambio de control- aumenta en promedio en más de un 8%.
- Las medidas adoptadas por los directivos tendentes a evitar o dificultar las tomas de control suponen una pérdida (una expropiación para los accionistas).
- Los "golden parachutes" (contrato blindado entre una empresa y un empleado, por lo general un directivo, especificando que el empleado va a recibir ciertos beneficios significativos en caso de rescisión del contrato que lo vincula con la empresa adquirida) no perjudican en promedio a los accionistas. http://bit.ly/2nRaYe9
- Las actividades de los llamados "tiburones financieros" son beneficiosas para los accionistas de las firmas adquiridas y mejoran sustancialmente la gestión de las empresas.
- Los
beneficios de las tomas de control no se producen como consecuencia de un
aumento del poder monopolístico de la empresa compradora.
Según la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de
Valores) español, pueden existir distintos tipos de opas, según
su finalidad y características:
- Opas obligatorias / opas voluntarias
- Opas por toma de control
- Opa competidora
- Opas de exclusión
- Opas amistosas
Opas obligatorias / opas voluntarias
La legislación establece determinados supuestos en los
que es obligatorio lanzar una opa: cuando un accionista alcanza el control de
la sociedad, cuando la sociedad acuerda la exclusión de negociación de sus
acciones y cuando la sociedad realiza una reducción de capital mediante la
compra de sus propias acciones para su posterior amortización. Las opas
obligatorias se deben presentar por el 100% de las acciones de la compañía a un
precio equitativo y no pueden estar sujetas a condición alguna, salvo a la
obtención si corresponde, de la autorización de las autoridades de defensa de
la competencia. Las opas voluntarias no están sujetas a la obligación legal de
formularse a un precio equitativo o al 100% de las acciones, en ellas además el
oferente puede establecer condiciones como, por ejemplo, conseguir que acepten
la oferta un número mínimo de acciones para hacer efectiva la misma.
Opas por toma de control
Las Opas por toma de control tienen como finalidad
permitir a los accionistas de la sociedad opada vender sus acciones a un precio
equitativo, una vez que la sociedad oferente tiene el control de la sociedad
opada.
Opa competidora
Se habla de opa competidora cuando la oferta afecta a
valores sobre los que ya se ha presentado otra opa cuyo plazo de aceptación aún
no ha finalizado.
Opas de exclusión
Las opas de exclusión tienen como objetivo permitir a
los accionistas vender sus acciones antes de que la compañía deje de cotizar en
bolsa, en este tipo de opas la contraprestación será siempre dinero.
Opas amistosas
Se consideran opas amistosas si se presentan tras un
acuerdo entre la sociedad oferente y los accionistas significativos o el
consejo de administración de la sociedad opada. Si no existe acuerdo previo
suelen denominarse opas hostiles, aunque este calificativo no debe prejuzgar su
posible interés para los accionistas.
En el caso español, aquella OPA que se sitúa por
debajo del 30% del capital no necesita permisos solo comunicar a la CNMV la adquisición de los paquetes de acciones. En compañías como los
"blue chips"(Telefónica, Repsol, Santander, BBVA, Iberdrola) del IBEX
35, cualquier oferente que adquiera una participación por encima del 20%
del capital, tendría “prácticamente el control” al estar el accionariado tan
disperso y los accionistas de referencia con paquetes de control muy por debajo
del mismo. Otra cuestión es que agradase más o menos al
gobierno de turno y que pusiese todas las trabas posibles. El otro beneficio
que tendría el adquiriente es que el desembolso sería muy inferior al que
resultaría de la compra total de dicha compañía.
Siempre que
surge un OPA bien sea; amistosa u hostil, parcial o total, hay una pregunta que se plantean
los directivos que lanzan la misma, ¿Crea valor la suma conjunta de las dos
compañías para los diferentes stakeholders de las compañías? De otra
forma, no habría ningún interés en lanzarse a dicha operación. Si directivos y stakeholders de ambas compañías se ponen de acuerdo para dicha fusión, valoración de ambas compañías para el
canje, la fusión se realizará de forma amistosa. Sin embargo, si no existe el
acuerdo y uno pretende adquirir al otro, se irá hacia una OPA hostil (takeover
bid, oferta pública de
adquisición). Se denomina con el adjetivo de "hostil" a este
tipo de ofertas, pero esta hostilidad (con significado negativo) sólo amenaza
al equipo directivo que puede perder su empleo; los accionistas “suelen”
resultar beneficiados de la hostilidad. El precio que pagará dicho
oferente tendrá que ser necesariamente mayor que el valor actual de la empresa
ya que si no ningún accionista querrá vender, e inferior al valor incremental
que los directivos de la empresa compradora esperan generar con la suma de las
dos compañías.
Los
motivos para que una compañía lanze una OPA pueden ser múltiples, entre ellos están:
1.
La
mejora de la eficiencia conjunta
2.
La
mala gestión de la empresa adquirida por el equipo directivo
3.
Razones
fiscales
4.
Motivaciones
no económicas del equipo directivo
5.
Razones
de eficiencia económica en determinados mercados
6.
Etc.
Quiero
centrarme en el punto dos de las causas que puede motivar una OPA,
la
mala gestión del equipo directivo http://bit.ly/2E9A69Y Si una compañía es mal gestionada por sus directivos, estará generando menos riqueza de
la que probablemente puede, con lo cual existe un daño que penalizará su
cotización bursátil, conviertiéndola en presa fácil para sus competidores. Esto generalmente no ocurre de un día para
otro, sino que el deterioro de las cuentas viene manifestándose trimestre
tras trimestre, cuando hay que presentar los resultados a los diferentes grupos
de interés. Por lo tanto, cuando una compañía tiene cuatro o cinco
trimestre con problemas (caída de ingresos, pérdida de clientes, etc.), tiene
que empezar a adoptar medidas encaminadas a reorientar dichos resultados, bien sea; cambiando, eliminando o reorientando la estrategia adoptada. En Estados Unidos en el año 2016, las compañías
que cotizaban en el Índice S&P 500, que reúne a las 500 compañías de mayor
capitalización, cerca del 90% registraron unas ganancias que estuvieron
un 4% por debajo de las cosechadas durante el mismo periodo de 2015. Fue el
sector petrolero el principal causante de dicho hecho, esto
motivo que dichas compañías petroleras acometiesen las medidas necesarias que
permitieron salir de dicho estancamiento económico al conjunto de dicho índice en
los siguientes trimestres, como se puede ver en el gráfico de abajo.
Si los directivos avispados de otra compañía observan
estas dificultades en otra compañía, es muy probable que no tengan inconveniente en comprar la misma si ve que está
mal gestionada y tiene potencial, siempre que el precio de la empresa adquirida responda a la
riqueza generada por los directivos ineficientes. La empresa adquirida generará
más riqueza (y aumentará de valor) gracias a la sustitución del equipo
directivo por otro más competente. Los indicadores de
rendimiento más usados para evaluar el rendimiento de un CEO en la bibliografía
empresarial son: ratio de rentabilidad para los accionistas (McEachern, 1975; Salancik y Pfeffer, 1977;
James y Soref, 1981; Wagner, Pfeffer y O ́Reilly, 1984); evolución de las cotizaciones bursátiles (Benston, 1985; Coughlan y Schmidt, 1985;
Warner, Watts y Wruck, 1988; Naveen, 2006); la tasa de crecimiento de las
ventas (Boeker, 1992) o la diferencia entre las expectativas de
los inversores y el beneficio de la compañía (Puffer y Weintrop, 1991; Lucier et al., 2007). Estos últimos
autores, responsables del reciente informe anual de la consultora Booz
Allen y Hamilton sobre sucesión ejecutiva, y a la vista de los ocho
informes anteriores, concluyen que los consejos de administración son
cada vez menos que tolerantes con los bajos niveles de desempeño de las compañías, sin embargo en algunas compañías parece que esta regla no se cumple.
En estos casos, la unión suele realizarse a través de una
oferta de adquisición, pues a través de una fusión es más difícil desprenderse
de los directivos incompetentes. Hay ocasiones en que la adquisición se disfraza
como una fusión, pero esto no es más que para dar una salida airosa al equipo
directivo cesante. Según múltiples
estudios realizados en Estados Unidos, éste es el principal motivo en adquisiciones
de empresas a través de oferta pública. Las empresas adquiridas obtuvieron durante los años previos a la adquisición resultados económicos más mediocres que sus competidores, tales como: endeudamiento más elevado, pérdida de clientes, reducción de la cuota de mercado, etc. Parece, pues, deseable para la salud económica de cualquier país, disponer de agentes económicos fuertes y solventes en los sectores estratégicos como son: las telecomunicaciones, la energía, el agua, etc. Aquellas compañías que se encuentran en esta situación de solvencia buscaran otras compañías “mal gestionadas” con potenciales negocios donde la sinergia de ambas haga crecer la riqueza del oferente. Esto a nivel directivo provoca dos efectos saludables: por un lado, los directivos capaces se esforzarán más en el desempeño de su tarea, por otro, los directivos ineficientes tendrán que buscar otro empleo más acorde con sus capacidades. Lo que es difícilmente comprensible por ejemplo, es que una compañía pueda permanecer 36 trimestres con pérdida de clientes y que los directivos no tomen medidas correctoras de dicha situación, cuando se da este tipo de fenómenos lo que existe es una pseudogestión, como manifeste en el post ,PSEUDOGESTIÓN DIRECTIVA...UN ENGAÑO A LOS DIFERENTES STAKEHOLDERS . Han sido numerosos los artículos académicos que han abordado esta situación, unos se han fijado exclusivamente en las consecuencias para el CEO, otros, en los altos ejecutivos en general y otros han tratado también el asunto desde una perspectiva más amplia de la rotación ejecutiva en general, donde se incluyen despidos y salidas voluntarias. Algunos autores han estimado que el despido del CEO por malos resultados representa entre un 10 y un 20% de los abandonos (Herman, 1981; James y Soref, 1981; Vancil, 1987; Boeker, 1992).
Las fusiones
y adquisiciones tienen aspectos controvertidos para algunos de los principales stakeholders
de
la compañía adquirida que tienen que ser sopesados y valorados. Si
los reguladores son claves en cuestiones tales como, la
posición de dominio que alcanza la compañía resultante, en otros
aspectos como las reducciones que empleo que esto genera y los elevados
precios que pueden venir a los consumidores, son cuestiones que no
se deben de perder de vista por el impacto que pueden tener en la economía y el
país. Cuando hablamos de “utilities” como por ejemplo energía
y telecomunicaciones, los gobiernos tienen que ser conscientes
de la entrega de soberanía que esto supone, sin embargo hemos visto que en esta país esto no sucede, el caso de Endesa fue emblemático.
Estudio de Dodd. P.
Ha habido numerosos estudios sobre la justificación de dicha creación de
valor por medio de una fusión empresarial, algunos de los más importantes son
los siguientes. Mandelker, G. realizo un estudio cuyo título es “Risk and
Return: The Case of Merging Firms” en el Journal of Financial
Economics, utilizando datos mensuales. El estudio concluye que
las compañías adquiridas se revalúan en un 14% como consecuencia de la fusión,
sin embargo las empresas compradoras no experimentan cambio.
Dodd P. publicó en
1980 su tesis “Merger Proposals, Management Discretion and Stockholder Wealth” en
Rochester
bajo la dirección de Michael Jensen. Su estudio mejora el
de Mandelker
porque utiliza cotizaciones diarias y
porque estudia el impacto de la fusión en la fecha del anuncio del inicio de
las negociaciones (en vez del día en que se consuma la fusión), lo que es más
consistente con la eficiencia de los mercados financieros. Los
resultados fundamentales se exponen en la siguiente tabla.
Las empresas
vendedoras ganan en promedio y las compradoras pierden como consecuencia del
anuncio de la fusión. El primer resultado ha sido
verificado en numerosos estudios sucesivos, pero el segundo ha sido desmentido
por posteriores estudios. Otro interesante
resultado es que las fusiones fracasadas como consecuencia de una decisión del
equipo directivo producen un descenso menor en las cotizaciones que aquellas
otras en que las negociaciones terminan por otras causas. Esto puede
explicarse por el hecho de que la mayoría de las empresas se ven envueltas con
posterioridad en otro proceso de fusión y los accionistas son conscientes de
ello.
Existe otro estudio academico de 1983 del profesor
de finanzas de la Universidad de Harvard, Asquith, P., cuyas conclusiones son las siguientes:
Lo que nos dice la experiencia de otras OPAS
acaecidas es que en cualquier tipo de OPA, amistosa u
hostil, siempre hay ganadores y perdedores, obviamente el que compra marca
el paso al comprado, con lo que si hay que hacer ajustes y sacrificios el opado
tiene muchas más papeletas para ser el pagador de los mismos. Por todo ello
es imprescindible que las compañías se encuentren lideradas por equipos
directivos y Consejos de Administración capaces, solventes y responsables.
El cambio en el control de una empresa
se realiza por medio de fusiones, adquisiciones y cambios en la
estructura del Consejo votados en dicho Consejo de Administración.
En el mundo empresarial el principio de Darwin (las especies no son
inmutables, cambian, o evolucionan, y el principal motor del cambio es la
selección natural), se lleva exactamente igual que en el mundo animal, al igual que en la naturaleza, en el entorno empresarial es el más
fuerte el que sobrevive. La compañía más fuerte es la que logra
sobrevivir y seguir creciendo en un contexto increíblemente competitivo y
combativo.
Es el conocido “Darwinismo empresarial”, que establece que sólo las empresas flexibles, preparadas para
afrontar toda clase de cambios y dispuestas a transformarse para continuar
creciendo, son las que lograrán subsistir en el tiempo. Esta capacidad de adaptación al cambio tiene que ver con el desarrollo del negocio,
los medios, las técnicas, pero sobre todo ataña a las personas, a los profesionales que integran la
compañía. Si el liderazgo que guía la compañía no es el adecuado…La
tragedia griega del comienzo de este post está servida.
Ya lo dijo William
Shakespeare: “Una
desgracia va siempre pisando las ropas de otra, tan inmediatas caminan”.
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