El consejero
delegado de JPMorgan Chase, el mayor banco por activos de Estados Unidos, James Dimon,
adquirió en el año 2016 medio millón de títulos de la entidad por un valor de 26,6
millones de dólares. Dimon es el banquero más conocido
del país. En la última presentación de resultados volvió a repetir que su banco
es una “fortaleza” capaz de resistir las turbulencias que están azotando el
mercado. Esta acción defensiva de dicho ejecutivo buscó mandar una señal
positiva al mercado que contuviese la sangría que estaban teniendo las
acciones. Esta situación se producía por una extrema laxitud en las políticas
monetarias ejecutadas por la Reserva Federal que con tipos de interés al 0%
estaban repercutiendo muy negativamente en el sector financiero norteamericano.
JPMorgan
se dejaba un 20% antes de conocerse la maniobra de Dimon y un 25% frente al
máximo en julio de dicho año. Incluyendo la última compra de acciones
mencionada anteriormente, Dimon va a controlar 6,74
millones de acciones (0,18%) del capital, por un valor de 358 millones al
precio del cierre del mercado el 11 de febrero del 2016. Al arrancar la
sesión, las acciones de JPMorgan se apreciaron un 7,5%, una vez conocida la
noticia de dicha compra por él CEO.
La compra de acciones realizada por Dimon
es inusual, no sólo por la cantidad invertida, la mayor parte de los
títulos que acumulan los grandes ejecutivos de Wall Street es por los pagos en acciones en
el paquete anual de remuneraciones, que reciben con un importante descuento. El
ejecutivo recibió un incremento de la compensación del 35%, hasta los 27
millones. De ese total, 20,5 millones fueron en acciones, el doble que en 2014.
El mayor banco de Estados Unidos por activos y valor en Bolsa, 376.000
millones de dólares, ganó 24.733 millones de dólares el
año 2016, cifra que implicó un crecimiento del 1%. Los ingresos se
elevaron un 2%, hasta 95.670 millones, revertiendo
la tendencia a la baja de ejercicios anteriores.
Estos días
leemos en la prensa noticias que hablan de la compra de acciones por parte de
directivos de determinadas compañías españolas con el fin de respaldar públicamente el
compromiso que tienen con su compañía. Sin embargo cuando uno lee una noticia
como esta me asaltan una serie de preguntas como son, ¿Qué valor tiene dicha compra en
la marcha de la acción? ¿Es más un deseo o de verdad cambia las magnitudes y
los indicadores de la gestión con la compra de dichas acciones? Para
que una alianza de buenos resultados y las instituciones que la integran se
entiendan depende en gran medida del compromiso explícito de sus directivos.
Para que el personal se comprometa y trabaje por objetivos comunes, los
directivos de las instituciones alidadas deben dar ejemplo, y un ejemplo es sin
lugar a dudas el jugarse su dinero con la compra de acciones de la compañía que
lideran.
Sin
embargo, dicha acción puede resultar baldía si solamente es la
misma la que trata de revertir el mal trago que puede estar sufriendo dichas
acciones por parte de los inversores. Detrás de una acción defensiva como
esta como es el jugarse el propio dinero por parte del CEO y sus directivos, tiene que haber
una estrategia y unas acciones que respalden con resultados dicha acción.
Si existe una ausencia de medidas y acciones que puedan cambiar la tendencia de
los resultados económicos de la compañía como es por ejemplo;
- El incremento sostenido de los ingresos
- El aumento de los dividendos
- La mejora del Clima Laboral
- El aumento de la base de clientes
- El aumento de la cuota de mercado
- La puesta en el mercado de nuevos productos y servicios
- La reducción sostenida de la deuda
- Etc.
Si
no se toman medidas para conseguir lo anteriormente citado, dicha acción de
compra de acciones chocará frontalmente con una realidad que desmiente esa
confianza que quiere transmitir el CEO y sus ejecutivos con la compra de dichas
acciones. La
evidencia histórica demuestra que en muchos casos las empresas cuyos fundadores
están involucrados en la gestión del negocio suelen generar retornos superiores
al promedio. Muchos de los casos de inversión más exitosos en el sector
tecnológico son claros ejemplos en este sentido: tal es el caso de Steve
Jobs en Apple, Larry Ellison
en Oracle
o Bill
Gates en Microsoft.
Según un estudio realizado en Purdue’s Krannert School of Management,
las compañías cuyos fundadores se encuentran activamente involucrados en el
negocio muestran una capacidad superior de innovación en el tiempo.
El trabajo encuentra que esta clase de empresas generan un 31% más de
patentes innovadoras; además son más
propensas a realizar inversiones y cambios en la gestión que generen nuevos
modelos de negocio. Hay que tener presente, que cuando no existe esta estrategia
y las acciones necesarias, los inversores no respaldarán dicha acción, con lo
que la caída y penalización de la misma continuará. Esto último
sucedió por ejemplo John Flannery, CEO
de General Electric (GE),
invirtió 1,1 millones
de dólares en 60.000 acciones del gigante estadounidense que se
hundieron en cuanto anunció su reestructuración. Flannery, (CEO) de GE desde
agosto del 2017, pagó 18,27 dólares por acción, dos días después de
revelar un plan para reflotar al emblemático conglomerado industrial que fue
mal recibido en Wall Street. Flannery
propuso salvar a GE de sus
grandes dificultades mediante drásticos recortes de activos en divisiones e
invertir en negocios que parecen más prometedores como la aviación. El plan
incluyó recortar los dividendos a la mitad y los inversores inmediatamente
castigaron a la compañía vendiendo sus acciones: los títulos cayeron
un 10% desde el anunció y compra de Flannery y 40% en el año 2017.
Para
los accionistas de referencia de una gran compañía como son los fondos de
inversión, los bancos, inversores institucionales, etc., la acción de comprar
acciones por parte del CEO y su equipo directivo es vista con simpatía en principio cuando se realiza, sin embargo no
hay que olvidar que dichos accionistas comprueban los indicadores fundamentales de
la compañía, observando cual es la evolución histórica de dichos indicadores y
los futuros que puedan venir en función del entorno económico en el que se
desenvuelve la misma. En esta situación, es cuando el CEO y su
equipo directivo tienen que ofrecer certezas más allá de lo que puede ser un
acto de fe como es la compra de acciones sin medidas previas como he citado
anteriormente. En el lado opuesto, de lo que debería ser un comportamiento
ético con los diferentes stakeholders de una compañía, nos encontramos estos días
en prensa la acción ejecutada por Brian Krzanich, CEO de Intel, el cual
vendió 245.743 acciones por 11 millones de dólares antes de que
se conocieran los fallos en los procesadores de Intel y las acciones
cayeran en bolsa http://bit.ly/2E0RcCo
Para
terminar este post quiero decir que James Dimon mantuvo e incremento el
dividendo del banco en trimestres sucesivos como se puede ver en el
gráfico del comienzo de este post, ya que los indicadores fundamentales del
banco permitieron dicha acción. El crecimiento de los ingresos del
banco en un entorno tan complejo como fue para el sector bancario norteamericano
los tipos de interés al 0%, no fue óbice para que dicho ejecutivo
realizará las acciones pertinentes previas que garantizaran el incremento de
los ingresos en dicho entorno, asegurando un retorno y beneficio para los
diferentes stakeholders de la compañía. Es por esta razón que cuando se jugó su
dinero frente a lo que pensaban los inversores...Ganó. La prueba del algodón es que el día 1 de enero del 2016 la acción del banco
cotizaba a 59,50$, ayer la acción del banco cerró en bolsa a 108,50$.
El incremento de capitalización en dicho periodo de tiempo ha sido de unos…178.000
millones de dólares.
Ya lo dijo
Warren Buffet: “Precio es lo que pagas. Valor es lo que recibes".
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