Peter, un niño de 12 años, decidió practicar judo a
pesar de haber perdido su brazo izquierdo en un accidente.
Comenzó a tomar clases con un anciano maestro japonés.
Peter se esforzaba tanto como podía y no podía
entender por qué después de tres meses, el maestro sólo le había enseñado un
movimiento de esta disciplina.
-Maestro –dijo el niño- ¿No
debiera estar aprendiendo más movimientos?
-Este es el único movimiento que
sabes, pero es el único que necesitaras saber.
Sin comprenderlo bien, pero creyendo en su maestro, Peter
siguió entrenando y confiando en su buen criterio, repitiendo una y otra vez,
con constancia el movimiento.
Meses más tarde, el maestro llevó a Peter a su primer
campeonato. Para su sorpresa, ganó fácilmente sus dos primeros encuentros. El
tercero resultó ser más difícil, su contrincante se impacientó y atacó; el niño
usó hábilmente su único movimiento para ganar el encuentro.
Peter ya estaba en la final.
Esta vez, su contrincante era mayor, más fuerte y con
más experiencia.
Al principio parecía que el niño estuviera a punto de
perder.
Preocupado de que Peter fuese lesionado, el árbitro
pidió un receso.
Iba a detener el encuentro cuando el maestro dijo:
-Déjelo continuar, él puede.
Poco después de recomenzar el encuentro, su
contrincante cometió un error crítico y bajó la guardia. Instantáneamente, Peter
empleó su movimiento para inmovilizarlo.
El niño había ganado el encuentro y el campeonato.
De regreso a casa, el niño y el maestro repasaban cada
movimiento. Entonces el niño se llenó de valor y preguntó:
-¿Maestro, cómo es que gané el
campeonato con un solo movimiento?
-Ganaste por dos razones, primero
casi dominas a la perfección uno de los movimientos más difíciles del judo.
Segundo, la única defensa conocida para este movimiento es que tu contrincante
te agarre por el brazo izquierdo.
La mayor flaqueza del niño se
había convertido en su mayor fortaleza.
En el mes de febrero de este año se publicó en la prensa económica la noticia de la adquisición de Geely Automobile, (la primera marca independiente de coches en China cuyo propietario es Li Shufu), de un paquete accionarial del 9,69% de Daimler Benz, convirtiéndose en el primer accionista de dicho grupo según publica la agencia Bloomberg. El fabricante alemán es famoso por marcas como Mercedes o Smart. Geely ya controla la compañía automovilística sueca Volvo desde el año 2010 cuando la adquirió a Ford, a la que sacó de la ruina, y también controla Lotus. Los principales accionistas de Daimler son BlakcRock, con casi un 6%, y Kuwait, con algo más de un 5%. La compañía china ha ido comprando paulatinamente en los últimos días paquetes de acciones en el mercado abierto hasta alcanzar dicho porcentaje. Dicha acción ya fue puesta en conocimiento de la opinión pública por la agencia Reuters a comienzos de febrero. Todo este movimiento sucede después de que Daimler rechazara la oferta de la china para adquirir un 5% de su capital mediante una colocación privada. En el trasfondo de dicha acción hostil de la china sobre la alemana está la tecnología para los vehículos eléctricos, de la cual la alemana es puntera. La maniobra de la firma china plantea un desafío para el fabricante alemán, ya que Mercedes-Benz ya tiene una alianza para desarrollar autos y camiones con Renault-Nissan, que posee una participación de 3,1% en Daimler y ha anunciado planes para construir automóviles eléctricos con el socio chino de una empresa conjunta BAIC Motor Corporation.
Las preocupaciones sobre la creciente influencia de China en Europa, no
son solo económicas sino también políticas, así se menciona en un reciente
documento de MERICS http://bit.ly/2F6eSuj,
el Instituto
Mercator de Estudios de China, con sede en Berlín, titulado: "Avanzada autoritaria: respondiendo a la
creciente influencia política de China en Europa". El informe se ocupa principalmente de cuestiones
políticas, pero también insta a la acción de la Unión Europea en algunos
frentes económicos, especialmente sobre cómo el bloque debe manejar la
inversión china. Para frenar esta invasión de capital chino en dicho documento
propone que la Unión Europea debería
emplear un mecanismo de "selección" que evite cualquier inversión
china que se considere "contraria a los intereses europeos" y concluye, por último, que "si bien la UE debería dar la bienvenida a la
inversión extranjera en general, debe ser capaz de detener cualquier toma de
control por parte de empresas manejadas por un Estado en sectores sistémicamente
importantes". Para librarse de dicho
capital hostil chino, las tres principales economías europeas, Alemania,
Francia e Italia, han hecho frente común, para ello han solicitado a la Comisión Europea que
desarrolle un reglamento que permita un derecho de veto en el ámbito
comunitario que permita evitar la adquisición de empresas de alta tecnología
por parte de inversores chinos. En concreto, la intención de
Berlín,
París y Roma es evitar la venta de
determinadas empresas cuya adquisición por parte del gigante asiático
considerarían "injusta" por tratarse, por ejemplo, de empresas que han sido financiadas con ayudas
estatales o que incluyen tecnologías que son específicamente importantes para
Alemania, como por ejemplo, las telecomunicaciones.
Los precedentes de competencia desleal que emplean los chinos han
encrespado los ánimos más de una vez a la Comisión Europea, de hecho en el tema de los paneles solares se han prolongado otros 18 meses la eliminación
gradual de los aranceles que impone desde 2013 a las importaciones desleales de
paneles solares chinos, para tener en cuenta las preocupaciones de la industria
europea que dependen de esos materiales. Según el vicepresidente primero de la Comisión
Europea, Frans
Timmermans, "No hay duda de que tenemos derecho a proteger a nuestra
industria de la competencia desleal (...) Al mismo tiempo, tenemos que tener en
consideración a otras empresas que dependen de esas importaciones para
desarrollar sus productos finales y que dan empleo a miles de personas en toda
Europa. La energía solar es esencial para nuestras metas medioambientales y
climáticas".
Esta situación de debilidad corporativa (capitalizaciones bursátiles
reducidas) que atenaza a distintos sectores europeos como por ejemplo las
telecomunicaciones, automoción, tecnológicas, etc., ha elevado la alarma entre
gobiernos e instituciones europeas. Sí hasta hace unos años la Comisión Europea tenía como
prioridad garantizar unos mercados abiertos donde se facilitara una competencia
que beneficiara a sus ciudadanos, ahora
mismo esa situación de apertura se está demostrando una clara vulnerabilidad que
puede desencadenar una debacle dentro del “corporate” europeo. Al mismo
tiempo que el presidente francés Macron anunciaba que quería más integración
europea, el sector ferroviario anunciaba la creación de un gigante mundial con
la fusión de Alstom y Siemens. Para el ICE de Siemens y el TGV de
Alstom la situación ha empeorado en el mercado
ferroviario donde compiten. China invierte mucho capital en
la ampliación de su infraestructura y los trenes de alta velocidad chinos
conocidos como "Fuxing”, casi
vuelan a 350 kilómetros por hora entre Pekín y Shangai, mucho
más rápidos que la competencia europea. Es cuestión de tiempo que los trenes chinos puedan
funcionar sin tecnología europea y se abran también paso en el mercado de la
UE. El mercado mundial de los trenes se desarrollará
de forma similar al de los aviones: pocos grandes fabricantes dominan el sector. El
fabricante europeo Airbus, en esencia un proyecto franco-alemán, es el
responsable de que siga habiendo competencia en el aire. Siemens-Alstom podría
hacer algo similar, pero sobre los rieles. El presidente Macron se dirigió varias veces y directamente a los alemanes, entre otras, con
la siguiente frase: "¿Por qué no podemos fijar el objetivo de
integrar nuestros mercados en su totalidad hasta 2024 y aplicar las mismas
reglas para nuestras empresas, desde la legislación económica hasta de
insolvencia?”.
Parece que el pistoletazo de salida para las fusiones ya ha comenzado, Europa tendrá que buscar sus
fortalezas como hizo Peter al principio de este post. Vendrán más sectores y
compañías hacia esa consolidación (fusión), con ello la vieja
Europa se garantizará una defensa contra los capitales hostiles que
buscan en muchos casos las ventajas del tejido económico de la vieja Europa…
El ejemplo de Geely
con la todopoderosa Daimler-Benz del gobierno Merkel ha hecho
saltar todas las alarmas.
Ya lo dijo
Emmanuel Macron: “Mi elección es el inicio de un renacimiento
francés y espero que europeo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario