Ehrich
Weiss nació Budapest,
capital del entonces Imperio Austro-Húngaro, en el seno de una
familia judía burguesa. La situación social y económica le obligó a emigrar a Estados Unidos,
patria que haría suya junto con su familia desde muy temprana edad. Su primer
maestro en el arte de la magia y por lo tanto su primer héroe fue, Jean Eugene
Robert-Houdin, a quien no solo trataría de emular a la hora de
incorporar uno u otro truco suyos a su acto, sino de quien también adoptaría
parte del nombre para crear el mito propio: Harry Houdini.
Houdini comenzó
a dedicarse de lleno a la magia en 1891, perfeccionando
trucos de cartas (dentro de los círculos de la magia, la base técnica
fundamental del mago es el manejo de las cartas, algo así como las son las
matemáticas para el universo de las ciencias naturales) en todos los teatros de
Vaudeville
del país. Actuaba junto a su hermano en un principio, y pronto se incorporaría
a su equipo la que se convertiría en su mujer y gran cómplice de las suertes
mágicas, Bess Rahner.
El éxito llegó pronto y Houdini se
convirtió en el mago más popular de los Estados Unidos.
Un aspecto poco conocido de
dicho mago fue su lucha sin cuartel contra el engaño del noble oficio de ser
mago. Un ejemplo de su vehemencia de su lucha contra el engaño fue el suceso
que ocurrió cuando denunció a su maestro. En 1908 publicó un libro titulado “Desenmascarando
a Robert-Houdin”, en donde Weiss señalaba
a su maestro y primer ídolo como un fraude por vender su magia como verdad; el
viejo decía volar en verdad y haber descubierto la forma de crear autómatas
fidedignos, situaciones que Houdini sabía
que eran completamente falsas. Es aquí en donde yace la razón ejemplar de Houdini como un
mago avanzado a su tiempo; por su
vocación apasionada de hacer tanto al mago como a la audiencia consciente de la
naturaleza de dicha disciplina. Cuando su carrera ya estaba en la
cima del éxito, Houdini emprendió una
campaña de años en contra del espiritismo, los psíquicos y los médiums.
Muchas veces llegaba disfrazado a sesiones espiritistas para demostrar los
trucos que estos agentes del fraude realizaban en memoria de algún muerto
querido, cobrando fortunas a la burguesía de la época, sin la menor intención
de cobrar por ello nada o para sumar a su causa una mayor fama. Al contrario, Houdini formó
parte de un famoso comité de la revista Scientific
American que prometía un premio monetario importante a cualquiera que
pudiera acreditar dotes psíquicos o de verdadero espiritismo, el mismo que a día
de hoy permanece sin entregarse. Desde entonces el mundo de la
magia ha sido distinto, uno más inteligente, pero sobre todo… Uno más
emocionante.
Han transcurrido casi tres meses de este año, un 25% del mismo, y nos
encontramos con que en algunas compañías después de cuatro meses de haber realizado
la encuesta de Clima Laboral con pésimos resultados, no hay rastro de cualquier plan o acción para
paliar dicha situación. La
comunicación de los resultados ha sido extremadamente parca en cuanto a
explicaciones, lo cual no ha permitido en muchos casos tener una visión precisa
y concisa por áreas y departamentos de lo que ha sucedido en la misma, aunque
esta ocultación no puede esconder los malos resultados. Como vengo
diciendo reiteradamente sobre esta cuestión, ENCUESTA DE CLIMA, EL DÍA DESPUÉS DE...UN MAL RESULTADO,
faltan
capacidades y conocimientos en algunos directivos de compañías que vienen año
tras año obteniendo unos pésimos resultados en dicho indicador, sin ninguna
consecuencia hacia los mismos, sin embargo este “sostenella y no
enmendalla” está conduciendo inexorablemente a dichas compañías a la
irrelevancia en los mercados donde compiten. Insatisfacción, plantillas desmotivadas,
objetivos que se eluden por falta de compromiso, perdidas económicas, etc., son
algunas de las consecuencias de dicha dejación de obligaciones por parte de los
máximos responsables de dichas organizaciones.
Un buen
ambiente laboral es clave a la hora de retener el talento y favorecer una mayor
productividad. Sin embargo España, tiene un 60% de trabajadores que afirma que
su nivel de bienestar en su puesto de empleo es bajo, según un estudio
realizado por de la empresa Interface. Entre los principales motivos
que explican la insatisfacción de los españoles con sus empleos destacan la
duración de la jornada laboral -solo 4 de cada 10 trabajadores cumple con la
jornada de 8 horas diarias- y el estrés, que afecta al 60% de empleados. En
este sentido, un 50% de los encuestados considera que empieza su jornada
laboral con estrés, cifra que aumenta hasta el 70% una vez finalizado su jornada.
En cuanto a las causas del estrés, la sobrecarga de trabajo es el
motivo que señalan un 46% de españoles. Las condiciones laborales
insatisfactorias y la duración de la jornada laboral son las causantes para el
27% de empleados. En cuanto a la duración de la jornada laboral, en España, el
empleado medio pasa en su trabajo 1.701 horas al año. Aun así, las cantidad de horas
trabajadas no se traduce en un aumento de la productividad. De
hecho, los índices de productividad se sitúan en 107,1 puntos, según Eurostat,
por detrás de otros países europeos como Bélgica o Alemania, con 132,5 y 124,8
puntos, respectivamente. De acuerdo con un estudio efectuado el año
pasado por Aon Hewitt, Aon Hewitt, “Trends in Global Employee Engagement”, la mejora de los niveles de compromiso (engagement) aportan claros beneficios. El
informe de Aon Hewitt muestra que un incremento de 5 puntos en
el nivel de engagement
de los empleados está relacionado con un aumento de 3 puntos de
crecimiento de ingresos en
el año posterior.
Sin embargo en este post
quiero centrarme en la posverdad (aseveraciones que
dejan de basarse en hechos objetivos, para apelar a las emociones, creencias o
deseos del público) que año tras año venden algunos directivos en las compañías con el fin de construir una gran mentira en el tema
del Clima Laboral y en la gestión de su compañía. El término posverdad
(del
inglés post-truth) se empleó a principios de los noventa, en 1992 el
publicista Steve Tesich
en un artículo publicado en “The Nation”
declaró que la noticia sobre el llamado Escándalo Irán-Contra
(en 1986-87, la
administración estadounidense vendió armas ilegalmente a Irán para
obtener ayuda para liberar rehenes capturados en Beirut por combatientes
de Hezbolá.
El dinero obtenido de esta transacción ilegal fue transferido por el gobierno
de los Estados
Unidos a la cuenta insurgente de la Contra
nicaragüense) y la primera guerra en El Golfo Pérsico
(en 1990-91) irritó menos a la sociedad estadounidense que el famoso escándalo Watergate de
principios de los años setenta. Según Tesich, los
norteamericanos en su mayoría “asumieron y
aceptaron” la estrategia retórica de la que se sirvió la
administración estadounidense para explicar los escándalos revelados. Por lo
tanto, voluntariamente
decidieron que aceptaban “vivir en un mundo de la postverdad”. No
se trataba de una mentira, sino de comportamientos comunes que debilitaban la
importancia de la verdad: una renuncia
colectiva a enfrentar la realidad. La posverdad, o mentira
emotiva, describe una “distorsión
deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e
influir en las actitudes sociales” (RAE, 2017), diluyendo la verdad y la
objetividad. Es una apariencia de la verdad, que en el espacio público tratan
de utilizar algunos embaucadores que quieren a toda costa alcanzar sus
propios objetivos políticos, económicos, personales o de cualquier otro tipo
con el engaño.
Ante esta realidad construida por el engaño, los
empleados pero sobre todo las personas, tienen que construir una respuesta
coherente, para ello la misma será más certera y contundente cuanto más
conocimiento tengan de lo que sucede en su entorno laboral. Esta degradación
de valores y principios a los que se somete a “la verdad”, no puede
ni debe quedar relegada, ya que sino al final las personas se convierten en
meros altavoces y sufridores del eco y los hechos que reciben de su entorno.
La situación de
pos-verdad que vivimos actualmente en la sociedad occidental, condena a las
personas al silencio y la obediencia aun a sabiendas de que no se están
haciendo las cosas correctamente. Hay que reconocer y ser
conscientes de que ocurre a nuestro alrededor, abrir bien los ojos y responder
coherentemente a lo que sucede. Todos los empleados son parte de las compañías (stakeholders)
allí donde desempeñan sus funciones, unos con mayor responsabilidad que otros, pero todos son
importantes. El derecho de unos no
puede ir en detrimento de otros, ya que lo que nos dicen los datos allí en las
compañías donde sucede dicha situación es que las mismas atraviesan serios
problemas de gestión. Los directivos por sí solos no pueden solucionar dichos
problemas, ellos lo saben y precisamente porque lo saben construyen esa
“realidad ficticia” para mover las conciencias de los empleados. Sin embargo
ese atajo no les está llevando a ningún sitio, ya que año tras año el Clima
Laboral y la gestión de algunas compañías languidece debido a una desautorización
reiterada que reciben los directivos de sus empleados.
En algunas de estas compañías nadie asume
responsabilidades de esa posverdad que se está comunicando y
construyendo a oídos de los empleados. Se hacen cambios en las estructuras
directivas sustituyendo unos directivos por otros, pero la esencia de dicho pensamiento
permanece intacta en dichos relevos, entrando en un bucle de destrucción
de valor para los diferentes stakeholders de las compañías, que no lleva más
que a la irrelevancia de aquellas que lo sufren. Hace unos días escribí
sobre el único medio que existe para combatir esa posverdad, PERIODISMO
Y REALIDAD...UN DIVORCIO SIN RETORNO, ¡BIENVENIDOS A INTERNET!, cada
día asistimos a ataques desde diferentes ángulos de la sociedad para que se limite la capacidad
que proporciona Internet y más concretamente las redes sociales. Vivimos en el reino de la mentira, y
el ser humano en ese tipo de atmósfera no puede comprometerse y ser feliz.
Las personas tenemos que ser rigurosos con nosotros mismos y exigir ese mismo
rigor hacia aquel que nos gobierna o lidera en las empresas, tienen que
demostrar su profesionalidad y no buscar un seguidismo cómplice con esa
posverdad. No sería justo por mí parte no reconocer que de las
redes sociales pueden salir grandes bulos, como también pueden salir grandes
noticias, el problema no está en el medio si no en quien lo utiliza y como lo
utiliza.
Para
terminar este post, quiero decir que al igual que Houdini fue un
innovador velando porque su arte, la magia, no sufriera
adulteraciones que se volviera irrelevante a ojos de los individuos que lo
presenciaban. En algunas compañías no se debe tolerar ni permitir que la
incompetencia de algunos directivos derrochen las capacidades que atesoran y a
las cuales están representando… La obligación de cada uno de los
stakeholders (empleados, accionistas, inversores, consumidores, etc.) de dichas
compañías, es luchar y combatir dicha práctica, para no desvirtuar a la
compañía que representan.
Ya
lo dijo Javier San Román: “El nuevo modelo de negocio de la prensa
es vender discursos; no contar los hechos. En los años 60 la prensa
norteamericana derribó a un presidente mentiroso, y en estos años la prensa ha
hecho presidente a un mentiroso”.
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