La amalgama de
organizaciones criminales italianas que dieron origen al crimen organizado es el
de
mafia, pero no es el más preciso, ya que este hace especial referencia a la
rama siciliana del asunto y no al conjunto. También se puede llamar hampa, pero este término, nacido sobre el
crimen de los años 20 ya no dice lo que quiere decir y ahora tiene un sabor
romántico del crimen. Por todo ello, es más conocido entre la sociedad por él término
mafia,
La mejor explicación a dicho término es quizás la relatada por Íñigo
Domínguez en su libro “Crónicas de la Mafia”, el término
tiene varios orígenes, entre los que cita a los funcionarios piamonteses que
llegaron a Sicilia tras la operación de reunificación italiana encabezada por
Giuseppe Garibaldi y su Expedición de los Mil en 1860. No
sería extraño, ya que la propia mafia tiene su nacimiento muy vinculado a la
propia unificación italiana. Según esta explicación, mafia vendría de la
palabra “smàferi “ que significaría tanto sicario o
mercenario como miseria en el dialecto piamontés. Otras posibles explicaciones
serían el árabe “maha fat”, que significa protección o inmunidad. En el
diccionario del dialecto siciliano, del año 1868, recogerían su significado de
esta forma: “aparentar coraje, seguridad de ánimo”. Resulta que este término
vendría de una palabra coloquial usada en las calles de Palermo de la época: “mafiusu”,
que se usaba para definir a alguien con actitudes chulescas y que presumía de
valentía. En Italia se llaman Uomini d’Onore -literalmente:
hombres de honor- y en Estados Unidos Wise Guys -que sería algo como
chicos listos o espabilados-, como nos cuenta maravillosamente Donnie
Brasco (1997). Por tanto, la mafia es algo que tiene que
ver con ser sicario, relacionado con la pobreza, que significa protección para
algunos y que suelen presumir de su fortaleza.
El día 22 de este mes se
publicó en la prensa la siguiente noticia, “Telefónica despide a 500 empleados por
denuncias de compañeros” https://bit.ly/2uoSpRe
, por dicha noticia quiero escribir este post y abordar las posibles consecuencias
que tiene dicha acción para una compañía. En España 6 de cada 10 empresas
tienen un canal para delatar a un compañero, es el mecanismo más extendido
en nuestro país para informar sobre incumplimientos del código ético o de
conducta de trabajadores. Es el canal de denuncias interno para que
los empleados delaten a sus compañeros y den la voz de alarma. El
canal de denuncia interno es el gran protagonista, utilizado por el 63,16% de las
empresas españolas, según se desprende del informe Protocolos laborales y el
compliance laboral: radiografía de su implantación en España, elaborado por BDO
Abogados. A
primera vista, de los datos de dicho estudio se concluye que existe una amplia
adaptación entre las compañías nacionales en lo que a cumplimiento normativo
laboral se refiere. El protocolo más implantado es el código ético, seguido del código
de conducta y del manual del empleado. Independientemente del nombre
utilizado, el objetivo inicial de estos documentos era regular la actividad de
los trabajadores, pero tras la entrada en vigor de la responsabilidad penal de las
personas jurídicas, su alcance es más amplio y también pretenden evitar cualquier
ilícito cometido por la plantilla. La plantilla promedio de Telefónica según la memoria que presentó de los
resultados enero-diciembre del 2018 fue de 121.853 empleados, los 500
empleados despedidos representarían el 0,41% de dicha plantilla.
El compliance laboral y el
penal deberían ir de la mano, según explica BDO. Sin
embargo en su opinión, el protocolo que regula la actividad de la plantilla "no
es un documento estanco", sino que debe ser algo vivo y estar
integrado con el resto de departamentos. Pero no es así por lo que manifiesta
dicho estudio, casi un 30% de los encuestados reconoce que no actualiza estos
códigos. Sólo un 28% los revisa con frecuencia (anualmente o cada dos años).
BDO recuerda la importancia de contar con estos sistemas, también en el ámbito
laboral, para prevenir responsabilidades penales. En caso de problemas, la
Fiscalía exige para eximir a la sociedad que ésta disponga de un código de
conducta y de un sistema disciplinario. BDO afirma que, "son
muchas las compañías que cumplen con estos requisitos, pero luego no revisan
los protocolos o no se aseguran de que funcionen". Según dicho
informe, el primer paso es integrarlos con otras áreas de la compañía e ir más
allá del departamento de recursos humanos. Según el informe, sólo
un tercio de las compañías cuenta con sistema de compliance laboral integrado
con otras materias.
En cuanto a las sanciones
internas que se imponen por la violación de estas normas, varían desde la
amonestación verbal (56%) y escrita (54%) al despido disciplinario (42%),
pasando por otras como la suspensión de empleo y sueldo (43%). Otra de las
claves en dicha situación es el papel que juega la comunicación. Para que estas
herramientas sean realmente efectivas, la plantilla debe estar al tanto, así como
los proveedores e, incluso, los clientes. Sólo el 12% de las compañías pone
a disposición del público general este tipo de protocolos. El mayor
esfuerzo, en el 87% de los casos, está dirigido a que los propios empleados
conozcan los códigos éticos o de conducta, así como sus implicaciones. Sin
embargo, los grandes olvidados son los proveedores (informados en el 26%) de
los casos y los clientes (13%).
El compromiso del
trabajador con su compañía es esencial para aquellas que quieren dar el gran
salto y retener el talento. Atrás quedan aquellos años donde el sueño
de cualquier universitario era encontrar un trabajo estable y escalar a la cima
de la compañía. Las nuevas generaciones van más allá, no es suficiente con poner dinero
encima de la mesa, no es suficiente con asegurar un ascenso, no es suficiente
con prometer… ¡Hay que conquistarlo! En la gran mayoría de casos, la
respuesta es no, y eso se manifiesta en una falta de
compromiso en el trabajo de tus empleados. Las compañías que triunfan
son aquellas que, retienen el talento, tratan de todas las maneras de lograr que sus
trabajadores ofrezcan lo que atesoran, persiguen el compromiso laboral
generando un vínculo emocional que se traduzca en lealtad, por
el cual el trabajador comprometido desea permanecer en la compañía debido a la
motivación por el proyecto, el reconocimiento y la felicidad en el trabajo. El
trabajador por ello muestra entusiasmo
por su trabajo y trabaja para el éxito de la misma.
El compromiso de un
empleado con su compañía debería estar impulsado por el CEO de la misma, para ello
debería potenciar el compromiso laboral afectivo, “es la asociación emocional
del trabajador con su compañía, el empleado continúa en la misma porque así lo
quiere, sin ningún tipo de necesidad. Se identifica con los valores de la compañía
se esfuerza por hacer crecer la misma y siente los problemas del negocio como
propios”. En la gran mayoría de los casos los empleados comprometidos
reúnen estos factores:
- Conocen lo que se espera de ellos
- Tienen lo que necesitan para hacer su trabajo
- Sienten que pueden lograr las metas y lograr un impacto en la compañía
- Confían en sus compañeros de trabajo y se sienten reconocidos por ellos
El compromiso en el
trabajo de dichos empleados permitirá entre otras cuestiones los siguientes beneficios:
- Retener el talento
- Reducción del absentismo
- Estabilidad en la plantilla
- Mayor creatividad e innovación
- Clientes y proveedores más fieles
- Impacto positivo en beneficios
En una compañía con
trabajadores comprometidos, la creatividad, innovación y trabajo se convierte
en un mayor ratio de cumplimiento de metas y objetivos, con el consecuente
aumento de beneficios. Así lo certifican diversos estudios realizados
por ejemplo en el año 2016;
- Según un estudio de “Engageforsucces” en el Reino Unido, comparando el beneficio neto con el nivel de compromiso, el 25% de las empresas con mayor nivel de compromiso duplican los beneficios del 25% con menos compromiso.
- Según afirma el diario “El País”, varios estudios que comparan las 100 mejores empresas donde trabajar de Fortune con las 500 más grandes de Standards & Poor’s reflejan que una empresa con empleados comprometidos tienen un 29% más de beneficios, 50% más de clientes fieles y un 44% más de probabilidades de mejorar el rumbo de una empresa que una que no tiene a sus empleados comprometidos con su compañía.
- En un estudio de “Officevibe” donde se recogen datos de hasta 10 fuentes diferentes, se comenta que el 70% de los trabajadores norteamericanos no se sienten comprometidos con el trabajo. Mientras que el 79% de los empleadores piensa que abandonan por dinero, solo el 12% lo hace por dicho motivo. El 75% alega como principal motivo de abandono los mandos directivos y jefes. El 70% de empresas de la lista de 2000 empresas de Forbes utiliza la gamificación con sus empleados para retenerlos y mejorar los beneficios. Solo el 40% de los empleados conoce los objetivos, estrategias y tácticas de su empresa. El 43% de los empleados con mayor compromiso reciben feedback mínimo una vez a la semana. Los beneficios de las empresas con empleados comprometidos se multiplican por 2,5. Por último, una empresa donde los trabajadores tienen sentimiento de pertenencia tiene un 87% menos de posibilidades de ver como se escapan sus mejores empleados.
Una compañía que posee una
capitalización bursátil de 157.620 millones de dólares, es Netflix.
Sin embargo no tiene un modelo de relación con sus empleados nada gratificante
si observamos que hacen sobre dicha relación. Aparentemente, puede ser uno de
los mejores trabajos que una persona
puede tener. Pero en Netflix, acostumbrados más a la
ficción que a la realidad, esta última puede que supere a la primera, por muy
surrealista que parezca o cruel, en cualquier caso. Al parecer, los
empleados de la compañía de streaming se ven sometidos a una presión constante
y cuyo despido siempre pende de un hilo, lo que lleva a humillaciones,
luchas y careos constantes entre los trabajadores. Un auténtico
infierno. Esta peculiar filosofía de Netflix se desvela de las
entrevistas de más de 70 empleados al Wall Street Journal. En ellas queda
detallado el “estilo Netflix”, que consiste en despedir a cualquiera que no
sea el mejor. Allí se practica el “Keeper Test”, un ejercicio en el que
se pregunta a los trabajadores si lucharían por mantener a otro empleado en
plantilla. Así, los “rebeldes” que se niegan a señalar a otros trabajadores acaban
ellos mismos en el disparadero. En su política de transparencia total, a veces
se producen humillaciones públicas. Los ejecutivos organizan
regularmente mesas redondas con careos en los que se critican mutuamente y se
alienta a todos los empleados a que se den feedback mutuo. Cuando una persona
se equivoca, se produce lo que se conoce como “sunshining”, un proceso
en el que se espera que explique a los demás lo que hizo mal. Cuando
alguien es despedido, se envía un correo electrónico a los empleados explicando
con todo detalle el motivo. Y este, muchas veces, tiene su germen en lo
que han dicho otros de esa persona. Esta espada de Damocles que tiene sobre sus
cabezas no discrimina a nadie. Todos los mandos, también los altos, sufren esta
filosofía. Así, mandos intermedios reconocen que, por miedo a ser despedidos ellos
mismos, prefieren señalar o delatar a otra persona y así cubrirse sus espaldas.
Pese a todo, la mayoría de los empleados no son críticos Netflix, aunque no estén
de acuerdo con la forma de funcionar.
El juez antimafía asesinado Giovanni Falcone
Parece que la
delación para el control interno de una compañía no es nada positiva, esta táctica no es el medio ni la forma de
gestionar la plantilla. Uno se pregunta, ¿Que sucede con las auditorias y
auditores?, ¿Por qué las mismas no arrojan conclusiones determinantes que
permitan tomar medidas y corregir los problemas para no apoyarse en la
delación?, ¿Qué sucede con el Clima Laboral y los parámetros anexos que aporta
el mismo y que se dañan con medidas apoyadas en la delación? Se necesitan
personas que dirijan y gobiernen las compañías con empatía, no con ecpatía, ya
que esto lo único que acarrea es que se creen guetos y sentimientos donde la
delación… Se establece como la única forma para sobrevivir, en el entorno donde operaba la mafia.
Ya lo dijo Alfonso X el
Sabio: “Los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen pena como traidores”.
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