Estamos gobernados por
demagogos que son como el perro del hortelano, que ni duerme ni deja dormir… Demagogos
como los griegos, no interesados en diagnosticar certeramente, ni solucionar.
Sólo en mantenerse en la cresta de la ola del poder: en marear con palabras
huecas que hacen decir lo que no dije y juzgan mal sin decirlo… No quieren
foros de discusión, porque en el fondo el argumento les importa un rábano. Se
atrincheran en sus consignas e insultan a cualquiera que se les oponga ideológicamente.
Son censores de la verdad, lo “políticamente correcto”
no
es otra cosa que demagogia: tergiversación, uso inapropiado de palabras en
relación con conceptos. Veamos un ejemplo de cómo funciona la
censura en la vida real.
Una investigación de la
revista Rolling Stones y la censura de un capítulo de la serie televisiva
de dibujos animados South Park han reavivado la polémica sobre la cienciología, un
culto religioso extendido entre artistas y famosos. La semana pasada, los
creadores del satírico programa South Park, Matt Stone y Trey Parker,
declararon la guerra a la cienciología, luego de que se prohibiera la salida al
aire de un episodio en el que se burla de sus más célebres practicantes, los
actores de Hollywood Tom Cruise y John Travolta. “Está
bien, cienciología, habrás ganado esta batalla, pero la batalla de un millón de
años por la Tierra acaba de comenzar”, señalan Stone y Parker
en un comunicado. El episodio, que se había estrenado en noviembre pasado sin
mayor controversia, iba a ser retransmitido el pasado miércoles por el canal
por cable, Comedy Central, pero fue inmediatamente bloqueado “por
el propio Tom Cruise”, según informa la prensa local. El
sitio web www.hollywoodinterrupted.com dice que el actor amenazó con rechazar
la promoción de su último filme, Misión Imposible 3, si el capítulo era sacado
de nuevo al aire, una versión que ha sido negada por un representante del
actor. Tom Cruise y John Travolta son las celebridades
más visibles de la cienciología, que también practican Chick Corea, Mimi Rogers, Kristie
Alley, Priscilla Presley o Lisa Marie Presley.
Fue el filósofo Nietzsche
quien decía que: “el hombre encuentra en las cosas solamente lo que él mismo
ha incorporado en ellas”. ¿Qué es por ejemplo un martillo? Una
herramienta que sirve para abrir un agujero en la pared, es también una
herramienta para construir una ventana, es también una herramienta para clavar
clavos en una tabla, que terminará cerrando el agujero en la pared. Esta situación
propicia que el debate ronde sobre la postura del individuo frente a la
realidad que lo rodea. El martillo por si solo no sería nada, sería sí, un
elemento en un contexto, un contexto que le atribuya un poder a tal
elemento. Y del "poder" se trata el tema. Michel
Foucault se refirió a este tópico, como buen contemporáneo del postestructuralismo,
al referirse a la relación entre el discurso y el poder. Cuando personajes como
Kennedy
o Perón
generaban un discurso, era absurdo interpretarlo como un simple
texto, el texto implicaba un cambio de la realidad, la proyección en la
historia, la tensión entre destino y poder. En este contexto es donde podemos
encarar la relación entre poder y discurso.
Dentro de este concepto de
la censura, Michael Foucault incluirá la división entre locura y razón. Aquél que se
ubica en el espacio del "coherente", proyecta socialmente la
herramienta de la censura para con el "loco", el que amenaza esta
coherencia subjetiva. La censura de esta locura vendrá también perfeccionada
por lo sobrenatural del discurso del loco y por el miedo que el discurso del
loco genera. Es así que si el censor produce miedo al censurado,
reprimiendo y amenazándolo, lo que refleja es un intento de equilibrio con en
el miedo que él mismo retroalimenta. El poder contra el equilibrio
del estado, es un miedo íntimo, un miedo de pérdida del control de una realidad
preestablecida. En el acto de la censura no hay en si una simple producción de miedo,
hay un intento de alivio del miedo del censor.
Pero lo más interesante de
todo esto es que el mismo acto de censura, hace del discurso, el máximo
discurso, el centro de la realidad misma. El mismo acto de censura valida y
legitima al producto censurado, haciéndolo centro de la realidad social. Es
como decir que la insistencia de la negación o represión de una cosa la hace a
ésta más deseable. Entender en tal caso, y no simple reprimir sería la idea.
Pero el intento de entender nos quita el control y el poder. El estar dispuesto
a entender nos mueve a un espacio en el cual podemos encontrar algo que no nos
guste; y será muy bueno esto para las ciencias o la filosofía, pero no para la
política y las artes del gobernar.
El intento de control nos
lleva irremediablemente al terreno del miedo, el miedo a lo no previsible,
al discurso del loco que propone una lógica desconocida. En el
siglo XIX se ve mucho esta situación en los espacios de la mujer dentro de la
sociedad de dicha época. La mujer, era el centro de creación de la patria al
ser ella la que engendraba los hijos. Este acto de dar a luz un nuevo individuo
en la sociedad representa un acto de gran poder, ya que es ella la que controla
muchos factores directamente relacionados con el acto de traer un nuevo
individuo a la sociedad. Esta situación era vista como una amenaza que
horrorizaba a los teóricos de la época. Una mujer que duerma con el "otro" generaba la posibilidad
de corromper linajes y espacios sociales de poder. Dirá Malcolm X, el activista
musulmán afroamericano, que el verdadero horror del hombre blanco, era ver en
la cama a su mujer con un hombre negro. Malcolm X manejaba un discurso que
generaba enormes temores sociales que le condujeron a la muerte en
febrero de 1965. El control por el miedo no es algo nuevo, nos acompaña desde
los orígenes de la civilización. Pero entenderlo en su contexto nos muestra
realidades interesantes, como la imagen del represor reprimiéndose
a sí mismo, intentando generar un poder que alivie su propio pánico.
Este blog en el que
escribo se publica en diversas redes sociales, unas públicas y alguna
corporativa. Pues bien, estos días vengo observando que el mismo
está siendo censurado quitando todas las publicaciones que realizo. He de decir
que donde se censura dicho blog, lo que existen son alabanzas y noticias para edulcorar
y hacer culto al “ego” de quien lo tiene por lema en su forma de convivir y
relacionarse socialmente con el resto de personas. Esta situación es anómala porque
lo que está sucediendo todo el mundo lo observa y lo ve. La acción de
publicar vengo haciéndola desde hace unos cinco años, sin que ninguno de los cerca 700 post publicados hayan sido cuestionados
por las métricas que se publican, ni por los hechos que se relatan.
Sin embargo el responsable que gestiona dicha red está obrando como un verdadero
inútil, ya que cualquier red social es un espacio abierto donde cualquier
persona puede combatir dicha publicación con argumentos con lo que no se está
de acuerdo, sin embargo no se ha hecho, ni se está haciendo. Su
pobre inteligencia les ha llevado a la conclusión, de que para poder combatir lo
que se publica lo mejor es retirar los post de dicha red social para que el
resto de personas no los puedan leer. Cuando se ha llegado a esta situación, es la constatación de su
fracaso estrepitoso, nadie censura nada salvo que lo que se publique sea nada
favorable a lo que se está profetizando y no pueda ser rebatido.
Recientemente estamos
observando una cierta proliferación de este tipo de actividades, las cuales
tienen un claro objetivo en su fin. Nuestra sociedad está repleta de actos
censurables, sin embargo nos centramos en aquellos que afectan a una supuesta “moral”.
Estamos viviendo una crisis de valores la cual es constatable, pero
limitar el derecho de los demás parece ser el nuevo
“deporte”. Un deporte peligroso y con el cual atentamos a los derechos de otras
personas como reconoce nuestra constitución. Por otro lado, existe
un fin más importante en dicha comunicación, es la defensa de la organización
a la que representa cada individuo, esta no puede quedar solamente al albedrío
e interés un unos pocos como sucede actualmente, y que el resto se les excluya en la toma de decisiones y
conocimiento de lo que sucede.
Esperemos que el
responsable de dicha situación, corrija las acciones de dicho responsable de
redes sociales, más que nada, por el bien de todas las personas que les
gusta leer e informarse sin que ello sirva para que sus derechos se vean
vulnerados como se hace ahora actualmente. Si tengo que ser sincero… No soy muy
optimista, el tiempo nos dirá.
Ya lo
dijo Johann Nestroy: “La censura es la menor de dos hermanas despreciables: la otra se
llama inquisición.”
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