Durante una entrevista, un periodista le pregunto a
Einstein si podía explicarle la ley de la Relatividad de una manera sencilla
para poder entenderla.
Einstein le contestó:
–
¿Me puede Ud. explicar cómo se fríe un huevo?
El
periodista lo miró extrañado y contestó:
-Pues,
sí, sí que puedo.
A
lo cual Einstein replicó:
-Bueno,
pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni
el aceite, ni el fuego
El 21/03/2019 se publicó la siguiente noticia “Los dos posibles “opadores” de
Telefónica se retiran: Deutsche Telekom y AT&T andan asfixiados”, https://bit.ly/2TPDr64. Leída la misma y
visto los datos que aporta nos faltan por conocer el estado en el que se
encuentra la posible opada para justificar el “posible” desinterés de dichas compañías para comprar la compañía
española. Más allá de que ambas
compañías presenten unas deudas gigantescas, la teleco alemana acumula una
deuda de 110.000 millones de euros y la norteamericana, de 170.000 millones de
dólares, la situación de la compañía española tampoco es un bocado apetecible
si miramos el informe de la auditora del año 2018.
La totalidad de pasivo de
la compañía a 31 de diciembre del 2018 según el informe de auditoría emitido
por Price Waterhouse https://bit.ly/2HzTXjj
es de 87.067 millones de euros, en el
mismo se incluye los pasivos corrientes y no corrientes.
Cantidad que no se aleja mucho si tenemos en cuenta que este año habrá que
computar según estimaciones hechas ya, otros 8.000 millones de euros más que traerá
pareja la implantación de la NIIF 16 (normativa contable que entro en vigor este año por primera vez). Esto situará el pasivo total (deuda) en
unos 95.000 millones de euros. https://bit.ly/2Fmnryl
La noticia pasa por alto
el pasivo (deuda total), que si recoge el informe de auditoría y se centra
solamente en la deuda financiera, que es parte de dicho pasivo pero no son
todas las deudas que tiene contraída dicha compañía. Así pues, el
caramelo se convierte ciertamente en amargo si tenemos en cuenta dichas cifras,
pero se convierte todavía más amargo si tenemos en cuenta las previsiones del
Banco Central Europeo y la Reserva Federal norteamericana para los próximos meses.
El BCE
lanzó un aviso el 7 de marzo, ya que rebajó sustancialmente el
crecimiento para la eurozona, sino que hizo sonar todas las alarmas al posponer
la ansiada subida de tipos y lanzar nuevas medidas de liquidez para los bancos.
Lo anunciado aviso sorprendió porque mostraba cuán honda era la preocupación en
el organismo, pero los signos de debilitamiento estaban presentes desde hacía
meses. En las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del día 24 de enero, ya
se anticipaban los problemas que aquejan la economía europea. Los datos extraídos
sugieren “que el crecimiento a medio plazo será más débil de lo que anticipaba”,
asegura el documento ahora conocido.
Las amenazas que aquejan a
la economía, como la guerra comercial China-Estados Unidos o el Brexit han
disparado los riegos de la economía. “Los miembros [del Consejo de Gobierno del
BCE señalaron que el crecimiento y el comercio global han perdido fuerza. En
concreto, cunde la preocupación sobre un impacto creciente del proteccionismo y
un posible agravamiento de los conflictos comerciales”, aseguran las
actas. El riesgo comercial tendría un fuerte impacto en las
perspectivas de la economía global a corto y medio plazo, según el
análisis que hizo el economista jefe del BCE. A Desde enero, las cosas no
hecho más que empeorar, el BCE, cree que el PIB solo va a crecer este año solo
un 1,1%. En enero, el BCE
dejó ver la gravedad del problema ante el deterioro de la situación, e insistió
en que disponía de instrumentos para impulsar la economía y la inflación. En su
reunión del pasado día 7 mostró cuáles eran estos instrumentos: liquidez
para los bancos y tipos al 0% al menos a lo largo de este año. Esto
afectaría gravemente al sistema financiero europeo al estrechar los márgenes en
los bancos y limitar los beneficios de los mismos por la caída de los tipos en los bonos. La bolsa ya está dando
cuenta de dicha situación con fuertes caidas de los mismos.
Por su parte la Reserva
Federal y en concreto su presidente Jerome Powell, habló el
día 20 de marzo y sus afirmaciones vienen a corroborar la preocupación que
suscita la economía actualmente. Anunció que los tipos no subirán en 2019 y
para 2020 podría darse una única; en el lado del balance, disminuirá el ritmo
de reducción de liquidez, de manera que a partir de septiembre se estancará en
algo más de 3.500 millones de dólares. El mensaje es un claro aviso de la ralentización
que sacude la económica global y sus acciones. Estas medidas están propuestas
para amortiguar la reciente debilidad en la actividad y los riesgos potenciales
en el segundo trimestre del año. Trata de paliar y reforzar la recuperación
económica y prolongar la última parte del ciclo económico en la que se
encuentra la economía global. La ingente liquidez inyectada en los mercados para
equilibrar los riesgos ante la enorme deuda acumulada por los países y buena
parte de las compañías ha disparado él endeudamiento, esto ha dilatado el fin
de sus estímulos monetarios a raíz del empeoramiento de las previsiones. El
anuncio de la FED es un claro aviso señal de que las condiciones
macroeconómicas están empeorando rápidamente en todo el mundo, y que Estados
Unidos se ha visto afectado. Jerome Powell en su comparecencia hizo
referencia en numerosas ocasiones a la ralentización del crecimiento
en China y, en especial, en Europa, así como a los riesgos geopolíticos, como
el Brexit, y a cómo estos factores han cobrado un peaje a la economía estadounidense".
Vista la situación,
consolarse como lo hace la noticia en el endeudamiento de los demás para
justificar el propio parece una broma. Actualmente el endeudamiento de
compañías y estados es una prioridad para directivos y políticos. La situación a la que se llegó con dicho
endeudamiento por ciertos directivos es una cuestión que debería ser
estudiada y depurada ya que dichas compañías se han
situado como dependientes y vulnerables, al no estar en su ámbito de
influencia la resolución de dicho problema, ya que están al albur de
medidas de política monetaria que adopten los bancos centrales.
Uno no sabe si como dijo Einsten será que nos hemos vuelto los ciudadanos unos obtusos en la comprension de las cuestiones. Yo más bien creo en la razon del escritor Nassim Nicholas Taleb, cuando afirma en su último libro,“Skin in the game”,que dichos
directivos están tirando con pólvora ajena y por lo tanto…Ni sienten ni
padecen por el dinero que no es suyo.
Ya lo dijo Thomas Jefferson: “No gastes tu dinero antes de
ganarlo.”
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