Siempre se ha dicho que la
familia Rothschild era una de las familias más ricas del mundo. Sin embargo
ningún miembro de esta familia aparece, ni de lejos, en los recuentos de los
500 hombres más ricos del mundo de la revista Forbes. Y es que, hoy en día, la
fortuna familiar se ha distribuido entre cientos de herederos del apellido, de
modo que ninguno de ellos tiene una fortuna considerable. Sin embargo, como los
Rothschild siempre han manejado un perfil muy bajo y una gran secrecía en torno
a sus finanzas y el monto de sus riquezas, esto ha dado pie a una serie de
especulaciones… Pero todo parece indicar que no es para tanto. Y es que, a
pesar de los datos y de la información que está disponible para cualquiera que
quiera buscarla, la gente prefiere pensar y creer, siempre, en que existe un
poder oscuro, oculto y maligno que dirige sus destinos sin que ellos se den
cuenta. Probablemente usted jamás haya oído hablar de los Rothschild. La
familia posee trescientos billones de dólares (o sea, un tres seguido de 14
ceros; fin de la acotación). Son dueños de casi todos los bancos del mundo.
Hemos financiado a ambos lados de ambas guerras desde Napoleón Bonaparte. Somos
dueños de tus noticieros, los medios, tu gasolina y tu gobierno…” y, en letras
más pequeñitas, “Probablemente nunca has oído hablar de dicha familia”. De ser
cierto todo lo anterior —y otras cosas que circulan por ahí en internet, o
bien, bajo la forma de leyenda urbana—, estaríamos hablando, efectivamente, de
la familia más rica y más siniestra del mundo. En otras palabras, de los
verdaderos dueños del mundo occidental, del verdadero “poder detrás del poder”, de
la cúpula con el suficiente dinero como para estabilizar la economía a nivel
global, derrocar o instaurar gobiernos, manipular a su antojo la tecnología de
telecomunicaciones y la información que ésta trasmite, y todo, desde el más
oscuro de los anonimatos. Pero, entonces, la pregunta es: ¿realmente es cierto todo lo que
dice ese texto?
Los cinco hijos de Mayer Amschel en orden de nacimiento de izquierda a derecha: Amschel, Salomon, Nathan, Carl, James.
Los cinco hijos de Mayer Amschel en orden de nacimiento de izquierda a derecha: Amschel, Salomon, Nathan, Carl, James.
Pues resulta que,
técnicamente, sí lo es. No obstante, hay que mirar de cerca el asunto e indagar
un poco en la historia para entender el porqué de esta teoría conspirativa. ¿Es
verdad que son tan ricos como dice ahí? Porque si consideramos que uno de los hombres más
ricos del mundo, Bill Gates, tiene una fortuna que apenas alcanza los 80 mil
millones de dólares —o sea, un ocho seguido de 10 ceros—, y que la deuda
externa de México está en el orden de los 400 mil millones de dólares —es
decir, un cuatro seguido de 11 ceros—, los 300 billones de los Rothschild ponen
a prueba nuestra capacidad de imaginar enormes sumas de dinero. Mayer
Amstel nació en el gheto judío de Frankfurt en el seno de una familia
que se dedicaba al comercio y al cambio de divisas y monedas. La historia de la
familia Rothschild comienza con el señor Mayer Amstel Rothschild
(1744-1812), un banquero alemán al que se le conoce como “El padre fundador de
las finanzas internacionales”. Mayer
Amstel nació en el ghetto judío de Frankfurt en el seno de una familia que
se dedicaba al comercio y al cambio de divisas y monedas; para 1769 ya era hoffaktor
del príncipe heredero Guillermo de Hesse —es decir, era el banquero de origen
judío que le llevaba las finanzas o le prestaba dinero a la realeza y la
nobleza—, y sí: Rothschild realizaba el pago de mercenarios y estuvo
involucrado en el financiamiento de las guerras napoleónicas. Para
principios del siglo XIX, Jacob era uno de los principales banqueros de Europa
y tal era su fortuna que empezó a realizar sus propios préstamos
internacionales. Pero la verdadera dinastía y el verdadero imperio de los Rothschild
inició cuando Mayer Amstel colocó a sus cinco hijos en los cinco centros
financieros más importantes de Europa: Amstel en Frankfurt, Solomon en Viena,
Nathan en Londres, Calmann en Nápoles y Jakob en París. De hecho, su
escudo de armas ostenta cinco flechas que simbolizan las cinco ramas de la dinastía.
Para 1818, los cinco hermanos Rothschild ya tenían títulos nobiliarios
hereditarios y eran dueños de un imperio que prácticamente controló el mundo
financiero de aquellos días. Y con el paso de los siglos, los herederos del
imperio han estado involucrados en toda clase de negocios y empresas de corte
financiero, inmobiliario, industrial y de telecomunicaciones. Phillip
A. Benson, presidente de la asociación de los banqueros americanos, el
8 de junio de 1939 escribió: “no hay manera más directa de capturar el
control de una nación que a través de su sistema del crédito”.
El diario digital Hispanidad
publicaba el día 12/03/2019 la siguiente noticia “El pulso entre Pallete y
los fondos. El BBVA no se va de Telefónica (5%), aunque Caixa tampoco aumentará
su participación (6%)”, y decía lo siguiente:
“Con
los fondos no hay nada que hacer. Pallete se ha recorrido medio mundo intentado
convencerles de tres cosas:
- Lo importante no es la deuda, sino el EBITDA.
- Reducir la deuda es prioritario pero más lo es la inversión, sobre todo en fibra.
- Con todo, en tres años la deuda se ha reducido en 12.000 millones.
Es
decir, que deberán acostumbrarse al ritmo de inversión de Pallete y pensar más
en el dividendo que en la plusvalía. Y el nuevo varapalo, esta vez de la mano
de Berenberg Bank, con la
correspondiente bajada por debajo del Ibex 35. Para entendernos, Álvarez
Pallete lo tiene claro: hay que ganarle la batalla a los institucionales, de
suyo bastante especulativos, con las armas predichas. O les domésticas, o te
imponen un modelo de gestión que sólo piensa en los próximos 15 días”.
https://bit.ly/2HzTXjj (página 168)
Escuchados los argumentos
del CEO de la compañía, conviene repasar los motivos que desmienten los
argumentos que presentó a los fondos, no convenciéndoles y que ya están empezando
a pasar una grave factura a través de las casas de análisis como por ejemplo, Berenber. La totalidad de pasivo de
la compañía a 31 de diciembre del 2018 según el informe de auditoría emitido
por Price
Waterhouse https://bit.ly/2HzTXjj es de
87.067 millones de euros, en el mismo se incluye los pasivos corrientes y no
corrientes. Una cuestión que he escrito en otro post es que la reducción
de dicha deuda ha venido en gran parte por la refinanciación de la deuda que se
tenía ya, que se refinancia con nuevos bonos a un tipo de interés más reducido y
a la enajenación de activos de la compañía como por ejemplo la división centroamericana.
Esto presenta un grave problema ya que los accesos se reducirán y los ingresos de
dicha división (878 M € en el año 2018) no entrarán en caja haciendo que el perímetro
de dicha compañía se reduzca.
Total de pasivo, corriente y no corriente según el auditor (página 15)
En cuanto a la deuda financiera bruta la misma alcanza a 31 de diciembre del 2018 los 54.702 millones de euros. Si se observa la deuda financiera neta alcanza los 41.785 millones de euros. Así pues la deuda sigue
siendo un grave problema, al que hay que añadir que este año entro en vigor la
NIIF-16 de arrendamientos y que a Telefónica le supondrá un impacto en la
deuda en la contabilidad de entre 7.400 y 8.100 millones de euros según se ha publicado en la prensa econónica.
El desarrollo de redes de
alta velocidad es muy importante, para lo cual hay que realizar inversiones muy
importantes. Sin embargo cuando la situación financiera es compleja como la
actual, con un endeudamiento gigantesco como el que tiene la compañía
actualmente (piénsese que la capitalización bursátil de la compañía es de
39.486 millones de euros), es momento de centrar el esfuerzo en la reducción
de dicha deuda antes que incrementar la misma, por lo que los despliegues de dicha
fibra tienen que hacerse más lentamente. El 2 de octubre de 2007, Telefónica superó los
104.000
millones de euros de capitalización bursátil y sus acciones rompieron a
máximos históricos tras anunciar un plan de negocio ambicioso que incluía un
aumento considerable del dividendo y unas cifras de negocio absolutamente
increíbles. Unos 11 años después, la compañía ha perdido un 70% de su valor.
No existe mejor y más igualitaria distribución de riqueza que la subida del
precio de las acciones, ya que la misma afecta a la inmensa base de accionistas
que ponen su dinero en dicha compañía. Por lo tanto esto no es una opción, es una
necesidad imperiosa de quien gestiona la compañía, ya que el dividendo (40 céntimos de euro) no puede ser el único
rendimiento que perciban los accionistas. Sirva como ejemplo lo que le sucedió
al BBVA con el paquete de acciones que tenía en dicha compañía (6,9%), le
supuso una provisión en sus resultados de 1.123 millones de euros. https://bit.ly/2TEcRMX. Ya en 2016 BBVA tuvo
que dotar provisiones para cubrir las pérdidas de 400 millones de euros por
otra depreciación en el valor de su posición sobre Telefónica.
Ya lo dijo Nathan
Meyer Rothschild : “El hombre que controla la
emisión de dinero en Gran Bretaña controla al Imperio Británico, y yo controlo
la emisión de dinero británica”.
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