Es 23 de marzo de 1918, a
las nueve y media de la noche. El teatro Wood Green Empire, en Londres,
irradiaba magia. Por aquellos minutos se estaba presentando Chung
Ling Soo, una leyenda de la magia.
Todo iba como debía ir.
Todo marchaba bien.
Le tocaba realizar el acto
de atrapar la bala. La esposa del mago entregó al público las balas y el arma
para que los revisaran. Regresó al escenario, junto de dos soldados quienes
iban a disparar. Chung tomó el un platillo. Lo apretó fuertemente contra su
pecho. Como de costumbre, el nerviosismo invadía el teatro. Chung
Ling Soo se alistaba.
De pronto, se dio la
orden.
Una detonación y un silencio
sepulcral en el teatro.
El platillo salió hecho
añicos, Chung Ling Soo vaciló y luego cayó al piso. Los aplausos de un
público ilusionado recorrieron el teatro. La gente creyó que una vez más, el
milagro se había realizado. Desgraciadamente, no fue así. Se bajo el
telón. Chung Ling Soo, falleció en escena.
En la historia de la magia
han habido, hasta el día de hoy, 12 muertes por el mismo acto: La
Bala Atrapada. En el caso de Chung Ling se barajaron distintas
hipótesis: suicido, asesinato de su esposa, etc... Todas tenían sentido.
La hipótesis del suicidio,
dice, se debía a las innumerables deudas y problemas del mago. La alternativa
del asesinato mostraba a Sue Sing como la asesina. Dicen que Chung
Ling salía con otra mujer y que su esposa, celosa, intento matarlo.
Pero la investigación tuvo
un final inesperado. Robert Churchill, experto en armas
del Scotland
Yard, dio la verdadera versión. Declaró ante el juez que las armas
tenían cilindros más pequeños que las balas. Cuando alguien disparaba solo
detonaba la bala, pero nunca salía. Dijo que con cada detonación los cilindros
se iban agrandando. Hasta que inevitablemente, un día, tarde o temprano, la
bala iba a salir.
Y así, un día la bala
acabó por matar a la leyenda: Chung Ling Soo
Ante la necesidad de rapidez,
adaptación, flexibilidad y bajos costes en los procesos de fabricación, emerge
la “fabricación aditiva” como una de las grandes fuerzas que cambiarán
en un futuro cercano el mundo de la industria y la fuerza de trabajo. La fabricación
aditiva, o fabricación por adición, es un término de producción a
través del cual el material (plástico o metal) es depositado capa a capa de
manera controlada allí donde es necesario. Con esta técnica, que
comúnmente se conoce como impresión 3d, se producen formas o piezas
geométricas personalizadas según las necesidades de cada sector. Comparada con la
fabricación tradicional, esta tecnología reduce procesos
intermedios como la producción de utillajes, por lo que permite obtener piezas
hasta un 90% más rápido. Esta técnica reduce drásticamente la
utilización de material trayendo consigo una reducción muy importante en la
generación de desechos, además los componentes tienen un coste menor y se
produce de manera más sostenible. Si algo nos ha aflorado en esta época de
cambios tecnológicos y sociales, es que las compañías competitivas son
aquellas que son capaces de responder al mercado de manera inmediata, con un
ahorro notable de tiempo y costes de producción.
Corre la idea entre los
gurús de la tecnología que las compañías deben trabajar siempre en modo “beta”,
es decir, estar permanentemente generando prototipos para responder a un
mercado que reclama novedades y cambios permanentemente. Aunque la fabricación
aditiva o impresión en 3D sea algo novedoso, fabricar cosas adhiriendo
capa tras capa -al igual que hace una impresora tridimensional de uso
doméstico- es algo que lleva más de una década integrado dentro de nuestra
estructura industrial y que afronta a corto plazo grandes y profundos retos que
van a afectar a su competitividad en los mercados mundiales. En España son
numerosas las compañías que desarrollan de manera innovadora estos procesos de
fabricación aditiva y son posiblemente la punta de lanza de lo que
se conoce como industria conectada o industria 4.0.
Aunque mucha gente
visualice esta técnica como algo doméstico y propio de las startup, desde la industria se piensa que es
necesario separar los procesos industriales de los particulares, ya que en su
origen no están pensados para lo mismo y no resuelven los mismos problemas. La
industria trabaja con métricas de calidad, cantidad, eficiencia y costes que
requieren soluciones industriales. La idea del prototipo va ligada
íntimamente al origen y concepción de la fabricación aditiva. En su
origen, deriva de los llamados procesos de fabricación rápida de prototipos,
cuya finalidad era la creación física de un objeto pero que no tenía una
funcionalidad en sí misma. El paso del tiempo se han empezado a comercializar máquinas capaces de adherir
aleaciones metálicas, aunque sus costes eran elevados y sus aplicaciones
limitadas. Actualmente, el diferente uso de materiales, como por ejemplo; plásticos
y metales ha sido aumentado hasta; polímeros, composites, cerámicas, e incluso
con materiales híbridos, reduciendo el precio de algunas máquinas y mejorando
de la precisión de las mismas. Esto ha dado lugar a nuevas
oportunidades que incrementan la cifra de negocio año tras año.
Cada día son numerosos los
sectores económicos que se adhieren a la fabricación aditiva debido a la adhesión
de nuevos clientes en dichos mercados. debencuentra clientes. Según las
previsiones de la consultora Gartner, el sector sanitario, el
aeroespacial y el de bienes de consumo serán los que mayores avances muestren
en este terreno. Para dicha consultora, un porcentaje significativo de los
aviones comerciales y militares de nueva fabricación volarán en un futuro no
muy lejano con estructuras y motores que habrán sido fabricados en una
impresora 3D. Pero existen otros sectores que están aprovechando
las ventajas de la fabricación aditiva como por ejemplo: automoción, arquitectura, arte y
diseño, robótica, industria textil, juguetes, electrónica de consumo, muebles,
joyería… Con dicha técnica; se reducen los procesos intermedios de
fabricación, ofrece gran libertad de diseño, aprovecha el material sin generar
residuos y produce de manera más sostenible. Por ejemplo; el
fabricante automovilístico Audi ha incorporado impresión en 3D para rebajar en
un 50% el tiempo de producción de prototipos; Sauber (fabricante de
Fórmula 1) la utiliza para producir los modelos a escala que se utilizan en los
túneles de viento, y General Motors la ha puesto al
servicio de su producción de vehículos ligeros.
FUENTE: SMART TECH PUBLISHING
De acuerdo con un estudio
de la consultora independiente norteamericana Wohlers de 2018,
el
negocio de la fabricación aditiva registro un crecimiento destacado del 21%
hasta situar dicho año el negocio en más de 6.300 millones de euros.
El estudio, señala cuántas máquinas de impresión en 3D se han vendido y los
resultados son francamente representativos; en 2016 fueron vendidas 983
máquinas de fabricación aditiva de metal y en 2017 subieron a casi al doble,
hasta las 1.768, un crecimiento cercano al 80%. Máquinas que cada vez ofrecen mayores
prestaciones de material, velocidad y ahorro de costes. Se prevé que el
negocio alcance los 16.000 millones de euros en 2021.
Tamaño del mercado de
impresión en 3D, según tecnología, en EE. UU. 2014-2025 (millones de dólares)
Según el informe
Global Trends 2030, elaborado por el National Intelligence Council de
Estados Unidos (NIC), sitúa las tecnologías de impresión en 3D entre las
grandes palancas del cambio. La fabricación aditiva según el NIC, permitirá
la creación de modelos y un rápido prototipado en las industrias aeroespaciales
y del automóvil; comenzará a sustituir a algunos productos convencionales de
fabricación masiva, especialmente productos de alto valor; será una tecnología
de la que se beneficiarán tanto las economías desarrolladas como las
emergentes, en cuanto a velocidad, flexibilidad y “customización”, pero
la calidad de los materiales y los costes de fabricación siguen siendo los
principales retos a batir. En España según dicho estudio, la fabricación aditiva
cambiará los modelos de negocio, distribución y también las relaciones entre cliente
y proveedor. Para el año 2030
su estandarización y la certificación serán una realidad.
En España este sector está
representado por ADDIMAT, asociación que agrupa actualmente a 67 organizaciones.
Impulsada en 2014 por la Asociación Española de Fabricantes de
Máquinas-Herramienta, Accesorios, Componentes y Herramientas (AFM), reúne
a fabricantes de equipos, de componentes y consumibles, proveedores de
servicios de impresión en 3D, usuarios para producción propia, distribuidores,
centros de investigación, universidades y centros de formación. El volumen de
negocio del sector alcanza la cifra de 100 millones de euros y actualmente registra una
generación de empleo cercana al medio millar de personas. Esto
todavía representa una baja proporción en cuanto a la ocupación en la industria
manufacturera en nuestro país. Estados Unidos, China o Japón son
líderes en el desarrollo e innovación en este terreno, y, en Europa,
Alemania ha mostrado un claro liderazgo en los últimos dos años, tal
como muestra el estudio “El mercado de la fabricación aditiva en
Alemania”. Las previsiones sin embargo son optimistas para nuestro país,
ya que muchas compañías están incluyendo en sus planes de inversión futuros la
adquisición de equipos de fabricación aditiva, por lo
prometedor de la potencial tecnología y sus aplicaciones.
Pese al futuro prometedor
de dicho sector tecnológico, todavía hay que recorrer un largo camino que
vendrá marcado por la sensibilización que muestre la industria y la sociedad. Esto
se ve complicado por un factor importante como es, la escasez de profesionales
con las competencias necesarias para extender el uso de los nuevos equipos.
Para
la industria y compañías españolas, esto no es una opción… Si no que dicha obligación
marcará factores cruciales como es por ejemplo la competitividad de las mismas.
Ya lo dijo Arthur C. Clarke: “Cualquier
tecnología suficientemente avanzada es equivalente a la magia”.
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