El dirigente y primer presidente de Kenia Jomo
Kenyatta (c. 1891-1978) afirmó en cierta ocasión al respecto del proceso de colonización
occidental de África:
- Cuando los blancos vinieron a África, nosotros teníamos la tierra y ellos tenían la Biblia. Nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados: cuando los abrimos, los blancos tenían la tierra y nosotros la Biblia.
El 23 de
diciembre de 1913, el entonces presidente de Estados Unidos Woodrow
Wilson promulgó la Ley de la Reserva Federal, creando el banco central
que este año cumplirá los 107 años de historia. Creado en medio de las zozobras
financieras de inicios del siglo XX y con una profunda desconfianza del poder
central, la Reserva Federal (FED) es hoy una de las instituciones
financieras más poderosas del planeta. Actualmente dicha institución vive ahora
un gran desafío con la inyección de dinero para reactivar la economía. Es en
ese edificio solemne donde un grupo de economistas designados, no
electos, se reúne para tomar decisiones que impactan tanto en los
habitantes de este país como en millones de personas en el mundo, se están
tomando decisiones que marcaran el futuro devenir de dicho país y por ende del
resto del mundo al ser el centro de poder económico más relevante del planeta. La
crisis financiera de 2008 contribuyó más que ninguna otra a mostrar
públicamente el rol de la institución y de su presidente Ben Bernanke, pero fue
sólo el último de los muchos desafíos enfrentados por la FED en sus 100 años de
historia. Sin embargo, la actual crisis es mucho más relevante y su actual
presidente Jerome Powell se encuentra muy condicionado políticamente por un
presidente de los Estados Unidos que tiene en su mano la reelección si gana las
elecciones de noviembre.
Al prestar
dinero ampliamente a compañías, Estados y Ayuntamientos en su lucha por aislar
a la economía norteamericana del COVID-19, la Reserva
Federal (FED) está rompiendo tabúes centenarios sobre quién obtiene dinero
del banco central durante una crisis, en qué términos y qué riesgos correrá el
mismo para recuperar ese dinero. Y con las compras a gran escala de
valores del Tesoro de los Estados Unidos, la FED está ampliando
los límites de lo que un banco central haría para financiar el aumento de la
deuda federal, acciones por otra parte que tienen motivaciones más
profundas de corte político que de ortodoxia monetaria. Esta
situación es algo que anteriores presidentes de dicha institución trataron por
todos los medios de evitar, la política a su ámbito legislativo y la
FED a ocuparse de controlar la política monetaria del país y a ejercer la
supervisión del resto de instituciones bancarias con el objetivo de alcanzar la
estabilidad. Además, puede a veces proveer de depósitos a entidades financieras
o al gobierno estadounidense. Sin embargo, la proximidad de las
elecciones y un presidente norteamericano que ve peligrar su relección, ha
hecho que el actual inquilino de la FED haya sufrido ataques iracundos con el
fin de que estimulara la economía bajando los tipos de interés. A su
vez, su proximidad a tener que ser reelegido para otros
cuatro años, ha hecho el resto para que la política se adueñe de la ortodoxia
monetaria. Dicho cargo es elegido por el presidente de los Estados Unidos de
entre los miembros de la Junta de Gobernadores que tiene dicho órgano. Puede
ser reelegido por mandatos consecutivos renovables cada cuatro años sin límite
de tiempo. A los gobernadores de la FED no les gusta
hacer nada de esto, sin embargo, creen que no tienen otra alternativa
mejor. “Ninguno de nosotros tiene el lujo de elegir nuestros desafíos;
el destino y la historia nos los proporcionan ", dijo el
presidente de la FED, Jerome Powell, en un discurso este mes.
"Nuestro trabajo es cumplir con las pruebas que se nos presentan".
Los economistas proyectan que la cartera de bonos, préstamos y nuevos programas
del banco central aumentará a entre 8 billones de dólares y 11 billones de
dólares, el año pasado dicha cartera estaba menos de 4 billones de dólares. En
ese rango, la cartera sería el doble del tamaño alcanzado después de la crisis
financiera de 2007-09 y casi la mitad del valor del Producto Interior Bruto
(PIB) de Estados Unidos. Su programa de deuda, haría que su papel en la
economía fuera mucho mayor que durante la Gran Depresión o la Segunda Guerra
Mundial, según los cálculos del diario Wall Street Journal. La cartera había
alcanzado los 6,57 billones de dólares el 22 de abril.
Según
el profesor de Historia de la Universidad de Columbia Adam Tooze,
"La FED está siendo enviada en una misión en lugares donde nunca
ha estado antes". Debido a los shocks financieros y económicos
causados por el virus, dice, los funcionarios
del banco central "están siendo absorbidos por una serie de enredos
que no pueden controlar y que normalmente no tocarán en la distancia, sin
embargo, esta vez sintieron que tenían entrar y entrar duro en él problema".
Muchos prescriptores de políticas gubernamentales, incluidos críticos
anteriores de la FED, apoyan las acciones que está llevando a
cabo esta vez, aunque los cálculos políticos podrían cambiar rápidamente, si
como parece dentro de seis meses el inquilino de la Casa Blanca no es el
actual. "Esto debería considerarse un evento muy extraño, un cisne
negro, no algo que suceda en condiciones normales", dice el
senador Pat Toomey, quien criticó a la FED después
de la última crisis por permitir grandes déficits presupuestarios federales. El
mes pasado dicho senador, ayudó a avanzar el proyecto legislativo de rescate
económico de 2,2 billones de dólares en el Congreso, lo que coloca a la FED
en el centro de los esfuerzos de rescate económico del Gobierno. Entre los
riesgos que está asumiendo la FED están, que algunos
programas fracasarán, que los funcionarios no podrán deshacerse de dichos
programas, que los políticos se acostumbrarán a dirigirse a la FED para
solucionar problemas que sus herramientas legislativas no resuelven y que el
descontento público sobre las elecciones de la FED erosionará su autoridad con
el tiempo. Este último riesgo es importante porque las herramientas
de la FED son más adecuadas para ayudar a las grandes empresas
que solicitan préstamos en los mercados de capitales que las pequeñas que no lo
hacen.
Paradójicamente,
se está produciendo una situación curiosa, es un capitalismo sin
bancarrota, es como mentar la fe del catolicismo sin infierno. Sin embargo,
el presidente de la FED Jerome Powell, define la
tarea del gobierno desde una perspectiva moral diferente. "La
gente está haciendo estos sacrificios por el bien común", dijo
en su discurso. "Necesitamos hacerlos completos en la medida en
que tengamos la capacidad". El banco central después de
reducir las tasas de interés a casi cero a mediados de marzo, comenzó una
cascada de programas de compra de bonos para dar estabilidad a los mercados. Entre
el 16 de marzo y el 16 de abril, compró valores del Tesoro y de hipotecas a un
ritmo de casi 79.000 millones de dólares al día. Haciendo una
comparación de dicha magnitud, entre los meses del año 2012 y 2014 estuvo
comprando alrededor de 85.000 millones de dólares al mes. Estas
compras de la FED ayudan al gobierno a financiar su deuda con un coste
reducido, que se dispara a medida que el Tesoro envía cheques directamente a
los hogares y gasta más en el seguro de desempleo. La FED,
por otro lado, está preparando una segunda ola de programas en asociación con
el Tesoro para conceder préstamos directamente a compañías y gobiernos
estatales y locales. El Congreso ha otorgado al Tesoro 454.000
millones de dólares para en asociación con la FED realicen dicha tarea.
Sin embargo, la FED prestará hasta 10 veces la cantidad que el
Congreso destino a dichos programas, y el Tesoro tendrá que asumir las
primeras pérdidas en préstamos que han sido otorgados sin las garantías mínimas
para que no resulten fallidos. Hasta ahora, el Tesoro ha comprometido alrededor
del 40% de esos fondos a algunos de nueve programas diferentes,
dejando espacio para extenderlos o desplegar otros.
La respuesta comedida del señor Powell a los implacables ataques del presidente Trump contra él en los últimos dos años, han disipado dudas en los legisladores de que dicho cargo se esté comportando como un lacayo para conseguir el presidente norteamericano su relección en noviembre. La FED tiene un poder único, esto es, la capacidad de crear dinero al acreditar a los bancos con fondos que pueden prestar, eso lo ayuda a guiar el coste del dinero, que es la tasa de interés. Las bajas tasas de interés y la impresión de dinero impulsaron la inflación de los precios al consumidor después de la Segunda Guerra Mundial y durante la década de 1970. Los funcionarios de la FED no ven eso como un riesgo ahora porque la economía se está hundiendo, lo que significa menos demanda del consumidor y menos inflación. Además, la inflación ha estado latente durante años en los Estados Unidos y otros países como Japón, donde los bancos centrales han tenido un comportamiento agresivo. Unos tipos de interés eventualmente altos, hará que el coste al Tesoro de dichos programas se encarezca. "Si la economía se recupera y la inflación es un problema, esa será la prueba", dice la ex presidenta de la FED, Janet Yellen. Eso no es un problema ahora, si alguna vez lo es, dice ella: "Creo que la FED va a ganar con eso". El Congreso hizo una llamada a la FED en parte porque desarrolló capacidades para intervenir durante la crisis bancaria del año 2008 y tiene la capacidad de posicionarse como pocas instituciones para moverse rápido. El hecho de que la economía se estabilice depende de causas ajenas al control de la FED, incluido si la propagación del coronavirus se desacelera, si existen otras autoridades implementando programas de prueba y monitoreo para reducirlo o si se descubren tratamientos y vacunas para acabar con el mismo. La FED afirmó el lunes que lanzará un próximo programa para proporcionar financiación a los gobiernos estatales y locales presionados por la disminución de los ingresos fiscales. Comprará deudas con hasta tres años de vencimiento emitidas por hasta 261 prestatarios municipales, incluidos los 50 estados, el Distrito de Columbia, condados de al menos 500.000 habitantes y ciudades de al menos 250.000 habitantes. Inicialmente había dicho que limitaría tales compras a condados de al menos 2 millones y ciudades de al menos 1 millón, además de los estados
La
FED ha visto durante mucho tiempo los préstamos a estados y
ciudades como un campo de minas político. Su restricción inicial para prestar a
los gobiernos locales ya ha provocado un retroceso. En una carta al presidente
de la FED este mes, la diputada de la Cámara de
Representantes por el estado de California, Maxine Waters,
presidenta del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, dijo
que el programa habría excluido a 35 ciudades más pobladas por afroamericanos.
"Este enfoque corre el riesgo de exacerbar las disparidades raciales en la
respuesta del gobierno federal", escribió. El senador por
Idaho Mike Crapo, presidente del Comité Bancario del Senado, le
envió una carta al presidente de la FED el mismo día señalando
que ninguno de los municipios de su estado sería elegible y expresando su
descontento con las comunidades rurales. Otros legisladores han expresado
quejas similares. Varios analistas han dicho que si los legisladores
quieren más ayuda para los gobiernos locales, están mejor posicionados para
otorgar subvenciones a los estados en lugar de depender de la Reserva Federal
para otorgar préstamos. Los funcionarios de la FED temen que
puedan terminar teniendo deudas municipales que los prestatarios no puedan
pagar. Si esto sucede, quedan sin respuesta preguntas como qué papel
desempeñaría en una quiebra y si apoyaría al prestatario o se alinearía con
otros acreedores para recuperar su dinero. Esta situación está
llevando a que la FED sea cuestionada por amplios sectores, sin
embargo, razones para dicho argumento existen al ser tan selectivos en
las ayudas que conceden. Mientras tanto dicho organismo no quiere
estar en condiciones de decir: “Hay que aumentar los impuestos o
reducir los salarios a los policías o bomberos”, dice Scott
Álvarez, asesor general de la Reserva Federal entre el año 2004 y 2017. "Esa
es una de las razones por las que en el año 2008 no otorgamos préstamos
directamente a los municipios". La FED
experimentó momentos difíciles en la anterior crisis financiera del 2008, ya
que manejaba los activos que tenía debido al rescate del banco de inversión Bear
Stearns Cos. —incluyendo la ejecución hipotecaria en un centro
comercial en la ciudad de Oklahoma, préstamos de propiedad de hoteles Hilton en
Hawai y Puerto Rico, y vendió una cartera de deuda en hoteles Red Roof Inn
después de su quiebra. Sin embargo, Alvarez afirma que la FED
puede tener paciencia con los activos que van mal ya que no tiene que responder
ante los accionistas.
Gráfica de evolución de los tipos de interés
Los
respaldos de la deuda corporativa de la FED se han ampliado para
incluir a los llamados ángeles caídos, compañías recientemente rebajadas en el
rating a el bono basura. También comprará fondos negociados en bolsa que
invierten en bonos basura y proporcionará financiación a los inversores en
fondos de préstamos comerciales conocidos como obligaciones de préstamos
garantizados, o CLO. Muchos fondos de capital privado agregaron deuda a
sus compañías de cartera antes de la crisis en los mercados de bonos basura y CLO.
Al apoyar los bonos basura y las CLO, la FED podría estar
ayudando a los fondos de capital privado que hicieron vulnerables a sus
compañías de cartera antes de la crisis con grandes cargas de deuda. "Se
necesita pensar en todos los incentivos que nuestras instituciones están
creando", dice el presidente de la FED de Boston, Eric
Rosengren. Los funcionarios de la FED concluyeron que
necesitan ofrecer un amplio apoyo a los mercados de deuda corporativa para
evitar que el crédito se agote y produzca aún más quiebras a gran escala y
pérdida de empleos. "Estaría dispuesto a asumir más riesgo de crédito
de lo que hubiera tenido antes de esta situación", dice la
presidenta de la FED de Cleveland, Loretta Mester, "porque
este es un shock negativo enorme, sin precedentes". El
programa de préstamos directos que hará a pequeñas y medianas empresas por valor
de 600.000 millones de dólares, será quizás la tarea más complicada que
abordará, según lo que opinan funcionarios actuales y anteriores de dicho
organismo. Por primera vez desde la Gran Depresión, la FED
prestará directamente a pequeñas y medianas empresas, ofreciendo préstamos de
hasta cuatro años a través de bancos. Con esta acción, está
tratando de llegar a pequeñas empresas que están limitadas para emitir deuda en
Wall Street. "La Fed se vio afectada en su reputación cuando se
vio que había facilitado el rescate financiero de Wall Street en el año 2008 y
había dejado a la calle sin ayuda", dice Vincent Reinhart, ex economista
de la FED y ahora economista jefe de la firma de gestión de activos Mellon.
"No van a hacer eso otra vez".
Expresidente de la FED, Ben Bernanke (el helicoptero) en la crisis del 2008
El
desafío para dicha institución, no es solo decidir quién recibe dinero, también
es cuánto cobrar y en qué términos. Los banqueros centrales viven de la
doctrina "Bagehot’s Dictum", llamado así por el
escritor británico del siglo XIX que editó la revista “Economist”.
Para detener el pánico, dijo Walter Bagehot, un banco central debería
prestar libremente contra buenas garantías a una tasa de interés un poco más
alta de lo normal. La FED no quiere prestar a empresas
que no son viables, dice la gobernadora Mester, presidenta de la FED de
Cleveland. Tampoco quiere dejar que los negocios viables fallen
porque el flujo de efectivo se corte temporalmente. Distinguir entre los dos es
el gran desafío que hay actualmente. Dado que los estadounidenses no pueden o
no quieren participar en el comercio a través del consumo, puede ser nada más
cuestión de tiempo que la iliquidez se convierta en insolvencia. La
FED limitó la cantidad de deuda que pueden tener las pequeñas
empresas antes de calificar para los préstamos del programa de la calle. Se
requiere que los bancos mantengan el 5% de cada préstamo para aislarse de
convertirse en un sumidero de deudas incobrables. Los prestatarios
enfrentarán restricciones sobre los sueldos de los ejecutivos y el pago de
dividendos. El Tesoro tomará los primeros 75.000 dólares
de cualquier pérdida. Un peligro es que la FED
reviva Wall Street, donde se han probado sus herramientas, mientras que
el programa de la calle para las pequeñas empresas se queda corto, dice Glenn
Hubbard, profesor de economía de la Universidad de Columbia. "Estoy
realmente preocupado de que no vaya a funcionar", dice, y
señala que eso sería un golpe de reputación para el banco central.
Un
gran peligro que corre actualmente la FED es que el Congreso se acostumbre a
pedirle que intervenga cuando existan problemas, cuando dicha institución ha
velado con sumo celo por guardar su independencia, especialmente después de
sucumbir a la presión del presidente Nixon para que la economía apoyase su
candidatura antes de las elecciones presidenciales de 1972. Ni que decir tiene
que las elecciones el señor Nixon las ganó, pero poco después tuvo que coger la
maleta e irse para su casa por el escándalo Watergate. La peregrinación de legisladores a la FED
para que rescate determinados sectores de su territorio no para de crecer, el
último el senador Ted Cruz por Texas, el cual envió una carta a Powell
pidiéndole al banco central que buscase formas de prestar dinero a las
compañías de petróleo y gas que tienen demasiada deuda para calificarse en los
distintos programas existentes de la FED. Sin embargo, Powell
dijo recientemente que las autoridades de la Reserva Federal no permitirían
tales rescates. El mes pasado, los abogados de la FED
ayudaron a rechazar el texto legislativo que habría hecho que el Congreso
ordenara explícitamente a la FED que lanzara programas de
préstamos, según personas familiarizadas con las negociaciones. En cambio, el
Congreso proporcionó dinero al Tesoro que podría usar en colaboración con la FED
a discreción de ambos. Las acciones de la Reserva Federal representan
un nivel de cooperación con el Congreso y el Tesoro nunca visto desde la
Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces, el banco central
mantenía bajas las tasas de interés a largo plazo para ayudar a financiar el
gasto de la guerra y la recuperación. La FED presionó
exitosamente a la administración Truman para que aceptara en 1951
poner fin a esa política… Sin embargo, en la actualidad parece
que ahora el señor Trump pretende colonizar como al principio del post su
economía, en una fiesta que hace sonrojar a aquellos que levantan la voz en
Europa (como el primer ministro de Holanda), lo cual, por desgracia no
garantiza al señor Trump que gane las elecciones de noviembre.
Ya lo dijo Alan Greenspan:
“El papel de la Reserva Federal de Estados Unidos es llevarse la fuente
de ponche cuando la fiesta está empezando”.
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