Unos de los grandes filósofos
fue Voltaire, el cual fue tremendamente rico en vida. Pero se comenta menos la
razón principal de esa riqueza, que era fruto de su picardía y la de sus
amigos. Tuvo gran éxito con sus obras literarias y filosóficas, es
cierto, además de buen ojo para los negocios y las inversiones, pero esas
ganancias con las que empezó a invertir le habían llegado de otra manera… En
una cena, Voltaire coincidió con otro de los grandes genios de la Ilustración, Charles
Marie de la Condamine, por aquel entonces un matemático desconocido. En
esos años, la economía francesa estaba en crisis y, para ahorrar dinero, la
Corona redujo las tasas de interés de los bonos de deuda, lo que hizo que
también disminuyera su valor en el mercado. Eso hacía que la economía del
país perdiera la confianza de los inversores tanto nacionales como
internacionales, por lo que el entonces ministro de finanzas, Le
Pelletier-Desforts, tuvo una idea para compensar: los propietarios de esos
bonos podrían participar en una lotería especial, pudiendo comprar boletos que,
si salían premiados, les darían un premio de nada menos que 500.000 libras
francesas (una fortuna, cuando las personas más adineradas tenían rentas
cercanas a las 30.000 libras anuales).
De la Condamine
vio rápido el truco. Pese a que los billetes de lotería valían más o menos en
función del bono adquirido, la realidad es que todos los boletos tenían las
mismas posibilidades de salir premiados, por lo que, comprando muchísimos bonos de
deuda baratos (que estaban muy devaluados) era muy posible ganar la lotería no
una, sino muchas veces. En cuanto Voltaire escuchó el plan se metió
de cabeza, junto a un selecto grupo de inversores y algún que otro notario (que eran los encargados de expedir los
boletos), y todos ellos empezaron a comprar grandes cantidades de bonos (con su respectivo boleto de lotería) cada
mes… Y los premios empezaron a llover de manera continua. Cuando
desde el ministerio se dieron cuenta de lo que ocurría, demandaron a Voltaire y
sus compinches, pero tuvieron que aceptar la realidad: Voltaire y De la
Condomine no habían hecho nada ilegal, simplemente habían sido más listos que
el sistema, y así lo vio el juez. Gracias a su astucia, Voltaire y sus
amigos se hicieron millonarios con la lotería. Todos los implicados se hicieron
millonarios y, para cuando se canceló la lotería (y se despidió al ministro de finanzas), Voltaire y los suyos habían
ganado, cada uno, más de medio millón de libras. Dicen que el que tiene un
amigo tiene un tesoro, y en el caso de Voltaire con De La Condamine, eso fue
cierto al cien por cien.
Estos días estamos leyendo
en la prensa noticias de múltiples compañías de diferentes sectores que o bien
reducen el dividendo, como puede ser Inditex, o bien suprimen el dividendo como ha sucedido
en el sector bancario después de que el Banco Central Europeo obligase a los
bancos a eliminar el mismo. La caída de los dividendos estimados para
este año 2020 podría alcanzar el 40%, según estimaciones de la banca de
inversión, casi la mitad de los 26.000 millones de euros que se hubiesen
repartido de abril a diciembre de no haber estallado la crisis del Covid-19.
El beneficio por acción (BPA) en las compañías europeas podría caer un 40% este
año, antes de recuperarse en el año 2021. Con ello las compañías preservan el flujo
de capital, el efectivo y dan prioridad a la responsabilidad social sobre el pago.
Según el banco británico de inversión Barclays, los futuros sobre los
dividendos del Eurostoxx 50 se negocian con un descuento del 60% respecto a lo
que marca consenso. En lo que queda de año del 2020, las compañías
que cotizan en la Bolsa española iban a repartir más del 80% de los dividendos
comprometidos para el conjunto del ejercicio, sin embargo, se presume un
recorte según Barclays que alcanzaría unos 10.000 millones de euros solo en el
año 2020 en el caso de las compañías españolas.
El dividendo, es
una parte del beneficio que se destina al accionista, supone una salida de caja
de la empresa o el banco, de modo, que debilita los balances, el colchón de
liquidez y su pago, un lujo no asumible para una compañía que se prepara a
pasar una turbulencia en su balance con una perspectiva todavía ciertamente
indefinida por la magnitud de la misma. Algunas
grandes firmas ya se han apresurado a recortar su remuneración al accionista,
como por ejemplo Repsol, la petrolera ha cancelado la amortización del 5% de su
capital valorada en 2019 entre 1.000 y 1.500 millones de euros. El
mercado no solo descuenta un golpe doloroso, sino un camino difícil hacia la
recuperación. Si bien el año 2020 será el peor de la crisis económica
para las compañías, los sucesivos años pueden ser difíciles hasta que se
recupere la normalidad ininterrumpida de forma brusca. Los dividendos tienen
que ser financiados por ganancias y las ganancias estarán bajo presión este año
ya que muchas compañías experimentaran en su balance una caída de ingresos en
función del sector en el que operen. El IBEX-35 y el resto de las compañías
cotizadas en España se habían mantenido durante los últimos 32 años de forma
ininterrumpida por encima del 4% de rentabilidad en el dividendo. Solo el año pasado repartieron
más de 30.000 millones de euros y más de 500.000 millones durante la última
década, sin embargo, esa situación parece que se ha quebrado bruscamente.
Evolución del PMI de
actividad de la zona euro. (IHS Markit)
Según el banco de inversión
norteamericano Morgan Stanley, en el escenario actual y el impacto que
seguirán teniendo las divisas por sus participadas en el mercado
latinoamericano, prevé una caída del 7% en los ingresos del grupo Telefónica, así
como una bajada 9% en su estimación de beneficio operativo o EBITDA. Por ello,
ha bajado su precio objetivo de la acción un 28,75%, hasta los 5,7 euros, a
pesar de que la compañía española es la segunda más castigada del sector en
Europa, sobre un total de 31 empresas, desde que empezó el “crash” bursátil.
En el computo del año la caída del precio de la acción alcanza un 36%.
El día 31 de marzo escribí
un post en el blog cuyo título era, “TELEFÓNICA, PAGAR EL DIVIDENDO...UNA DECISIÓN ARRIESGADA”
https://bit.ly/2Uw78I1, en el
mismo hacia un análisis sobre los posibles riesgos que tenía dicha acción. Hoy
sin embargo, con más datos económicos está claro que la economía se contrae de
forma más veloz, así lo muestran las encuestas de actividad económica (PMI) en
la Eurozona. Estas cifras,
correspondientes al mes de marzo, apenas captan aún una parte limitada del bloqueo
al que se está viendo sometida la economía europea -están elaboradas con datos
previos a que Italia y España ampliaran los cierres al conjunto de las
actividades no esenciales. Pero su histórico hundimiento,
encabezado por magnitudes sin precedentes de ambos países, ha venido a respaldar los más
negros augurios sobre la economía europea, que avanza hacia una contracción en
el segundo trimestre muy superior al 10% y probablemente más próxima al 20%.
Dichas proyecciones se encuentran todavía envueltas en una incertidumbre que
pueden reproducir un peor escenario, todo ello debido a la posible evolución de
la pandemia y del tiempo que estará la economía paralizada. El
Bank of America ha pasado en sólo una semana de pronosticar una recesión del
1,7% en la Eurozona a esperar un colapso del 7,6% (con España contrayéndose un
7,8%) y del 2,7% a nivel global, frente a la perspectiva previa de un
crecimiento del 0,3%. Parece ya incuestionable que el shock
económico será el mayor que se ha producido desde la II Guerra Mundial. Así
todas las esperanzas que había para que dicha contracción fuese lo más breve
posible, cada día se alejan más de un hipotético escenario, firmas como Schroders,
que mantenía la esperanza en esa posible recuperación en V, empiezan
a contemplar el riesgo de una recuperación en W, con un segundo brote que
obligará a un nuevo parón en el tramo final del año. Para el sector
empresarial significaría dos grandes caídas en la actividad en 2020, la que se
está produciendo más otra que ocurrirá a final de año. De tal forma que los
beneficios empresariales disminuirían casi un 40%, frente a la anterior
previsión que situaba la disminución en el 15%. La mera posibilidad
de un escenario como este representa una merma adicional a la
confianza de consumidores y empresas que puede resultar fatal de cara a la recuperación
económica. Gobiernos y bancos centrales se han esforzado durante
semanas en tejer una especie de “malla”
con la que amortiguar la caída que se estaba produciendo en la economía, con el propósito de que la reactivación económica se encontrará el tejido productivo con el
menor daño posible. Sin embargo, el ejemplo de marzo en cuento a estadísticas de
paro es elocuente, el mes acaba con 834.000 empleos menos y el paro sube en 300.000
personas más, no descartándose que en los meses venideros veamos todavía estadísticas
tan malas o peores que esta.
Impacto del COVID-19 en la economía segun PwC
Por otro lado, en un informe
sobre el impacto del Covid-19 en el sector europeo de las
telecomunicaciones, la agencia de calificación de riesgos Moody's prevé que los
ingresos de las compañías de telecomunicaciones europeas desciendan ligeramente
en 2020, en un porcentaje de un digito, frente a su anterior estimación
de facturación estable debido al impacto que tendrá la pandemia. En su
informe, Moody's señala que, aunque no están directamente expuestos los
operadores europeos de telecomunicaciones "no son inmunes"
a los efectos negativos en términos crediticios. En este sentido, la
agencia destaca que el tráfico de datos y de voz móvil está creciendo de forma
"exponencial" en las últimas semanas de confinamiento de la población,
sin embargo, este hecho tendrá poco efecto en los ingresos debido a que gran
parte de ese tráfico de más es en tarifas empaquetadas o planas que tienen
contratadas los usuarios. Asimismo, otro efecto que avanza
la agencia es que la ralentización económica que se generará dañará el
crecimiento de los ingresos de las empresas de telecomunicaciones dada la gran
correlación que existe entre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) y
su facturación.
Como consecuencia, esta situación
propiciará que dichas compañías pasen rápidamente al "modo de
ahorro de efectivo", reduciendo los gastos operativos como por ejemplo el
CAPEX y los de marketing y publicidad. Además, Moody's anticipa
que algunas compañías irán más lejos y reducirán dividendos y gastos de capital.
La agencia entra en otro aspecto de dichas compañías que no por ser menor a la situación
económica de las mismas tiene una importancia enorme, son los derechos
deportivos que alguna adquirió. Señala que algunas compañías han
realizado "significativas inversiones" en derechos
deportivos, por lo que la suspensión de principales eventos supone para ellas
un "desafío”. A este respecto, señala que un elemento "crítico"
para estas compañías será mitigar el efecto que tendrá que muchos
clientes abandonen los paquetes que incluyen deportes por otras tarifas más
baratas. "Esto impedirá que las empresas puedan generar un retorno de
estas inversiones, al menos este año", resalta. En el
caso concreto de Telefónica, Moody's considera que la suspensión indefinida de
La Liga y la Champions League como consecuencia del brote de coronavirus en
España reducirá sus ingresos, ya que sus clientes se cambiarán a paquetes
de menor precio o cancelarán la suscripción a los contenidos deportivos
mientras dure la suspensión. Sin embargo, la agencia cree que la oferta
adicional de contenidos que tiene Telefónica con Disney+ como socio preferente, "podría compensar en parte este efecto".
Una
de las que ha avanzado un recorte del dividendo ha sido la operadora sueca Telia,
el consejo de la operadora ha decidido reducir su propuesta de dividendos
para 2019 a 1,80 coronas suecas por acción desde las 2,45 coronas que había
anunciado pagar anteriormente para 2019, lo que supone un recorte del 26%. En
2018 había pagado 2,36 coronas por título. Otra operadora que ha
sembrado dudas sobre su dividendo ha sido Orange, el operador francés ha
anunciado hace un par de meses que el dividendo sólo se compromete a repartir
un mínimo anual de 0,70 euros por acción hasta el año 2023. En
cuanto a Telefónica, con el cierre bursátil del viernes a 4,04
euros, está ofreciendo con los 40 céntimos que paga de dividendo una
rentabilidad del 10% aproximadamente, todo un disparate si tenemos en cuenta el
dato del 4% que pagó el IBEX-35 estos últimos años. Así pues, urge reducir o
eliminar dicho dividendo ya que existen motivos y hechos suficientes para que
los poco más de 2.000 millones de euros que se pagan de dividendo, no se puedan
llamar como decía Voltaire, “una casualidad”…Ya que al contrario de lo que
manifestaba el filósofo aquí se conocen las causas y posibles efectos.
Ya lo dijo Voltaire: “El cerebro humano es un órgano
complejo, con el maravilloso poder de lograr que el hombre pueda encontrar
razones para seguir creyendo lo que él quiere creer”.
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