Un día, un hombre
observaba a dos albañiles construyendo un edificio. Notó que uno de los
trabajadores continuamente refunfuñaba, gruñía y maldecía su trabajo. Cuando le
preguntaron qué hacía, replicó:
-“Poner una piedra sobre
otra todo el día, hasta que mi espalda parece que se parte”.
El otro albañil silbaba
mientras trabajaba. Sus movimientos eran rápidos y seguros y su cara
resplandecía de satisfacción. Cuando le preguntaron qué hacía, replicó:
-“No estoy solamente haciendo
una pared de piedra. Estoy ayudando a construir una catedral”.
En el año 2015 se llevó a
cabo la mayor operación corporativa en el sector audiovisual dentro del mercado
español, en concreto fue la adquisición por parte de Telefónica de
Distribuidora de Televisión Digital (DTS) de Prisa, la plataforma de
televisión de pago de Canal +, de la cual poseía el 56% de las acciones. Telefónica
complementaba así la compra previa de otro porcentaje de la sociedad a
Mediaset, y se hacía con el 100% de la misma a cambio de 706,8 millones de
euros. El desembarco en España de las plataformas de Video On
Demand (VOD), con Netflix a la cabeza, pilló a los
distintos proveedores españoles de Internet y TV de pago (operadoras de
telecomunicaciones) en plena guerra por los derechos del fútbol, un
producto caro y escasamente rentable, pero con cierto atractivo para atraer
a él cliente con el fin de convertirlo en suscriptor de los diferentes paquetes de
servicios de telecomunicaciones. En un artículo
publicado en Business Insider 31 de octubre del 2019 se recogía
lo siguiente: “Según el cálculo de la Asociación de Productores APPA, la
economía de los rodajes de cine y series en España ya genera 646 millones de
euros anuales, a los que hay que añadir la facturación anual de 457 millones de
los rodajes publicitarios (según datos de su asociación de productores)”.
https://bit.ly/3bfCuZi Según
el director de Producción Original de Movistar + en una entrevista en Business
Insider, publicada el 31 de diciembre del 2019, afirmaba lo siguiente, "¿hay datos de su audiencia o de esa rentabilidad? ¿O la 'taquilla' de los
contenidos en las plataformas de pago sigue siendo una cifra que se guarda a la
sombra? "Estar hablando siempre de números y cantidades no es muy
relevante cuando se habla de contenido", defiende.
¿Y en cuanto a inversión? "Esas cifras sí las hemos hecho públicas:
nosotros empezamos en 2018 y en ficción original invertimos alrededor de 70
millones de euros anuales". https://bit.ly/2XB4ket
Abonados de TV de Telefónica. Fuente: Telefónica
Abonados de TV de Telefónica. Fuente: Telefónica
El día 14 abril se publica
en un diario económico la siguiente noticia, “Telefónica de España absorberá
DTS, filial de televisión de pago, para ganar sinergias” https://bit.ly/2Vc9Cvr,
en la misma se recoge lo siguiente, “ La operadora, de esta manera, prevé obtener
sinergias organizativas, al unificar la organización societaria; en
administración y finanzas, al simplificar los procesos financieros, el control
de gestión y el seguimiento presupuestario, evitando la complejidad que supone
manejar dos empresas diferentes, y generando ahorros en costes generales; en
los procesos, al obtener eficiencias en la contratación, la facturación, la
gestión de cobro, la atención al cliente, la asistencia técnica, el
cumplimiento de obligaciones legales, la relación con las administraciones
públicas, la gestión de incidencias y la gestión de proveedores; en sistemas,
puesto que al integrar DTS en los sistemas de Telefónica de España se podrá
aprovechar la capacidad existente en los sistemas y ajustar el nivel de
inversión y mantenimiento; y comerciales, puesto que la fusión permitirá
ofrecer una oferta única y más completa a los clientes, alcanzando un mayor
grado de competitividad en el sector.”
El negocio de la TV dentro
de las operadoras de telecomunicaciones se ha demostrado que es un negocio poco rentable,
tanto en el aspecto económico como en él de captura de abonados. Si nos
atenemos a lo que dicen las métricas, en concreto Telefónica, desde el
1 de marzo del 2018 hasta el 31 de diciembre del 2019 (24 meses), el operador
capturó un total de 146.500 abonados de televisión. A la
vez que eso sucedía, los costes de contenidos fueron enormemente onerosos, por
ejemplo el coste del fútbol en el año 2019 fue de poco más de 1.000 millones de
euros http://bit.ly/2T4XfQO
Eso
sin contar otros costes a los que la plataforma de TV tiene que hacer frente, como series, películas y programas de
entretenimiento que se emiten en la misma. En los nueve primeros meses del
2019 según la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), los ingresos de la
operadora alcanzaron los 1.308,8 millones de euros.
Ingresos de los nueve primeros meses del año 2019 por operadores. Fuente :CNMV
Una de las cosas que se
puede contrastar en la memoria de la compañía es que en el año 2019, primero
del nuevo contrato de fútbol, el OIBDA en la operadora ha caído en 1.076 millones de euros con respecto al año 2018, según se puede ver en la
Figura-C. Además, lo que se constata por los datos del regulador CNMC, es
que el beneficio que le aporta la TV a los operadores es ínfimo si tenemos en
cuenta el coste de dichos contenidos. Nadie sabía que el COVID-19 iba a aparecer en la sociedad
española, sin embargo a toro pasado, con los más de 3.000 millones de euros
que Telefónica destinó a dicho contenido se hubiese desarrollo de una mayor
capilaridad de la red FTTH de fibra en todos los municipios de España, incluyendo
el ámbito rural, con lo que eso supondría de mejora del gap competitivo de Telefónica con respecto a sus competidores del mercado. Otro de los
datos que apoyan dicha hipótesis es la siguiente, Vodafone desde que ha
abandonado el contenido del fútbol, sus datos de portabilidad han mejorado
sustancialmente como se puede ver en la Figura-D, sin embargo los de Orange y Telefónica son sustancialmente peores que los de los players que no tienen el mismo.
Figura-C
OIBDA: RESULTADO OPERATIVO
ANTES DE AMORTIZACIONES
CAPEX: INVERSIÓN
Fuente: Telefónica
FIGURA-D
El imparable crecimiento
de players que entran en la batalla del streaming,
ha recrudecido la guerra en el campo de batalla. Desde el año 2015, que se
instaló Netflix, han llegado HBO en 2016 y, un mes después, Amazon
Prime Video; Sky en septiembre de 2017 y, en 2019, Starzplay y Apple TV+. Para
las operadores de telecomunicaciones es una guerra desigual, ya
que los recursos que pueden dedicar a la producción de contenidos son
infinitamente menores que los OTTs. Por lo tanto no pueden competir con los
mismos en contenidos, sin embargo, tienen algo a su favor como es la masa de
clientes de la que disponen. Para los OTTs es una oportunidad de oro el
conseguir una clientela amplia con la que sumar ingresos para amortizar el
coste de dichos contenidos en un corto plazo de tiempo. Las telecos se pueden
beneficiar haciendo que los servicios de telecomunicaciones sean más atractivos
como agregadores de dichas plataformas de los OTTs. Es lo que Estados Unidos se
conoce como “bundling”, plataforma de plataformas (y permite ahorrar un pequeño
coste) al usuario que contrata dichos servicios. Para
algunos OTTs su
negocio de televisión es un gancho comercial para su principal negocio, es el
caso de Amazon, donde ofrece
su servicio de TV gratis para aquellos que se hacen suscriptores de su servicio
Prime. Otro caso es del Apple, con un
precio muy económico (5 euros) y regalando la suscripción si se
compra un dispositivo suyo. Es una estrategia
que les hará crecer muy rápido, lo que les proporcionará una masa importante de
suscriptores con el que afianzar un intangible fundamental para dicha compañía,
el valor de marca.
Después
de todo lo explicado y analizado anteriormente, hoy nos encontramos con dos noticias
en la prensa que son llamativas por lo que suponen de contrasentido, la primera
es la siguiente https://bit.ly/3cr0Wa7 “Telefónica ultima con la UEFA
quedarse con la Champions hasta 2024”. En la misma se recoge que Telefónica
negocia los últimos detalles con la UEFA para quedarse en exclusiva los
derechos televisivos de la UEFA Champions League en España para
el próximo trienio (entre la temporada 2021-2022 y 2023-2024), pese a que la
crisis del coronavirus ha dejado en suspenso la temporada 2019-2020 y sus
efectos podrían incluso extenderse hasta la siguiente, informaron en fuentes de
la negociación. Ni la
UEFA ni Telefónica han querido hacer ningún comentario, pero se estima que el
precio será inferior al pagado en la última subasta por las tres temporadas de
2018-2021, que rondó los 1.000 millones de euros, que ganó
Mediapro en 2017 y luego revendió a Movistar por 1.080
millones de euros y una serie de contraprestaciones de derechos televisivos.
A la vez que se publica esta noticia, en un diario económico se publica
que “Alemania amenaza con multar a Telefónica, Vodafone y Telekom por
incumplir compromisos de cobertura móvil” https://bit.ly/2wNA1GE En la misma se recoge la amenaza
del regulador alemán, Bundesnetzagentur (Bnetza), de
aplicar sanciones por el incumplimiento de los compromisos de cobertura de
banda ancha móvil adquiridos en la subasta de espectro que se produjo en junio
del año 2015. Telefónica no ha logrado cumplir los
compromisos de cobertura y velocidad mínima contraídos en 2015 en los trece
estados federales, Vodafone en cuatro y Deutsche Telekom en tres. El
regulador les da de plazo hasta final de año antes de enfrentarse a la correspondiente
multa.
Ni
que decir tiene, que el negocio del fútbol en este país está dopado económicamente
por los derechos de retransmisión, que como explico anteriormente tienen una
rentabilidad mas que cuestionable. Sin embargo, el gran
impulsor de dicha situación es aquel que adquiere los mismos pagando un coste que
por ejemplo permitiría reducir uno de los grandes retos que tiene la sociedad
española, el reto demográfico. Si las infraestructuras y servicios fuesen
simétricos en todo el territorio nacional, contribuiría a generar un
valor añadido para incentivar que los pueblos no se quedasen sin gente como
sucede por ejemplo en Asturias, Galicia, Castilla, etc. Todo ello lo
estamos presenciando actualmente con el fenómeno del COVID-19, con aquellos
alumnos que viven en zonas rurales y no pueden recibir las clases por Internet
como si las reciben los que viven en las ciudades. Esto permitiría dar sentido
real a lo es la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de una compañía con la
sociedad en la que opera. Todas estas medidas deben tener unos criterios
de eficiencia económica en la gestión, que permita a las compañías seguir desarrollándose
y garantizando la supervivencia de las mismas.
Para terminar el post, decir
que los directivos de las compañías tienen la obligación de tener una visión global de lo que
hacen, ya que dicha acción ayuda a darle sentido al trabajo que realizan y por
consiguiente son fuente de motivación para los empleados a fin de
conseguir el objetivo, como el albañil del comienzo de este post. Sin
embargo cuando esto no sucede…Son fuente de problemas que tienen difíciles soluciones.
Ya lo dijo Albert Einstein: “La diferencia entre el pasado,
el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.”
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