En el año 1980 se estrenó la
película “El final de la cuenta atrás”, fue
dirigida por Don Taylor, y contó con la actuación de Kirk Douglas, Martin
Sheen, James Farentino y Katharine Ross. En 1980 el portaaviones USS Nimitz sale
de su base naval de Hawai para navegar en misión rutinaria. Al cabo de poco
tiempo atraviesa por una fuerte tormenta eléctrica de características
desconocidas (sin darse cuenta atraviesan un agujero de gusano). Una vez
recuperados de los efectos de la tormenta, el capitán (Kirk Douglas) y
su tripulación se van dando cuenta de que se encuentran en el 6 de diciembre de
1941, en medio de la Segunda Guerra Mundial, un día antes del ataque a Pearl
Harbor. El dilema -la llamada paradoja del abuelo- que se le
plantea al capitán es si puede alterar el curso de la historia al atacar a los
barcos japoneses con el armamento moderno del que dispone… Cuando el capitán
Matthew Yelland descubre que pueden evitar el día de la ignominia y la Guerra
en el Pacífico pone en pie de guerra todo el potencial bélico de la nave.
Poco pueden hacer los aviones o barcos japoneses de los 40 frente al arsenal de
los actuales aviones de combate, sin embargo, la historia no parece que se
pueda cambiar tan fácilmente ya que cuando estaban preparados para repeler al
ejercito nipón, el portaaviones vuelve a salir por el vórtice a la realidad
en la que estaba.
U.S.S Nimitz entrando en el "agujero de gusano"
El 17 de abril se publicaba
en un diario digital la siguiente noticia, “Pallete convoca al consejo de
Telefónica por el Covid a la espera de un nuevo accionista” https://bit.ly/2RJZ3xk , en la
noticia se recoge que ante la imposibilidad de realizar la venta de activos,
principalmente la (spin-off de
Latinoamérica), por el coronavirus, el presidente y su equipo directivo han
convocado un Consejo extraordinario con el fin de que se apruebe la entrada en
el capital de la operadora de un fondo extranjero, como por ejemplo; CVC
Capital Partners, KKR, Temasek u otros soberanos soportados por estados
de los Emiratos Árabes. Así mismo, la noticia recoge también, que los dos mayores
dominicales de la compañía con el 11%, BBVA y La Caixa, estarían de
acuerdo en realizar una ampliación de capital.
La
primera reflexión a la noticia es que ratifica lo que escribí en el blog el 17 de
marzo, http://bit.ly/39Z2Huz, Telefónica
entró en la órbita del gobierno con el “Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de
marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto
económico y social del COVID-19” http://bit.ly/2w5tUNz Desde entonces el equipo directivo ha estado
maniobrando con las manos atadas a la espalda para realizar cualquier
operación corporativa que significase la enajenación de patrimonio como
contemplaba el plan estratégico que lanzo el 27 de noviembre del 2019. Una de
las cuestiones significativas es que con fecha 31 de marzo un diario ya recogía
de forma nítida lo que por otra parte parecía evidente, es que dicha pandemia
tendría un coste para la operadora por sus negocios en Latinoamérica https://bit.ly/2ypHVpS En la noticia además se recalca el hecho de que dichos activos sufren una depreciación
por el COVID-19. Por otro lado, es llamativo que se siga insistiendo
por el presidente de la operadora de la entrada de inversores extranjeros en la
compañía, cuando el propio Real-Decreto lo prohíbe y limita,
entonces, ¿Cuál es el verdadero motivo para convocar dicho Consejo
extraordinario, si no se puede enajenar patrimonio ni dar entrada a un inversor
extranjero? El verdadero motivo hay que buscarlo en los cambios políticos,
económicos y sociales que se avecinan en la sociedad española con el trágico
suceso del coronavirus. Una cuestión significativa, es que según el
banco de inversión norteamericano Morgan Stanley, en el escenario
actual y el impacto que seguirán teniendo las divisas por sus participadas en
el mercado latinoamericano, prevé una caída del 7% en los ingresos del grupo
Telefónica, así como una bajada 9% en su estimación de beneficio operativo o
EBITDA. Por ello, ha bajado su precio objetivo de la acción un 28,75%, hasta
los 5,7 euros, a pesar de que la compañía española es la segunda más castigada
del sector en Europa, sobre un total de 31 empresas, desde que empezó el
“crash” bursátil. En el cómputo del año la caída del precio
de la acción alcanza un 34%. Sin embargo, el 20 de febrero se publicaba
la noticia que el dividendo estaba garantizado para este año 2020 https://bit.ly/2ypM6Sx , unos
2.000 millones de euros. El 4 de abril publique los motivos por los que
había que eliminar o reducir el dividendo ante el COVID-19 en el blog https://bit.ly/3dT970H, en
el mismo recogía lo siguiente, “En lo que queda de año del 2020, las compañías
que cotizan en la Bolsa española iban a repartir más del 80% de los dividendos
comprometidos para el conjunto del ejercicio, sin embargo, se presume un
recorte según Barclays que alcanzaría unos 10.000 millones de euros solo en el
año 2020”. Sin embargo, Telefónica
no prevé reducir o eliminar nada del dividendo por la situación del coronavirus.
Situación contraria a la que prevé por ejemplo Orange, la cual ha
anunciado que recortara el dividendo para este año en un 28%. No hay que pasar
por alto que él endeudamiento del operador francés es menor que el de Telefónica. Para echar más luz a la situación, hace unos días se
ha conocido que el mes de marzo la economía española acaba con 834.000 empleos
menos y el paro sube en 300.000 personas más, no descartándose que en los meses
venideros veamos todavía estadísticas tan malas o peores que esta.
Pues bien, según recoge el
diario El País en la edición de la tarde del mismo día del consejo https://bit.ly/2ypHVpS, “La
única decisión adoptada por el consejo ha sido el nombramiento como vocal de la
Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Buen Gobierno al consejero
independiente Peter Löscher, en sustitución de Sabina Fluxà, quien ha
presentado su dimisión a dicho cargo”. Toda la urgencia en la
convocatoria del Consejo queda reducida a lo siguiente: nada se acuerda de la
entrada del fondo extranjero en el accionariado (caballero blanco), nada
se acuerda sobre la venta de activos, nada se acuerda sobre la ampliación de
capital…Nada se acuerda sobre ninguna cuestión importante que afecte
al devenir de la compañía. A la vez que sucede esta situación, en
otro diario el mismo día se publica la salida del anterior presidente de la operadora del
consejo de China Unicom https://bit.ly/2wP7BvV,
llevaba en el mismo desde el año 2008.
Una de las cuestiones fundamentales
para el bloqueo del plan estratégico hay que buscarlas en la Unión Europea. El
coronavirus ha propiciado que las compañías que operan en sectores estratégicos
de la economía se hayan visto completamente desprotegidas después del 19 de
febrero cuando un tsunami bursátil sacudió las bolsas de todo el mundo y las
dejó a tiro de OPA. Por otro lado, la propia pandemia ha servido para levantar
el “halo” de fuertes que tenían dichas compañías, para situarlas en una
realidad que no es más que debilidad frente a gigantes como por ejemplo son los
OTTs. Para poner fin a dicha situación Europa da vía libre a los gobiernos para
empezar a rescatar al sector de las aerolíneas, la Comisión Europea ha
aclarado que las normas sobre ayudas estatales estipulan que se puede otorgar
una compensación a las líneas aéreas (artículo 107 - 2b) por los daños causados
por el coronavirus, incluso si recibieron ayuda financiera en los últimos diez
años. Y es que, el artículo 107 del Tratado Fundacional de
UE (TFUE) prohíbe las ayudas otorgadas por los Estados a las empresas
"bajo cualquier forma" a excepción de que estén "destinadas a
reparar los perjuicios causados por desastres naturales o por otros
acontecimientos de carácter excepcional". Así, la UE considera el
coronavirus un desastre. Esta situación ha propiciado que el
Gobierno de Francia haya abierto negociaciones con Air France para inyectarle
fondos y asegurar su liquidez y supervivencia mientras dure la crisis económica
y sanitaria. En la misma línea el gobierno de noruega está estudiando entrar en
el capital de Norwegian para evitar su quiebra. La compañía anglo-española IAG
no ha pedido ayudas directas, pero sí que impulsa desde la asociación A4E
que la Unión Europea suavice los compromisos de compensación al pasajero cuando
se cancela un vuelo, entre otras medidas para garantizar la liquidez. Italia ha
puesto en marcha un plan de rescate con el que evitar que Alitalia quiebre por
falta de liquidez. Pero no solamente esta en marcha un plan con el que salvar las
compañías que operan en sectores estratégicos, como eléctricas, bancos,
telecomunicaciones, salud, etc., sino que el mismo va a ser mucho más
ambicioso. Un ejemplo de esto lo ha dado Alemania, el gobierno rescata a la
compañía Adidas con un crédito de 2.400 millones de euros. El gigante de la
ropa deportiva había dicho que solo con ayuda pública podría sobrevivir a la
caída de las ventas del 60%. Un ejemplo más de que los estados están moviendo
ficha con el fin de que su tejido productivo no se quede al albur de fondos de inversión
u otras compañías que socaven y destruyan dicho tejido productivo. La
relajación por parte de la Unión Europea de las reglas de ayudas de Estado permitirá
usar dinero público para recapitalizaciones, por si esto no fuera suficiente,
la última bala que sacarían sería: nacionalizar empresas estratégicas
en riesgo de quiebra a raíz de la pandemia o de ser absorbidas por empresas
extracomunitarias ante su actual debilidad bursátil https://bit.ly/2RPp3aN
Y frente a esta realidad,
encontramos en Telefónica a un equipo directivo que desde el 10 de septiembre
del año 2019 está en fase de interinidad, y que el 17 de abril del 2020 se reúne y no toma
ninguna decisión con respecto a cuestiones fundamentales que se vienen
anunciando en los medios de información. Las
posibles conclusiones que se pueden obtener a tenor de lo expuesto anteriormente son
las siguientes:
- El equipo directivo ya no dirige la compañía, son los dominicales y por ende el gobierno desde la sombra los que están preparando a la compañía para cuando acabe dicho confinamiento.
- El plan estratégico presentado el 27 de noviembre está muerto. El nuevo equipo directivo que entre, vendrá con un nuevo plan estratégico debajo del brazo, el cual pasa por no enajenar más divisiones de la compañía, entre ellas las de Latinoamérica (115 millones de accesos). Los lazos históricos que unen a dichas comunidades con España son indisolubles y Telefónica es cabeza de puente para el resto de la economía española, con el fin de crecer y modernizar unas economías que tienen un gran potencial según los organismos económicos internacionales http://bit.ly/2SCv8Hj
- La entrada de inversores foráneos en el capital de la compañía esta totalmente descartada, la nueva doctrina de la Comisión Europea https://bit.ly/2yuXLjh con respecto a las compañías estratégicas de Europa abre un enorme abanico de posibilidades para que los estados recapitalicen las mismas y sean salvadas con el fin de que pasada dicha pandemia, el tejido productivo vuelva a la normalidad con las nuevas reglas económicas que se dote la sociedad. No hay que olvidar tampoco, que el mayor tenedor de bonos de Telefónica es el Banco Central Europeo (BCE) https://bit.ly/2VJQAf8
- El grave problema del COVID-19 está siendo utilizado como una “cortina de humo”, ocultando las decisiones más importantes que marcaran el futuro de la compañía, sin que por ello se menosprecie la gravedad de la situación actual.
Para
terminar el post decir, que como al comienzo del mismo Telefónica es un
gran “portaaviones” de la sociedad española, el cual mañana 19 de abril cumple
96 años. Conviene recordar a todas las personas que contribuyeron a
que la compañía sea lo que es hoy, los que viven y los que ya desgraciadamente
no están para verlo, así como al apoyo que desde las diferentes
administraciones a lo largo de la historia permitieron seguir desarrollando y haciendo crecer a la misma. En este momento de la historia, la misma está saliendo
de su “paradoja del abuelo” https://bit.ly/2VCu2Nb
, en la que entro en julio del año 2000, desde entonces, en estas dos últimas décadas
ha navegado llegando a puerto con alguna que otra “vía de agua” en el
casco, si uno ve las diferentes métricas económicas de la compañía. Es tiempo de salir de ese agujero de
gusano que permita retomar la senda, para que, dentro de otros 96 años las
personas que trabajen en la compañía se sientan tan orgullosas como los que lo
hacen hoy en día…Por lo menos eso es lo que uno espera después de este largo viaje.
Ya lo dijo Cicerón: “No saber lo que ha
sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.”
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