Hace unos días
se publicaba en un medio una entrevista con el filósofo Slavoj Zizek, en la
misma afirmaba que hoy todos somos Julian Assange, encerrados en
nuestro cautiverio, sin visitas. Respecto
a la situación que vive el activista político y fundador de WikiLeaks, hoy
preso en Reino Unido. "Necesitamos más personas como él. Ahora
nuestras armas son el teléfono e Internet. Y el Gobierno puede cortarlas cuando
considere". Habla así quien ha escrito el primer ensayo sobre la
situación que hoy vive el mundo entero, una pandemia sin precedentes de la que,
nos recuerda Zizek, hace tiempo que nos estaban avisando. "No
se trataba de si sucedería sino de cuándo sucedería", piensa. En
su libro “Pandemic! Covid-19 shakes the world”, editado por OR/
Books, pone palabras a lo que ahora parece estar en un segundo plano, dada
la magnitud de la emergencia sanitaria, y es que hasta el gobierno más
sólido de Occidente puede tambalearse en estos momentos. "Comunismo o
barbarie, ¡tan sencillo como eso¡", se atreve a decir. Y despeja algunos
de los entresijos de su pensamiento actual, salpicados de anécdotas sobre sus
compañeros Assange y Yanis Varoufakis, que
recientemente, ya con el coronavirus expandiéndose, mantuvieron el siguiente
diálogo: Assange le dijo a Varoufakis en una breve
conversación telefónica que “esta nueva fase de crisis, al menos, nos
deja claro que ahora todo es posible". "En algunas partes del
mundo puede suceder que el poder del Estado se desintegre, o que los señores de
la guerra locales controlen sus territorios al estilo de Mad Max, especialmente
si surgen nuevas amenazas, como el hambre tras la invasión de las langostas.
Puede suceder también que los grupos extremistas adopten estrategias nazis, es
más, una versión capitalista más refinada de tal recaída en la barbarie ya se
debate abiertamente en los Estados Unidos". Zizek,
memoria de elefante y verbo rápido, comienza a enumerar y a hacer
correlaciones. El tuit de Donald Trump del domingo 22 de marzo en
el que afirmaba que "la cura podría ser peor que el problema
mismo", refiriéndose al aislamiento. Las declaraciones del
vicepresidente Mike Pence sobre el regreso al trabajo de quienes
ya han sufrido el coronavirus. La columna de Bret Stephens en The
New York Times en la que se afirmaba que comparar el virus con la
Segunda Guerra Mundial "debe ser cuestionado antes de imponer
soluciones posiblemente más destructivas que el virus mismo". "Dan
Patrick, teniente gobernador de Texas", continúa, "acudió
a Fox News para argumentar que prefería morir antes que ver que las medidas de
salud pública dañan la economía estadounidense y dijo que creía que “muchos”
abuelos en todo el país estarían de acuerdo con él". Respiremos.
Porque si el coronavirus ya es demasiado las reflexiones sobre el mismo
pueden sobrepasarnos. Por eso escuchar a Zizek puede ser
pertinente, porque es uno de los filósofos que más tiempo y
profundidad de reflexión está atreviéndose a realizar en este momento sobre
esta cuestión primordial.
Y mientras en
Europa, como parte de sus medidas para paliar la crisis del coronavirus, el Gobierno
italiano ha anunciado que prevé la nacionalización de Alitalia,
que acumulaba fuertes pérdidas desde antes de la pandemia y que ha luchado
durante años para evitar la quiebra. Se trataría de la primera gran
operación de incautación en Europa consecuencia de la emergencia del Covid-19.
Por otro lado, el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, ha
anunciado que el Gobierno está preparado para tomar participaciones en las
empresas para compensar el impacto del coronavirus. Alemania ya tomó este tipo
de medidas en la crisis de 2008 para ayudar a los bancos. En Francia, el
ministro de Economía, Bruno Le Maire, también defendió este extremo
durante esta semana para proteger a las empresas francesas. El ministro afirmó “que
está dispuesto a utilizar todos los medios a su alcance, incluida la
nacionalización, para proteger a las empresas francesas amenazadas por la
epidemia de coronavirus”. Hace dos semanas, la Comisión
Europea dio luz verde a los Estados miembros para salir al rescate de las
empresas, suspendiendo la normativa sobre las ayudas públicas al sector privado
https://bit.ly/2vBDF5E
En la práctica supone que los Gobiernos podrán tomar medidas como préstamos,
recapitalizaciones con dinero público, la toma de una participación accionarial
y llegado al extremo la nacionalización si es necesario. Alemania
ya comprometió 550.000 millones de euros para apoyar a las empresas del país a
través del banco estatal de desarrollo KfW. El ministro de
Scholz ha dicho que el Gobierno está preparado para ir más allá. Si es
necesario, podría comprar participaciones utilizando un fondo creado para hacer
frente a la crisis financiera hace una década, avanza Bloomberg. Si
Alemania utilizó dicha estrategia en la crisis del sector bancario en los años
2008 y 2009, ahora prevé hacerla extensible a múltiples sectores, empezando por
el sector aéreo.
Estas iniciativas
tienen un propósito común, no solo buscan evitar la quiebra de las
compañías sino también protegerlas de ser adquiridas por inversores no deseados
que aprovechen el precio de saldo bursátil que tienen actualmente. En este
sentido, Le Maire advirtió de los ataques especulativos que sufren algunas
empresas en bolsa. En España, se ha activado un límite del 10% para los
inversores extranjeros en empresas cotizadas para blindar las mismas, en un principio se hizo para compañías extranjeras fuera de la Unión
Europea, pero posteriormente se amplió también a las del espacio común
europeo. Si esto parecía una excentricidad cuando Jeremy
Corbyn lo proponía a los ciudadanos británicos en el programa electoral, ahora son multitud de países con gobiernos de todo signo
político los que ante la situación en la que estamos viviendo ven como única
forma de proteger su tejido productivo en sectores estratégicos para la
sociedad y su economía. A medida que se profundizan las consecuencias económicas
de la pandemia, algunas de las compañías más grandes de Alemania, desde Volkswagen
hasta Daimler, han tomado medidas sin precedentes para parar sus
plantas. El Gobierno de Merkel podría comprar una participación en
Deutsche Lufthansa, la compañía afirmó que detendría el 95% de los
vuelos, como parte de un rescate. Otros Estados también están apoyando a sus
aerolíneas de bandera como es el caso de Norwegian y como último
recurso se plantean rescates. Todas estas acciones van acompañadas del
levantamiento por parte de los estados de límites temporales que existían sobre
la deuda y el déficit, con el fin de tener más margen de maniobra a la hora de
movilizar recursos.
Pero este
fenómeno no se queda solamente en Europa, en la cuna del capitalismo
como es Estados Unidos, el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo,
acaba de pedir que se nacionalicen las empresas
fabricantes de equipos médicos. Esto es debido a que los
precios de elementos básicos para combatir la pandemia, tales como mascarillas
y respiradores, se disparan de forma desmedida. Cuomo afirmó que Nueva
York necesita 30.000 respiradores y requerirá de 37.000 unidades de cuidado
intensivo, pero sólo cuenta con 13.000. "Ésta es una situación
imposible de gestionar", aseguró. Otro ejemplo fue el sucedido
con las compañías aéreas, el mega rescate anunciado por el gobierno
norteamericano hacia las mismas incluye 30.000 millones de dólares en exenciones fiscales y
subsidios para pagar los salarios de los empleados de las compañías aéreas
golpeadas por la crisis de la Covid-19. Las acciones de American
Airlines y Delta se dispararon el 30% y el 20%, respectivamente. Para David
Wilcox, del Instituto Peterson, en Washington, “si los contribuyentes
proporcionan apoyo para prevenir la quiebra de una compañía, merecen quedarse
con una parte de la recuperación si la empresa sobrevive”. Eso lleva a otro
tabú hasta la llegada de la Covid-19 en Estados Unidos: nacionalizar.
Y mientras esto
sucede en Europa y Estados Unidos, en España alguna compañía lanza planes estratégicos
que en este momento van a contracorriente de lo que se ha decidido por los órganos
de Gobierno de los diferentes países de la Unión Europea para dichas compañías,
ya que una cuestión fundamental que no se plantea ningún gobierno
europeo es segregar y vender activos de estas, lo mal llamado por algunos
directivos como monetizar o poner en valor. Los activos de una
compañía estratégica, más si no dan perdida, forman parte del “core” de la
misma. En el caso de Telefónica, la división Latinoamericana (115 millones),
las torres, y demás bienes que forman parte de su estructura de negocio http://bit.ly/2TcoeK9 Segregar
y vender las mismas parcial o totalmente, es enajenar un bien raíz que luego
limitará tanto los ingresos al tener que repartir parte del beneficio a través
del dividendo si se vende una parte, como a perder los mismos si se enajenan totalmente.
Lo que se está afirmando en este momento con las medidas aprobadas por todos
los gobiernos europeos es que el mercado no es garante ni capaz de garantizar
los servicios públicos cuando los estados se han visto golpeados por una crisis
como la actual. Para proteger esos activos y garantizar dichos servicios los gobiernos
han abierto un abanico de posibilidades que limitan cualquier opción que vaya
en la dirección de venta de estos con los que cuentan dichas compañías.
Así pues, esta muy bien hablar de valores, teletrabajo, de proteger la salud de los empleados, etc., todas ellas cuestiones que sintetizan un poco el devenir de lo que está sucediendo actualmente en las compañías, sin embargo, no podemos olvidar que nada volverá a ser igual cuando acabe esta pandemia https://bit.ly/3dAzqIC…Y eso parece que algunos directivos todavía no lo han interiorizado y siguen en una huida hacia ninguna parte.
Así pues, esta muy bien hablar de valores, teletrabajo, de proteger la salud de los empleados, etc., todas ellas cuestiones que sintetizan un poco el devenir de lo que está sucediendo actualmente en las compañías, sin embargo, no podemos olvidar que nada volverá a ser igual cuando acabe esta pandemia https://bit.ly/3dAzqIC…Y eso parece que algunos directivos todavía no lo han interiorizado y siguen en una huida hacia ninguna parte.
Ya lo dijo Noam Chomsky:
“Internet entrega acceso instantáneo a todo tipo de ideas, opiniones,
perspectivas, información. ¿Eso ha ampliado nuestras perspectivas o las ha
hecho más estrechas? Yo creo que ambas. Para algunos las ha ampliado. Si sabes
lo que estás buscando y tienes un sentido razonable de cómo proceder, Internet
puede ampliar tus perspectivas. Pero si te aproximas a Internet de manera
desinformada, el efecto puede ser el opuesto”.
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