Oswald Veblen (1880-1960) fue un famoso matemático estadounidense alto y delgado, de aspecto escandinavo con un cáustico sentido del humor. Es conocido por sus trabajos sobre los fundamentos geometría proyectiva y de la topología. Fue también director del Advanced Institute of Princeton y fue el que atrajo al increíble Von Neumann. Era conocido por dar largos paseos en los que se hablaba de cotilleos y (cómo no), de matemáticas.
Pues bien, un día, en uno de esos paseos iba andando con un periodista (J. G. Crowther) por el campus, vio que estaba allí Einstein y le comentó:
– Allí viene Einstein, debe usted conocerle.
Corrieron hacia él y Veblen le presentó como “el corresponsal científico del Manchester Guardian”. Einstein se inclinó y dijo:
– El Manchester Guardian es el mejor periódico del mundo – y echó a andar.
El periodista regresó a Londres. Uno de los incondicionales de ese periódico le llamó preguntándole si había oído ciertos rumores sobre Einstein.
– ¿Qué rumores?
– Bien, corre el rumor en Fleet Street de que se ha vuelto loco.
– Si es así – dijo Crowther – es una desgracia para el Manchester Guardian.
– ¿Qué quiere decir?
– Le conocí hace poco y me dijo “el Manchester Guardian es el mejor periódico del mundo”.
– ¡Oh!, es evidente que nuestra información es incorrecta.
Desde este fin de semana, los gobiernos de la Unión Europea ya pueden nacionalizar en el caso más extremo a compañías en apuros que se encuentren afectadas por el problema del coronavirus. Por debajo de esa situación también pueden tomar medidas intermedias como son, por ejemplo; participaciones en el accionariado de compañías estratégicas o ayudar con subvenciones en el capital de las mismas, para ello se han elevado los umbrales de notificación de forma que las intervenciones en empresas superiores a 250 millones deberán ser comunicadas a Bruselas frente a los 100 millones que inicialmente contemplaba la Comisión Europea. Asimismo, el texto definitivo introduce la posibilidad de que los Estados ayuden también a compañías en forma de deuda subordinada. Una de las normas que se han aprobado para dichas compañías que sean ayudadas, es que tendrán prohibido repartir dividendos a sus accionistas, aprobar recompras de acciones y otorgar bonus hasta que el Estado se haya desvinculado completamente de las mismas. En este sentido, existirá una “limitación estricta” de la remuneración de los directivos hasta que se haya amortizado el 75% de la inversión con fondos públicos. La primera en abrir fuego con dicha política ha sido Alemania el 27 de abril con la aerolínea Condor https://bit.ly/3dzI5u9 , la Comisión Europea ha concedido un préstamo público por valor de 550 millones de euros. La medida tiene como objetivo compensar en parte a dicha compañía por el daño sufrido debido al brote de coronavirus. La vicepresidenta ejecutiva y Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, afirmó: "Este préstamo de 550 millones de euros garantizado por el Estado permitirá a Alemania compensar a Condor, que opera en el sector de aviación particularmente afectado, por parte del daño sufrido por el brote del coronavirus. Cooperamos con los Estados miembros para encontrar soluciones viables para apoyar a las empresas en estos tiempos difíciles, de acuerdo con las normas de la UE ". Esta compañía sufrió una grave afectación debido a la cancelación o reprogramación de sus vuelos como resultado de la imposición de restricciones de viaje introducidas por el gobierno alemán y por muchos países de destino para limitar la propagación del coronavirus. El préstamo vendrá garantizado por el Estado alemán y será otorgado a través del Banco de Desarrollo alemán Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW), propietario entre otras participaciones del 15% de Deutsche Telekom. El método utilizado para cuantificar el daño estará sujeto a la aprobación previa de la Comisión. Además, si el apoyo público alemán excede el daño realmente sufrido por Condor debido al brote de coronavirus, se activará un mecanismo de recuperación. En otras palabras, todo el apoyo público recibido por Condor que exceda el daño real sufrido deberá ser devuelto a Alemania. Por lo tanto, se excluye el riesgo de que la ayuda estatal supere el daño. La Comisión evaluó la medida con arreglo al artículo 107, apartado 2, letra b), del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que le permite aprobar medidas de ayuda estatal concedidas por los Estados miembros para compensar a empresas o sectores específicos (en la forma de esquemas) por daños directamente causados por hechos excepcionales. El coronavirus ha sido catalogado por la Comisión como un evento extraordinario e imprevisible que tiene un impacto económico significativo. Como resultado, se justifican intervenciones excepcionales de los Estados miembros para compensar el daño relacionado con el brote de coronavirus.
El Marco temporal, basado en el artículo 107, apartado 3, letra b), del TFUE, reconoce que toda la economía de la UE está experimentando graves perturbaciones. Para remediar eso, dicho Marco Temporal prevé los siguientes tipos de ayuda:
- Subvenciones directas, ventajas fiscales selectivas y pagos anticipados.
- Garantías estatales para préstamos tomados por compañías de bancos.
- Préstamos públicos subsidiados a empresas.
- Salvaguardas para los bancos que canalizan la ayuda estatal a la economía real.
- Seguro público de crédito a la exportación a corto plazo.
- Apoyo a la investigación y desarrollo (I + D) relacionados con coronavirus.
- Apoyo para la construcción y ampliación de instalaciones de prueba.
- Apoyo a la producción de productos relevantes para enfrentar el brote de coronavirus.
- Apoyo dirigido en forma de aplazamiento de pagos de impuestos y/o suspensiones de contribuciones de seguridad social.
- Apoyo dirigido en forma de subsidios salariales para empleados.
El marco temporal estará en vigor hasta finales de diciembre de 2020. Con el fin de garantizar la seguridad jurídica, la Comisión evaluará antes de esa fecha si es necesario ampliarlo. Las aerolíneas son uno de los principales sectores europeo que están en problemas debido a que las medidas de bloqueo del coronavirus continúan reduciendo la demanda de viajes aéreos. Según las estimaciones de la industria, el tráfico ha disminuido más del 90% en algunos lugares, mientras que las pérdidas globales probablemente sumen más de 300.000 millones de euros. Los gobiernos insisten en que las aerolíneas son activos estratégicos, dada su contribución al PIB y al empleo, y los paquetes de rescate para ayudarlos a sobrevivir a la depresión ya han sido aprobados o están en la mesa de negociaciones. Es una industria que mueve de miles de millones de euros, la cual tendrá que lidiar con una serie de factores, que incluyen obtener luz verde de los servicios de ayuda estatal de la UE y esquivar las llamadas para aumentar sus esfuerzos ambientales a cambio de recibir efectivo para ahorrar negocios. Según un documento interno de la Comisión Europea visto por EURACTIV, "nacionalizar empresas en sectores estratégicos de la economía" podría ser necesario ", al menos temporalmente, mientras que se podría inyectar capital adicional en otras empresas y sectores.
Alemania se olvida del rigor fiscal, Estados Unidos aprueba un paquete de ayudas que supera al de la crisis de 2008 y la UE permitirá a los Estados participar en el capital de empresas consideradas estratégicas. Aerolíneas europeas como KLM, Lufthansa, Alitalia, Norwegian o Virgin, además de compañías de otros sectores como son, Adidas, Puma, Media Markt, entre la larga lista de grandes compañías que recibirán ayudas millonarias de los Estados. Entre los diferentes sectores que recibirán dicha inyección de liquidez se encuentran, operadores de telecomunicaciones, petroleras, bancos, eléctricas, etc. Lufthansa negocia 10.000 M€ en ayudas millonarias con los gobiernos alemán, suizo, austriaco y belga. El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, catalogó de "bazuca” los 200.000 millones de euros en garantías del Estado que el banco público KfW (Kreditanstalt für Wiederaufbau, Instituto de Crédito para la Reconstrucción) ha puesto a disposición de las empresas en crisis por culpa del coronavirus, más otros 400.000 M€ en avales. Está situación provocada por el coronavirus significa decir adiós al célebre rigor fiscal alemán, (Schwarze Null), Alemania se endeuda. En otros países como son Francia y Países Bajos, gobernadas por partidos de centroderecha, acaban de anunciar un paquete de 10.000 millones de euros en ayudas para la aerolínea Air France-KLM, de la que ambos Estados son accionistas, con un 14% del capital cada uno. La compañía, con una caída de la actividad del 95%, arriesga 350.000 puestos de trabajo. Los franceses pondrán 7.000 millones de euros en préstamos garantizados por el Estado hasta en un 90%, así como préstamos directos del Estado. La compañía, que pierde 25 millones de euros por día, se encuentra en una situación complicada: solo opera el 10% de los vuelos y sus 45.000 empleados trabajan a tiempo parcial. En esta situación, Holanda se hace el “olvidadizo” e ignora todas las reservas que tenía hacia la inyección de dinero público en compañías que operan en servicios estratégicos, demostrando que la moral que atesoran va en función de la necesidad que manifiestan. Lo que piden ambos países a dicha aerolínea, es el compromiso de un recorte de sueldos y no distribuir primas por la gestión ni incumplir determinados estándares medioambientales. Frans Timmermans, el vicepresidente primero de la Comisión Europea dijo a los eurodiputados hace unos días que el Acuerdo Verde debería ser un principio rector durante la crisis y que los países deberían sentirse libres de establecer condiciones ecológicas, mientras la Comisaria de Transporte Adina Vălean sostiene que la supervivencia de las compañías es la principal preocupación. Ha habido un acalorado debate en Francia sobre las restricciones medioambientales que deberían imponerse a las empresas a cambio de la ayuda estatal, con los influyentes eurodiputados Pascal Canfin y Karima Delli diciendo que los rescates deberían ser "transformadores" en lugar de una excusa para continuar con los negocios como si no hubiese sucedido nada. Al final, sin embargo, una enmienda simplemente pidió que las empresas respeten las restricciones sociales y ambientales ya consagradas en la ley, una restricción que dista mucho de ser suficiente para las ONG.
Al igual que un equipo de fútbol mal disciplinado, la UE a menudo encaja algunos goles al comienzo de una crisis solo para obtener la victoria en la segunda mitad del partido, una vez que comienza a jugar como un equipo. La pandemia de COVID-19, que no respeta fronteras nacionales, es el epítome de una amenaza común para los 27 países miembros que claman por una respuesta colectiva. Sin embargo, el impacto inicial ha sido romper los agujeros en la libre circulación de personas, bienes y servicios en Europa, mientras que los países más afectados se sienten abandonados y las instituciones de la UE parecen meros espectadores. En un principio los líderes nacionales de los diferentes países de Europa, que buscan proteger a sus ciudadanos ordenaron cierres unilaterales de las fronteras y prohibiciones de exportación de equipos médicos y ropa protectora que han volcado, al menos temporalmente a sus países. El área Schengen de viajes sin pasaporte y el mercado único sufrió un colapso al sufrir un bloqueo total por parte de algunos países, mientras otros dejaban a sus ciudadanos circular libremente. Según Thomas Wieser, ex secretario del Eurogrupo, “Europa económicamente somos uno, pero la política se ha mantenido nacional", señaló al diario holandés NRC Handelsblad. La respuesta europea al COVID-19 en un principio fue algo descontrolada y con falta de sincronismo entre los diferentes países de la Unión. Pero todavía no hemos llegado a la mitad del partido en cuanto a la lucha que mantenemos con dicho enemigo. Hay que pensar también, que el rival es formidable, es el mayor colapso económico desde la Gran Depresión del 1930. Después de ese fallo en él inicio del partido, el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un paso al frente y ha tomado medidas de emergencia radicales para apuntalar la eurozona y evitar un colapso del mercado de bonos. Para ello compró un tiempo precioso para la acción política de los gobiernos, sin embargo, el BCE no puede soportar la carga solo indefinidamente. Y las medidas de gasto nacional no serán suficientes para los países más afectados con el menor poder de fuego financiero. Gran parte del debate de como afrontar pandemia ha girado al principio sobre la emisión de los “corona bonos”, los cuales serían suscritos por los miembros de la eurozona, una aspiración legítima que no resolvería el problema de forma rápida. La implantación de dicha medida requeriría una modificación en la legislación comunitaria en forma de tratado intergubernamental separado, e inevitablemente sería cuestionado en los tribunales, creando incertidumbre legal para los inversores. Por todo ello actualmente es mucho más rápido movilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate intergubernamental de la eurozona, con condiciones mínimas que limiten el uso de préstamos a bajo interés para fortalecer la atención médica y combatir la pandemia. El MEDE tendrá que renunciar a la supervisión humillante e intrusiva de las haciendas nacionales, con condiciones como las sufridas por Grecia en el año 2009. El país que tomase una línea de crédito del fondo de rescate sería elegible por el BCE para comprar sus bonos soberanos en cantidades ilimitadas bajo el programa de Outright Monetary Transactions (Operaciones monetarias de compraventa), nunca utilizado. Esto les daría por ejemplo a países como Italia y España una red de seguridad adicional que necesitarán para endeudarse en los mercados financieros en un momento en que los ingresos fiscales están colapsando y el gasto público necesita explotar. Si el MEDE se queda sin dinero, sería recargado por los diferentes miembros de la eurozona, para entonces deberían existir instrumentos financieros colectivos adicionales, como el esquema de reaseguro de desempleo de 100.000 M€ de la Comisión Europea y los préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para ayudar a superar a las pequeñas y medianas empresas en su crisis de flujo de efectivo.
La UE necesita un fondo de
recuperación importante que pueda utilizar el poder de endeudamiento colectivo
del bloque para invertir en la economía que renazca de la pandemia. Existen
varios países de la UE que tienen graves problemas de endeudamiento, la de Italia
ya está en el 135% del PIB, la de España supera el 95% del PIB y la de Francia
se encuentra en el 100% este año. Cuanto más dure la crisis, más
emergerá Europa con una "economía de guerra"
destrozada. Los gobiernos de toda la UE habrán intervenido como empleadores
de último recurso, para preservar millones de empleos y apoyar a
los despedidos, y para rescatar a las empresas de la insolvencia con líneas de
crédito y, en algunos casos ya han empezado a tomar medidas tendentes
a la nacionalización o la participación en el capital de las compañías afectadas.
Mientras tanto, España se prepara como el resto de Europa para dar una respuesta coordinada con respecto al rescate de su tejido empresarial. En nuestro país existen grandes compañías del IBEX-35 con balances seriamente comprometidos si nos atenemos a la última presentación de resultados del primer trimestre del 2020. La capitalización bursátil, la deuda que arrastran, la caída de ingresos que trimestre a trimestre se viene produciendo, son hitos que indican una gestión manifiestamente mejorable. Para cortocircuitar el sesgo que llevan, de vender permanentemente patrimonio para pagar un dividendo que no está justificado, se hace imprescindible la entrada de capital público en dichas compañías en un porcentaje como ocurre en los Estados alemán o francés que permita reconducir la gestión y orientar la compañía hacía unos derroteros realistas con el mercado, donde compitan con una estrategia fundamentada en las necesidades del cliente y no en las que arrastra la compañía con una política comercial alejada del mismo. El tejido productivo español tiene que ser salvaguardado con personas que representen cierta cordura en la estrategia. Ya lo dijo Peter Drucker, “la planificación o estrategia a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”. En estas compañías de las que hablo es al revés, se construyen escenarios futuros idílicos alejados del presente, donde la realidad día a día demuestra trimestre tras trimestre viendo los resultados que la gestión es completamente decadente.
Existe una página web que describe las compañías con problemas de cada uno de los Estados europeos https://bit.ly/3dEOTH9 La reacción de la Comisión Europea ante la enorme presión ejercida sobre ella ha propiciado que se suspendan la norma de disciplina presupuestaria y ayuda estatal a las empresas, dando luz verde a la ayuda nacional a las empresas. Pero se necesitarán nuevas reglas que impidan una venta forzada de compañías fundamentalmente sólidas angustiadas debido al repentino shock económico. A menos que Bruselas esté vigilante, también se puede producir el fenómeno perverso de mantener a compañías que no eran comercialmente viables antes del ataque del virus, y todo ello ante el miedo de determinados gobiernos por el temor a las consecuencias sociales y políticas.
Para terminar el post, lo que va a ocurrir en Europa y por ende en España es un cambio en la dirección de muchas compañías que disfrutaron de años de “vino y rosas”, pero qué como en la película de 1962 de Blake Edwards con el mismo título, la borrachera de capitalismo… Parece que llegó a su fin.
Ya lo dijo Paul Krugman: “En los comienzos de la crisis financiera, los bromistas decían que nuestras relaciones con China habían resultado ser justas y equilibradas después de todo: ellos nos vendían juguetes envenenados y pescado contaminado, y nosotros les vendíamos valores fraudulentos”.
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