Larry Page y Sergey Brin,
fundadores de Google, ofrecieron en 1999 a George Bell, consejero delegado de
Excite, que comprara su buscador. El precio, un millón de dólares. Bell lo
rechazó y Page y Brin llegaron a pedir “sólo” 750.000 dólares. El
CEO de Excite no quiso saber nada. Hoy en día, Google tiene una capitalización bursátil
de 788.000 millones de dólares… Una decisión enormemente errática.
Estos
días estamos empezando a conocer multitud de indicadores económicos que nos
permiten contemplar el posible escenario al que se enfrentan las diferentes economías
mundiales. El primer dato lo facilitaba ayer el economista jefe del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Poul Thomsen, el mismo afirmó que dicho
organismo había calculado que en las economías más avanzadas por
cada mes que permanezcan cerrados las actividades económicas consideradas no
esenciales en los principales países europeos se restarán tres puntos
porcentuales al producto interior bruto (PIB). En Europa dichas actividades económicas
representan un tercio de dichas economías. Para dicho economista la recesión es
“ineludible”, y además afirmó que “si alguna vez ha habido un momento para usar
los colchones y el espacio fiscal disponible, seguramente sea este".
Al otro lado del Atlántico,
el Congreso de los Estados Unidos acordó un plan de estímulo que ronda los 2
billones de dólares para luchar contra el impacto de la COVID-19,
mientras los datos de actividad ya muestran la severa ralentización económica.
En total, las medidas fiscales podrían llegar a superar los 1,2 billones de
dólares (6,0% del PIB), y los avales y otras medidas de liquidez podrían
alcanzar los 700.000 millones (3,5% del PIB), piénsese que el PIB de dicho país
es de unos 19,5 billones de dólares. Entre ellas destacan: entrega
directa de cheques a los ciudadanos, importantes ayudas a las empresas y sectores
más afectados, aumento de la cobertura por desempleo y moratorias fiscales.
En este contexto, el índice de sentimiento empresarial compuesto para el mes de marzo elaborado
por el IHS Markit cayó de forma pronunciada (9,1 puntos), hasta los 40,5,
claramente en zona contractiva. Este fuerte retroceso se debió al
deterioro del Índice de Gestores de Compras (PMI) ante el cierre obligado de
restaurantes, bares y otro tipo de locales de ocio en numerosas ciudades del
país, una tendencia que irá a más en las próximas semanas según se vayan
reforzando las medidas de aislamiento. En la misma línea, las solicitudes de desempleo de
la semana del 15 al 21 de marzo se dispararon con un récord histórico (de 3,3
millones), desde las 500.000 que se venían produciendo.
En cuanto a Europa, la
actividad económica europea se desploma tras las medidas de confinamiento para
contener la COVID-19. Así, el Índice de Gestores de Compras (PMI)
compuesto de la eurozona cayó más de 20 puntos en marzo hasta los 31,4 (51,6 en
febrero), lastrado en gran parte por el índice de servicios, que cayó hasta el
28,4, un mínimo histórico. Estos datos son indicativos de una
fuerte contracción de la economía europea, en especial en los sectores de
servicios. Por países, destacó el retroceso en Francia, donde las medidas de
confinamiento son más estrictas que en Alemania. La confianza de los
consumidores de la eurozona también se vio fuertemente afectada por dicha
pandemia, el índice elaborado por la Comisión Europea registró su mayor caída:
desde el –6,6 en febrero hasta el –11,6 en marzo. Un deterioro en la confianza
que irá a más en las próximas semanas de la mano del aumento del paro y las dificultades
económicas que supondrán las medidas de contención de la pandemia.
Por otro lado, en España los
primeros indicadores de actividad del mes de marzo en la economía española
registran una caída histórica. Los primeros datos de actividad son
indicativos de la magnitud del impacto económico que está ocasionando dicha
pandemia. La emergencia sanitaria que ha
desencadenado la COVID-19 y las
medidas de confinamiento y restricciones conllevarán un fuerte impacto, aunque
temporal, sobre la economía del país. Cerca de un 25% de la economía (el sector
hotelero, el de la restauración, el comercio minorista y el transporte) está
experimentando restricciones muy severas de la actividad, mientras que otro 30%
de la economía (principalmente el sector manufacturero y otros servicios)
también sufre restricciones significativas. Todo ello se ha visto
agravado con la suspensión de toda actividad no esencial. Los indicadores de alta
frecuencia disponibles hasta el momento nos muestran que el impacto, a corto
plazo, puede ser de una magnitud sin precedentes. Según
datos internos de CaixaBank, el gasto con tarjetas, por ejemplo, disminuyó un
55% en la tercera semana de marzo con respecto a la misma semana del año
anterior. Por componentes, el gasto aumentó en la categoría de alimentación y
farmacias, mientras que cayó fuertemente en la categoría de ocio y turismo
(véase el gráfico) https://bit.ly/2Ju7Uis Asimismo, desde que se declaró el estado de
alarma, la demanda eléctrica diaria ha caído un 8,2% por debajo a la demanda
durante los mismos días del pasado año. Con esta información, se prevé una fuerte
caída del PIB a finales del primer trimestre y en especial en el segundo
trimestre. Para dicha entidad financiera, suponiendo que la actividad económica
vuelve gradualmente a la normalidad durante la segunda mitad del año, el PIB
retrocedería un 3,6% en el año.
Existen sectores como la
banca, donde el Banco Central Europeo (BCE) ya está exigiendo a los bancos que
no paguen dividendo hasta el mes de octubre, con el fin de generar liquidez
ante lo que se puede avecinar. Según dicho organismo, se insta a esta medida, “con
el fin de absorber perdidas y apoyar los préstamos a hogares, pequeñas empresas
y compañías durante la pandemia del coronavirus Covid-19, con ese fin los
bancos no deberían pagar dividendos de los años financieros 2019 y 2020 hasta,
al menos, el 1 de octubre de 2020", según Andrea Eria, presidente
de la Consejo de Supervisión del BCE. Esta situación presupone un enfriamiento
en el consumo del que no se librará ningún sector, entre el cual está el de las
telecomunicaciones. Aunque el mismo ha sido considerado defensivo
en cuanto al consumo, ya que se ha generado un incremento sustancial del
tráfico de datos durante el encierro de
la población en el confinamiento. Además, ha sido favorecido por la
imposibilidad de realizar portabilidades entre operadores, lo cual ha
fidelizado al cliente por obligación, favorecido a los tres grandes frente a los
virtuales y Masmóvil. Sin embargo, esta situación no es garantía de que no haya una caída de
ingresos en el sector, el primero que lo ha puesto de manifiesto ha sido el
banco Barclays, el mismo cree que esta crisis tendrá un impacto del 2% en os ingresos, del 6%
en el EBITDA y del 16% en el flujo libre de caja, asumiendo que no hubiera
recortes en el CAPEX (inversión)
https://bit.ly/3axaW1d
A este escenario hay que añadir la deuda que arrastran dichas compañías, en
el caso de Telefónica a cierre del año 2019 tenía una deuda financiera neta
incluyendo arrendamientos de 45.123 millones de euros según la norma contable
NIIF16, si se excluyen dichos arrendamientos es de 37.744 millones de euros.
Bien es cierto, que la liquidez de la compañía es elevada, ya que dispone de 9.000
millones de euros en efectivo y unos 14.000 millones de euros aproximadamente a
líneas de crédito y facilidades de crédito sindicado. Sin embargo, las subastas
de 5G en España y Gran Bretaña que serán próximamente así como los despliegues de
dicha tecnología hacen que los recursos sean necesarios, eso sin mencionar el elevado endeudamiento que tiene todavía la compañía. Los vencimientos de
deuda para este año y el que viene de Telefónica suman un total de 14.598
millones de euros, por debajo de la liquidez disponible, sin contar el que se
genere este y el año que viene https://bit.ly/2wCPYPK
Una cosa que llama poderosamente la atención, es que con una rentabilidad del
9,8% la acción de Telefónica siga donde esta…en el limbo.
Difícil decisión para tomar
por el equipo directivo la de suprimir el dividendo, tanto como el
ratificar el mismo, sin embargo, con la segunda se pueden cerrar
ciertas puertas que luego sean imprescindible abrir para guarecerse… Si la
tormenta no escampa como sucede actualmente.
Ya lo dijo Johann
Wolfgang Goethe: “El talento se educa
en la calma y el carácter en la tempestad”.