En septiembre del año 2018
justo diez años después de la quiebra del banco norteamericano Lehman
Brothers, el prestigioso economista que predijo dicha crisis en el año
2008 Nouriel
Roubini, predijo para el año 2020 una nueva crisis financiera
seguida de una nueva recesión económica. También conocido como “Doctor Catástrofe”, fue
uno de los pocos que atisbó la crisis en el 2008. Para dicho
economista, la crisis económica que se generará en el año 2020 se producirá por las siguientes causas, la primera causa que desatará esta situación está en la política
fiscal aplicada por Donald Trump. Gracias a ella, “la economía de Estados Unidos crece por
encima de su nivel potencial", indica el economista. "En
2020 el estímulo se agotará", y el crecimiento económico
sufrirá un frenazo. En segundo lugar, para Roubini, la economía
de Estados Unidos se está "sobrecalentando" y la inflación se situará por
encima del objetivo de la Reserva Federal (FED). "La Reserva Federal de los Estados
Unidos seguirá subiendo la tasa de referencia desde el 1,75%- 2% actual a por
lo menos 3,5% en 2020", provocando tensiones en los intereses a corto y
largo plazo en la deuda y también en el dólar. Esto implica que los otros
grandes bancos centrales seguirán a la Reserva Federal en la normalización de
la política monetaria, lo que reducirá la liquidez global y generará presión
alcista sobre los tipos de interés", indica.
En tercer lugar, es casi
seguro que las disputas comerciales del gobierno de Trump con China, Europa,
México, Canadá y otros países se agravarán, lo que llevará a menos crecimiento
y más inflación.
En cuarto lugar, hay otras
políticas de Estados Unidos que seguirán añadiendo presión estanflacionaria y
obligarán a la Reserva Federal a subir todavía más los tipos de interés como la
restricción de los flujos de tecnología e inversiones desde y hacia Estados Unidos,
los límites a la inmigración que se necesita para mantener el crecimiento
conforme la población estadounidense envejece; el desaliento de inversiones en
economía verde; y la falta de una política de infraestructura que permita
resolver restricciones de la oferta.
En quinto lugar, es
probable que el crecimiento en el resto del mundo se desacelere, sobre todo
cuando otros países consideren adecuado tomar represalias contra el
proteccionismo estadounidense. "China debe frenar el crecimiento para
hacer frente a su exceso de capacidad y de apalancamiento, o se producirá un
aterrizaje forzoso; además, los mercados emergentes, que ya están en situación
frágil, seguirán padeciendo el proteccionismo y el endurecimiento monetario en
Estados Unidos", comenta.
En sexto lugar, el
crecimiento en Europa también será más lento, debido al ajuste de la política
monetaria y a fricciones comerciales. Además, políticas populistas en países como
Italia pueden llevar a una dinámica de deuda insostenible en la eurozona.
En séptimo lugar, en las
bolsas de Estados Unidos y del mundo siguen la efervescencia. "Los
ratios precio/ganancias en Estados Unidos están un 50% por encima de la media
histórica, el capital privado está excesivamente sobrevaluado, y los bonos
públicos también están demasiado caros en vista de sus bajos rendimientos y
primas a plazo negativas", señala. Y el crédito de alto
rendimiento también se está volviendo cada vez más caro ahora que la tasa de
apalancamiento corporativo en Estados Unidos alcanzó máximos históricos.
En octavo lugar, "una
vez producida una corrección, habrá más riesgo de iliquidez y ventas a precio
de derribo", y por tanto, de colapso de los mercados financieros.
En noveno lugar, "hace
poco Trump atacó a la Reserva Federal con una tasa de crecimiento del 4%, ¿qué
no hará en el año electoral 2020, cuando es probable que el crecimiento haya
caído por debajo de 1% y aparezcan las pérdidas de empleo?”, se
pregunta Roubini. El economista cree que Trump puede terminar llevando a
Estados Unidos a un enfrentamiento militar con Irán.
La décima razón es la
"tormenta perfecta" desatada y la escasez de herramientas para
pararla. "Los abultados balances de los bancos centrales y la falta de
espacio para bajar los tipos de interés reducirán la posibilidad de seguir
aplicando políticas monetarias no convencionales", señala.
Según Roubini, "a
diferencia de 2008, cuando los gobiernos tenían las herramientas necesarias
para evitar un derrumbe descontrolado, a la hora de enfrentar la próxima
desaceleración las autoridades tendrán las manos atadas, con un endeudamiento
general superior al de la crisis anterior, cuando se produzca, la siguiente
crisis y recesión puede ser incluso más grave y prolongada que la
anterior".
Ayer de madrugada, la
Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de
Canadá, el Banco de Japón y el Banco de Suecia anunciaron la puesta en
marcha de líneas de liquidez en dólares, a través de “swaps”, para que ningún
país pierda el acceso a la moneda más importante del mundo en este momento en
que los inversores huyen hacia la economía norteamericana como valor refugio. La
finalidad de un “swap” es convertir un esquema de pagos en otro de una
naturaleza diferente, más adecuada a las necesidades u objetivos de los
participantes, que pueden ser tanto clientes minoristas como inversores y
grandes empresas. La última vez que el mundo vivió una acción
coordinada de los mayores bancos centrales fue en el año 2008, tras la quiebra
de Lehman
Brothers, cuando los mercados financieros globales sucumbían ante la
quiebra de dicha institución. la Reserva Federal además anunció una
rebaja de los tipos de interés hasta el 0%, nivel que antes solo se había alcanzado
durante la crisis de 2008, y amplió su programa de compra de activos a
700.000 millones de dólares para adquirir bonos del tesoro y activos
hipotecarios. Además, la entidad volvió a habilitar la ventana de descuento de
liquidez para garantizar a los bancos todo el flujo de dólares que precisen.
Por último, redujo el coeficiente de reserva de depósitos al 0%, lo que
significa que los bancos pueden utilizar todo su pasivo para conceder créditos
durante este periodo. Con esta batería de medidas de forma proactiva, el
banco emisor norteamericano espera ser capaz de evitar la recesión que se
cierne cuando el coronavirus empieza a golpear de lleno las economías de Europa
y Estados Unidos. La tasa del IPC en Estados Unidos en febrero de 2020 ha sido del
2,3%, 2 décimas inferior a la del mes anterior. La variación
mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 0,3%, de forma que la
inflación acumulada en 2020 es del 0,7%.
Hay que decir que el banco
emisor norteamericano con la implantación de dicho arsenal de medidas
financieras, quema una gran cantidad de munición disponible a fin de limitar o
esquivar la posible recesión, téngase en cuenta que en 12 días ha bajado los
tipos de interés del 1,5% al 0%, un recorte de 150 puntos básicos.
A pesar de todos sus esfuerzos, el verdadero problema como es la paralización de
la economía por la expansión del COVID-19 no está resuelto, por
lo que si se produjese una expansión del problema con una parálisis de la
economía como sucede por ejemplo ya en España o Italia, el banco emisor tendría
muy pocas herramientas para evitar la misma.
Y mientras esto sucede al
otro lado del Atlántico, en Europa la Comisión Europea ha sido el primer
organismo internacional en reconocer la recesión en ciernes. El
viernes, pasado reconoció que la magnitud de la parálisis podría llevar a una
caída del PIB próxima al 1% en el conjunto del año. La recesión en
la eurozona podría dar comenzar ya en el segundo trimestre de este año si los datos
de actividad de marzo se hunden y los efectos de la pandemia llegan al verano.
El Estado de Alarma en España e Italia paralizará la actividad económica y
producirá un parón en el consumo y la actividad económica dependiendo del
sector económico. Es importante resaltar, que la magnitud de la recesión dependerá
de la expansión del virus y de la intensidad de las medidas requeridas para
frenar su contagio, cuanto más largo sea el periodo mayor será la profundidad
de la misma. La pérdida de la temporada turística para España es quizás uno de
los peores escenarios que se puede encontrar, si tenemos en cuenta que
representa el 12% del PIB (1,244757 billones de euros), es decir, unos casi 150.000
millones de euros. Existen ya datos que anticipan el enfriamiento económico
de la economía española, tales como por ejemplo el consumo eléctrico
(-5%). Una menor actividad económica por el parón económico disparara
los ERTEs y por ende la salida masiva de empleados de las compañías, si a esto se
añade que los datos macro de la economía española no permiten muchas alegrías, ya
que la deuda pública es superior al 95% del PIB y la deuda externa es superior
al 170% del PIB, el margen de maniobra para el gobierno de turno es muy
limitado.
Como vengo diciendo hace
unos días, la sobreinformación a la que se somete al ciudadano por
distintos canales está generando una ansiedad que provoca un comportamiento
fuera de lo normal, donde el miedo es el elemento conductor de decisiones difíciles
de entender en la ciudadanía. Ha pasado el fin de semana con él
Estado de Alarma en vigor y he podido comprobar que existen negocios, en
concreto supermercados, que no reponen las estanterías de productos
básicos, generando en el ciudadano un comportamiento de acaparamiento ante el temor
de que se acaben las existencias. Si como negocio puede tener
sentido, ya que permite que se venda más de lo que podría hacer en condiciones
normales, con el problema del coronavirus en vigor es un elemento que
enerva y dispara reacciones sin sentido en la ciudadanía que no contribuyen para
nada a normalizar dentro de lo que cabe una situación que es completamente
excepcional. Otra de las cuestiones que se han empezado a ver son
las multas de las fuerzas de seguridad a los ciudadanos que andan por las
calles y no respetan el Estado de Alarma http://bit.ly/3cWv3Ya
Una cuestión que se está generando en algunas compañías, es que no
facilitan los pertinentes permisos a aquellos empleados que tienen que salir a
la calle para ir a trabajar, con el consiguiente riesgo al que se exponen los
mismos sin ninguna necesidad. La única explicación que uno
puede encontrar a dichos hechos es que es una forma de forzar a que dichos
empleados vayan hacia el teletrabajo, sin embargo, la situación es tan sencilla
como cubrir el siguiente impreso que hoy aparecía en la prensa con el fin de
que los empleados no sufran ninguna sanción http://bit.ly/2vpqLHU
Estas situaciones como otras
muchas que se están generando y no se ven, pueden agravar la crisis,
ya que son esas pequeñas cosas que no se solucionan de forma acumulada las que
pueden generar una explosión de ira en la ciudadanía motivada por el hartazgo
que sé genera.
Para terminar, hay que decir
que, Nouriel Roubini acertó en cuanto a la crisis económica del año 2020,
no así a los tipos de interés ya que en vez de subir han caído hasta el 0%, sin
embargo, la crisis como bien dijo es mucho mas virulenta que cuando cayó el
banco de negocios Lehman Brothers. En los próximos días veremos si la
misma se agrava más de lo que está actualmente o si es en forma V, facilitando
la recuperación de la economía más pronto que tarde… Con lo que eso puede significar
para la sociedad y su tejido empresarial en cuanto a salir de la anormalidad en
la que vive.
Ya lo dijo Pablo Neruda:
“Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar”.
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