¿Alguna vez ha recibido una
llamada telefónica al momento de sentarse en el inodoro? ¿El bus que ha estado
esperando aparece en el instante que enciende un cigarrillo? ¿Ha llovido el día
que lavó su coche? Quizá se haya percatado entonces que algo estaba ocurriendo,
que algún principio universal estaba fuera de su alcance, ansiando ser llamado
por su nombre, profesados por muchos como Dios, diablo, karma… aquí lo
llamaremos Leyes de Murphy.
Edward Murphy, fue
un ingeniero aeroespacial norteamericano, que trabajo en la Fuerza Aérea de los
Estados Unidos en 1947. Este participó en un proyecto en donde se
experimentaban con cohetes sobre rieles puestos en práctica destinado a probar
la resistencia humana a la Fuerza G, en donde enuncio su famosa frase: “Si
algo puede pasar, pasará”. Puesto que en el experimento donde trabajó, los
acontecimientos se desarrollaron de la peor forma prevista. Sin embargo, fue
con el pasar del tiempo que dicha preposición adquirió una connotación
negativa, a partir de las publicaciones de algunos libros, y se cambió la frase
a como se conoce hoy en día: “si algo puede fallar, fallará”.
EL 4 de marzo publicaba un
post en el blog cuyo título era, “TELEFÓNICA... ¿CAMINO DE LOS 5 EUROS?” http://bit.ly/2wviv9k Hoy trascurridos pocos días, mi pregunta se
ha quedado en un suspiro, la cotización se encamina hacia cotas de caída muy
superiores. La “idiocracia” que
emana del cerebro de muchos directivos, accionistas dominicales, algunas
organizaciones sindicales, periodistas de cámara, etc., genera una distopía
social sobre lo que está sucediendo que tiene a la compañía y sus múltiples
stakehloders en vilo. Este
pensamiento único que ha emitido su veredicto sobre dicha situación ha
trasladado la idea de que es cuestión de tiempo que los inversores valoren lo
que no acaban de ver y por eso la reacción de lo que sucede en las bolsas.
La ausencia clamorosa de autocrítica y una visión cortoplacista optimista sobre
lo que va a pasar, pretende servir de antídoto frente un runrún
silencioso de desasosiego que recorre la sociedad y dicha compañía.
Los hay más osados que intentan relacionarlo con el desconocimiento de la
gente, lo que no deja de ser otra forma de insuflar más desasosiego cuando uno
ve el devenir de la cotización día tras día.
Existe una teoría de lo que
está sucediendo puesta de manifiesto por los principales ejecutivos de la
compañía que es cuando menos curiosa, la misma afirma que los mercados
no entienden lo que sucede y que castigan supuestamente a diversas compañías
que se encuentran en determinadas “cestas”, donde están las compañías con
métricas más precarias. La “idiocracia” aludida, es
una mercancía que se trata de exportar hacia los diferentes grupos de interés de
la compañía (stakeholders), omitiendo una realidad que perciben un día
si y otro también. Extrapolando y
sin más elementos de juicio que los que muestra una de las partes, lo más
probable es que hoy todo el mundo piense que el estúpido es el otro. Sin
embargo, esa polarización en el diagnóstico de lo que sucede es letal cuando el
tiempo transcurre y no se ven acciones de quien tiene que tomarlas para
corregir lo que está pasando dentro de la compañía. La situación
actual por la que atraviesa la misma no es un hecho que haya emergido
repentinamente, la misma ha venido incubándose durante un largo periodo de
tiempo (desde el año 2011 hasta la actualidad) y los actores que han
contribuido a la misma han sido aquellos que con su silencio cubrían con un
manto de armiño hechos que ya ponían de manifiesto el problema que se
avecinaba. En concreto, desde el año 2011 los ingresos han caído paulatinamente
hasta la actualidad en 14.415 millones de euros.
Otra cuestión no menos
importante es el bucle de acciones en el que se ha enrocado el equipo directivo
con él fin de reducir el endeudamiento. La venta de divisiones como han sido
los mercados de Centroamérica ahonda si cabe más el problema de
reducción de ingresos. Los accesos
(clientes) son los que garantizan los ingresos, si se enajenan dichos activos
la compañía terminará siendo mucho menor con lo que eso significa de cara a los
ingresos. Latinoamérica es un mercado donde hay 600 millones de
personas, el mismo presenta todavía mucho camino por recorrer con respecto al
desarrollo de la sociedad digital. Según los últimos resultados publicados en
el año 2019 por Telefónica, la división de Telefónica Latam tenía
115.118.300 accesos, después de que en dicho año se redujera dicha cartera en
un total de 15.350.900 accesos. Correspondiendo a dicha
pérdida a la división de Hispam Norte con 9.289.900 accesos y a Hispam Sur con
6.061.000 millones. Esto ha tenido su traslación en los ingresos, ya que en
Hispam Norte han caído (-7,37%) y en Hispam Sur un (-4,58%). Los ingresos
totales de ambas divisiones alcanzaron los 10.179 millones de euros.
Por ese lado, se demuestra claramente que esta no es la solución al problema
que atraviesa la compañía. Tampoco dar entrada a socios que aporten capital y
tomen una participación en la misma, ya que la cuota de participación
que pongan en el capital será la que se lleven de los beneficios que se
generen, drenando a la compañía dichos recursos y empobreciendo a los actuales
accionistas. Actualmente solo Venezuela es un mercado fallido, por
causas conocidas, los demás mercados sufren problemas, pero no tienen
problemas que sean diferentes a los que vienen determinados por el ciclo
económico, oferta comercial, y demás variables a las que están sujetos
cualquier player en dichos mercados.
Todos los problemas que
arrastra la compañía como son la perdida de ingresos o deuda, se han visto enormemente
agravados por una situación de turbulencia en los mercados. El Covid-19 ha
puesto a prueba a los diferentes valores del IBEX-35 con suerte muy dispar como se puede
observar en la siguiente tabla.
Más allá de los porcentajes,
su traducción a dinero contante y sonante es enorme: solo las 35 empresas
del Ibex 35 han perdido en estas doce sesiones de bolsa 107.000 millones de
euros de capitalización, casi una quinta parte del total: el 19 de febrero sumaban
un valor en bolsa de 634.473 millones y, al cierre del viernes, "solo" 527.404
millones. El ritmo, demoledor: más de 1.000 millones de euros por
cada hora que ha estado abierta la Bolsa, o 17,5 millones por minuto.
En
orden de pérdidas de capitalización, Inditex, propietario de Zara, ha
cedido 16.207 millones de euros (-16%), Banco Santander otros 14.424 millones
(-22%), mientras que BBVA se coloca tercero en este ranking de números rojos
con -7.628 millones y un 22% de caída acumulada. Las ventas de los inversores
han sido indiscriminadas de ahí la coincidencia de los dos bancos con
Telefónica, que también baja un (22%) en doce sesiones y pierde -7.500 millones de
capitalización en bolsa.
Cotización del valor de la acción
En el caso de las telecos, las mismas suelen ser valores refugio cuando se viven épocas de turbulencia como la actual, sin embargo, solo las grandes telecos americanas, AT&T y Verizon, han capeado el temporal con nota. En Europa las grandes telecos se han dejado todas por encima del 10%, siendo Telefónica la que más ha perdido con un 22,17%.
En el caso de las telecos, las mismas suelen ser valores refugio cuando se viven épocas de turbulencia como la actual, sin embargo, solo las grandes telecos americanas, AT&T y Verizon, han capeado el temporal con nota. En Europa las grandes telecos se han dejado todas por encima del 10%, siendo Telefónica la que más ha perdido con un 22,17%.
Ante la
situación económica mundial desatada por el COVID-19, la Reserva Federal norteamericana
actuó de urgencia recortando los tipos de interés medio punto. La nueva tasa de
referencia se sitúa en un rango objetivo de entre el 1% y el 1,25%. Esta
decisión de emergencia ha sido tomada para proteger a la economía más grande
del mundo del impacto del coronavirus, que incluso podría llevar a una recesión
económica en el futuro. Según su presidente Jerome Powell,
en una rueda de prensa afirmó que el recorte de emergencia “podría ayudar
a estimular la economía de Estados Unidos”, pero también señaló que “las
perspectivas para el país podrían haber estado en mayor peligro de lo que se
pensaba anteriormente”, asimismo afirmó “No creo que nadie sepa
cuánto tiempo será”. Aún se desconoce el daño potencial en la economía
estadounidense y cualquier desaceleración relacionada con el coronavirus
estaría en una “etapa muy temprana”, aunque muchas industrias,
como los viajes y el ocio, ya están reportando pérdidas a sus negocios. Por
todo ello, la inestabilidad bursátil continuará en las bolsas golpeando los valores
y aquellos que se encuentren en una situación más precaria por sus problemas en
la gestión sufrirán el azote de dicha inestabilidad. El lunes pasado,
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico advirtió que el
crecimiento global podría reducirse a la mitad si el brote de COVID-19 continúa
extendiéndose. Muchas de las compañías más grandes del mundo, incluidas Apple y
Microsoft, han emitido advertencias de que tendrán menos ganancias y ventas en
el próximo trimestre por cierres de fábricas y problemas de la cadena de
suministro. Con respecto a las telecos,
dicho mercado no será inmune a la retracción económica que sucederá por el
freno en el consumo, lo cual impactará de lleno en los ingresos de dichas
compañías. Un grave problema más añadido a los que tienen compañías como
Telefónica.
Vivimos tiempos convulsos y
como dice el “Oraculo de Omaha” Warren Buffett, “insisto
en que debe invertirse mucho tiempo casi todos los días a sentarte y pensar.
Eso es muy poco común en los negocios estadounidenses. Leo y pienso. Así que
hago más lectura y reflexión, y menos decisiones impulsivas que la mayoría de
la gente en los negocios.”
Ya lo dijo Baltasar Gracián:
“Hay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe”.
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