viernes, 19 de enero de 2024

TELEFÓNICA, LA REALIDAD QUE VIVE SUPERA A LA FICCIÓN QUE SE PUBLICA EN LA PRENSA

Zygmunt Bauman, fue un sociólogo de referencia, que acuñó los conceptos de modernidad líquida, sociedad líquida o amor líquido para definir el actual momento de la historia en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos, como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, se han desvanecido. Y han dado paso a un mundo más precario, provisional, ansioso de novedades y, con frecuencia, agotador. Un mundo que Bauman supo explicar como pocos. Explicaba que la modernidad liquida como la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro. No creemos que haya soluciones definitivas y no sólo eso: no nos gustan. Por ejemplo: la crisis que tienen muchos hombres al cumplir 40 años. Les paraliza el miedo de que las cosas ya no sean como antes. Y lo que más miedo les causa es tener una identidad aferrada a ellos. Un traje que no te puedes quitar. Estamos acostumbrados a un tiempo veloz, seguros de que las cosas no van a durar mucho, de que van a aparecer nuevas oportunidades que van a devaluar las existentes. Y sucede en todos los aspectos de la vida. Con los objetos materiales y con las relaciones con la gente. Y con la propia relación que tenemos con nosotros mismos, cómo nos evaluamos, qué imagen tenemos de nuestra persona, qué ambición permitimos que nos guíe. Todo cambia de un momento a otro, somos conscientes de que somos cambiables y por lo tanto tenemos miedo de fijar nada para siempre. Probablemente su Gobierno, como el del Reino Unido, llama a sus ciudadanos a ser flexibles. ¿Qué significa ser flexible? Significa que no estés comprometido con nada para siempre, sino listo para cambiar la sintonía, la mente, en cualquier momento en el que sea requerido. Esto crea una situación líquida. Como un líquido en un vaso, en el que el más ligero empujón cambia la forma del agua. Y esto está por todas partes.

                                   Modernidad líquida

El 3 de diciembre el equipo directivo de Telefónica presentó un ERE para 5.124 empleados en su división española. El mismo día la vicepresidenta segunda del gobierno español y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmaba en la cadena de TV La Sexta, que se reunirá con las partes del ERE en Telefónica y que estudiaría la propuesta cuando se presente http://tinyurl.com/34dz4dpf El 3 de enero el equipo de RRHH de Telefónica firmaba el acuerdo de dicho ERE con la parte social, CCOO, UGT y Sumados. Desde el jueves 4 de enero hasta el viernes día 19 de enero, la ministra de Trabajo no se ha reunido con las partes como manifestó en sus declaraciones desde el día que se firmó con la parte social dicho ERE el 3 de enero. La conclusión a dicho hecho es que el ERE no se ha presentado ante el ministerio de Trabajo para su aprobación. La razón para que se haya producido dicha situación no es más que una, sabedores de que el ERE no será aprobado por el ministerio de Trabajo al no cumplir ninguna de las condiciones que ampara el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre en su artículo 51 http://tinyurl.com/2p93ys7w, se quiere utilizar el grado de adhesión al mismo para convencer al ministerio de Trabajo para que facilite su plácet al mismo. El número de empleados que se acojan al mismo se conocerá el 9 de febrero, el 14 de febrero RRHH de Telefónica facilitará los nombres de los empleados que podrán acogerse. Si tenemos en cuenta como actúa la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la presentación y justificación que se ha dado a dicho ERE es completamente temeraria (Telefónica ha justificado el ERE por “causas organizativas”, y argumenta que tiene un “excedente funcional” de trabajadores con arreglo a la modificación de los servicios de la empresa, a la finalización del despliegue de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), al cierre del cobre y a otros elementos, como la automatización de procesos). Sin embargo, en contra de dicho argumento  tenemos a una compañía con una realidad incontestable, son los 100.000 puestos de trabajo precario que giran en la órbita de Telefónica realizando los trabajos de conservación y operación que necesitan las infraestructuras de la operadora a través de contratas y subcontratas http://tinyurl.com/mrx7 La ministra Díaz ante dicha precarización laboral con dicho despido colectivo ha sido taxativa ante dicho planteamiento, el 12 de diciembre, Yolanda Díaz fue mucho más allá y en un diario de noticias se publicó la siguiente noticia, “Yolanda Díaz le declara la guerra a Telefónica y pone en entredicho el ERE de 5000 empleados” http://tinyurl.com/yck67mvv Con estos antecedente no es de extrañar que allí donde interviene la ministra de Trabajo ante hechos que se sitúan en el ámbito de  doctrina neoliberal como es esta medida del ERE, la respuesta de la misma será contundente. Hace unos días ante situaciones difíciles de entender como fue la no presencia de el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en la mesa donde se negociaba el SMI, la ministra zanjó dicha cuestión subiendo el mismo el 5%, lejos del 3% que pretendía la CEOE.

Otra cuestión no menor por su importancia es el hecho del pago de dividendo que ha efectuado la compañía el año pasado, unos 1.720 millones de euros. Esta cuestión desmiente lo que recoge el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 51 donde se dice lo siguiente, “se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos ordinarios o ventas. En todo caso, se entenderá que la disminución es persistente si durante tres trimestres consecutivos el nivel de ingresos ordinarios o ventas de cada trimestre es inferior al registrado en el mismo trimestre del año anterior”. A la situación del ERE de Telefónica hay que añadir otra cuestión importante, el plazo límite a dicho ERE ya lo ha puesto el equipo directivo con la fecha de salida de los trabajadores que se acojan al mismo, el 29 de febrero. El paso de los días no hace más que corroborar lo que está sucediendo en este momento dentro de la Telefónica, el ERE ha encallado ante el temor de no ser aprobado por el ministerio de Trabajo.

La situación del ERE en Telefónica tiene un símil con otra cuestión con la que está inmersa, la entrada del operador saudí STC en el accionariado de Telefónica. Desde el 5 de septiembre que afloró la participación del 9,9% del capital, 4,9% del capital social de Telefónica a través de acciones y de instrumentos financieros que confieren una exposición económica sobre otro 5% del capital social, según ha explicado en un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV). Para estos instrumentos financieros, la operadora saudí necesita la autorización del gobierno español, sin embargo, cuatro meses y medio después de dicha adquisición todavía no ha pedido permiso para adquirir los mismos. La pregunta es, ¿Por qué no lo ha hecho? La respuesta parece obvia, porque sabe que el gobierno español no se lo dará. Con el ERE estamos viviendo la misma situación, con un resultados idénticos.

Esta semana se celebró el Foro Mundial de Davos, en el mismo intervino el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El mensaje lanzado por el mismo fue clarificador para aquellos que se han parapetado sobre la ola neoliberal desde las grandes empresas. El presidente tendió la mano a los grandes empresarios e inversores presentes en dicha cumbre para “potenciar sinergias y establecer nuevas fórmulas de colaboración público-privada” y les ha pedido que no conculquen con “postulados neoliberales y que combatan la “ola reaccionaria que recorre el mundo”. “El Gobierno de España es su aliado”, ha proclamado Sánchez, reclamando a los actores económicos “actuar en consecuencia” y “con responsabilidad”, y no dejarse arrastrar “por esos medios de comunicación y partidos políticos radicales que están obsesionados con proyectarnos como rivales sistémicos”. Actores, ha dicho, “que se lucran vendiendo polarización, no caigan en su trampa”.

“Colaboremos” es el mensaje que ha querido transmitir el jefe del Ejecutivo en su discurso. Sánchez ha pedido a líderes empresariales y financieros que ayuden “a elevar el poder adquisitivo de los trabajadores, a frenar la emergencia climática, a reivindicar las normas internacionales y a defender la democracia y luchar contra la involución que representa la ola reaccionaria que recorre el mundo”. “En resumen: ayúdenos a dar a la gente una vida mejor” y “no nos traguemos los viejos postulados neoliberales”, ha proclamado. “Les pido que se impliquen”, ha reclamado. “Hemos aprendido por experiencia propia que existe un círculo virtuoso entre crecimiento y redistribución del crecimiento. Que la mejor forma de crecer, y la más resistente, es asegurándonos de que los beneficios del crecimiento llegan a toda la población, especialmente a los más vulnerables”, ha añadido Sánchez. Para el presidente del Gobierno, sin un estado del bienestar sólido los modelos de negocio de las empresas “se derrumbarían como un castillo de naipes”. “España es un paraíso para las empresas que quieren prosperar a través de la innovación, el talento, la energía limpia y barata, la estabilidad institucional y las infraestructuras de primer nivel. Para las empresas que quieren enriquecerse generando valor real y pagando los impuestos que les corresponden. Damos la bienvenida a estas empresas con los brazos abiertos”, ha defendido el presidente. Sánchez ha hablado incluso de “un nuevo triángulo virtuoso formado por el sector privado, el Estado y la sociedad civil que nos permita garantizar la prosperidad económica, aumentar el bienestar y la igualdad y asegurar la sostenibilidad medioambiental para todos y en todo el mundo”. El presidente habló también de la anunciada, pero no ejecutada, participación del Estado en Telefónica a través de la SEPI: "La ciberseguridad es muy importante también para las empresas y el gobierno español. Y por eso vamos a participar en Telefónica. Para reforzar y fortalecer todos los asuntos relacionados con la ciberseguridad". Y añadió que la vuelta al accionariado de la compañía de telecomunicaciones "forma parte de una estrategia, de una relación público-privada con el fin de hacer frente común a estos desafíos" http://tinyurl.com/436vw2de

En la dirección contraria a lo manifestado por el presidente del gobierno intervino el presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete. En su intervención trasladó la urgencia de acometer la desregulación del sector telco para impulsar la competitividad y la innovación. "Lo único que pedimos es que nos desregulen y nos dejen competir", ha destacado. "Nos están regulando con reglas analógicas del siglo pasado, pero estamos en una nueva economía digital y jugando en desigualdad de condiciones", ha añadido. Pallete ha insistido en que la Unión Europea impulse un entorno favorable para las compañías europeas, especialmente para las tecnológicas y de telecomunicaciones "dado el rol crucial que juega la economía digital en la competitividad y el liderazgo global". En relación con la falta de competitividad, el presidente de la operadora ha subrayado que Europa se está quedando rezagado respecto a China y Estados Unidos y para argumentarlo ha expuesto que "de las 50 compañías TIC más grandes del mundo por capitalización bursátil, solo cinco son de europeas" y representan menos del 5% del valor total. Afirmó que el sector de las telecomunicaciones ha demostrado su compromiso con la innovación con una inversión anual de aproximadamente 50.000 millones de euros, lo que ha permitido la modernización de las redes para cumplir con la creciente demanda de servicios digitales, así como el desarrollo de nuevos y mejores productos y servicios y la apertura de nuevas oportunidades para la innovación tecnológica. El presidente de Telefónica ha incidido en la necesidad urgente de fijar un marco regulatorio que favorezca la innovación, “que permita iniciativas disruptivas a las empresas, que fomente la innovación y elimine los obstáculos regulatorios”. Muy especialmente en áreas como el Cloud y el Edge Computing, la fibra y la tecnología 5G y el desarrollo de redes programables a través de APIs globales y estandarizadas http://tinyurl.com/3jkhue6y

A esto último afirmado con respecto a la innovación por el presidente de Telefónica, la propia Comisión Europea ha desmentido de forma rotunda lo afirmado con el informe de las 2500 empresas que más invierten del mundo en I+D que se publicó hace escasas semanas http://tinyurl.com/3x969h9c El sector de las telecomunicaciones es un mirlo blanco a la hora de invertir en la digitalización que sacude todos los sectores económicos de la sociedad. En concreto, las 14 empresas de telecomunicaciones que aparecen en dicho ranking invirtieron 6.230 millones de euros en I+D, por los 174.452 millones de euros que invirtieron las siete compañías tecnológicas que aparecen en los diez primeros puestos de dicho ranking, es decir, por cada euro que invierten las telecos en I+D las tecnológicas invierten 28 euros.

Ranking de la Comisión Europea de las compañías que más invierten en I+D

Que el gobierno de España tiene un plan para Telefónica no es ningún secreto, salvo para aquellos que no lo quieren ver, a imagen y semejanza de Indra, que tras la intervención del gobierno la compañía se ha revalorizado desde los 7,15€ hasta los 15,67€ que cerró hoy en la bolsa (+54,3%). Que el equipo directivo de Telefónica no sabe nada de lo que el gobierno piensa hacer tampoco es secreto, el 17 de enero se publicó en un diario lo que era un secreto a voces desde hace mucho tiempo. En dicha noticia el presidente de Telefónica responde a la entrada del gobierno en la operadora lo siguiente cuando se le pregunta sobre el papel que jugará a través de la SEPI, "De momento, el anuncio del Gobierno es que tiene la intención de tomar hasta un 10%. No sabemos aún la forma en que lo quieren hacer, ni el tiempo, ni el periodo, ni cómo quiere involucrarse en la compañía o si quiere tener representación o no en el consejo de administración", ha asegurado en una entrevista a El Mundo en el marco de su participación el Foro Económico Mundial  http://tinyurl.com/4zxjrn8c  

El gobierno español para ser tenedor del 10% del capital de la Telefónica tendría que comprar 566,5 millones de acciones. Ante dicha magnitud de compra de acciones y viendo el devenir en el mercado del movimiento del precio de la acción, no es nada descartable decir que dicha participación podría ya haber sido efectuada a través de terceros para el gobierno español. Con lo que la entrada de la SEPI en la operadora podría ser inminente, tiene concordancia con lo anunciado por la vicepresidenta, Yolanda Díaz, con respecto al papel que jugaría la operadora como motor tractor de la economía de forma transversal en el desarrollo de la digitalización. Esto chocaría frontalmente con el Plan Estratégico (GPS) que se presentó por parte del equipo directivo actual el 8 de noviembre, donde centra todos sus esfuerzos en el dividendo. Muchas son las incógnitas que se desvelarán en los próximos días, pero todas ellas tienen que proporcionar luz a Telefónica tras el largo túnel en el que lleva navegando la  desde que, Cándido Velázquez Gaztelu, abandonó el timón de la operadora allá por el año 1996.

                           Declaraciones de Yolanda Día sobre Telefónica

Para terminar el post quiero manifestar, que la modernidad líquida de la que nos habló Zygmunt Bauman, debe propiciar cambios de escenario y personas que tomen la dirección correcta en lugar de profundizar la crisis de aquellas compañías que llevan demasiados años sumidas en el error… Ya que de los errores cometidos hay que sacar las lecciones que correspondan, en lugar de ocultarlos y darles continuidad.

Ya lo dijo Zygmunt Bauman: “La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un populacho que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir”.

 

 

 



 

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