domingo, 14 de agosto de 2022

TELEFÓNICA Y F.C. BARCELONA, UN MILAGRO ECONÓMICO QUE ES... VIVIR EL PRESENTE CON UN FUTURO INCIERTO

 

El 13 de agosto se publicaba en un diario la siguiente noticia, “Piense y hágase rico: el milagro económico barcelonés de Joan Laporta” https://cutt.ly/nXokbyR  En la noticia se informa de una entrevista que el presidente de la entidad deportiva concedió al New York Times se relata la situación actual por la que atraviesa dicha entidad deportiva y las acciones que está tomando su presidente para salir de la precaria situación económica que arrastra. El 6 de octubre de 2021, Laporta dio una rueda de prensa junto al (todavía) director general del Barcelona, Ferran Reverter, en la que se dijo que el club estaba en "quiebra contable" y debía 1.482 millones de euros por culpa de la anterior directiva. Laporta había vuelto a la presidencia pocos meses antes (marzo) y desde entonces no había anunciado más que reveses: adiós a Messi y frenazo a los grandes fichajes (el fair play financiero de la Liga bloqueaba el gasto por su disparada masa salarial). Laporta devolvió la alegría al club en el año 2003, inició la era de Guardiola que trajo triunfos a gogó, pero ahora se había convertido de pronto en un señor que solo daba malas noticias. En el gestor de un equipo devaluado y fuera de la élite. Pocos meses después de que Laporta oficializara la quiebra técnica del club, el Barcelona se ha convertido —ante el asombro internacional— en el club que más está gastando en jugadores este verano: Raphinha (58 millones de euros), Koundé (50 millones) y Lewandowki (45 millones). Los rumores señalan que Marcos Alonso y Bernardo Silva podrían ser los próximos en llegar. La pregunta que surge ante dichos hechos es la siguiente, ¿Cómo el club más endeudado se convirtió en el que más gasta? La respuesta a la misma se llama PALANCAS, es la venta de ingresos futuros. Las dos primeras palancas permitieron al club ingresar más de 527,5 millones al vender el 25% de sus derechos televisivos los próximos 25 años al fondo de inversión estadounidense Sixth Street. Dicho fondo recibiría 1.031 millones de euros los próximos 25 años, más del doble de lo invertido en la palanca.

El club también ha vendido el 50% de Barça Studios, productora audiovisual del club, a cambio de 200 millones; 100 de los cuáles los puso Jaume Roures, justo antes de arrancar la Liga, en una operación con claroscuros: además de tener una relación estrecha con Laporta, Roures fue avalista de su candidatura presidencial. También hay dudas sobre el verdadero valor de Barça Studios, como veremos más adelante. Estos episodios de contabilidad creativa, renunciado a parte de sus futuros ingresos televisivos para intentar alcanzar un nuevo "círculo virtuoso" de victorias e ingresos (la idea es que la salvación pasa por volver a ganar para aumentar los ingresos y, al mismo tiempo, que parte de estos están hipotecados), es una apuesta al todo o nada de consecuencias imprevisibles.   La lógica de Laporta es volver a hacer grande al club a toda por el camino corto: fichajes estrella que atraigan recursos, arrastren nuevos aficionados y consigan títulos/nuevos ingresos que superen a los ahora hipotecados. Todos los expertos, críticos o compasivos con Laporta, coinciden en hablar de operación de alto riesgo: si el equipo no rinde al máximo nivel, el castillo de naipes podría desmoronarse. Estamos ante un todo o nada. Un órdago a lo grande si sale bien, pero, si sale mal terminará siendo una sociedad anónima. En la entrevista del New York Times, Laporta dijo que optó por las palancas obligado por las circunstancias ("es una decisión que, sinceramente, no quería tomar"), pero que se trata de "un riesgo calculado". No convenció al periodista que le entrevistó, Tariq Panja, a juzgar por tuits críticos que escribió después sobre la contabilidad creativa y el carisma de Laporta: “Gente inteligente, por favor explique cómo los estudios del Barça, que no generan ningún ingreso significativo, valen 400 millones de euros. ¿Se pronostica que será una enorme fuente de dinero? Si es así, ¿sobre qué base?”

El mito Laporta sonaba más a ciclos expansivos, contratos millonarios y botellas de champán descorchándose en cadena. Laporta quizá no era la persona más adecuada para gestionar el club en momentos de vacas flacas como el que vive actualmente. Pero hete aquí que Laporta ha logrado pasar de las vacas flacas a las vacas gordas con ingeniería financiera. Ha creado una realidad económica virtual en la que el Barcelona vuelve a gastar como si no hubiera un mañana. Aunque sus críticos hablan de huida hacia delante, de pan para hoy y hambre para mañana y de que el Barcelona se verá abocado más tarde o más temprano a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva para sobrevivir. Preguntado el economista e historiador deportivo David Valero Carreras sobre dicha situación, responde: A mí, de entrada, me parece bien activar las palancas. Me explico: el club está en situación cercana a la quiebra y hay que sacar dinero de donde se pueda, aún a costa de hacer algo que nunca hay que hacer en circunstancias normales: vender patrimonio o ingresos futuros. Dicho lo cual: lo que no me gusta de estas palancas es cómo se está utilizando el dinero. Yo preferiría utilizarlo en garantizar la solvencia del club; más rebajar deuda y menos invertir en jugadores. Gastar las palancas en fichajes y nóminas no me parece la estrategia más acertada. Preguntado sobre si las palancas saldrán bien si el equipo gana partidos y títulos. ¿Es así?, el economista responde: “aun suponiendo que salga bien, y tengas éxitos deportivos, el retorno económico no sería inmediato. Suponiendo que se ganara todo el año que viene, no habría ingresos tremendos de golpe que permitieran estabilizar al club. El rendimiento financiero de los éxitos deportivos viene más en el medio o largo plazo, cuando te toque renovar contratos de patrocinios, etc. Eso en el mejor de los casos, porque si sale mal y no ganas, la situación entraría en una espiral diabólica”.

La estrategia de las palancas está causando cierta estupefacción internacional, al percibir una narrativa del señor Laporta ciertamente contradictoria, ya que el club en situación de quiebra técnica está siendo el que más está gastando en fichajes.  Como recoge la noticia, este pasivo cercano a los 1.500 millones de euros se puede ver incrementado a los 3.000 millones de euros con el Espai Barça [proyecto de reurbanización del Camp Nou]. A toda esta concatenación de hechos hay que añadir una purga entre los directivos del club que se ha acelerado con respecto a la habida en la primera etapa de Laporta en el club. Si esto se une a que Laporta nunca ha ocultado que lo suyo es un proyecto carismático y que el socio le votó básicamente a él, la foto que se obtiene no desentona nada de hechos como que achicharre a personas que son contrapesos de su gestión.

En el caso de la compañía Telefónica, la situación del club blaugrana tiene grandes paralelismos con lo sucedido en estos últimos seis años que lleva el actual presidente de la operadora. Llego a la presidencia de la operadora el 8 de abril del 2016, siendo consejero delegado de la misma desde septiembre del año 2012. Cuando asumió la presidencia, la deuda financiera neta más compromisos era de 53.920 millones de euros, con unos ingresos de 46.460 millones de euros. Los últimos resultados del primer semestre del año 2022, nos informan que la deuda es de 28.817 millones de euros y los ingresos del último año, (1 de julio del 2021 al 1 de julio del 2022) han sido de 38.422 millones de euros. La reducción de deuda ha sido de 25.103 millones de euros (-45,55%), pero los ingresos se han caído en 10.038 millones de euros (-21,60%). La cotización el 8 de abril del año 2016 era de 9,31 euros, hoy es de 4,27 euros (-45,86%) sin contar dividendos. La pregunta que hay que hacerse es, ¿Como se han producido una reducción de deuda e ingresos tan elevada? Mismos hechos que en el club blaugrana, en la operadora se ha lanzado un programa extenso de venta de activos acompañados de realquiler (leasing-back). Por otro lado, se han constituido nuevas sociedades en “joint venture” (sociedades conjuntas principalmente con fondos de inversión) que aportan capital para a futuro despliegue y explotación de redes de fibra óptica (FTTH) en diferentes países. Él primer caso lo hemos visto los emplazamientos o torres de telefonía móvil en Europa y Latinoamérica, los cuales fueron adquiridos por, American Tower Company (ATC), compañía que recibirá un alquiler todos los años por operar en dichos emplazamientos la operadora. Con las redes de fibra óptica (FTTH) ocurre lo mismo, se han puesto a la venta porcentajes importantes de dichas “joint venture” en, España, Brasil, Alemania, Colombia, Gran Bretaña o Chile, lo que reducirá los ingresos que aportan dichos activos al tener que detraer el porcentaje correspondiente que hay que pagar a los nuevos propietarios de los mismos. Mismo problema que en el club blaugrana, ingresos en el presente que aportan los nuevos propietarios, pero a futuro se verán aminorados en la operadora por las obligaciones que se adquiere con los nuevos propietarios de dichos activos.

      Evolución de la cotización de Telefónica desde la llegada del actual presidente

A esta situación compleja de la compañía, hay que añadir otros hechos que dificultan más si cabe la posibilidad de remontar la situación que atraviesa. El primero de los hechos, es la caída continua de ingresos que viene sufriendo el sector teleco español debido a la gran competencia que existe en el mercado, principalmente por los nuevos entrantes, por ejemplo, Digi. En segundo lugar, es la formación de un competidor con una capacidad y musculo económico tan importante como el de Telefónica, la fusión de MasMovil + Orange. El mismo será primer operador en diversos nichos del mercado español https://cutt.ly/9XoIrwm desplazando al incumbente (Telefónica) de dicho ranking de forma abrupta. El tercero de los hechos, es la importancia que representa la filial española del grupo Telefónica, el 31,69% de los ingresos del grupo, según el último resultado facilitado por la operadora del primer semestre del 2022. Si los ingresos como parece no remontan la tónica que llevan cosechando en los últimos años de estancamiento o caída, el impacto a nivel de grupo será muy importante. Una prueba de lo dicho la hemos visto en prensa hace unos días, con la información de que la deuda de Telefónica asomaba al bono basura https://cutt.ly/pXoDFeO, perdiendo el rating crediticio. "La consolidación en España y Brasil son aspectos potencialmente positivos para Telefónica, pero la incertidumbre económica, la volatilidad de los tipos de cambio, y un mayor deterioro de las métricas crediticias ajustadas este año, pueden ejercer presión sobre las calificaciones bajas de triple B". Unos inversores que siguen preocupados por los efectos de la inflación sobre su flujo de caja, y el elevado peso que sigue teniendo la deuda en su balance https://cutt.ly/EXoFwKt Todo ello sirve para poner en cuestión una acción que en el mercado se viene poniendo en cuestión como es el pago de dividendo, el cual está muy por encima a la media del sector pese al elevado endeudamiento que arrastra en relación con su valoración bursátil. Tradicionalmente, siempre ha habido muchos inversores que están en contra del dividendo de Telefónica, en la medida en que piensan que podría drenar la caja de la multinacional. El grupo no es ajeno a los efectos que puede provocar la inflación sobre los flujos de caja dados los mayores costes de energía que supone. El hecho de que la rentabilidad por dividendo de Telefónica roce el 7%, mientras que la del sector teleco es del 4,6%, sigue despertando los recelos del mercado respecto a la sostenibilidad futura de la remuneración al accionista. Es la misma situación que la puesta en práctica con las palancas de Laporta en el club blaugrana. Esta situación tiene su traslación en la capitalización bursátil, la cual se encuentra muy alejada para poder regresar en el índice EuroStoxx 50. El índice bursátil que recoge a las mayores cotizadas por capitalización y que replican muchos fondos de inversión, el EuroStoxx 50, cuenta ahora con cuatro empresas españolas (Iberdrola, Santander, BBVA e Inditex). Amadeus salió del índice el año pasado al tiempo que BBVA recuperaba su plaza, tras ser expulsada en 2020 junto a Telefónica. En septiembre habrá revisión de dicho índice, pero la evolución bursátil, 24.650 millones de euros que tiene actualmente de capitalización, hace muy difícil su regreso a dicho índice.

La situación de ambas entidades, club y sociedad mercantil, atraviesan una encrucijada de difícil salida como nos muestran las métricas que presentan. La salida del laberinto en el que se encuentran ambas, no admite atajos como los que actualmente parece que se han elegido ambos equipos directivos. Ambas entidades, exceden por importancia la representación que actualmente ostentan los presidentes que actualmente están al frente de ambas, por lo que las decisiones tienen que estar en consonancia con la permanencia de las mismas allí donde actualmente compiten y representan a los miles de socios en el caso de club blaugrana y de los millones de accionistas y clientes que tiene la operadora… Otra cuestión, sería gravemente lesiva.

Ya lo dijo Sócrates: “La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades”.

 


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