miércoles, 28 de agosto de 2024

TALGO, PROLONGA SU SOMBRA SOBRE TELEFÓNICA

Ayer fuimos conocedores de que la entrada de la empresa húngara Ganz-MaVag en Talgo no sé producirá. El Consejo de Ministros acordó rechazar la adquisición del fabricante español de trenes por parte del consorcio húngaro por motivo de protección de los intereses estratégicos y de la seguridad nacional de España. El gobierno español nunca ha ocultado sus recelos ante la oferta, dirigida por empresarios cercanos al primer ministro ultraderechista Viktor Orbán, y el Estado de Hungría a través de su fondo de inversiones Corvinus. Tampoco su temor a los presuntos vínculos de la firma con Rusia, con Orbán como principal aliado europeo del presidente ruso, Vladimir Putin.

La operación fue presentada de forma oficial en marzo de este año pero en conversaciones desde noviembre del año pasado, ha sido analizada por la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex), un órgano dependiente del Ministerio de Economía. Los expertos destacan que, de ser exitosa, la compra del fabricante español “conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público”. El Gobierno ha aprovechado la ocasión para destacar nuevamente que “Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial”, según afirma un comunicado oficial posterior. Al tratarse de información clasificada, según lo ha acordado el consejo de ministros, el Gobierno no facilita información al detalle de las razones particulares que obligó a vetar dicha operación.

 

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya había decidido al mediodía suspender de manera cautelar la cotización de Talgo. La decisión llegó solo después de que El Correo adelantara la información. La cotización de la empresa española abrió la jornada a un precio de 4,3 euros, con un comportamiento plano, pero comenzó a caer repentinamente, lo que motivó la decisión. El regulador bursátil levantó la suspensión a las 14.45 (hora peninsular española), momento en el que el castigo del mercado se hizo evidente: los títulos llegaron a caer hasta un 10%. Al cierre se dejaron un 8,72%, por debajo de los cuatro euros. El consejo de ministros tiene capacidad de veto a una opa extranjera gracias al blindaje en vigor hasta final de año, regulado a través del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores. Esta protección fue articulada para evitar el abordaje de capital extranjero a empresas debilitadas por la pandemia y por los efectos de la invasión rusa de Ucrania. Eso sí, debe argumentarse la posición contraria, para lo que resulta clave el informe de la Jinvex, dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio. El consejo de administración de Talgo siempre calificó de amistosa la opa e incluso puso el apelativo de “atractiva” a la contraprestación. Tal fue su posición colaboracionista con Ganz-MaVag que se desplazó a Hungría a la sede de la compañía húngara para ver sus instalaciones, pese a la oposición del gobierno español a dicha operación corporativa. La oferta de 5 euros por título valoraba el grupo español en 620 millones de euros y contaba con el visto bueno de los partícipes de la instrumental Pegaso, liderada por el fondo británico Trilantic, titular del 40% del capital de Talgo y dispuesto a vender.

El Gobierno tenía plazo hasta finales de octubre para pronunciarse sobre la operación, que ha puesto en duda desde su anuncio. Óscar Puente, ministro de Transportes, aseveró en abril que la tecnología del fabricante es “estratégica” para España y cuestionó que la húngara Magyar Vagon pueda ayudar a mejorar su capacidad de producción. De cualquier manera, la operación también requería del visto bueno de la Comisión Europea, por una cuestión de defensa de la competencia. En rueda de prensa, la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, evitó referirse a la decisión ya que se “trata de una empresa cotizada”. Según Alegría, las decisiones se darían a conocer al cierre del mercado bursátil, algo que finalmente se ha adelantó. Fuentes del Gobierno insisten en que el marco normativo español “es equilibrado y referencia a nivel internacional al compatibilizar la atracción de inversiones y la defensa de los intereses nacionales”. Pese a que el estudio detallado de la operación no se hará público, el gobierno intenta protegerse ante los varios pleitos judiciales anunciados en contra del Estado por parte de las partes involucradas en el proceso. El Ministerio de Transportes que lidera Óscar Puente ha intentado en los últimos meses alentar una operación alternativa para Talgo, tratando de proteger su carácter estratégico y tecnología crítica, entre la que destaca el eje de ancho desplazable, que permite a sus trenes de alta velocidad rodar por distintos anchos de vía y saltar fronteras entre países. El núcleo duro de Talgo estaba dispuesto a aceptar los 5 euros de la parte húngara. En venta está al menos un 40% del capital, concertado en la instrumental Pegaso y propiedad del fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol https://tinyurl.com/2bhy79a9

La primera reacción que debe suscitar el veto del gobierno español a la adquisición de la compañía española Talgo, es de satisfacción por alinearnos con nuestros vecinos europeos, franceses y alemanes en la defensa de los intereses estratégicos. Llama la atención por obscena, como desde la propia compañía Talgo participaron de forma activa en que dicha OPA saliese adelante hasta el punto de ofrecerse a dar asistencia financiera a los compradores en caso de problemas con los bancos que financian la compra de Talgo https://tinyurl.com/c79h6ke  Para el consejo de Talgo la opa de Ganz MaVag está considerada la mejor solución, al resolver un doble problema: dar salida al fondo anglosajón Trilantic, impaciente por salir del capital –tiene junto a la familia fundadora, los Oriol, el 40% a través de la sociedad Pegaso– y, al mismo tiempo, resolver su falta de capacidad industrial. En los próximos días veremos cual es la sorpresa que nos tiene preparada el gobierno en cuanto a quien adquirirá ese 40% de capital que quiere escapar del operador ferroviario. Lo que conviene hacer en todo este entuerto corporativo que hemos presenciado, es ver que han hecho franceses, alemanes y estadounidenses en situaciones similares recientemente cuando alguien fue a comprar sus compañías estratégicas, con ello seremos capaces de valorar si lo sucedido en España con Talgo es una reacción correcta o ha sido equivocada.

 

Los franceses tuvieron recientemente dos intentos de asalto a compañías, el astillero STX y Carrefour. La primera ocurrió en el año 2017, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, anunció la nacionalización temporal de astilleros STX France con el fin de mantener vivas las negociaciones con el grupo italiano Fincantieri para compartir su gestión. Le Maire anunció en una comparecencia de prensa que el Estado, que hasta ahora poseía de la constructora naval de Saint-Nazaire (oeste de Francia), comprará los dos tercios restantes al grupo surcoreano STX Offshore and Shipbuilding, en proceso de bancarrota. Finalmente se alcanzó un acuerdo por el que el 51% de la compañía St-Nazaire pasará a manos de Fincantieri, tras la cesión de un 1% durante 12 años por parte del Estado francés, que contaba con el 34,34% de la empresa. El resto continuará en manos de Naval Group. La venta de STX France, en la que Fincantieri era el único postor, se enmarca en la quiebra del grupo surcoreano  STX Offshore and Shipbuilding. Aunque su actividad principal es la  construcción de cruceros, estos astilleros ubicados en Francia también son capaces de fabricar grandes buques militares  como por ejemplo, portahelicópteros LHD de la clase Mistral y el portaaviones Charles de Gaulle https://tinyurl.com/4af4cdxk  

La segunda compañía que el gobierno francés impidió que se comprara fue Carrefour en el año 2021. El gobierno francés impuso un veto “definitivo” al proyecto de fusión entre la francesa Carrefour y la canadiense Couche-Tard en nombre de la soberanía alimentaria y se hace falta recurrirá para impedirla a un dispositivo legal sobre sectores estratégicos. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, subrayó en una entrevista al canal BFMTV que su posición ante esa operación “es un no cortes, pero claro y definitivo”. “La seguridad alimentaria es estratégica para nuestro país y no cederemos a uno de los grandes distribuidores franceses”, dijo en alusión a las negociaciones que los dos grupos de distribución reconocieron mantener https://tinyurl.com/23shf5r6    

En Alemania ocurrió un hecho similar en el año 2020 ante el intento del presidente Trump por hacerse con la farmacéutica Curevac. Para evitar dicha situación el Gobierno alemán entró en el capital de la farmacéutica. El ejecutivo de Angela Merkel se aseguró a cambio de una inversión de 300 millones de euros a través del Instituto de Crédito para la Reconstrucción, el equivalente al ICO alemán, una participación del 23% en el capital social del laboratorio biotecnológico. Estados Unidos había mostrado presuntamente su interés en adquirir en exclusiva los derechos sobre cualquier avance en el desarrollo de una potencial vacuna frente al coronavirus. El acuerdo llegó después de que el ministro alemán de Asuntos Económicos y Energía, Peter Altmaier, y Dietmar Hopp, cofundador de SAP y de la firma de inversión Dievini Hopp BioTech, principal accionista de Curevac, con una participación del 82%. Los norteamericanos tuvieron que replegarse y abandonar cualquier intento sobre la farmacéutica https://tinyurl.com/9rdra8ez

Al otro lado del Atlántico en el año 2018 ocurrió un hecho similar en Estados Unidos con el intento de la compañía Broadcom domiciliada en Singapur sobre el gigante tecnológico fabricante de microprocesadores, Qualcom. El presidente Donald Trump bloqueo la misma aduciendo "razones de seguridad nacional", una operación valorada en 117.000 millones de dólares (94.970 millones de euros) que hubiera representado la mayor fusión del sector tecnológico. La decisión del inquilino de la Casa Blanca se hizo pública mediante una orden ejecutiva emitida al cierre de los mercados en Estados Unidos en la que además de impedir la compra de Qualcomm, la compañía asiática deberá abandonar cualquier plan de compra futuro y también deberá abstenerse de proponer consejeros a los órganos de administración de Qualcomm. "Existen evidencias creíbles que me llevan a creer que Broadcom Limited, empresa organizada bajo las leyes de Singapur, junto a sus socios, filiales o afiliados, incluyendo Broadcom Corporation, una empresa de California, y Broadcom Cayman, domiciliada en Islas Caimán, adquiriendo el control de Qualcomm Incorporated, empresa de Delaware, podrían llevar a cabo acciones que amenazarían la seguridad nacional de Estados Unidos", declaró el presidente Trump para justificar el veto a la operación. Asimismo, en el marco de esta decisión, Trump prohíbió "cualquier otra fusión equivalente, que se llevara a cabo directa o indirectamente" instando a Qualcomm y a Broadcom a renunciar inmediatamente "y de manera permanente" a la transacción, para lo que deberán certificar ante el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS por su sigla en inglés) que han finalizado la operación en consonancia con esta orden ejecutiva https://tinyurl.com/5fwxa4t6 


La foto que obtenemos de países y casos donde “presuntamente” funciona la economía de mercado con gobiernos de derecha o izquierda, vemos que protegen sus compañías estrategias con puño de hierro. Son gobiernos y gobernantes nada sospechosos de ser intervencionistas, pero a la hora de salvaguardar los intereses de sus países anteponen dichos activos al de accionistas ávidos de obtener beneficio. En España esta situación nunca se había producido hasta el giro realizado por el actual gobierno con el real decreto que protege nuestros activos estratégicos, cuestión está que nos debe de llenar de satisfacción, ya que en épocas pasadas con gobiernos de distinto signo del PSOE o PP todo estaba en venta al capital extranjero. La pandemia del Covid-19 abrió un nuevo escenario en Europa ante la incapacidad del mercado para solventar los problemas de suministro que se produjo, los Estados tuvieron que dar un paso hacia delante y encabezar la lucha contra la misma y las consecuencias que generó como la falta de abastecimiento de material sanitario, vacunas, etc. Esta doctrina de la autonomía estratégica que actualmente impera en Europa, en países como Francia y Alemania ya llevaba implantada desde hace muchos años, pero ahora ha llegado de forma activa a otros muchos como es el caso de España. El concepto de autonomía estratégica tiene distintas interpretaciones según se prime alguna de sus tres dimensiones: política (estrategia), operativa (capacidades) o industrial (equipos) sobre las otras. La autonomía estratégica se ha ampliado a nuevos escenarios de naturaleza económica y tecnológica, como ha puesto de manifiesto la pandemia de Covid-19. La definición más reciente se encuentra en las Conclusiones del Consejo de noviembre de 2016: “capacidad para actuar de manera autónoma cuando y donde sea necesario y, en la medida de lo posible, con los países asociados”. El Consejo ha vuelto a utilizar este concepto de autonomía estratégica en los años 2016, 2017, 2018, 2019, 2020 y últimamente, incluso en el Consejo Europeo de octubre de 2020, en su sentido más amplio. La CEP y el Reglamento sobre el Fondo Europeo de Defensa también lo han adoptado. En un mundo que ha cambiado y ha girado hacia la política de bloques, la economía no escapa al mismo. Estamos en una situación en la que la interdependencia económica se está volviendo políticamente muy conflictiva. Y lo que tradicionalmente se llamaba poder blando se está convirtiendo en un instrumento de poder coercitivo. La ciencia, la tecnología, el comercio, los datos y las inversiones se están convirtiendo en fuentes e instrumentos de presión de la política internacional, todos ellos son elementos de poder que no pueden caer en manos extranjeras si Europa aspira a tener esa autonomía estratégica.

La situación de Talgo se proyecta sobre otra compañía que tenía la amenaza de la entrada de capital extranjero no deseado, Telefónica. La anunciada entrada de la compañía saudí STC con el 4,9% de la compra de las acciones y otro 5% con la toma de instrumentos financieros convertible en acciones (si el gobierno lo autoriza), parece claro que no se va a producir dicha autorización ante lo visto con Talgo. Pero la cuestión de los saudís no se va a quedar solamente en la entrada con el 10% en el capital social, Telefónica necesita un cambio en la gestión de 180º que posibilite esa autonomía estratégica que se persigue desde Europa. La fijación del dividendo como piedra angular del reciente plan estratégico lanzado el 8 de noviembre del pasado año por el actual equipo directivo, no es lo que desde el gobierno se persigue con aquellas compañías en las que ha entrado y redefinido su papel en la sociedad española.  Un buen ejemplo al que mirar es la compañía tecnológica Indra. Su nuevo plan estratégico ‘Leading de future’ (2023-2026) prevé elevar hasta los 6.000 millones de euros su facturación en 2026 y alcanzar los 10.000 millones de euros en 2030, más que duplicando el récord de ventas de 4.343 millones del año pasado. La nueva hoja de ruta también augura una mejora de la rentabilidad, con incrementos de en torno al 20% en tres años del resultado bruto de explotación (ebitda), hasta más de 750 millones, y del resultado operativo (ebit), hasta más de 600 millones. La compañía prepara inversiones de 3.100 millones hasta final de la década sólo en innovación y tecnologías de última generación de aplicación en el ámbito de defensa y en el civil  https://tinyurl.com/2kkfr3d2 Telefónica tiene su fortaleza en su red e infraestructura fija y móvil.  La industria de las telecomunicaciones se enfrenta a un desafío estratégico muy habitual en sectores maduros. Prestan servicios vitales a la sociedad y están viendo cómo, en poco tiempo e impulsados por el consumo de video, el uso de los datos en el mundo se va a multiplicar por tres: de los 3,4 millones de petabytes (PB) consumidos en 2022 a los 9,7 millones previstos para 2027. De tal forma que, según estimaciones, los ingresos derivados del acceso a Internet -servicios de banda ancha- de las telecos a nivel mundial van a crecer un modesto 4% en 2027, hasta alcanzar los 921.600 millones de dólares. Esta situación de suave crecimiento se produce en un contexto que contrasta con la obligación que tendrán en los próximos años de invertir en el despliegue del 5G, infraestructuras que les permitan atender las demandas de sus clientes. Se prevé que, sólo en 2027, las telecos inviertan cerca de 342.100 millones de dólares a nivel mundial en infraestructuras de redes. Hoy la mayoría de operadores  están centrados en reducir sus costes, optimizar y automatizar sus operaciones y en buscar nuevas oportunidades de crecimiento. Entre ellas se encuentran los servicios basados en el Internet de las cosas (IoT), las redes privadas 5G para clientes corporativos, las redes de banda ancha fijas e inalámbricas para hogares y, en algunos mercados, el suministro de infraestructuras digitales, datos, contenidos y servicios de soporte adaptados a las necesidades de sectores como los de entretenimiento y medios, sanidad, la industrial y la movilidad… Pero no es suficiente.

Las operadoras de telecomunicaciones llevan años ignorando la I+D como nos pone de manifiesto la Comisión Europea año tras año, todos los años los gigantes de Internet encabezan dicho ranking como el último publicado en el año 2023 https://tinyurl.com/mv8j7n3w  El gap o diferencial entre los gigantes de Internet y las compañías de telecomunicaciones es sideral en innovación, entre todas las compañías de telecomunicaciones que aparecen el ranking europeo, el año pasado invirtieron en innovación un total de 6.320 millones de euros por los 37.033 millones que solamente invirtió Alphabet (Google) en innovación. Así es imposible competir y liderar la digitalización. Si a todo esto añadimos que mientras los gigantes de Internet están tirando nuevos cables submarinos por todo el mundo y construyendo nuevos centros de proceso de datos para dar servicios en la nube y las telecos venden los que tienen, la foto no puede tener peor perspectiva para el futuro. La durabilidad de una compañía no se mide por el dividendo que paga, sino en la capacidad que tiene para generar nuevos productos y servicios con los que competir en el mercado en el que opera, eso solamente se consigue con la innovación https://tinyurl.com/3vzuyz98


 
            Inversión en I+D según la Comisión Europea en el año 2023

La combinación de innovaciones tecnológicas, un entorno altamente competitivo y las cambiantes expectativas de los consumidores -en parte impulsadas por el incremento del coste de la vida- se está traduciendo en una reducción del precio de datos. Como consecuencia, los ingresos derivados del acceso a Internet seguirán creciendo, a duras penas, al mismo ritmo que la economía mundial. Así, los ingresos por los servicios de acceso a Internet a nivel mundial alcanzarán los 921.600 millones de dólares en el año 2027, frente a los 757.700 millones del año 2022, lo que supone un volumen considerable, pero un incremento en tasa de crecimiento anual equivalente (CAGR) de sólo 4%. Los videojuegos, son uno de los principales nichos de crecimiento tanto para el sector de Entretenimiento y Medios como para el de las telecomunicaciones, desempeñarán un papel cada vez más importante. El consumo de datos asociado a los videojuegos aumentará un 21% entre 2022 y 2027, lo que demuestra el creciente interés por los juegos on line y en la nube. Telefónica tienen que desarrollar un ecosistema de videojuegos en sus redes, lo que ayudará a impulsar la fidelidad de los consumidores y los ingresos medios por usuario (ARPU, por sus siglas en inglés). https://tinyurl.com/4wdd9yz9 

El desarrollo y las capacidades de Telefónica están infraestructuras, servicios y desarrollo tecnológico que proporcione una mayor inversión en I+D, con ella sé posibilitará vertebrar y desarrollar la digitalización allí donde está presente, España, Latinoamérica y Europa. La Telefónica que debe salir de los cambios que se produzcan próximamente, no deberían de venir de consultoras que llevaron a la operadora a la situación en la que se encuentra actualmente, sino que los mismos tienen que venir de personas con sólido bagaje en gestión y desarrollo del sector de las telecomunicaciones.  

Para terminar el post, quiero manifestar que la protección realizada por el gobierno español sobre un activo estratégico como es Talgo, que atesora patentes y desarrollos tecnológicos de los más punteros del mundo en el sector ferroviario, es motivo de optimismo para el futuro. Es una noticia esperanzadora para revertir el camino equivocado por directivos de compañías que centraban sus esfuerzos en pagar dividendo con la venta de patrimonio a la vez que abordaban salidas masivas de plantilla con las que aligerar sus costes salariales. Esperemos que este nuevo camino trazado desde el gobierno español no sufra ningún retroceso o cambio de opinión y siga haciendo como franceses y alemanes… La sociedad española se lo agradecerá.

Ya lo dijo George Calinescu: “Una causa bien defendida es una causa justa”.