jueves, 6 de julio de 2023

TELEFÓNICA, TAMBORES DE CAMBIO EN LA PRESIDENCIA CON UN "PATA NEGRA" DE LA GESTIÓN EMPRESARIAL... PABLO ISLA

Los Estados Unidos participaron en la Guerra de Vietnam (1955-1975) para impedir que el gobierno comunista de la URSS extendiera su influencia y Vietnam se convirtiese en un estado comunista. En aquella época, soviéticos y estadounidenses competían por extender su influencia en mundo, una etapa conocida como Guerra Fría .A principios de los años 70, cada vez más norteamericanos estaban en contra del conflicto por el coste de vidas que suponía. Más de dos millones de jóvenes fueron llamados a filas para combatir en la guerra. A partir de los años 60, más y más estudiantes organizaron protestas para pedir al gobierno que terminase la guerra. En 1970, los estudiantes de la universidad de Kent participaron en una manifestación que acabó con la muerte de cuatro jóvenes a manos de la Guardia Nacional. La presión popular forzó a los Estados Unidos a salir del conflicto en 1973. La Guerra de Vietnam terminó en 1975.

Fotografía icónica de la guerra del Vietnam con su protagonista hoy en la actualidad

Dicen que no hay mayor honor para un alto ejecutivo que se anuncie su salida, su renuncia o su despido y que la cotización de la empresa que dirige caiga a plomo, un 6,1%, y el mercado castigue al dueño de la compañía por prescindir de su principal gestor por no saber retenerlo. Ese fue el caso de Pablo Isla cuando comunicó su salida de Inditex el 1 de abril del 2022, tras 17 años al frente del grupo textil propiedad de Amancio Ortega. Un periodo largo en el que ha multiplicado por más de cinco veces el valor de la multinacional textil, hasta convertirla en la mayor compañía por capitalización bursátil de la bolsa española, desbancando a los tradicionales Telefónica, Banco Santander, BBVA, Repsol y Endesa, que cuando él llegó en el año 2005 a la empresa privada, le sacaban tres tallas de ventaja. Era una talla S contra las XXL del Ibex 35. https://tinyurl.com/2hymcp8f

Hoy en la prensa nacional viene una noticia que es como el Guadiana, aparece en los momentos de crisis de Telefónica y desaparece en cuanto escampa un poco el castigo que esta sufriendo la operadora, que tras la llegada del actual presidente, Álvarez-Pallete, ha caído de 9,31 euros a 3,67 euros que ha cerrado hoy en bolsa (-60,68%). En la noticia se vuelve a recoger un secreto a voces que recorre los mentideros económicos de este país, Pablo Isla puede ser el próximo presidente de Telefónica. Tras ser consejero independiente de la operadora  durante 12 años (de 2005 a 2017), tiene un profundo conocimiento del sector de las telecomunicaciones. Con lo que no estoy de acuerdo que recoge la noticia es que venga de la mano de, Núñez Feijóo, ya que cuando se produjo su salida de Inditex, el run run de su aterrizaje en Telefónica fue constante. Cuando Isla abandono el consejo de Telefónica en el 2017, consideró inadecuado desde el punto de vista de gobierno corporativo continuar como consejero. Según la normativa que regula la gobernanza de las empresas cotizadas, un miembro del consejo de administración que lleva ese número de años no puede mantener la calificación de "independiente" y defensor neutral de los intereses de los accionistas. En opinión del autor de esta normativa de 2013, el ministro de Economía y hoy vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, tanto tiempo implicado en la cúpula de una sociedad "merma la independencia". Isla podría intentar continuar con otra etiqueta, pero el propio presidente de Inditex defiende siempre en sus intervenciones públicas la profesionalización de las empresas y nutrir sus cúpulas de consejeros independientes https://tinyurl.com/2p97xmwv Todo lo contrario del ejemplo dado con el consejero, Javier de Paz, que lleva quince años en el consejo tras concluir su periodo de 12 años como consejero independiente, para ser actualmente consejero externo de la operadora https://tinyurl.com/48wjs9e9


                       
  Foto: Pablo Isla Álvarez de Tejera   

En la noticia de hoy, se recoge uno de los rumores que se extendieron tras la salida de Pablo Isla de Inditex, el mismo tenía que ver con la posibilidad de que él mismo quisiese optar a la presidencia de Telefónica, aprovechando los diferentes problemas a los que lleva padeciendo la operadora estos últimos años. No obstante, cuando se le preguntó en una rueda de prensa por cuál iba a ser el siguiente paso tras la salida de Inditex, dijo que no quería hablar de ello y que “ya se vería”. Los problemas de Telefónica se han cronificado en cuanto a su caída bursátil, cuestión esta que fue puesta de manifiesto por un accionista en la última junta de accionistas, donde afeó a Álvarez-Pallete que la cúpula se embolsase 22,6 millones de euros en bonus en 2021 mientras eran incapaces de frenar la sangría bursátil de la empresa, que en los siete años con el actual presidente de la teleco había caído desde los 9,31 euros por acción a alrededor de 4 euros. El desconocido accionista alzo su voz tras ver con preocupación la desvalorización de una empresa que, para ganarse fidelidades, ha resucitado la política de repartir dividendos para hacer olvidar la pérdida del valor de las acciones.

El presidente de la operadora para aplacar el enfado de los accionistas ha recurrido a un argumentario que se cae por su propio peso para evitar a los que piden su cabeza por la gestión llevada a efecto. El directivo está armando un discurso con tres argumentos: Telefónica ha eliminado los bonus a los altos directivos para evitar enfados como él del accionista anterior; su sueldo ha disminuido; y él está mostrando su confianza en la empresa invirtiendo en la compañía. Con estos guiños, Álvarez-Pallete intenta salir al paso del enfado que causó que 156 directivos de Telefónica obtuviesen más de 22 millones de euros de bonus en 2021 por la fusión con O2 y la venta de las torres Telxius. Especialmente elevado fue el bonus para el propio presidente de Telefónica, que se hizo con 1,9 millones de euros, mientras que su mano derecha, el CEO Ángel Vila, cobraba 1,6 millones. Todas estas excusas son baldías para combatir la situación por la que atraviesa la operadora, ninguna ofrece una salida para volver a la senda donde la compañía recupere el lugar que le correspondió en épocas pasadas cuando llego a valer en bolsa 106.000 millones de euros.

Mientras tanto, el directivo sigue justificando la caída de la multinacional en Bolsa asegurando que "todo el sector de las telecomunicaciones ha resultado afectado por la transformación del mercado y ha sido uno de los que peor comportamiento ha tenido en bolsa en los últimos siete años debido a una excesiva presión regulatoria, una competencia artificial y el despliegue de nuevas redes que ha afectado tanto los ingresos como la generación de caja". Según fuentes de la compañía consultadas por el diario que publica la noticia, este no es el único problema. “Si observamos a Telefónica en concreto, mucha de la penalización viene por la propia gestión de Pallete, que no ha sabido levantar la compañía desde el día uno de su mandato”, sentencian. https://tinyurl.com/3ys9syyd

Foto: Evolución bursátil de Telefónica desde la llegada del actual presidente de la operadora

Pablo Isla ha sido nombrado dos veces consecutivas mejor director ejecutivo (CEO) del mundo en los años 2017 y 2018 por Harvard Business Review https://tinyurl.com/npxbsbkb , https://tinyurl.com/mubdrb4r Con este bagaje su carrera empresarial ha estado plagada de éxitos desde que asumió la presidencia de Inditex. La figura de este directivo es opuesta diametralmente al del actual presidente de Telefónica. Isla es discreto, humilde, austero, pausado y estratega, aunque los que le conocen destacan a la persona que hay tras el directivo. Como directivo es como un reloj suizo, se engrana allí donde trabaja y levanta la compañía sin hacer ruido o prodigarse en fiestas. Todo queda tras las paredes de su casa de Oleiros. Su llegada al cargo en Inditex supuso una revolución silenciosa dentro de la compañía, entre otros aspectos, el fin del hermetismo en materia de comunicación que había caracterizado a la compañía hasta entonces, a excepción de puntuales ocasiones como su salida a Bolsa en 2001. Dentro de este perfil ultra bajo en el trabajo al frente de la compañía, Isla no solía acudir a las inauguraciones de las tiendas. Solo se permitió una excepción: la apertura del Zara del Paseo de la Castellana por ser el local más grande del mundo. No dejaba de comprobar "in situ" cómo iba el negocio y aparecía sin avisar en sus tiendas con Amancio Ortega como un comprador más.

Si Pablo Isla llega a Telefónica, será una gran noticia para los españoles, pero no nos engañemos, tiene por delante un trabajo titánico para dar la vuelta a una compañía que desde, Cándido Velázquez Gaztelu, no ha tenido un presidente gestor sino que todos los que le han sucedido han sido de corte financiero con el resultado que hoy vemos en la bolsa. No lo va a tener fácil y será un trabajo de años volver a poner a Telefónica en los estándares que le corresponde, por ser una compañía estratégica tanto para España, Europa y Latinoamérica. Más allá de las quinielas que existan en los cenáculos de la política, lo que parece cierto es que las elecciones del 23-J serán un punto y aparte para muchas cuestiones de este país… Entre ellas la revolución que necesita Telefónica.

Ya lo dijo Bertolt Brecht: “Las revoluciones se producen en los callejones sin salida”.

 

 

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