domingo, 10 de octubre de 2021

TELEFÓNICA... LA MALDICIÓN DE UNA GESTIÓN ERRÁTICA

 

Con frecuencia, la imagen de los empresarios o de los banqueros está envuelta en un halo de misterio o distanciamiento que los hace inexpugnables o inalcanzables.  Muchos ofrecen la imagen de hombres duros capaces de echar a la calle a la mitad de su plantilla para salvar la cuenta de resultados; otros, de tiburones voraces y capaces de hacer cualquier cosa con tal de cerrar un buen negocio. El mundo de los grandes empresarios y de los altos ejecutivos es muy variopinto. Hay algunos que se creen los amos del mundo, personajes endiosados que no son conscientes de que tienen los pies de barro. Los hay que han sido capaces de crear grandes imperios y, sin embargo, mantienen la humildad de cuando eran botones o dependientes de una tienda de provincias. Otros han cogido compañías legendarias y las han convertido en actores irrelevantes.  Los hay también capaces de volar muy alto y luego sucumbir por los instintos más bajos. Hay algunos que se mueren por la fama y la notoriedad y otros, al contrario, que se desviven por mantenerse en el absoluto anonimato. Lo que sí sabemos es que han protagonizado deliciosas anécdotas, una de ellas la protagonizó Coca-Cola. Se dice que la fórmula de la Coca- Cola sólo la conocen dos personas que no pueden viajar juntas ni coincidir en el mismo lugar. Otra leyenda: que el diseñador de su botella clásica se inspiró en las curvas de Marilyn Monroe. En realidad, es el fruto de un concurso de ideas celebrado en 1915, cuando Coca-Cola decidió vender la bebida embotellada. Antes se vendía de grifo. Dicen que el ganador se inspiró en un grano de cacao (creía que coca tenía algo que ver con cacao). Lo que sí es cierto es que gracias a la Coca-Cola hemos puesto cara a Santa Claus: un abuelo afable y gordinflón, con pantalón y casaca rojos y vivos blancos salió de la imaginación del dibujante H. Sundblom por encargo de la firma. La condición era que vistiera los colores corporativos.

                                         Leyendas urbanas de Coca-Cola

El 6 de octubre toda la prensa española recogía la siguiente noticia, “Telefónica explora la venta de una participación en su red de fibra en España” https://bit.ly/3iN7s0M Telefónica está explorando opciones para su millonaria red de fibra en España. Lo confirman fuentes a Bloomberg que aseguran también que estarían contemplando incluso la venta de una participación. Un debate que, sin embargo, viene de largo, como ya explicó este periódico. En 2018, la empresa ya barajaba vender parte de la red en la que invirtieron 45.000 millones de euros con el objetivo de recuperar en torno al 25% que perdieron en bolsa desde la llegada de Pallete. Y a finales del año pasado, Citibank, requería al presidente de Telefónica que vendiera parte de la red, valorada en 18.000 millones por el banco de inversión, para aliviar la deuda del grupo y mejorar su negativa percepción en los mercados. Las fuentes consultadas por la agencia internacional de noticias también informaron de que la transacción podría valorar el negocio de fibra español en torno a los 15.000 millones de euros. Las negociaciones están en sus primeras etapas y aún se desconoce el momento o tamaño definitivo de cualquier transacción, aunque según Bloomberg, no llegaría un acuerdo hasta 2022, mínimo. Telefónica no ha querido hacer comentarios al respecto, aunque a finales de 2019 comunicó sus planes de vender activos para aliviar las deudas del grupo. En diferentes medios de comunicación se dice que una venta parcial de la red española de fibra permitiría “cristalizar” valor en uno de los mejores activos del grupo, pero a costa de cercenar la independencia de gestión. La venta parcial de la división de fibra óptica de Telefónica de España representa uno de los activos más estratégicos de cuantos incluye su balance y cualquier muesca a su capacidad de control puede acabar suponiendo un lastre a largo plazo. Sobre todo, teniendo en cuenta, como recalcan en Bestinver Securities, que la red de fibra hasta el hogar de Telefónica puede resultar aún más estratégica a partir de 2025, con la progresiva introducción de la tecnología 5G, el Internet de las cosas y la inteligencia artificial. Telefónica se estaría desprendiendo, al menos en parte, de uno de sus activos de mayor calidad, que le otorga una indiscutible ventaja competitiva y al tiempo que asesta un nuevo golpe a sus flujos de caja recurrentes. Sobre la base de los 25 millones de instalaciones que había traspasado el año pasado, los analistas de Citi estimaron su ebitda en 936 millones de euros, basándose en una tasa de adopción del 30% de los hogares atendidos por su banda ancha, 16 euros de ingresos mensuales por cliente y un margen de ebitda del 69% https://bit.ly/2YCnjrO La venta parcial de dicho activo supondría un incremento de la competencia en dicho segmento de mercado, tendiendo a deteriorar su base de clientes (que ahora ronda los 7,5 millones) a medio plazo. 

                              
                                               https://bit.ly/3cKnvcP

Desde hace varios años, la venta de parte de la fibra en España ha estado sobre la mesa. Ya el pasado mes de noviembre, el consejero delegado del grupo Telefónica, aseguró ante los analistas que esta infraestructura es "una herramienta muy valiosa que nos da muchas opciones". Sin embargo, en el siguiente encuentro para presentar resultados el 'número 2' aseguró que se trataba de un "activo estratégico que, probablemente, no esté reflejado en nuestra valoración y que nos podría dar una opcionalidad". La traducción: "Lo que se debe esperar es que continuemos explorando formas eficientes de implementar fibra". La carrera de inversión en dichos activos se comenzó en el año 2012 https://bit.ly/3amzrQn  Esta transacción sería diferente respecto a las que se han ido cerrando en países como Chile, Colombia, Brasil o Alemania y la que se está negociando en Reino Unido. En esos mercados, Telefónica busca un socio financiero o industrial para que no sólo inyecte liquidez en su balance, sino para que se reparta el esfuerzo para el despliegue. A cambio, el fondo o el grupo industrial participa de una rentabilidad garantizada durante décadas en detrimento de Telefónica, con una infraestructura clave para la conectividad futura -el 5G también necesita de la fibra para su 'transporte'-. En el caso español, la extensión está bastante avanzada y apenas quedaría un 25% de los hogares. Por tanto, el fin último es según el equipo directivo de la operadora es el mal llamado 'cristalizar' ese valor (vender el activo) para reinvertirlo en otros negocios que hasta la fecha no parece que den la rentabilidad del que se vende, un ejemplo de ellos lo hemos visto con los derechos audiovisuales del fútbol.

La noticia que recogen los medios de comunicación, es la constatación del gran fracaso llevado en la gestión estos últimos cinco años. Una prueba concluyente de ello es que la carrera emprendida en la despatrimonialización que se está intentando llevar a cabo en Telefónica por el equipo directivo, la cual ha llegado a la joya de la corona para nuestro país como es la red de fibra óptica. Afortunadamente las intenciones se quedan solo en eso, en intenciones no en hechos constatables sin nos atenemos a las leyes vigentes. Antes de la pandemia del Covid-19 la venta de activos estaba regulada en el art. 7bis de la Ley 19/2003. Con la pandemia y a fin de proteger a los activos estratégicos de nuestro país, el gobierno modifico dicho Real Decreto en el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19 https://bit.ly/3nasmHR, el mismo fue prolongado hasta el 30 de junio del año 2021 en el Real Decreto-ley 34/2020, de 17 de noviembre, de medidas urgentes de apoyo a la solvencia empresarial y al sector energético, y en materia tributaria. https://bit.ly/3yYqJmj Por último, este fue prolongado hasta el 31 de diciembre del año 2021 en el Real Decreto-ley 12/2021, de 24 de junio, por el que se adoptan medidas urgentes en el ámbito de la fiscalidad energética y en materia de generación de energía, y sobre gestión del canon de regulación y de la tarifa de utilización del agua https://bit.ly/3qpwoxM En la noticia del día 6 de octubre se dice que hasta el año que viene no se llevará a cabo dicha venta, obviamente en el momento actual el blindaje del gobierno impide dicha venta sin la aprobación del consejo de ministros como sucedió en la venta de Telxius aunque se siga diciendo que tiene la aprobación, la venta del 50,01% de Telxius no ha sido publicada en ningún Boletín Oficial del Estado desde que la misma fue anunciada el 13 de enero del 2021, como si se hizo con Naturgy https://bit.ly/3CjSIOP Si a todo esto añadimos el hecho de que los cálculos que se están haciendo desde la operadora en cuanto a que dicho blindaje se retire el 31 de diciembre de este año, puede ser una esperanza baldía. Lo más normal es que el mismo se prolongue ya que la doctrina imperante en Europa después del caso Kuka en Alemania, de proteger los activos estratégicos se ha extendido como una mancha de aceite a todos los países de la Unión. https://bit.ly/3asirrT

Evolución de la cotizacion desde la llegada del actual presidente 8 de abril del 2016, 9,31 euros, hasta el 8 de octubre del 2021.

Para mantener esta situación “irreal” en Telefónica de deuda bajo control, él equipo directivo está recurriendo a la venta de activos con el fin de alargar la agonía en la que está inmersa la compañía, todo ello bajo una semántica engañosa como es el término “cristalizar” el valor de los activos, lo que toda la vida el ciudadano llamó vender sus propiedades. Aquí además se completa dicha situación de venta con un contrato de “leasing back” como se ha hecho en otras ventas de activos, por el que se paga un alquiler por utilizar los mismos una vez vendidos para seguir utilizándolos, eso no esconde el drama de dicha operación que es la pérdida de control de estos. Es una situación completamente kafkiana (momento que se vuelve ininteligible, indescifrable, a veces desesperante, como si se estuviera viviendo en un escenario sacado de las narraciones de Franz Kafka), sin embargo, el silencio y los éxitos entre comillas es lo único que se nos quiere hacer ver a los ciudadanos desde la operadora y los medios de comunicación afines. Hace menos de un año la prensa recogía la intención del gobierno español de controlar un 5% de Telefónica a través de la SEPI https://bit.ly/3qPK5Gh , debido al papel que tiene que jugar la misma en el desarrollo de la digitalización con los fondos europeos y del programa europeo de digitalización "PATH TO THE DIGITAL DECADE". Desde el 17 de marzo del año 2020, el gobierno tiene intervenida Telefónica, estando su equipo directivo atado de pies y manos para cualquier operación corporativa como recoge el Real Decreto de 17 de marzo prolongado sucesivamente hasta el 31 de diciembre del 2021 https://bit.ly/3nasmHR Sin embargo, desde los medios de comunicación se sigue con ese ruido mediático interesado que trata de ocultar la situación real en la que se encuentra actualmente la operadora.  El gobierno está dejando cocerse en su salsa al actual equipo directivo, pero quizás ha llegado el momento de dar un paso al frente y acabar con esta agonía que no conduce a ningún sitio.

Para terminar el post, hay que decir que en la operadora se vive una situación "interregno" (situación que se da cuando muere un Papa y se está a la espera de que se nombre su sustituto) tras cinco años para olvidar. En estos no hay anécdotas ni leyendas que contar y relatar como en Coca-Cola, lo único de lo que tenemos constancia es un constante retroceso que la está llevando a lugares nunca conocidos en la irrelevancia… Quizás para todos sus stakeholders (grupos de interés) en el castigo llevan su penitencia.

Ya lo dijo Cervantes: “A pecado nuevo, penitencia nueva.”

 

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