miércoles, 13 de julio de 2022

INDRA Y LA DOCTRINA "MONROE", AVISO PARA NAVEGANTES Y... OPORTUNISTAS

 

La Doctrina Monroe, es el principio de la política exterior de Estados Unidos de no permitir la intervención de las potencias europeas en los asuntos internos de los países del hemisferio americano. Derivado de un mensaje al Congreso por el presidente James Monroe el 2 de diciembre de 1823, (párrafos 7, 48 y 49). Monroe afirmó en dos de sus discursos más relevantes que las potencias europeas no podían colonizar por más tiempo América, y señaló que éstas no deberían intervenir en los asuntos de las recientemente emancipadas repúblicas latinoamericanas. Previno a los estados europeos contra cualquier intento de imponer monarquías en las naciones americanas independientes, pero añadió que Estados Unidos no emprendería ninguna acción en las colonias europeas existentes ni en la propia Europa. Este último punto confirmaba las ideas expuestas por George Washington en su discurso de despedida presidencial de 1796, en el que recomendaba encarecidamente que Estados Unidos no entablara complicadas alianzas en política exterior. Al marcar de este modo la diferencia entre Europa y América, Monroe subrayaba la existencia de unos intereses americanos y, más concretamente, estadounidenses. Rechazaba las monarquías europeas como sistema político, consideraba que ninguna nueva nación americana lo adoptaría y que su presencia en el continente americano pondría en peligro la paz y seguridad de su propia nación. Asimismo, exponía que únicamente Estados Unidos estaba destinado a completar la colonización de los territorios vírgenes de Norteamérica.

                                           Doctrina Monroe

Lo sucedido en la compañía Indra hace unos días con la destitución de cuatro consejeros tildados como "independientes" y la no renovación de otro con la misma etiqueta, ha puesto sobre el tablero económico y político español el grave problema que está sufriendo nuestro país con los consejos de cartón piedra de las grandes corporaciones del IBEX. El 10 de julio se publicó un extenso artículo en un diario sobre la historia de Indra https://bit.ly/3c9oOV0 , que es revelador por lo que ha pasado dicha compañía desde su creación en el año 1992, hasta el convulso consejo del 23 de junio. El aumento de participación en el capital de Indra por parte de la SEPI viene motivado por el mega contrato en el que participará hasta el año 2040 por importe de 200.000 millones de euros con franceses y alemanes en el desarrollo del futuro avión de combate europeo FCAS. Varias son las cuestiones que quiero abordar en este post, en base a lo recogido en el extenso artículo sobre dicha compañía. El primero de ellos es el papel de los mal llamados “independientes” en compañías que son estratégicas de nuestro país. El Código de Buen Gobierno de la CNMV https://bit.ly/3r7f67J en el aparto de Principios dice en su artículo 11 lo siguiente con respecto a la composición del consejo de administración:

11. El consejo de administración tendrá una composición equilibrada, con una amplia mayoría de consejeros no ejecutivos y una adecuada proporción entre consejeros dominicales e independientes, representando estos últimos, con carácter general, al menos la mitad de los consejeros.

Dentro de las recomendaciones de dicho organismo regulador, en el principio 9 que versa sobre los consejos de administración, se recoge lo siguiente, “Todos los consejeros, con independencia de cuál sea el origen o la causa de su nombramiento, deben tener como propósito común la defensa del “interés social”. Visto lo sucedido en Indra en el consejo del día 23 de junio, uno se pregunta, ¿Cuál es el interés social que motivaba la postura de dichos “independientes”, para dificultar la constitución de un consorcio en torno a Indra que pudiese competir y participar en este programa internacional? Los consejos de administración de algunas sociedades cotizadas funcionan sus “independientes”, como siervos del equipo directivo suceda lo que suceda, nadie levanta la voz ante el temor de perder las suculentas retribuciones que perciben. Esto en una sociedad estratégica como es Indra tiene una segunda derivada que es fundamental, es el hecho de que el consejero independiente no solo representa a la sociedad en busca de sus intereses, sino que por encima de este hecho se encuentra el interés general de la sociedad española al representar a todos los ciudadanos por ser un activo troncal de la economía española. Esta situación quienes mejor la manejan en defensa del interés general de la sociedad son los franceses. Ninguna compañía estratégica de dicho país puede ser comprada en parte o total por ningún oferente sin que el Estado francés manifieste su opinión. Para garantizar dicho control sobre lo estratégico el Estado esta dentro de estas compañías en un porcentaje que actúa como disuasorio sobre cualquiera que intente algo. Ejemplos de dicha situación son múltiples, por ejemplo; Renault (19,73%), Orange (23%), Thales (25,67%), EDF (100%), Airbus (11%), etc. El caso de Thales (la Indra francesa) es emblemático.

Thales fue privatizada a finales del siglo pasado, se remonta al siglo XIX, aunque ha sido en las últimas décadas, ya con la entrada de inversores privados, cuando ha protagonizado un fuerte crecimiento por la vía de las adquisiciones. La más reciente de hace apenas unas semanas, con el acuerdo firmado con Sonae Investment Management para adquirir dos de las principales empresas europeas de ciberseguridad, S21sec y Excellium, reunidas bajo el holding Maxive Cybersecurity. El Estado francés juega un papel central en la estrategia de la compañía con el fin de potenciar su soberanía nacional a través de los desarrollos tecnológicos de dicha compañía. Un ejemplo de ello lo vimos con el encargo que realizó el Estado francés a Airbus y Thales para mejorar sus capacidades de guerra electrónica. Para desarrollar los nuevos equipos, Thales se va a basar en la experiencia en Sigint en programas como el Cohorte, que es el actual sistema táctico de este tipo del ejército francés, el Minrem, en uso en la armada del país, el Archange, empleado por la fuerza aérea, y el Clovis, fruto de un proyecto estratégico de localización de comunicaciones interministeriales. https://bit.ly/3nYLsSJ   En Francia, a ningún partido político, de derecha o de izquierda, tiene la ocurrencia de que dicha compañía pueda ser enajenada y privatizada para que el control de esta caiga en manos de fondos soberanos de terceros países o de Estados ajenos al francés. Sin embargo, España es diferente. Una prueba de ello lo leemos en la noticia, “El PP acusó al gobierno de estar detrás de la operación. Los populares lo calificaron como un “asalto institucional”, a pesar de que ellos, en el gobierno habían cambiado a un presiente y elegido al sucesor”. En todo caso, el regulador del mercado, CNMV, tendrá que hilar muy fino en su dictamen final sobre los cambios acometidos en el consejo de Indra, por cuanto que tanto desde el Partido Popular como desde Vox existen partidarios de emprender acciones legales contra el propio Buenaventura si el holding estatal sale 'ileso' del conflicto generado en el seno de Indra. Todo será que el choque de criterios termine por golpear la credibilidad del organismo regulador https://bit.ly/3Ruoe4o Estos políticos son los patriotas económicos que vigilan y cuidan de los intereses de la ciudadanía española.

El 22 de enero de 2019, Francia y Alemania firmaban el Tratado de Aquisgrán o de Aix-la-Chapelle, por el que (según artículo 4, apartado 3) se comprometían a que sus fuerzas armadas desarrollaran una cultura común y despliegues conjuntos https://bit.ly/3cdhnw7 También se reforzaría la compenetración de las industrias de defensa de los dos países en base a la mutua confianza, para de ese modo promover la consolidación de una base tecnológica e industrial europea. Como dice el apartado 2, se esperaba que, con esas acciones conjuntas de los dos gobiernos, se ampliara la credibilidad, coherencia y eficiencia europeas en el dominio militar, cerrando las carencias en capacidades en las fuerzas armadas europeas y de ambos países. En ese entorno de unificación y consolidación del sector de defensa francoalemán nace el proyecto FCAS del caza europeo. Para España es una oportunidad histórica de participar en uno de los proyectos más punteros en materia de defensa europea que se han abordado dentro del ámbito europeo. Francia y Alemania son dos países con gobiernos conservadores, sin embargo, la pandemia del Covid-19 extrajo de los mismos el verdadero sentido de Estado que iluminan ambos gobiernos. Por ejemplo, Alemania, socorrió con dinero público a; Deutsche Bahn con 10.000 millones de euros de créditos públicos, TUI 1.800 millones de euros, Sixt 1.500 millones de euros, Puma 900 millones de euros, ThyssenKrupp 1.000 millones de euros y Lufthansa alrededor de 9.000 millones de euros. Todo vino a través del brazo ejecutivo del Estado en temas de créditos: la poderosa, pero muy discreta Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW) (banco público). A pesar de algunas críticas de economistas, el ministro Federal de Economía, Peter Altmaier, defiende las ayudas a sus empresas https://bit.ly/3O6oHa5  

El debate del Estado de la Nación de estos días sirvió para escuchar las propuestas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un entorno como el actual donde las dificultades de todo tipo acechan más que nunca a una sociedad como la española, donde la desigualdad sigue siendo una característica imperante. De dicho discurso me quedo con las siguientes frases:

"A quienes se empeñan en ponernos palos en las ruedas: les esperamos en el futuro".

"Sé que el salario cada vez da para menos y sé lo que cuesta llegar a final de mes. Me hago cargo" "El gran reto actual de España es la inflación"

"Los españoles no quieren oírnos hablar de lo que hemos hecho bien, quieren que nos centremos en lo que está mal y les expliquemos lo que estamos haciendo para solucionarlo".

"El Gobierno está dispuesto a asumir todas las responsabilidades, pero no a aplicar soluciones falsas e injustas".

"Vamos a poner la economía y el Estado al servicio de la mayoría social".

"Somos europeos porque compartimos los valores europeos y queremos compartir el futuro de Europa"

Si todo lo dicho en dichas frases se cumple, el caso Indra puede ser la punta de lanza de lo que se avecina en multitud de empresas estratégicas que hoy trabajan y están al servicio, no de sus gestores o accionistas, sino en contra de la sociedad española en un momento que más se les necesita para arrimar el hombro en la dificultad que atravesamos como país. No podemos ni debemos caer en el grave error de permitir que aquellos activos que hoy son clave para el devenir de nuestro futuro pasen a manos de fondos extranjeros perdiendo el control de nuestro futuro. 

La doctrina Monroe cobra más sentido en Europa que nunca con respecto al mundo que nos rodea, necesitamos una Europa fuerte con Estados fuertes donde sus capacidades estén al servicio de sus ciudadanos y no de los intereses de los fondos privados. Estos, ni tienen interés en Europa ni quieren una Europa fuerte, su único interés es ampliar la inversión allí donde colocan su dinero y por desgracia para nuestro país…Tienen muchos seguidores dentro de los consejos de las compañías del IBEX-35 y reguladores del mercado (CNMV) de sus postulados.

Ya lo dijo Helmut Kohl: “Sólo si Europa habla con una sola voz y pone en común sus fuerzas podrá hacerse valer como actor internacional”.

 

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