martes, 12 de julio de 2022

TELEFÓNICA, LA DOBLE VARA DE MEDIR EL ÉXITO

 

Posiblemente Walt Disney es un hombre muy conocido al ser el creador de los dibujos animados más importantes “Mickey Mouse”. Disney dejó uno de los legados más importantes que aún después de su muerte, muchas personas siguen disfrutando de su éxito creador. Pero, que para poder lograr todo lo que hizo, tuvo que pasar por muchas adversidades. Su historia empezó cuando trabajaba de editor para un periódico. Según su jefe, Disney carecía de imaginación y no tenía buenas ideas, por eso lo despidió. Disney no se rindió y junto a otro amigo, decidió crear un pequeño negocio. Muchas personas pensaron que estaba loco y que nunca lograría obtener dinero con un trabajo de ese tipo y tuvieron la razón, pues tiempo después la empresa quebró, pero Disney nunca vaciló en su decisión de emprender. Transcurrió el tiempo y llegó a un punto en el que cualquier persona se rendiría, fue allí cuando Disney decidió probar suerte y se fue a Hollywood. Durante esa transición de vida, Disney dio vida al personaje que lo lanzaría a la fama (el ratón que todos conocen). Walt Disney se convirtió en un ícono en cuanto a lucha, creatividad y éxito frente a la negación de lo disruptivo, así como ejemplo a seguir por la ciudadanía.


El 8 de junio un diario informaba qué tras meses de prueba de la jornada laboral de cuatro días, la dirección de la compañía ha decidido extender la opción de solicitar la medida, de carácter voluntario, a toda su plantilla en España, unos 18.000 trabajadores. La teleco española llevaba haciendo una prueba de esta reducción de la jornada semanal desde el pasado mes de octubre con un grupo de trabajadores reducido, y los resultados del piloto han sido tan satisfactorios que ha decidido ampliarlo al resto de empleados, según informa El País. Según se decía en algún medio en dicho momento, el impulso a este programa se ha dado tras constatar la satisfacción de los empleados que se han acogido al piloto de esta jornada, mediante la cual renuncian a una parte de su sueldo equivalente a algo más de cuatro horas, respecto a las cinco horas y media que reducen de jornada  https://bit.ly/3AZ5zbl

El día 11 de julio, prácticamente toda la prensa recogía el fiasco que ha supuesto la propuesta de la jornada laboral propuesta de cuatro días por la dirección de la compañía. El principal motivo del rechazo es que la semana laboral de cuatro días propuesta por Telefónica contempla una reducción proporcional del sueldo por trabajar 5,5 horas menos (en la operadora la jornada semanal es de 37,5 horas y con este modelo se pasa a las 32), a pesar de que el recorte del sueldo no es completo, ya que la compañía ofrece bonificar e 20% del día de menos. Por lo tanto, acaba pagando algo más 33 horas por trabajar 32. En la actual coyuntura, con los precios al alza y la incertidumbre económica en el horizonte, han sido pocos los trabajadores que han considerado buena idea cobrar menos, aunque eso suponga mayor tiempo libre. El empleado que se acoja al plan perdería en torno al 16% de su actual sueldo. Los sindicatos mayoritarios piden más dinero. Las centrales sindicales en Telefónica (Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores) apuntan precisamente en esa dirección al analizar el fracaso de la medida. Ambas organizaciones sindicales que pactaron la propuesta con la dirección de la operadora consideran que está bien encaminada, pero que para hacerla más atractiva el porcentaje que la compañía recorta a los empleados debe ser menor. Obviamente el fracaso cosechado con la desautorización recibida en empresa y sindicatos por la firma de dicho acuerdo es huérfano, nadie asume como propio dicho fracaso.

Mucho se ha hablado sobre la jornada de cuatro días por parte de los interesados, el equipo directivo argumentó en su momento para ofertar dicha situación a la plantilla que se enmarcaba dentro de las medidas que impulsan la Igualdad, Conciliación y Diversidad https://bit.ly/3PowQIa Sin embargo, no todo fue rechazado por parte de la plantilla, otra de las medidas que tenía una gran aceptación por parte de la plantilla y que se quedó escasa fue la cuestión del teletrabajo. El acuerdo firmado por sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) y empresa se quedó en unos escasos dos días a la semana, aun demostrando la plantilla durante más de año y medio que podía realizar dicho trabajo de forma correcta. Los firmantes de dicho acuerdo demostraron una escasa sensibilidad con la demanda de la plantilla en cuanto a dicha aspiración. La pandemia fue el catalizador que permitió demostrar que la plantilla de la operadora era capaz de adaptarse a situaciones excepcionales, siendo decisiva para salir de la misma con una nota brillante. Para los sindicatos el teletrabajo, es una acción que dificulta el proselitismo doctrinal que pregonan los firmantes del acuerdo al dispersar a los trabajadores afiliados a dichas organizaciones. Para el equipo directivo el argumento que emplea es ciertamente contraproducente si uno observa lo que se dice y lo que se hace, el presidente de la operadora, Emilio Gayo, afirmó, “el teletrabajo ha venido para quedarse” y destacó que, aunque Telefónica ya contaba con políticas de teletrabajo, durante la pandemia se extendió hasta 19.000 de los 23.000 trabajadores de la compañía en España, asegurando que su buen funcionamiento, “nos ha convencido de la valía y la potencia del teletrabajo, la pregunta que cabría hacerse es, ¿Por qué se limita el mismo si se ha comprobado la potencia y valía del mismo? https://bit.ly/3AIRY7x

La valoración del éxito por parte del equipo directivo viene siendo una cuestión a la que cualquier ciudadano no encuentra racionalidad y entendimiento a lo reflejado como éxito por parte del equipo directivo. Lo estamos viendo de forma continua, mes tras mes, con los datos de portabilidad que facilita la, Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), los cuales reflejan el retroceso que sufre la operadora en portabilidad con otros operadores. Sin embargo, el silencio que precede a los mismos refleja dicha distorsión de la percepción de la realidad que sucede en dicha cuestión. El rechazo a la jornada de cuatro días propuesto por el equipo directivo, hay que encuadrarla en un entorno donde confluyen diversos factores que desaconsejan la aceptación de dicha propuesta. En un entorno inflacionario en la economía como el actual (10,2%), se le suma un aumento en el nivel de precios en los productos y servicios como luz, gas, combustibles, etc., repercutiendo muy negativamente sobre los ingresos y capacidad de la ciudadanía. Esta situación, afecta muy negativamente a la capacidad de ahorro que se ve disminuida ya que necesitamos más dinero para acceder a los productos o servicios que se hayan visto afectados por la subida. En definitiva, y es uno de los efectos que más nota la economía doméstica con la subida de la inflación, es la disminución de la capacidad de ahorro. Todos los precios suben, por lo que, con el mismo dinero, las familias tienen que hacer un mayor gasto. Si a esta situación se añade la reducción de salario que produce la jornada de cuatro días, la oferta no tiene ningún atractivo para el trabajador al repercutir sobre su capacidad adquisitiva la propuesta. Otra cuestión que quizás no se reflejó lo suficiente en los medios, es que a nivel empresarial la propuesta es muy atractiva al obtener una reducción en la masa salarial en un momento en que el sector sufre una caída de ingresos constantes como se pueden ver en los resultados que nos ofrecen los operadores y el regulador. Este hecho se viene constatando con las reducciones de plantilla que acomete el operador incumbente (Telefónica) desde hace años. El resultado cosechado por la propuesta presentada no será decisivo en esa reducción de masa salarial que se pretendía obtener, por lo que si hay que seguir ajustando gastos se tendrán que acometer en otros ámbitos y departamentos de la operadora.

Para terminar el post, hay que decir que el éxito en el mundo empresarial sigue rigiendo el antiguo criterio todavía. Si una persona tiene éxito, todo lo ha hecho bien. Si fracasa, todo lo hecho está mal. Los resultados, son la espada de Damocles de dicho éxito, obviar los resultados no sirve para corregir y mejorar lo que uno pretende… Olvidarse de lo sucedido, es una forma de brillar negativamente en el mundo en el que uno vive.

Ya lo dijo Confucio: “El éxito depende de la preparación previa, y sin ella seguro que llega el fracaso”.

 

 

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