El pintor y escenógrafo también francés Louis Daguerre fue el primero que desarrolló la que se considera primera cámara fotográfica de la historia, el daguerrotipo. La idea era encontrar un nuevo proceso que permitiera acortar la larga exposición necesaria para lograr una heliografía (unas dos horas en los últimos prototipos) y dejarla en apenas minutos. Esto lo consiguió usando distintos materiales y recurriendo a un proceso químico que permitía lograr imágenes con mucha mayor definición. Gracias a ello realizó en 1.838 la imagen “Boulevard du Temple de París”, primera fotografía en la que aparece una persona y cuyo tiempo de exposición fue de sólo 15 minutos. Daguerre presentó su invento en la Academia de las Ciencias en París con lo que logró popularizar su cámara y comercializar medio millón de aquellos daguerrotipos. Finalmente, como decíamos al principio, en agosto de 1.839 el gobierno francés compró la patente y la puso a disposición del público en general, lo que permitió que se extendiera por el resto de Europa y los Estados Unidos.
Primera fotografía de la historia
Hoy leía un informe económico de una starup norteamericana Snowflake Inc. sobre la situación económica de Telefónica. Esta compañía de almacenamiento de datos está basada en la computación en la nube, tiene su sede en Bozeman (Montana). Fue fundada en el año 2012 y lanzada al público en octubre de 2014. Snowflake ofrece almacenamiento de datos en la nube y servicios analíticos, generalmente denominados "almacenamiento de datos como servicio". Deja a los usuarios corporativos almacenar y analizar datos usando hardware y software basado en la nube. Snowflake corre sobre la plataforma de Amazon S3 desde 2014, sobre la plataforma de Microsoft Azure desde 2018 y por último sobre la Plataforma Google Cloud desde 2019. La compañía ha sido acreditada por revivir la industria de almacenamiento de datos al construir y perfeccionar una plataforma basada en nube de datos https://tinyurl.com/35b7x2hm
En la noticia que recoge dicho informe económico sobre Telefónica, informa que el legendario gestor de fondos Li Lu (al que apoyó Charlie Munger) dijo una vez: "El mayor riesgo de una inversión no es la volatilidad de los precios, sino si vas a sufrir una pérdida permanente de capital". Es natural considerar el balance de una empresa cuando se examina su nivel de riesgo, ya que la deuda suele estar implicada cuando una empresa se hunde. Es importante señalar que Telefónica, S.A. tiene deuda. Pero, ¿deberían preocuparse los accionistas por el uso que hace de la deuda? En términos generales, la deuda sólo se convierte en un verdadero problema cuando una empresa no puede pagarla fácilmente, ya sea mediante la obtención de capital o con su propio flujo de caja. En última instancia, si la empresa no puede cumplir sus obligaciones legales de reembolso de la deuda, los accionistas podrían quedarse sin nada. Sin embargo, un escenario más común (pero igualmente doloroso) es que tenga que captar nuevo capital propio a bajo precio, diluyendo así permanentemente a los accionistas. Por supuesto, la ventaja de la deuda es que a menudo representa capital barato, especialmente cuando sustituye la dilución en una empresa por la capacidad de reinvertir con altas tasas de rentabilidad. Cuando examinamos los niveles de deuda, primero tenemos en cuenta tanto los niveles de tesorería como los de deuda, conjuntamente. Enlace del análisis https://tinyurl.com/222p6cry El siguiente gráfico, en el que puede hacer clic para obtener más detalles, muestra que Telefónica tenía una deuda de 38.300 millones de euros en junio de 2024; aproximadamente la misma que el año anterior. Sin embargo, como tiene una reserva de tesorería de 5.270 millones de euros, su deuda neta es menor, de unos 33.000 millones de euros.
Fuente: SNOWFLAKE sobre previsiones futuras de la compañía Telefónica
Podemos ver en el balance más reciente que Telefónica tenía pasivos por valor de 24.200 millones de euros con vencimiento dentro de un año, y pasivos por valor de 52.900 millones de euros con vencimiento posterior. Por otra parte, disponía de 5.270 millones de euros de tesorería y 9 940 millones de euros de créditos con vencimiento a menos de un año. Así pues, sus pasivos ascienden a 61.900 millones de euros más que su tesorería y sus créditos a corto plazo juntos. Este déficit proyecta una sombra sobre la empresa de 24.800 millones de euros, como un gigante que se eleva sobre los simples mortales. Así que, sin duda, vigilaríamos de cerca su balance, a fin de cuentas, Telefónica probablemente necesitaría una importante recapitalización si sus acreedores exigieran el reembolso.
Para medir la deuda de una compañía en relación con sus beneficios, calculamos su deuda neta dividida por sus beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (EBITDA) y sus beneficios antes de intereses e impuestos (EBIT) divididos por sus gastos por intereses (su cobertura de intereses). Así pues, consideramos la deuda en relación con los beneficios tanto con gastos de depreciación y amortización como sin ellos. Aunque no nos preocuparía el ratio de deuda neta sobre EBITDA de Telefónica de 4,2 veces, pensamos que su cobertura de intereses superbaja de 1,5 veces es señal de un elevado apalancamiento. Parece que la empresa incurre en grandes gastos de depreciación y amortización, por lo que tal vez su carga de deuda sea mayor de lo que parece a primera vista, ya que el EBITDA es posiblemente una medida generosa de los beneficios. Por tanto, los accionistas deberían ser conscientes de que los gastos por intereses parecen haber afectado mucho al negocio últimamente. Otra preocupación para los inversores podría ser que el EBIT de Telefónica cayó un 16% en el último año. Si las cosas siguen así, manejar la carga de la deuda será como repartir cafés calientes en un palo de pogo (palo saltarín). No hay duda de que lo que más nos enseña sobre la deuda es el balance. Pero, en última instancia, la rentabilidad futura del negocio decidirá si Telefónica puede reforzar su balance con el paso del tiempo. Así que si quieres ver lo que piensan los profesionales, puede que te interese este informe gratuito sobre las previsiones de beneficios de los analistas.
BME:TEF Historial de deuda sobre fondos propios 2 de octubre de 2024
Fuente: SNOWFLAKE
Por último, aunque el fisco adore los beneficios contables, los prestamistas sólo aceptan dinero en efectivo. Así que vale la pena comprobar cuánto de ese EBIT está respaldado por flujo de caja libre. Afortunadamente para los accionistas, Telefónica ha generado más flujo de caja libre que EBIT en los últimos tres años. Esta fuerte generación de caja es una alegría que garantiza la posible salida de la situación en la que se encuentra.
La opinión de esta casa de análisis es que a primera vista, la cobertura de intereses de Telefónica nos hace dudar del valor, y su nivel de pasivo total no es más atractivo que un restaurante vacío en la noche más concurrida del año. Pero por el lado positivo, su conversión de EBIT a flujo de caja libre es una buena señal, y nos hace ser más optimistas. En general, nos parece que el balance de Telefónica es realmente un riesgo para el negocio. Así que somos casi tan cautelosos con este valor como un gatito hambriento a punto de caer en el estanque de peces de su dueño: una vez mordido, dos veces tímido, como suele decirse. A la hora de analizar los niveles de deuda, el balance es el lugar obvio para empezar. Pero, en última instancia, toda empresa puede contener riesgos que existen fuera del balance. Dichos riesgos son: Los pagos de intereses no están bien cubiertos por los beneficios y El dividendo de 7.42% no está bien cubierto por los beneficios.
Rentabilidad del dividendo desde la llegada del actual equipo directivo. Fuente: SNOWFLAKE
Conviene recordar lo que sucedió al sector de las telecomunicaciones con el pinchazo de la burbuja tecnológica del año 2000. La profunda crisis se inició en marzo del año 2000, en un primer momento por el pinchazo en las expectativas de Internet. A esto se unió la resaca por las grandes adquisiciones llevadas a cabo que se tradujo en fuertes incrementos en los niveles de deuda o flow-back de acciones para las que pagaron con títulos. La combinación del fracaso de las expectativas con el cierre del acceso de financiación del sector lo llevo al colapso. Dicha crisis comenzó con él fallo de las expectativas de negocio en Internet y servicios de telefonía móvil de tercera generación, ante los constantes retrasos tecnológicos y el hecho de que las operadoras se viesen atrapadas con niveles de deuda exorbitantes mientras las expectativas de ingresos futuros de esos nuevos negocios fallaban. Las estimaciones de consultores, analistas y las propias compañías no se cumplieron y esto resultó un pecado para sus cotizaciones bursátiles. Se fue consolidando un círculo vicioso: fallan las expectativas de crecimiento de ingresos, mientras por el lado de los costes las compañías tienen que hacer frente a los gastos de lanzamiento de las nuevas licencias, gastos financieros por la deuda, amortización de fondo de comercio relacionados con estas adquisiciones (no fiscalmente deducibles). El principal problema era la deuda. Las empresas de rating revisan a la baja los de las compañías de telecomunicaciones, con lo cual se agrava el problema financiero tanto desde el punto de vista de captación de nuevos recursos, como de renegociación de la deuda existente y se incrementa el coste de la deuda. Esto llevó a los analistas bursátiles a revisiones a la baja constantes de estimaciones de resultados y valoraciones, con lo que también se cerró el acceso a la financiación bursátil (vía ampliaciones de capital o salidas a Bolsa). La única salida para aliviar el problema de la deuda es la venta de activos y esto no es fácil en un sector que ha caído en desgracia y en el que hay un número reducido de compradores potenciales. El sector se encontraba en temporada de rebajas.
Una víctima de esta crisis fue France Telécom (Orange). En el año 2002 la compañía de telecomunicaciones francesa cerró dicho año fiscal con unas pérdidas de 20.700 millones de euros. El operador tenía que hacer frente a una deuda de 69.700 millones de euros, de los que 15.000 millones debían hacerse efectivos antes de julio de 2003. El 1 de julio del año 2002 France Télécom vivió un día frenético, tanto en la Bolsa como en la propia compañía. Una portavoz del Ministerio de Finanzas francés confirmó inicialmente la información del diario económico Financial Times, donde se informaba que el Gobierno francés estaba pensando en recomprar el 44,5% del capital que no tenía tras su privatización del ex monopolio si persistía el negativo sentimiento del mercado hacia la compañía. “Contemplamos una renacionalización si el sentimiento de los inversores no mejora. Estamos muy preocupados por France Télécom”, aseguró a primera hora de la mañana. Los problemas financieros de France Télécom eran de tal calibre y el sentimiento del mercado tan negativo que nadie consideró imposible que el Gobierno decidiera finalmente comprar en Bolsa el 44,5% del ex monopolio que no posee desde que lo vendió, en el año 1997. Las acciones de la operadora se dispararon desde la apertura y, tras un enfriamiento temporal provocado por el desmentido del Gobierno y por problemas técnicos en la negociación, retomaron su camino al alza hasta cerrar con una revalorización del 25,34%. La subida de los títulos fue la mayor desde que explotó la burbuja tecnológica, en marzo del año 2000, y permitió a France Télécom dar el salto suficiente en capitalización como para adelantar a la operadora holandesa KPN. Aun así, la compañía francesa tenía un valor bursátil en Bolsa menor que Telecom Italia, Deutsche Telekom, Telefónica o BT. France Télécom había perdido casi un 96% de su valor desde máximos, con buena parte del castigo concentrada en lo que iba de año. Esta evolución, unida a los problemas financieros, es la que haría factible la intervención del Gobierno. La operadora tenía una deuda de 60.700 millones de euros y se ha visto incapaz de reducirla, como han hecho sus homólogas BT o KPN, entre otras https://tinyurl.com/3r3uuzsf El 25 de marzo del año 2003 se publicaba en la prensa que France Télécom anunciaba una ampliación de capital récord de 15.000 millones de euros, respaldado por el Estado francés, que aportaba 9.000 millones como accionista mayoritario, dentro del plan de saneamiento para reducir su voluminosa deuda de 68.000 millones de euros. El apoyo del Ejecutivo francés a la operación, que estaba prevista para más adelante, se produjo pese a la turbulencia de los mercados por el conflicto bélico en Irak https://tinyurl.com/mry7kwdw
El plan de rescate de la compañía francesa preveía que "obtuviese de su explotación" 15.000 millones de euros (mediante ahorros) para reducir su deuda hasta el año 2005, que los accionistas aportasen 15.000 millones para reforzar los fondos propios y que los mercados de valores y bancos aporten también 15.000 millones en refinanciación. Los 9.000 millones de euros de "adelanto" estatal serían en forma de préstamo por un establecimiento público, el ERAP, al que pasará la participación del Estado en France Telecom y que obtendrá los fondos mediante un endeudamiento en los mercados financieros. La devolución de los 15.000 millones que debió aportar la empresa en tres años procedió de un plan de recortes drásticos de gastos corrientes e inversiones y la congelación de las contrataciones, así como de inversiones que afectaron principalmente al despliegue de la tercera generación de móviles (UMTS) https://tinyurl.com/yv2afc8u “En 2007, lo haré (suprimir 22.000 puestos de trabajo) de una manera u otra, por la ventana o por la puerta”. Esta frase fue pronunciada por el CEO de France Telécom, Didier Lombard, durante la crisis que abordó en la operadora francesa. Esta desafortunada declaración de intenciones la dijo el 20 de octubre de 2006, ante la Asociación de Altos Cargos y Dirigentes de la compañía francesa de telecomunicaciones (ACSED). Estas palabras se tradujeron en dos planes de reestructuración de plantilla, NExt (Nueva Experiencia de Telecomunicaciones) y ACT (Anticipación y Competencia por la Transformación), que se convirtieron, según el dosier judicial, en “una política empresarial destinada a desestabilizar a sus empleados y crear un clima angustioso” https://tinyurl.com/2a25c6ss
Para terminar el post, quiero recordar el proverbio chino que escuchamos frecuentemente, “una imagen vale más que mil palabras”. La razón se debe a que vivimos, en una época y en una sociedad, en la imagen juega un papel fundamental en nuestras percepciones y opiniones que nos formamos. Los gráficos y datos que analiza Snowflake Inc sobre Telefónica, son ilustrativos para que nos formemos una imagen sobre su estado actual… Afortunadamente dicha compañía no tuvo que ser como Louis Daguerre el pionero de la fotografía, hoy en día el análisis de datos nos ofrece un poco más de luz para que nos formemos nuestro criterio.
Ya lo dijo Hermann Hesse: “Nada te puedo dar que no exista ya en tu interior. No te puedo proponer ninguna imagen que no sea tuya… Sólo te estoy ayudando a hacer visible tu propio universo”.
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