lunes, 19 de octubre de 2015

CLIMA LABORAL: EMPRESA INTELIGENTE O DIRECTIVOS QUE ESCUCHAN

En mayo de 2002, Hiroshi Yamauchi, el tercer presidente de Nintendo, llamó secretamente a uno de los programadores de juegos a su oficina. Durante varias reuniones le explicó acerca del espíritu de la compañía y cómo se transformó de una empresa de cartas a una de los referentes en la industria de los videojuegos. El programador, llegado hacía dos años, había realizado trabajos de forma externa para la compañía, y sospechó que las juntas eran sólo un intento por despedirlo. Sin embargo la realidad era otra: Yamauchi buscaba a su sucesor, y tenía un nombre: Satoru Iwata. 

Iwata conocía perfectamente la filosofía de Nintendo. Con 43 años, se había involucrado desde joven en el desarrollo de videojuegos, plasmando su talento en títulos como “Balloon Fight” y “NES Open Golf“, aunque su gran salto lo dio en el concepto de "Kirby", un personaje con la capacidad de absorber a los enemigos y copiar sus ataques. Así, se convirtió en el primer presidente sin vínculo alguno al clan de la familia fundadora, comenzando una nueva era en la compañía no sólo para él y la empresa, sino para los jugadores. Sus inicios no fueron sencillos. Tuvo que hacer frente al fracaso de Nintendo GameCube planteando el desafío de lanzar al mercado consolas que tengan como objetivo renovar la experiencia sin aumentar el costo, considerar la fuerte competencia de PlayStation y la recién lanzada Xbox de Microsoft, además del hecho de representar a una empresa lejana y hermética para los jugadores occidentales. Y lo hizo de la forma más abierta y directa: abrió las comunicaciones con los usuarios y se convirtió en la cara principal de la empresa, participando activamente en los eventos de la feria E3, y los "Nintendo Direct", transmisiones donde se dan a conocer los anuncios y próximas novedades. Gracias a su carisma, se unió a la figura del creador de Mario, Shigeru Miyamoto, en divertidos videos donde se parodiaba a sí mismo, alejando el fantasma del ejecutivo frío y distante. "Tenía un perfil completamente distinto al ejecutivo típico de una compañía de videojuegos. La mayoría vela por los inversores y su estabilidad financiera. Iwata era distinto porque era programador, tenía una escuela que lo marcó de forma distinta al resto y compartió la filosofía de diseñar productos pensando primero en el usuario final antes que hacer dinero. El mérito de Iwata fue ir más allá de ser el líder de una compañía, estableciendo una exposición pública distinta a la competencia para posicionar figuras cercanas a los jugadores, logrando familiaridad independiente de su gestión. La frase más conocida de Iwata y que refleja claramente su pensamiento dice: "En mi tarjeta de trabajo dice que soy un presidente corporativo. En mi mente soy desarrollador de videojuegos, pero en mi corazón soy un jugador". Bajo este principio llegaron Nintendo Wii y la portátil DS, grandes éxitos comerciales que volvieron a situar a la compañía en lo más alto de la industria. La primera consola es la más vendida de la historia, y sólo fue superada por la segunda. Si bien las  capacidades técnicas de la consola estaban por debajo de la competencia, la idea era entretener. “Los videojuegos existen para una sola cosa. Ser divertidos. Divertidos para todos”, fue una de sus citas más célebres. Su vida fue corta ya que falleció a los 55 años, pero su impronta y visión perdurará mucho tiempo en dicho sector. 




Se dice que todo cambio viene motivado por una necesidad no satisfecha, la virtud del directivo es anticipar dicha necesidad y posicionarse de tal forma que se consiga y sea una ventaja competitiva. Una virtud de los directivos más brillantes es la ver u oir lo que le manifiestan sus colaboradores. El ser humano según investigaciones recientes, del tiempo total que dedica a la comunicación, el 22% se emplea en leer y escribir, el 23% en hablar, y el 55% en escuchar. Esto no quiere decir, que estemos más dispuestos a escuchar que hablar, sino que estamos más expuestos a estar recibiendo información que a transmitirla. Para sacar el máximo potencial a dicha comunicación es fundamental el compromiso del trabajador. El compromiso de los Recursos Humanos se logra cuando son tenidas en cuenta tanto las metas de la organización como las de las personas que la integran, creándose una verdadera energía que facilita dicho proceso. Sin embargo este compromiso no aparecerá si el Clima Laboral es malo, por lo cual, su cuidado y atención debe ser una prioridad por parte de los mandos y directivos de cualquier organización.
El Clima Laboral es una variable difícil de cuantificar, pero es fundamental para el éxito de las compañías. La forma de descubrir que Clima Laboral existe es mediante las famosas encuestas, esto permite tener un diagnóstico preciso en base a una participación de los miembros de la compañía. Los primeros interesados en que dichas encuestas salgan bien son el CEO o directivos de la compañía, ya que un buen Clima es garantía de tranquilidad y genera un ambiente de trabajo donde se pueden crear las relaciones adecuadas entre el personal para aflorar los intangibles claves como por ejemplo; compromiso, pasión por el trabajo, iniciativa, creatividad, etc., tan necesarios para triunfar en la actualidad y garantizar la supervivencia de las compañías. No se debe confundir el respeto y la empatía con él compañerismo, pues es claro que una empresa no es frecuentemente un lugar con ambiente de fiesta. Sin embargo, es importante que el personal se sienta tranquilo y cómodo al realizar sus actividades dentro de la misma

Una de las mayores irresponsabilidades que se pueden cometer o cometen a veces dentro de las compañías es lanzar programas de Clima sin el objetivo claro de mejorar lo que los trabajadores reclaman y dicen en dichas encuestas. A veces, se lanzan para tener un pretexto o justificar resultados muy negativos cuando se avecinan dichas encuestas o para tapar posibles preguntas incomodas en comparecencias públicas a altos ejecutivos. Esto es un terrible error, ya que si había un pequeño resquicio para creer en dichos programas por parte de la plantilla para cambiar el Clima Laboral, este se acaba definitivamente al hacer de dicho programa un engaño más de la larga lista de desatinos a la que se ha visto sometida la misma.


 
En el proceso de cambio: “la vida es oscuridad cuando no hay impulso y todo impulso es ciego cuando no hay conocimiento y todo saber es inútil cuando no hay trabajo y todo trabajo es rutinario si no existe el cambio“.

En la actualidad los escenarios mutan y cambian a una velocidad de vértigo impulsados por la tecnología y globalización, esto dibuja un escenario cada vez más complejo para competir a las compañías. Es por ello que cualquier proyecto que se aborde con los Recursos Humanos es fundamental apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio (así lo definía Henry Ford). Sólo que en muchas de las ocasiones, lo anterior nunca sucede; la falta de disposición, apertura y madurez de una organización la hace cegarse ante lo nuevo y deja pasar de largo la oportunidad del cambio en beneficio de todos sus miembros. 

Satoru Iwata supo anticipar y ver dicho cambio, lo cual beneficio a su compañía y dejo una impronta difícil de borrar al resto de los trabajadores. Cualquier directivo o mando que tenga opción de cambio en el Clima no debe dejar pasar la oportunidad, sirva dicho ejemplo de guía para él mismo. 
 

Ya lo dijo Walt Disney: "Puedes soñar, crear, diseñar y construir el lugar mas maravilloso del mundo… pero se requiere de personas para hacer el sueño realidad" .

No hay comentarios:

Publicar un comentario