domingo, 10 de febrero de 2019

ECONOMÍA DE PLATAFORMAS DIGITALES ¿QUE HACE ESPAÑA?



Ludovico Maria Sforza, duque de Milán, llamado Ludovico el Moro, fue un hombre de ingenio, y solía hacer entre amigos reflexiones oportunas sobre cosas de la vida que conocía por experiencia. A él pertenece esta frase, dicha en cierta oportunidad ante un auditorio íntimo:
-Tres cosas hay realmente difíciles en la vida: comprar un buen melón, elegir un buen caballo y casarse con una buena mujer. Cuando hay que hacer una de las tres cosas, es necesario encomendarse a Dios, taparse los ojos y elegir a ciegas.






El desarrollo de plataformas digitales ha contribuido de forma decisiva a dibujar una nueva estructura económica en muchos sectores y mercados a nivel mundial, constituyendo un fenómeno de cambio tecnológico. Estados Unidos y Asia principalmente China, lideran claramente el despegue de este nuevo paradigma económico, siendo la economía europea y en particular la española la que presenta un mayor retraso. 

La diferencia de las plataformas analógicas y las digitales está en que estas últimas presentan una mayor flexibilidad para ambas partes  del mercado (demandantes y proveedores): los usuarios pueden adaptar su consumo a sus necesidades, así como convertirse en productores, cuando desean ofrecer algún bien o servicio a través de la misma plataforma (prosumidor). Asimismo, las compañías pueden adaptar su oferta en función de la demanda, y ajustar de manera mucho más eficiente sus recursos. Las plataformas digitales mejoran el bienestar de los consumidores, al reducir los costes de adquisición de bienes y servicios, otorgan una mayor capacidad para elegir al cliente o usuario y les ahorran tiempo en el proceso de compra, así como le puede generar una fuente de ingresos complementarios. Los sistemas de valoración entre pares son relativamente mucho más eficientes, al descentralizar las  transacciones y generar sistemas de confianza basada en la evaluación entre los propios proveedores y clientes.

Las plataformas digitales no son infraestructuras físicas y rígidas, como las analógicas, sino que se caracterizan por su flexibilidad. Ya no es necesario invertir en activos físicos (con sus costes fijos asociados) para ofrecer (o hacer uso de) servicios de alojamiento turístico, movilidad, almacenamiento de datos o capacidad de computación. Los usuarios pueden adaptar su consumo a sus necesidades, así como convertirse en productores, cuando desean ofrecer algún bien o servicio a través de la misma plataforma (prosumidor).


                                     TENDENCIAS EN EL TURISMO DIGITAL



Los negocios de plataformas juntan a productores y consumidores para que produzcan intercambios de gran valor. Sus principales activos son la información y la interacción, las cuales también suponen el origen del valor que generan y su ventaja competitiva. Las plataformas son palancas que impulsan la innovación, la productividad y, en definitiva el crecimiento económico. Las  plataformas actúan como agentes intermediarios en mercados bilaterales o de varios lados, permitiendo que múltiples demandantes y oferentes se pongan en contacto entre sí. Esto es tan antiguo como la propia existencia de la humanidad con la existencia   de los bazares  o los mercados  de abastos. La  gran ventaja de  las  plataformas  es  “que  permiten mitigar problemas muy  habituales asociados a la falta de información en los mercados como: los costes de transacción(Rochet y Tirole, 2002;  Evans  and  Schmalensee, 2016). No obstante, existen algunos rasgos y características básicas que son comunes a éstas. Quizá la principal es su propensión a generar economías de red. Este concepto hace  referencia  a  la  dinámica  en  la  que la presencia de usuarios en un lado de la plataforma incrementa el atractivo de ésta para que nuevos usuarios, en el mismo lado (efecto directo de red) o en el otro lado (efecto cruzado de red) se sumen, reforzando así su expansión. 

Para las compañías, constituye una potente palanca  de creación de valor como medio publicitario, canal de ventas y de apertura internacional. Asimismo, sirve para mejorar la eficiencia y fomentar las economías de escala para la mejora de la eficiencia mediante la generación de economías de escala, reduciendo  los costes operativos y de transacción y proporcionando la renovación de la estructura organizativa de la compañía. Muchas start-ups tratan de adoptar el modelo de plataformas, entre otras razones por la atención que prestan los inversores.  En Estados Unidos más del 50% de las empresas clasificadas como “unicornios” (compañías nuevas cuya valoración económica alcanza los 1.000 millones de dólares.) funcionan bajo el modelo de plataforma.

El rápido crecimiento de  las  plataformas  digitales ha  contribuido  a  dibujar una nueva estructura económica en muchos sectores y mercados de la economía y a modificar los patrones y hábitos de consumo. La transversalidad del fenómeno se manifiesta precisamente en la proliferación de plataformas de todo tipo: desde servicios de movilidad a financieros, pasando por los servicios especializados prestados  por  profesionales  independientes, entre  muchos  otros ejemplos (Sambamurthy et al., 2003).


La tecnología ha tenido la capacidad de transformar el proceso de intercambio y distribución de bienes y servicios (así como la propia producción en algunos casos) en la práctica totalidad de los mercados, así como de almacenar y procesar información a un coste reducido o incluso nulo. El  uso  masivo de Internet  móvil  y  la creciente digitalización de  la población han facilitado el rápido desarrollo de la adopción por la población de la tecnología digital.  Como  consecuencia  de su desarrollo y adopción, las  plataformas se han  convertido en  un fenómeno masivo de adopción por parte de la población. Este volumen ingente de datos que proporciona esta economía digital como son (datos numéricos o textuales ordenados en dos dimensiones) como no estructurados (desde correos electrónicos, tweets,  videos, etc.) para  su  utilización  con  fines  productivos se está buscando la información que proporcionan con el fin de facilitar a desarrolladores y científicos nuevas aplicaciones y desarrollos que faciliten ese desarrollo digital en campos del mundo digital a través de dichas plataformas. Asimismo, ciertas tecnologías como los servicios en la nube (cloud) o las API2 (Application Programming Interface) son cruciales para que las plataformas puedan ganar escala y realizar un procesamiento de datos eficiente. Partiendo  de  este  contexto general,  el  presente trabajo  adopta un  enfoque  de  análisis económico del fenómeno de las plataformas, en consonancia con la orientación de los trabajos realizados desde  2013 por el Observatorio para  el  Análisis  y  el  Desarrollo  Económico  de Internet (ADEI). Las plataformas son canales por los cuales  se genera bienestar en la sociedad, constituyendo elementos generadores de crecimiento económico, modernizando las economías donde se encuentran.


Un ejemplo de funcionamiento de las economías de red, característico de la época analógica, es el de los periódicos de papel, entre cuyas funcionalidades se encontraba poner en contacto a proveedores de bienes y servicios y potenciales clientes a través de espacios publicitarios integrados en este medio de comunicación. A mayor número de lectores, mayor es el atractivo para los anunciantes de poder disponer de un espacio en el periódico (que, en este caso, representa a la plataforma) puesto que mayor es el mercado potencial al que pueden acceder. El éxito de una plataforma reside, precisamente, en mantener a los dos lados del mercado (clientes y proveedores) en una proporción óptima,(Rochet y Tirole, 2002; Evans and Schmalensee, 2016). Las plataformas digitales no son infraestructuras físicas y rígidas, como las analógicas, sino que se caracterizan por su flexibilidad. Ya no es necesario invertir en activos físicos (con sus costes fijos asociados) para ofrecer (o hacer uso de) servicios de alojamiento turístico, movilidad, almacenamiento de datos o capacidad de computación. Los usuarios pueden adaptar su consumo a sus necesidades, así como convertirse en productores, cuando desean ofrecer algún bien o servicio a través de la misma plataforma, apareciendo la figura del (prosumidor).





En este nuevo escenario económico como dije anteriormente Asia y Estados Unidos lideran su desarrollo. Estudios como el realizado por Evans y Gawer (2016) para The Center  for Global Enterprise muestran claramente como se está registrando un cierto riesgo de retraso para economías como la europea, en general ,y la española, en particular. En efecto, el análisis de las 176 principales plataformas a escala global revela que Asia se posiciona en cabeza, con 82 entidades, seguida por Estados Unidos, que con 64 alberga las de mayor valor.

En este nuevo escenario económico como dije anteriormente Asia y Estados Unidos lideran su desarrollo. Estudios como el realizado por Evans y Gawer (2016) para The Center  for Global Enterprise muestran claramente como se está registrando un cierto riesgo de retraso para economías como la europea, en general ,y la española, en particular. En efecto, el análisis de las 176 principales plataformas a escala global revela que Asia se posiciona en cabeza, con 82 entidades, seguida por Estados Unidos, que con 64 alberga las de mayor valor
A comienzos del mes de julio del año pasado, la Comisión publicó un informe llamado Platform Workers in Europe. En el mismo se recogieron resultados cuantitativos sobre este colectivo de trabajadores en 14 Estados miembro, entre ellos España. La investigación reflejó que el 11,6% de la población adulta europea ha prestado alguna vez servicios a través de estas plataformas digitales. La cifra más alta se alcanza en el Reino Unido con el 12%. Aunque, menos del 6% dedican más de 10 horas semanales a prestar servicios por medio de estas plataformas.  En dicho estudio  se deja entrever que las plataformas podrían tener que realizar algún tipo de contrato con el trabajador para determinar cosas como su lugar de trabajo, no asi las horas  de trabajo. Además, también se hace referencia a la posibilidad que estos trabajadores cuenten con la posibilidad de afiliarse a los diferentes sistemas de Seguridad Social de cada país. De momento, no se ha puntualizado la cuestión fiscal. España ha fijado su vita en el modelo francés, Deliveroo y Take It Easy, entre otras plataformas, han manifestado al Gobierno de España su compromiso para crear una figura laboral similar al modelo francés. El marco regulatorio galo es muy proclive y flexible con los trabajadores que deciden buscar en estas plataformas un empleo a tiempo parcial o completo.En Francia desde el año 2009 existen tres categorías de trabajadores: por cuenta ajena, autónomos y los auto-empleadores. Precisamente, es esta última figura legal la que podría ser la respuesta a nivel español y europeo. Para ser auto-empleador solo se necesita rellenar un registro online y esperar la certificación, que suele tardar menos de dos semanas.
Cuando ya se tiene esta especie de licencia, el auto-empleador ya puede trabajar en cualquier plataforma. A diferencia de los autónomos, estos trabajadores no tienen que pagar un mínimo legal a la Seguridad Social francesa y solo pagarán el IVA si superan los mínimos marcados. Es decir, lo que hace esta figura es que cualquier persona que tenga un empleo pueda hacerse auto-empleador para prestar servicios cuando quiera sin tener que soportar un gran coste. De la misma manera, aquellos que quieran dedicarse a ser auto-empleador de forma completa pagarán lo fijado por la regulación gala, que en el caso de la Seguridad Social se exige un pago mínimo anual de 1.000 euros. Si en Francia y en Europa se muestran proclives a acoger esta nueva figura laboral y darle un marco legal para que cualquier persona pueda obtener ingresos por esta vía, en España la cosa es muy distinta. El Gobierno de España ha intensificado las inspecciones laborales para aflorar más de 40.000 falsos autónomos. Lo que pretende el ejecutivo español es sancionar a las empresas o plataformas que tengan trabajadores en estas condiciones. Es decir, una postura en contra frontalmente con la posición europea.
Para terminar el post, recordar que por desgracia España generalmente siempre llega tarde y mal a los nuevos desarrollos económicos, y  este parece que no es una excepción. No sé si habrá que hacer como Ludovico Maria Sforza, cerrar los ojos y …elegir al azar. 

Ya lo dijo Mirna Bard: “El branding no tiene que ver con el slogan o logotipo, tiene que ver con la personalidad de tu marca”.









 


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