martes, 23 de julio de 2019

¡VAE VICTIS! GRITA NEGURI EN EL BBVA Y... PARTICIPADAS



Al igual que la familia Walton es una de las familias más conocidas en los Estados Unidos por su riqueza, se  trata de los hermanos Rob, Jim, Alice, Lukas, Christy y Nancy que controlan la mitad del gigante Walmart, la historia de una clase dirigente que propició (y se enriqueció) del esplendor y modernización del País Vasco y España, abarca unas pocas familias entrelazadas que habitaron durante décadas en Arriluze, Neguri, Getxo. Apellidos como Ybarra (Ibarra), Churruca, Zubiria, Muguruza, Lipperheide, Delclaux, de la Sota, Oriol, etc., aún se pueden leer en los libros de historia y de economía de este país. El nombre de este selecto barrio, Neguri, tiene su origen de la fusión de dos palabras vascas: Negua e Hiri(a) que significan invierno y ciudad respectivamente. Neguko hiri, o Neguri, fue un reclamo publicitario que se creó para animar a la burguesía vasca a vivir en este barrio de Getxo permanentemente, no únicamente la estación el verano como sucedía antiguamente. Este rincón a catorce kilómetros de Bilbao es similar al de La Concha, en el mismo centro de Donostia - San Sebastián, o El Sardinero, a cuatro kilómetros de Santander. El nombre de Neguri lo creó Resurrección María de Azkue, primer Presidente de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca).
                                       Monumento a Churruca en Getxo
En la zona más exclusiva de Neguri se halla en el Paseo del Marqués de Arriluce de Ibarra, que mira al Abra y que se extiende medio kilómetro desde Punta Begoña donde se ubica la Urbanización "Punta Begoña" hasta el Palacio Lezama Leguizamon. En dicha área se encuentran bordeados por muros los distintos palacetes y mansiones que se embellecieron con sucesivas reformas. Se ha dicho que posiblemente no ha habido otro lugar en el mundo en el que la división de clases haya sido tan geográfica como en Bilbao. Pero es cierto que los hacedores de este primer imperio de Neguri, el capitalismo en todo su explendor, tuvieron verdadera una gran impronta empresarial, se enriquecieron y crearon intensamente, su cultura del trabajo fue mucho más próxima a la de las escuelas presbiterianas que al catolicismo feroz que profesaban. Con ideas inglesas y libros franceses promocionaron un Bilbao pujante de gustos exquisitos y refinados que hizo nacer la revista Hermes y la tertulia Le Lion d'Or, el fructífero centro cultural de la Sociedad Bilbaína, la Ópera Abao, el Athletic de Bilbao, la Sociedad Filarmónica y la Comercial de Deusto, vivero hasta hace poco de la clase empresarial más elitista española, por el que han pasado personajes de las finanzas españolas y de la política vasca, desde Mario Conde hasta el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, etc. 
                                                              Barrio de Neguri

Emilio de Ibarra y Churruca el que fuera presidente del BBV desde enero del año 1990 hasta el año 2001, consiguió transformar una institución bancaria pese a que muchos consideraban (incluso el mismo), que no estaba preparado para dar el relevo a otra institución como fue José Ángel Sánchez Asiaín. El consenso entre analistas y expertos de la época era unánime: en el medio plazo, solo sobrevivirían tres o cuatro de los siete grandes bancos españoles. En ese escenario ferozmente darwiniano, la supervivencia del BBV pasaba por minimizar la debilidad de contar con una organización política, humana y técnicamente divida después de la fusión con el Banco Vizcaya, y maximizar la fortaleza de ser el banco español más grande. En ese tiempo de incertidumbre, cuando parecía más necesario que nunca un liderazgo fuerte, que se hiciera notar tanto hacia dentro como hacia fuera de la organización, transmitiendo seguridad y determinación estratégica, el presidente del BBV, Emilio de Ybarra, seguía una sutil línea que separa al líder tranquilo y prudente del directivo gris y anodino. Internamente nunca dio un puñetazo en la mesa, ni pegó un grito a nadie, y en las raras ocasiones en que lo hizo no dudó en pedir perdón. Externamente tampoco sorprendió con presentaciones brillantes en eventos de postín, más bien al contrario: la sucesiva pérdida de las subastas de Banesto y primera licencia de telefonía móvil (1994), el retraso en lanzar las supercuentas estuvieron a punto de convertirle, para la consideración del equipo humano del BBV y de los mercados, en un perdedor. 

En la época en la que Ibarra preside el BBV, el banco vivió una época dorada que estuvo marcada por su fuerte expansión en el extranjero, lo que le permitió entrar en países como Perú, Colombia, Venezuela o Chile mediante la adquisición de bancos locales. El BBV fue patrocinador de algunos de los eventos más importantes de aquella década, como la Exposición Universal de Sevilla en 1992, y también entró en el accionariado de empresas como Repsol, Teléfonica e Iberdrola. Sin embargo en el año 2001, Emilio de Ibarra abandona la copresidencia del BBVA, junto a Francisco González, un advenedizo en el mundo de la banca, ya que había llegado a presidir el Banco Argentaria (banco público), por decisión política del gobierno de la época de Aznar. Sin embargo, para nadie paso desapercibida que en la fusión del BBV con Argentaria, el hecho del que el pez pequeño se comiese al grande. Escándalos como el de “Filesa” o “Alico” llevaron a Ibarra a los tribunales, pero sin embargo fue el Banco de España quien aceleró la salida anticipada de Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte del BBVA al descubrirse las cuentas secretas que había mantenido el banco durante 13 años y obligó en diciembre de 2001 al entonces todavía copresidente del BBVA a desvelar los nombres de los 22 consejeros y altos cargos del antiguo BBV que constituyeron fondos de pensiones con dinero B por más de 3.300 millones de pesetas. Esta situación fue vista por dicha oligarquía como un ataque a los principios y valores de gestión de dichas familias, ya que muchas no entendían como perdían su mascaron de proa y emblema capitalista (un banco con importantísimas participaciones industriales) a manos del presidente de un banco público sin ningún bagaje ni mérito que acreditar más allá de ser un "peón" del gobierno de turno.   http://bit.ly/2XNKWfG


                                                  http://bit.ly/32tRkY8
Durante los 18 años de la presidencia de Francisco González en el BBVA, el hombre que más consejeros y directivos ha echado de toda la banca española, las familias de Neguri vieron como sus cargos y parcelas de poder eran diezmadas en el banco, nombres como Goirigolzarri, José Domingo Ampuero, Aguirre, Lezama-Leguizaón, etc., fueron despedidos del banco como parte de una estrategia de tierra quemada que impuso González, el “ingenierillo eléctrico”, como le llamaban las familias de Neguri. Todo aquel que pudiera hacerle sombra se convertía en una amenaza y era debidamente expulsado o invitado a marcharse. Fue el caso, por ejemplo, de Pepe Sevilla, Ignacio Sánchez Asiaín, Jaime Guardiola o el propio José Antonio Álvarez. Francisco González  siempre ha tenido un problema con el buen gobierno corporativo: siempre ha querido imponer el suyo. Por ejemplo, cuando le pidió al consejero Gregorio Marañón que firmara, sin leer, el papel que le presentaba. Marañón no quiso sin antes no conocer el contenido del mismo y González se lo explicó: era su sueldo de 3,85 millones de euros al año más un fondo de pensiones de 28,8 millones. La reacción de Marañón, presidente de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, fue inmediata: esto lo tiene que aprobar la comisión que presido. Resultado: Marañón abandonó el banco poco después.
Los años de presidencia de González en el BBVA han servido para que la antigua clase dirigente vizcaína viera que el banco que habían creado en 1857, estaba gestionado por una serie de personas hostiles a lo que representaban. Si a esto añadimos el hecho de que se han visto acosados por ETA y obligados a acomodarse a la creciente hegemonía del PNV, ya que su labor de bisagra en el parlamento español le ha otorgado un papel estelar en la política vasca, la aristocracia económica vasca ha visto llegar su crepúsculo. Esta situación horrible para dichas familias parece que tiene retorno, en cuanto al esplendor que antaño gozaron y que con los hechos que están sucediendo actualmente a Francisco González y su equipo directivo del banco http://bit.ly/2LW4p6D En el corazón físico de esta aristocracia nadie duda de que la expulsión del BBVA fue el tiro de gracia a dicha clase social que busca ahora tomarse cumplida revancha por lo sucedido en el año 2001 con su posición en el banco. http://bit.ly/2JCnwRJ
La intervención del banco cada día parece más cercana, si como parece caen sucesivas imputaciones al BBVA y un nutrido grupo de directivos, esto activaría al Banco Central Europeo y al Gobierno de España a tomar cartas en el asunto. Pero a la par que eso sucediese y aprovechando que se cambia la dirección del banco con nuevo CEO y consejeros próximos a Neguri, se activaría un terremoto en otra serie de participadas por el banco como son Telefónica, Iberdrola, etc.  
                                                                 http://bit.ly/2JBZLJt

La gestión de la cúpula directiva estos últimos años se ha vinculado a la participación financiera en mercados donde el riesgo ha sido elevado como se puede observar actualmente. La división de Turquía registraba unas minusvalías de 4.576 millones por su participación del 49,85% en el banco turco Garanti. La inflación sigue siendo un factor crítico tanto para la deuda incobrable como para los ingresos (vinculados al IPC) http://bit.ly/2xP9t4J  Para Bloomberg, la política de bajos tipos del BCE, la desaceleración mundial, el naufragio de la economía turca con la lira por los suelos, los tuits de Donald Trump que provocan escalofríos en México… Por no hablar del fantasma del caso Villarejo que recorre la sede del banco, generando un claro pesimismo en el negocio bancario. Por otro lado la esencia de las familias de Neguri de realizar una banca industrial se ha disuelto como un azucarillo con la estrategia de González, donde se ha centrado más en una banca especulativa, fondos y negocio financiero en un momento en que tanto el Banco Central Europeo y la Reserva Federal mantienen los tipos de interés prácticamente a cero, siendo el negocio bancario netamente deflacionario.
Actualmente la capacidad de recambio generacional en un mundo empresarial más complejo, hace que Neguri sea hoy un concepto difuso, carente de su antigua significación; un concepto que encuentra sentido como enclave geográfico de un esplendor periclitado, como etiqueta nostálgica de una sociedad todavía muy pudiente, pero desprovista de brillo, fuerza y capacidad… Salvo que las circunstancias actuales permitan revertir dicha situación. Así pues, el mito de Neguri actualmente está carente de la actividad de sus industrias pasadas, aquellas que inundaban con sus humos las barriadas obreras pobladas por masas de desheredados que acudían a las industrias y a las minas de Vizcaya. En los palacetes levantados frente al mar, sobre jardines diseñados en ocasiones por los mismos jardineros de Versalles, las familias convertidas en marqueses, condes y barones merced a su fidelidad a la monarquía de la Restauración, muchos de ellos residen en la capital Madrid. En su libro “Las cenizas del esplendor”, el escritor Antonio Menchaca, refleja como nadie aquella atmósfera de la sociedad de Neguri, pone en boca de su protagonista la Marquesa de Avendaño el siguiente comentario: “Era una Arcadia feliz ignorante de que vivía sobre un barril de pólvora, pese a que su silueta se adivinaba detrás de los humos, en la otra margen, en aquel territorio ignoto de minas y fábricas”.
                                         Emilio de Ibarra y Churruca

¡Vae victis! es una expresión en latín que significa, ¡Ay, de los vencidos! El historiador Tito Livio se la atribuye a al jefe galo Breno que en el año 390 a.C. había sitiado Roma y vencido a sus defensores. Breno accedió retirarse si los atribulados romanos le pagaban mil libras en oro, lo que serían unos 327 kilos. Estaban los romanos pesando llorosos el botín, cuando descubrieron que los galos habían trucado la balanza. Protestaron airados y por toda respuesta Breno, se limitó a arrojar su espada en la balanza, alterando todavía más a su favor el pesaje, mientras exclamaba amenazador, ¡Vae victis! La frase sobrevive hasta nuestros días y se usa para subrayar la impotencia del vencido ante el vencedor. La situación actual que se vive en el BBVA por el caso “Villarejo” es propicia para que dichas familias recuperen su mascarón de proa y vuelvan a gestionar el banco y sus participadas atendiendo a sus criterios, ya que en el año 2002 supuso la expulsión de todos los consejeros de Neguri, fundadores del BBV de una forma deshonrosa y traumática. Francisco González y su heredero en el banco, Carlos Torres, son considerados como usurpadores por dichas familias, ya que carecen de currículum y mérito bancario que si atesoran los hombres de Neguri, demostrado con resultados qué están en la historia bancaria http://bit.ly/2YVD9ca. Emilio Ybarra "el rubio", el día que tomo posesión como CEO del BBV fijó en tres sus prioridades, banco, patria y familia, como directivo supo congeniar el negocio puro bancario con la tenencia de una potente cartera industrial, con participaciones en compañías de primer nivel, lo cual fortaleció al banco en el tablero del poder económico nacional. Faltan pocos días para la investidura, dicha situación nos mostrará si Neguri vuelve por sus fueros gritando ¡Vae victis! sobre los vencidos en el banco y... Sus diversas participadas.

Ya lo dijo Albert Einstein: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.



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