viernes, 6 de junio de 2025

TELEFÓNICA, LA CREACIÓN DE VALOR PARA LOS ACCIONISTAS... BRILLÓ POR SU AUSENCIA BAJO LA PRESIDENCIA DE ÁLVAREZ-PALLETE

 

Se reunían ese día en el mercado un buen número de comerciantes. Entre ellos, un hombre que vendía oro. De pronto, un joven se acercó y, a plena luz del día y ante todas las miradas, robó una onza de oro y salió corriendo.

No tardaron mucho en apresarlo, y entonces el comerciante le preguntó:

– Pero… ¿por qué has robado el oro a la vista de todo el mundo?

El joven, apesadumbrado, respondió:

– Cuando tomé el oro no vi a nadie. No vi más que el oro.

Hoy en la prensa se recoge la siguiente noticia, “La cara 'B' del cese de Pallete y Vilá en Telefónica: Se embolsan más de 100 millones” https://tinyurl.com/mrywnexc En la misma se informa que el consejo de administración de Telefónica ha decidido abonar cerca de 23 millones de euros a su expresidente José María Álvarez-Pallete y su ex consejero delegado Ángel Vilá. Esta acción ha desatado cierto ruido a nivel interno. Estos pagos, procedentes del controvertido Plan de Previsión Social, se suman a las ya abultadas indemnizaciones por cese que ambos ejecutivos recibieron a principios de este año. Las mismas ascendieron a 72 millones de euros. Una cifra que para muchos resulta escandalosa, sobre todo en una empresa participada por el Estado y que atraviesa un proceso de transformación estructural. La salida de ambos directivos se produjo en un contexto de tensión creciente por los discretos resultados bursátiles de la compañía. La sorpresa llegó cuando, tras su salida, se conocieron los detalles de sus contratos. Pallete y Vilá estaban blindados con cláusulas que les garantizaban cuantiosas indemnizaciones pese a que la caída del presidente fue presuntamente voluntaria. En total, Pallete recibió 39,2 millones de euros y Vilá 32,8 millones, según fuentes cercanas al consejo. Pero el escándalo no terminaba ahí. Parte del paquete de beneficios que Telefónica otorgaba a sus principales directivos incluía el llamado Plan de Previsión Social. Este mecanismo fue creado durante la presidencia de César Alierta. Este plan permitía a los ejecutivos acumular una especie de pensión adicional. La hucha se nutría con aportaciones anuales de cientos de miles de euros que estaban destinadas a ser cobradas al finalizar su etapa ejecutiva. Solo en el año 2023, la empresa destinó 540.965 euros al plan de pensiones de Álvarez-Pallete y 487.840 euros al de Vilá. No obstante, ante la complejidad legal del caso y la interpretación contractual sobre la compatibilidad de esta previsión con las indemnizaciones por cese, el consejo decidió congelar el desembolso hasta recibir un dictamen jurídico. Tras cuatro meses de deliberaciones legales, finalmente los abogados de Telefónica concluyeron que ambos pagos podían efectuarse. Todo sin vulnerar la normativa interna ni incurrir en duplicidad de cobros. Así, el consejo aprobó abonar 12,8 millones a Pallete y 10,13 millones a Vilá, reactivando así una polémica que parecía haberse cerrado.

Más allá de las cifras, lo que ha generado mayor indignación en los círculos empresariales y políticos ha sido el papel que ambos exdirectivos siguen desempeñando en la compañía. En el caso de Ángel Vilá, no solo se le ha abonado su indemnización y el plan de previsión. Sino que además mantiene su despacho en las oficinas centrales y se le ha adjudicado un contrato de asesoría hasta final de año. Desde Telefónica explican a Elcierredigital.com que el nuevo papel de Vilá ya fue anunciado cuando fue relevado por Emilio Gayo como CEO. 

Evolución del valor de la acción bajo la presidencia de Álvarez-Pallete al frente de Telefónica https://tinyurl.com/da2tkrcj

Telefónica atraviesa una etapa crucial en la que confluyen varios factores relevantes para su futuro. La compañía gestiona actualmente una deuda cercana a los 27.000 millones de euros. Mientras tanto, trabaja en impulsar su cotización bursátil y avanzar en su ambicioso plan de digitalización. En este contexto, se ha conocido la realización de pagos a antiguos ejecutivos, en cumplimiento de compromisos previos.  Estos desembolsos han generado diversas reacciones tanto dentro como fuera de la compañía, dado el momento en el que se producen. Lo ocurrido en Telefónica no es un caso aislado en la gran empresa española, donde los altos directivos han gozado históricamente de blindajes contractuales muy por encima del promedio europeo. Sin embargo, en tiempos de transparencia y escrutinio público, decisiones como las recientes retribuciones a Pallete y Vilá amenazan con erosionar el modelo de gobernanza empresarial del país. El debate está servido. ¿Es moralmente aceptable que ejecutivos salientes perciban más de 100 millones de euros en una compañía parcialmente pública, en plena época de recortes y el anuncio de miles de despidos?  Cabe recordar para el ciudadano que bajo la presidencia de Álvarez-Pallete la acción de la compañía se desplomó, desde los 9,31 € hasta los 3,97 € el 17 de enero del 2025 (-57%). Pero si nos vamos a cuando fue nombrado consejero delegado de Telefónica, el 17 de septiembre del año 2012, la caída es todavía mayor. Entonces la cotización de la compañía era de 11,50 €, por lo que la perdida alcanzó el (-66,57%).

Hasta aquí los hechos, ahora vamos a centrarnos en los diferentes “stakeholders” (grupos de interés) de Telefónica, como son los accionistas, empleados, etc. Telefónica tiene algo más de 1.200.000 accionistas https://tinyurl.com/2r68b9mb  Centrándonos en ellos tenemos que ir a la Teoría de los “Stakeholders” de Edward Freeman para entender los derechos y obligaciones que tienen asumidas como miembros del capital de una compañía. En dicha teoría, se reconoce la existencia de individuos que tiene interés particular en la empresa porque interactúan con ella de alguna manera. La palabra “Stakeholders” surgió por primera vez en un comunicado interno del Instituto de Investigación de Stanford según lo referido por Freeman y Redd (1983), desde entonces se ha escrito sobre este tema en particular, en español se ha traducido como “Participantes” o “Grupos de Interés”. La teoría hace notar que los accionistas no son los únicos interesados en la organización, sino que a partir de la interrelación social existe una red de colectivos interesados en la empresa por varias razones (Freeman & Redd, 1983, citados en Esparcia, 2009). La teoría de las partes interesadas o Stakeholders no significa que los representantes de estos grupos deben formar parte de los consejos de administración de la compañía, lo que implica es que los intereses de estos grupos están vinculados y que para crear valor hay que ver cómo cada uno de los interesados pueden hacerlo. Esta teoría es acerca de cómo funcionan las compañías de manera óptima y cómo podrían funcionar, esta teoría tiene que ver en cómo se crea y gestiona un negocio eficaz (Freeman, 2010). De acuerdo con Freeman (1984), la Teoría de los “Stakeholders” considera que las compañías están compuestas por un conjunto de actores, a los que denomina grupos de interés (Stakeholders), y entre los que habitualmente se incluyen están los siguientes: accionistas, trabajadores, posibles inversionistas, proveedores, clientes, administración, y sociedad en general. Desde esta perspectiva, la compañía surge como el resultado de la interrelación de todos esos grupos a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta que lo que constituye a la organización es la comunicación y lo que constituye al grupo es la interacción (Schvarstein, 2010). Retolaza, et al. (2012) mencionan que la visión normativa de los “Stakeholders” apoya la idea de que éstos tienen intereses genuinos por la actividad de la empresa y que además tienen un valor interno dependiendo de su conexión con los resultados financieros. Existe algo en común en cualquier grupo de interés y es que cada uno de ellos tiene algo en juego con el funcionamiento de la empresa, hay algo que esperan ganar; ya sea que busquen una transformación o mantener el “status quo”. En todo caso, cada “Stakeholder”, como su propio nombre indica, tiene algún grado de stake (interés) en la marcha de la empresa (Fernández & Bajo, 2012).

Uno de los propósitos de los accionistas es aumentar su riqueza (Pérez-Carballo, 2007). Hace notar que el objetivo de crear valor para el accionista se puso de moda en las últimas décadas del siglo pasado como directriz para poder tomar decisiones en las organizaciones, comenta que esto no era un criterio nuevo puesto que se basaba en lo enunciado en el siglo XIX por John Stuart Mill, Alfred Marshall y en 1970 con Milton Friedman, para quien la única responsabilidad de la empresa es incrementar los beneficios para sus accionistas, antes que ellos, Adam Smith propuso su teoría de la mano invisible, según la cual el egoísmo del empresario por tener un beneficio lo motiva a ofrecer productos de calidad a un precio competitivo. En ese sentido, “Se denomina aumento de valor para los accionistas a la diferencia de la riqueza que poseen al final de un año y la que poseían el año anterior” (Fernández, 2002:23). El aumento del valor para los accionistas es un punto crucial en cualquier organización, ya que el objetivo de los mismos es poder incrementar su riqueza y por eso deciden arriesgar su dinero. Los accionistas desean ganar más, pero saben que para poder lograrlo tienen que invertir, lo que involucra un riesgo que tienen que asumir para poder generar un aumento en su riqueza, por lo que los accionistas también tienen un interés muy particular por la organización y su adecuado funcionamiento, ya que de esto depende un beneficio personal para los mismos. En la teoría de los “Stakeholders” se toma en consideración varios grupos y no solo los accionistas, ya que comúnmente se piensa que los principales interesados son estos últimos, sin embargo, existen muchos otros grupos que también tienen intereses particulares en la organización. Además, los accionistas deben ser lo suficientemente audaces para responsabilizar a sus directivos de cualquier pérdida, aún más si es debido a la falta de integridad e incompetencia, además, ellos deben saber que el efectivo se debe de generar desde sus empresas (Andrew, 2015).

Vista la teoría sobre la creación de valor de Freeman para los accionistas, vamos a ver un ejemplo que nos ilustrará sobre dicha creación de valor. Es el protagonizado por Pablo Isla Álvarez de Tejera al frente de la multinacional Inditex. Este ejecutivo fue presidente desde 2011 y marzo de 2022. El ejecutivo asumió el puesto de CEO en el 31 de agosto del año 2005 y fue nombrado presidente el 19 de julio del año 2011 que hasta entonces ostentaba Amancio Ortega. A finales del año 2021, la compañía anunció su salida del grupo, que cobró efectividad el 30 de marzo del año 2022. La evolución bursátil de la compañía en el periodo en el que estuvo al frente de la compañía como CEO y presidente fue la siguiente: https://tinyurl.com/2zc7zaum

Evolución del valor de la acción desde el año 2005 hasta finales del año 2022 https://tinyurl.com/2zc7zaum

No es casual que dicha gestión fuera reconocida por segundo año consecutivo como el mejor presidente ejecutivo del mundo por la prestigiosa publicación Harvard Business Review (HBR). La clasificación analiza el desempeño de 870 empresas en todo el mundo. Compara sus logros económicos y monitoriza sus compromisos sociales y medioambientales. La dificultad para entrar y permanecer en dicho ranking, hacen que esta clasificación sea una de las más exigentes y respetadas por el mundo empresarial. Dicho ranking aplica tres métricas para medir la evolución financiera bajo el mandato de cada presidente: el retorno al accionista ajustado por país (incluidos los dividendos reinvertidos), que compensa cualquier incremento del retorno que fuera exclusivamente atribuible a la mejora de la bolsa local. El retorno al accionista ajustado por sector (incluidos los dividendos reinvertidos), que compensa cualquier incremento de fortunas individuales en la industria; y cambio en la capitalización (ajustado por dividendos, problemas con la acción o recompra de acciones) calculado en dólares ajustados por inflación https://tinyurl.com/mrepcu9d   

Inditex pagó a Pablo Isla Inditex  27,2 millones de euros en el año 2022 cuando abandonó la presidencia de la compañía. Pablo Isla dejó la presidencia ejecutiva en Inditex el 1 de abril de 2022. Tras su salida se le aplicaron los programas de incentivos a medio y largo plazo pendientes de cobro así como la indemnización por los 16 años en los que ejerció su cargo en el gigante textil con sede en Arteixo. De esta forma, en el informe de remuneraciones del consejo de administración de Inditex, aprobado por el 97,07% de los accionistas de Inditex, quedó establecido que Isla percibió en el año 2022 una remuneración total de 27,21 millones de euros, de los que 22,90 millones (el 84,1%) correspondieron a su indemnización. El resto de dicha indemnización se desglosa entre 1,40 millones de retribución variable a largo plazo, 983.000 euros en sistemas de ahorro a largo plazo, 788.000 euros en la retribución variable a corto plazo, 597.000 de salario y 485.000 euros en acciones https://tinyurl.com/mr3zbs4k  Lo importante y con lo que uno se tienen que quedar los diferentes grupos de interés de la compañía Inditex, es la relación que existe entre la indemnización que cobró cuando abandonó la presidencia y la creación de valor por el incremento de la cotización, por cada euro que cobro de indemnización Isla, los accionistas de Inditex recibieron 2.684,82 euros de incremento de valor en la capitalización… No hay nada más que decir.

                                      Foto: Pablo Isla

Con esta realidad de lo que es creación de valor como se ve en Inditex, no hay nada que decir cuando un ejecutivo se lleva un indemnización millonaria dejando tras de sí un rendimiento beneficioso para los dueños de una compañía. El problema surge cuando estas indemnizaciones son percibidas por ejecutivos dejando tras de sí un rastro de destrucción de valor clamoroso. La suma de las indemnizaciones de Álvarez-Pallete y Ángel Vila es 3,49 veces superior a la cobrada por Pablo Isla. Ante esta situación los accionistas de Telefónica se preguntarán, ¿Dónde está la creación de valor en Telefónica bajo la presidencia de Álvarez-Pallete y como CEO de Ángel Vila que han propiciado dichas retribuciones? o ¿Qué tipo de consejeros fueron los que aprobaron dichas retribuciones pese a las enormes pérdidas que sufrieron los accionistas de Telefónica?

Para terminar el post, vuelvo al comienzo del mismo, con la avaricia como telón de fondo. Cuando uno se obsesiona con algo, principalmente si es dinero o riqueza, pierde pie con la realidad, esta se deforma hasta tal punto que piensa que solo existe eso por lo que vive obsesionado. Esto produce que la persona se ciegue como al comienzo del post con el lingote de oro, olvidando que está rodeado de personas que están viendo lo que él es incapaz de percibir… La realidad.

Ya lo dijo Aristóteles: “Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe”.

 

 

 

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