lunes, 9 de mayo de 2016

EL CEO EN SU PRIMERA COMUNICACIÓN

El 12 de octubre de 1936, Miguel de Unamuno se puso la toga de rector para asistir en la Universidad de Salamanca al Día de la Patria, acto de exaltación del sentimiento nacional-católico en presencia de la mano derecha de Francisco Franco, Millán- Astray, y Carmen Polo, esposa del "generalísimo". Allí mismo, antes de salir, introdujo en su bolsillo la carta de la esposa del pastor protestante Atilano Coco, su amigo en Salamanca, preso en las cárceles franquistas, que iba a ser fusilado pese a su enorme lucha por evitarlo. En ese sobre, que aún se conserva, garabateó su discurso sobre la marcha, mientras escuchaba las frases enardecidas de los asistentes, para luego levantarse y declarar con voz fuerte: “Me conocéis bien y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir”…. A lo que respondió Millán-Astray: ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! Y de nuevo Unamuno: “Este es el templo de la inteligencia. Y yo soy su supremo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”.



Según un estudio de Booz & Company, durante la última década el mandato de los CEOs en las mayores 2.500 empresas del mundo se ha visto reducido de 8,1 a 6,5 años. La transición de un primer ejecutivo a otro es un momento crítico en la historia de una compañía. La propia SEC (Securities and Exchange Commssion) norteamericana lo ha incluido entre sus recomendaciones más importantes de buen gobierno, ya que incluso algunos inversores han reclamado judicialmente a los consejeros de sus participadas, por no haber previsto estas situaciones y deteriorarse bruscamente el valor de las acciones durante periodos de vacío de poder por falta de previsión. Una transición sin problemas es esencial para mantener la confianza de los diferentes stakeholders como, inversores, socios comerciales, clientes, empleados, accionistas, proveedores, etc. El propio Drucker afirmaba que la tarea directiva consiste en establecer objetivos, organizar el trabajo, no desmotivar a los empleados, comunicar, medir los resultados y liderar a las personas,  es decir, la gestión incluye la comunicación. Comunicar bien no se refiere a sí mismo, a sus habilidades para transmitir ideas, sino al impulso de un diálogo abierto con todos los grupos de interés que facilite la creación de un clima favorable para el crecimiento de la compañía. La ciencia del management ha evolucionado en los últimos años desde las “materias duras”, muy concentradas en la cuenta de resultados, hacia el poder de los “elementos blandos”, según el término acuñado por Sumantra Ghosal y Christopher A. Barlett, autores del aclamado ensayo Managing across borders (La gestión de las fronteras). El indio Ghosal desarrolló el modelo de “las tres P”, Purpose, Process and People (Propósito, Proceso, Persona), en virtud del cual los directivos, con el CEO a la cabeza, necesitan crear una ambición compartida entre su personal, inculcar los valores de la organización y proporcionar un significado personal a cada empleado. Estamos hablando pues de la comunicación como elemento estratégico, aunque se trate de un elemento blando, el pensamiento estratégico, la capacidad de relación y la creatividad no son gratuitas.

Así pues, se espera que en el primer discurso el CEO entrante sea consecuente y traslade a las personas que se encuentran en la plantilla como mínimo certidumbres sobre el pasado, es decir, decisiones consecuentes con la gestión pasada de los responsables de cada división. Lo dijo Steve Jobs en su célebre discurso de Stanford en el 2005, “No puedes conectar los puntos hacia delante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectaran alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tú instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado y ha marcado la diferencia en mi vida”. Así que, aquellos responsables de divisiones dentro de la compañía que presenten a lo largo del tiempo de su gestión un deterioro en los kpis clave como (ingresos, cuota de mercado, deuda, Clima Laboral, etc.), debe ser estudiada su continuidad con el fin de valorar si un cambio del mismo sería un estímulo a las personas que componen dicha división con el fín de romper la inercia negativa en la que se encuentran. Tenemos en este 2016 un claro ejemplo de lo dicho anteriormente con respecto a que los liderazgos no son solo atributos del líder, sino que también son resultados como decía el maestro Peter Drucker, el ejemplo es la compañía Adidas.  En los últimos años la marca deportiva perdió terreno frente a su competidor histórico Nike y ahora también con marcas emergentes como Under Armour, por lo que la compañía alemana decidió este año cambiar su CEO para dar un nuevo impulso a la marca. De acuerdo con datos de Statista, entre 2005 y 2012 Adidas tuvo un crecimiento sostenido, para conseguir ventas anuales de 14.883 millones de euros, pero en los años siguientes sus ingresos se estancaron, en el 2014 vendió 14.534 millones de euros. Una señal de la crisis de Adidas es que dejará de ser el patrocinador oficial de la NBA una vez que termine la temporada 2016-2017. Mientras Adidas ve cómo Ender Armour le gana cuota de mercado en lo que se refiere a ropa deportiva en gran medida gracias a que uno de sus patrocinados es Stephen Curry, la compañía alemana ha buscado nuevos mercados, como el tener como patrocinado al famoso cantante Kanye West, quien incluso hace canciones en contra de los competidores de la marca como Nike. Ahora Adidas ha decidido cambiar su CEO según el diario Wall Street Journal, Herbert Hainer dejará su puesto como CEO en octubre próximo, su lugar será ocupado por Kasper Rorsted, un alto ejecutivo de Henkel. Otras empresas multinacionales que cambiaron de CEO debido a sus malos resultados o escándalos son Twitter, McDonald’s, United Airlines, Volkswagen, Avid Media, Toshiba, entre otros. El ejercicio 2015 fue un mediocre para las empresas de la bolsa española. Desde el punto de vista de los resultados, los beneficios cayeron un 24%. Este revés tuvo su reflejo en la evolución de las cotizaciones y la Bolsa local perdió un 7%. A pesar de la destrucción de valor para los accionistas —menos ganancias a repartir vía dividendos y menor capitalización bursátil—, las nóminas de los altos ejecutivos no sufrieron; más bien todo lo contrario. Los sueldos de los consejos de administración crecieron un 9,10% en 2015, según un estudio elaborado por el diario EL PAÍS a partir de los datos registrados en la CNMV. Si se añade la aportación que hicieron las compañías a los planes de pensiones de los consejeros, la mejora salarial fue en realidad del 12,67% http://bit.ly/1QVeA2n .
Otra de las cuestiones centrales que debe ser puesta en valor en el discurso de un nuevo CEO son: las personas. En cualquier organización, compañía o grupo de interés donde existan personas por el medio, hay que poner el foco sobre dicho activo ya que es el más importante que existe para alcanzar cualquier meta. Por desgracia vemos muy frecuentemente a líderes empresariales hacer de políticos (alabar a las personas sin pregonar con el ejemplo), es fundamental romper con estas viejas costumbres en este tema, se necesitan líderes que rompan con lo antiguo y obsoleto en este tema, ya que ampararse en cosas que debían haber funcionado pero no que no lo hacen, ni son productivas ni ayudan crecer y avanzar a la organización. Es por ello que hay que centrarse en el Clima Laboral de forma prioritaria, no se puede mejorar los resultados empresariales de una forma sostenida si no se tiene un Clima Laboral saludable, escoger entre mejorar el Clima Laboral y mejorar los resultados no es viable, existe la regla que nos dice, que a lo segundo no se puede llegar si lo primero está enfermo. La falta de interés y el abandono que se arrastra en algunas compañías a lo largo de los últimos años en esta cuestión tiene su reflejo en los indicadores de gestión de quien lidera dichas compañías, no hace falta más que echar un vistazo a los datos financieros y uno puede comprobar que sin Clima Laboral no existen buenos datos financieros. Cuando el compromiso es alto las personas se sienten más felices, se ha demostrado que así somos un 31% más productivos. Damos lo mejor de nosotros cuanto mayor es nuestra conexión. En definitiva, de lo que estamos hablando es de emoción y de cómo manejar la misma aprovechando su poder a él entorno laboral para beneficio mutuo de trabajador y compañía. Las compañías tienen que estar más cerca, ser más próximas con sus trabajadores y deben demostrar que les interesan todas y cada una de las personas que con diferentes responsabilidades allí trabajan. Quienes así lo hacen disfrutan de una gran ventaja competitiva, como dice el empresario y fundador de Virgin, Richard Branson: “Los clientes no son lo primero, los empleados son lo primero. Si cuidas de ellos, cuidarán a tus clientes”. Y es la verdad, aunque la práctica de muchos directivos difiere mucho de estas intenciones. Pero el nivel no anda muy bien si tenemos en cuenta los datos del Estudio de Bienestar y Motivación de los empleados en Europa 2015 http://bit.ly/1JOsBzy de Ipsos y Edenred. Las personas importan cuando se lo demuestras con hechos, con detalles, no con palabras, que está bien, pero es fundamental que se materialicen. Se reclama al nuevo CEO volver a la esencia de la gestión basada en las personas, es un buen detalle que su primer discurso sea para los empleados, pero no basta, hay que poner en práctica como dije anteriormente medidas prácticas que se visualicen por parte de la plantilla de que las cosas van a ser de otra forma, obras son amores y no buenas razones.


Quiero terminar este post recordando a Miguel de Unamuno y sus palabras con respecto “al estar callado...” y al hecho de persuadir cuando uno se dirige a un grupo de personas. Todos los objetivos que el CEO fije y comunique a dicha plantilla seguro que son muy importantes, pero no dejan de ser intenciones si no se pone énfasis en las personas. Así pues, lo que vaya a decir el CEO no será determinante, lo que será determinante y vinculará el compromiso de los trabajadores con su compañía será lo que haga a continuación dicho CEO. No efectuar cambios sobre certidumbres pasadas puede traer consigo que no sean piezas intermedias a dicho CEO las que se cambien en el futuro, sino que el cambio sea el del propio CEO

Ya lo dijo Confucio “Cometer un error y no corregirlo es otro error”.

 


 

 


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