lunes, 26 de septiembre de 2016

REDES SOCIALES CORPORATIVAS... MAL GESTIONADAS Y AJENAS A LA REALIDAD



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: “Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar”.
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua… ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca… o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia… Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: “Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente”. 

La idea de las redes sociales se remonta a 1929, cuando él escritor húngaro llamado Frigyes Karinthy basó la trama de un breve cuento titulado “Chains (cadenas)”, en la siguiente idea: “partiendo de un pequeño número de contactos se puede ir construyendo una cadena de crecimiento exponencial que puede llegar a unir a la humanidad entera”. Esta fue la base de lo que más tarde se conoció como “Teoría de los Seis Grados de Separación”. Esta teoría nos dice que: dos personas desconocidas, aunque vivan en diferentes lugares, están conectadas por una cadena de conocidos que no excede las 5 personas entre sí”. Esta hipótesis contribuyó a la Teoría de Sistemas, que es la base del desarrollo tecnológico que hoy nos permite interactuar a través de las redes sociales.  

Fue en 1967 cuando Stanley Milgram hizo una prueba llamada “el problema del mundo pequeño”, mediante la cual le pidió a determinadas personas que enviaran un paquete a alguien del otro lado del mundo. Sabían el nombre, ocupación y lugar, y debían enviar ese paquete a alguien que pensaran conocía a esa persona y podía dárselo. Se pensó que recorrería cientos de personas, pero la realidad demostró que en solo 6 o 7 pasos el paquete llegaba a destino. Aunque el experimento fue denostado por los escépticos, posteriormente fue Brett C. Tjaden, quien hizo un programa de computadora mediante el cual se podía saber cuántos grados de separación había entre cada actor, según las películas en las cuales había estado. Este ensayo se conoció con el nombre de “el oráculo de Kevin Bacon”, por ser uno de los actores que ha trabajado en un número mayor de películas, lo que hace que los grados sean aún menores entre cualquier actor y él.



Con la aparición de las redes sociales y los medios modernos de comunicación se ha demostrado que la distancia es aún menor a 6. Los científicos de la Universidad de Milán usaron los datos de Facebook para demostrar que la separación entre dos personas es de 4,74, y para probarlo usaron los datos de 721 millones de usuarios. En Twitter, la distancia promedio es de 4,67 y en LinkedIn es de 3 grados. Esta última, aunque es una red más pequeña, utiliza como base la idea de los grados de separación, marcando que puedas conocer a alguien, conocer a alguien que lo conozca, o conocer a alguien que conozca a alguien que conozca a esa persona.

Aunque  puedan parecer un fenómeno reciente, surgieron antes del nacimiento de la Web 2.0. Se puede establecer la fecha de su aparición en 1997, momento en el que se inaugura la web SixDegrees.com. Las principales características de este sitio web eran la creación de perfiles, de listados de amigos, la posibilidad de envío de mensajes a amigos (funciones que ya permitían otras comunidades virtuales), y a partir de 1998, la navegación en las listas de amigos por parte de terceros (esta función sí que era una novedad). Desgraciadamente la falta de un modelo de negocio viable le abocó a su desaparición, y durante la crisis bursátil tecnológica de principios del siglo XXI tuvo que cerrar. Con la explosión de la Web 2.0, los sitios web dedicados a compartir contenidos multimedia comenzaron a implementar funciones de las redes sociales. Dentro de este tipo podrían incluirse servicios como Flickr (intercambio de fotos), Last. FM (hábitos de escucha de música) o YouTube (intercambio de vídeos). Sin embargo, esto no fue un impedimento para el lanzamiento de  nuevas redes sociales o el intento de reforzar su presencia en otros ámbitos geográficos.  Fue a partir del año 2004 cuando apareció la red social por antonomasia como es, Facebook, a la que se sumó Twitter en el 2006 o Linkedin en el 2003, etc. El desarrollo de las mismas demostró las utilidades e impacto que tienen en la sociedad por la inmediatez y velocidad de transmisión de cualquier noticia que se publica. Sin embargo ese gran desarrollo que tenemos en la actualidad hoy en la sociedad con estos gigantes de la comunicación, tiene su hermano menor en el desarrollo de las mismas en el mundo corporativo. 
Más de 200.000 empresas en todo el mundo utilizan la red Yammer, de las cuales 5.000 son españolas, entre las que se incluye el 85% de las compañías del índice Fortune 500.  Todas las opiniones en los últimos años por las principales consultoras, como Gartner, Forrester o McKinsey coinciden en una cuestión, una red social -privada e interna utilizada como canal de comunicación y colaboración entre los empleados de una compañía, mejora la productividad y puede incluso llegar a sustituir al correo electrónico. Los empleados pueden hacer de las redes sociales corporativas una herramienta estratégica para impulsar el valor de sus empresas. Según McKinsey, su  uso óptimo puede duplicar el valor potencial de una empresa e incrementar la productividad laboral hasta un 25% http://bit.ly/1osddCD , además de reducir el tiempo necesario para buscar información corporativa en un 35%.
Para Millward Brown sostiene que en Europa el 81% de los negocios de gran crecimiento ya las usan. Además, el 75% de los directivos opina que estas redes cambiarán las estrategias, para el (79%) permiten coordinar las ideas de un equipo geográficamente disperso, para el (76%) son herramientas que mejoran la productividad, y para el (72%) sirven para encontrar información o expertos con la rapidez necesaria para la toma de decisiones. Ejemplos de redes sociales corporativas existen varios, con mayor carga social, mayor carga empresarial o mayor carga comunicativa, como son Yammer, Unify, Slack, Zyncro, blueKiwi, Socialcast, Liferay, Huddle. 



Lamentablemente algunas redes sociales corporativas se implantan en las compañías sin ninguna intención real de hacer de ellas un gran canal de comunicación, dinámico, abierto, donde se digan las buenas y malas noticias, sino que más bien se utilizan como un elemento propagandístico con el que la dirección de la compañía quiere poner a su servicio aquellas noticias que le interesan y ocultar lo que le molesta. Esto cuando se hace y lo que se comunica está respaldado por hechos o noticias públicas, la compañía sale obviamente reforzada, sin embargo cuando se comunican noticias positivas que son desmentidas en otros ámbitos públicos como prensa económica, reguladores, etc., donde se informan de problemas en dicha compañía, se genera un sentimiento de incredulidad y poca confianza por parte del trabajador con respecto a dicho medio de comunicación interno. La consultora Gartner en sus predicciones del año 2015, aseguró que las redes sociales empresariales se convertirían en los principales canales de comunicación para notificar, decidir o actuar sobre la información referida al trabajo, pero advirtió que el 80 por ciento de los esfuerzos empresariales sociales no iban a lograr los beneficios previstos. Para la consultora los despliegues de tecnología tradicional como los sistemas ERP o CRM, siguieron un "paradigma" fundamental en su implantación, los trabajadores fueron entrenados en ellos antes de ponerse a trabajar con los mismos.  Por el contrario, en las redes sociales no existe “paradigma”, las personas que interactúan en las mismas tienen que tener un enfoque distinto, aquí lo que se busca es la involucración de los trabajadores ofertándoles las ventajas que traen consigo utilizar dichas redes sociales a la hora de trabajar. Para ello los directivos, dinamizadores, comunity manager o cualquier persona que está a cargo de la misma, tiene que poner sobre la red propuestas de valor que atraigan y capten la voluntad y el compromiso del trabajador hacia la compañía. Para ello hay que variar el esquema de la tecnología y centrar las propuestas en aquellas habilidades que hacen referencia al liderazgo, las relaciones sociales, la comunicación veraz, el Clima Laboral, etc. Los directivos tienen que desarrollar una estrategia de empresa que tenga sentido para los miembros de la misma, haciendo hincapié en su compromiso personal, con una conducta y estilo directivo abierto, transparente y ejemplificador, que sirva de referente a todos los miembros de la compañía. Para Gartner la baja tasa de adopción de dichas redes sociales por parte de los trabajadores se debe a un liderazgo ineficiente y a un énfasis excesivo en la tecnología.





En la actualidad los medios de comunicación establecen la agenda y deciden qué noticias salen al aire y cuáles no, las que se repiten una y otra vez hasta la saciedad y las que se anuncian una sola vez. Esta práctica se conoce con el nombre de “configuración del calendario” según Donald L. Shaw, Maxwell McCombs. Con estas acciones, los medios de comunicación imponen sus noticias, las que más interesan a sus patrocinadores o intereses  y minimizan las que les molesta, es decir, “no hablar de lo que no les conviene.” Esto da lugar a que los ciudadanos muchas veces padezcan una profunda  desinformación, ocasionando opiniones o críticas sobre la base de noticias sesgadas. Sin embargo este esquema de trabajo no se puede establecer con las redes sociales. Las redes sociales son una herramienta totalmente dinámica por su inmediatez, que se puede utilizar para nuestro propio beneficio, es un canal de comunicación entre él individuo y el entorno que le rodea. Un canal que se utiliza para resaltar nuestra crítica y tienen el poder de hablar con una sola voz. Cuando se utiliza Facebook o Twitter se está realizando una acción con unos potenciales multiplicadores de impacto que hasta este momento no existían, antes  se podía llegar a escribir una crítica en el muro del New York Times, El País, etc., y lo más seguro es que nadie, o casi nadie prestase atención. Pero si esa crítica se sube a las redes sociales y es seguida y se unen miles de personas, el mismo día y al mismo tiempo, se puede crear una presión que tiene efectos reales sobre aquello que se comunica. Este es un nuevo tipo de "activismo" que busca democratizar los medios de comunicación y establecer una agenda con independencia real de otros intereses. En algunas compañías esta regla no se acaba de entender todavía, se sigue pensando que el control de dicha comunicación lo lleva aquel que controla dicha red corporativa, sin embargo nada más lejos de la realidad, el control de dicha herramienta lo tiene aquel que por sus opiniones, información y aportes a la misma es seguido por el resto de personas que entran en ella. Es aquí donde la persona “influencier” recoge de verdad su poder y capacidad para incidir e influenciar las opiniones y posteriormente posibles acciones que tomen las personas que trabajan en las compañías. De ahí que las redes sociales corporativas tengan que tener un esquema diferente en su funcionamiento. Los actores que dinamizan las mismas tienen que tener ese "activismo" en busca de aquello que interese, aunque incomode a las personas que rigen los destinos de las compañías. Esto a ojos de las personas que pueden participar en la red, es un plus de interés por saber y participar en todo aquello que les puede afectar, de ahí surgirá una fuente enorme de compromiso. El atractivo de dicha comunicación surgirá de todas aquellas acciones como; contar, preguntar, investigar, comunicar, informar etc., de todo aquello que se reclama y no se hace. La compañía que no realice este tipo de enfoque, tendrá una red social que será un bonito florero a la cual no se le prestará la más mínima atención, ni se le sacará el verdadero partido que tiene, con la consiguiente pérdida de recursos económicos para la misma.  Según datos de la página web propietaria de una conocida red social corporativa http://bit.ly/2d1bPnK los precios de dicha red oscilan de la siguiente forma: 

Precios a partir del 1 de marzo de 2013:

  • Yammer Basic independiente: 0$ usuario               
  • Yammer Enterprise independiente:3 $ por usuario/mes                                             
  • ¡Novedad! SharePoint Online (Plan 1)+Yammer Enterprise:4 $ por usuario/mes
  • ¡Novedad! SharePoint Online (Plan 2)+Yammer Enterprise: 8 $ por usuario/mes
  • Planes empresariales de Office 365 1-4+Yammer Enterprise: entre 8 y 22 $ por usuario/mes


Son muchas las ventajas que se pueden obtener de la implantación de una red social corporativa por parte de los directivos cuando se hace de forma correcta, algunas de ellas son:
  • Fomenta el trabajo en equipo y la colaboración.
  • Mejora la productividad.
  • Hace que los empleados se sientan más conectados y comprometidos.
  • Mejora y simplifica los procesos de comunicación.
  • Mejora la eficacia en la gestión de la innovación.
  • Se ejerce un control absoluto de la comunicación corporativa.
  • Se reducen costes dedicados al marketing y la comunicación.
  • Se aminoran esfuerzos en gestión de la información.
  • Mayor eficiencia en el trabajo en equipo.
  • Mayor fidelización de clientes, proveedores y partners.
  • Mejor control de los proyectos y documentación de los mismos.
  • Mejora la productividad y los procesos colaborativos.
  • Mejoran las relaciones laborales e interdepartamentales.
  • Mejoran los flujos de comunicación con empleados, delegaciones, clientes, asociados u otros stakeholders.


Para terminar este post quiero recordar el náufrago del desierto del comienzo del mismo, el cual arriesgando lo más preciado que tenía como era su botella de agua, cogió y cargó la bomba buscando obtener el preciado líquido para poder sobrevivir. En las compañías aquellas personas que tienen que decidir deben de fijar su atención de aquello que garantice la continuidad de las mismas, a veces arriesgando y haciendo cosas nuevas aunque no se tenga el control. En algunas cuestiones se lo agradecerán, sobre todo en la comunicación, ya que el ambiente que generará será perdurable para el resto de individuos que vengan detrás, como hizo el náufrago al llenar de nuevo la botella y dejarla allí. “Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente”.  



Ya lo dijo Klama Comunicació: “En Social Media, un buen diseño no sirve de nada sin un buen contenido detrás que lo avale.


































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