martes, 9 de mayo de 2017

CAOS Y ENTROPÍA DIRECTIVA, UNA OPORTUNIDAD PARA LA CREACIÓN



El 4 de diciembre de 1956, en los estudios de Sun Records se encontraban Carl Perkins, que acababa de triunfar con “Blue Suede Shoes”, se disponía a grabar algunos temas junto a sus hermanos y un batería. Al propietario de Sun Records, Sam Phillips, se le había ocurrido llamar a un desconocido pianista, que tambien cantaba- para unirse a Perkins en las grabaciones, era Jerry Lee Lewis. Elvis Presley había formado parte de Sun Records, pero en aquel tiempo formaba parte del sello RCA. Ese día pasaba por su antiguo estudio, entonces ya era un cantante con reconocimiento debido a varios éxitos. 

Elvis saludo al a Sam Phillips en los controles de sonido y se quedó a escuchar lo que había grabado Perkins. Después paso a la sala de grabación y comenzaron una jam session (sesión improvisada) junto a Carl Perkins y Jerry Lee Lewis. La imagen fue sensacional para la historia musical, tres mitos del Rock and Roll tocando juntos por pura diversión. Cuando llevaban un rato tocando apareció por el sello discográfico Johnny Cash, y se unió a ellos. Fue un momento único el poder ver y oir a cuatro figuras de la musica cantando improvisadamente juntos. Nunca una entropía y caos produjo tanto placer musical como aquellos privilegiados que pudieron escuchar su música. Phillips llamó al periódico local para que inmortalizara aquel histórico momento y al día siguiente un reportero del Memphis Press Scimitar contó todo bajo el titulo de, “Millon Dollar Quartet”, así se conoce aquel grupo de estrellas que tocaron una Jam Session épica que quedo para la historia de la música. 


En 1850 el físico alemán Rudolf Julius Emmanuel Clausius (1822-1888) utiliza por primera vez el término entropía para calificar el grado de desorden de un sistema. Dicho concepto surge del griego, de em (en - en, sobre, cerca de...) y sqopg (tropêe - mudanza, giro, alternativa, cambio, evolución...). La segunda ley de la termodinámica dice que los sistemas aislados tienden al desorden, ya que en ellos la entropía nunca puede disminuir y como mucho permanecerá constante. Cualquier persona que afirme que la naturaleza tiende a llevar cosas desde el orden al desorden, y da uno o dos ejemplos, recibirá el reconocimiento y asentimiento casi universal. Pasar horas limpiando el escritorio, el sótano, el ático, forma parte de nuestra experiencia común, y parece que volverá espontáneamente de nuevo al desorden y al caos ante sus ojos. Así que si usted dice que la entropía es una medida del desorden, y que la naturaleza tiende a la máxima entropía de cualquier sistema aislado, entonces usted tiene un conocimiento de las ideas de la segunda ley de la termodinámica. La evolución espontánea de un sistema aislado se traduce en un incremento de la entropía. La entropía es una magnitud que nos da el grado de desorden o caos de un sistema. Cuanto mayor es la entropía mayor es el desorden y viceversa, fue Henri Poncaire (1854-1912) el padre de la “Teoría del Caos”. En 1908 el matemático francés había ensayado con sistemas matemáticos no lineales, habiendo llegado a ciertas conclusiones que con el tiempo, fueron un importante antecedente histórico y conceptual de la “Teoría del caos”. A la pregunta del vaso anteriormente reflejada en la imagen, la contestación es la siguiente. En un vaso de agua el número de moléculas es astronómico. La mezcla de trozos de hielo puede parecer más desordenada en comparación con el vaso de agua que se ve uniforme y homogéneo. Sin embargo, los trozos de hielo ponen límites a la cantidad de formas en que se pueden disponer las moléculas. Las moléculas de agua en el vaso de agua se pueden arreglar de muchas maneras más, tienen mayor “multiplicidad” y por lo tanto, mayor entropía.



Sin embargo para el profesor japonés Ikujiro Nonaka: “cuanto más caos o fluctuación tenga una compañía dentro de su estructura establecida, mayor es la probabilidad de tener una actividad intensa de creación de información para lograr el cambio… El principio paradójico de que un nuevo orden -la información que constituye su base es provocado por el caos- constituye un punto de vista que ha sido ignorado en teorías de gestión previas”. Esto obviamente no sucede en aquellas compañías que tienen directivos que construyen y relatan realidades ficticias a los empleados que para nada se parece lo que comunican con lo que está sucediendo internamente dentro de la compañía. Este ocultamiento de la realidad a los empleados y demás stakeholders de la compañía no tiene más que un fin,  es tratar de perpetuarse en su posición… Pero la realidad  y los kpi´s de gestión son mucho más importantes que sus actos a la hora de convencer a inversores y accionistas que ponen su dinero en la compañía. Cuando una compañía hace lo que el gurú de gestión Nonaka nos aconseja, aprende a transformar la información que se genera en situaciones de “caos” en una oportunidad, extrayendo conclusiones y tomando la iniciativa de los nuevos “imputs” que se generan. Saber reaccionar y sacar conclusiones de dichas perturbaciones, puede ser una enorme ventaja para afrontar los graves efectos que se pueden originar cuando surgen dichas dificultades. Por lo tanto, los directivos no pueden basar sus habilidades en sistemas, reglas y procedimientos antiguos, sino que deben de tener una capacidad de adaptación a lo nuevo de forma continua con el fin de atrapar las oportunidades que brindan dichos cambios en entornos tan volátiles. El modelo del “caos” introduce la idea de que el azar, las condiciones cambiantes y la creatividad pueden introducirse en cualquier momento en un sistema complejo y alterar su curso. Es por todo esto, que las compañías tienen la posibilidad de anticiparse y responder al cambio, modulando el mismo y reconduciéndolo en el momento en que aparece. El Centro Americano para la Calidad y Producti­vidad (APQC) define la gerencia del conocimiento como las estrategias y procesos que identifican, capturan y apalancan el conocimiento, para alcanzar la competitividad. Para Martenssen (2000) (en Begbie et al, 2002), considera que el conocimiento es desorde­nado y auto-organizado, es buscado por la comuni­dad y propagado con el lenguaje, es resbaladizo y holgado, se experimenta pero no siempre se cultiva, es un fenómeno social que evoluciona orgánicamen­te de múltiples modos y dimensiones. Pero no es un valor a menos que sea puesto en uso.


Las empresas que han entendido esta nueva forma de conocimiento se han distinguido por; su capacidad  para responder rápidamente a los clientes, de abrir nuevos mercados, de desarrollar rápidamente nuevos productos y de dominar las nuevas tecnologías. Un ejemplo de esto último lo estamos viendo con los GAFA (Google, Appel, Facebook y Amazon), ayer todavía se publicaba un artículo en prensa donde se pone en valor dicho conocimiento con crecimiento de ingresos y de valor de las compañías http://bit.ly/2pV6hkI Las acciones de la empresa de la manzana alcanzaron un nuevo máximo histórico, acercándose a la cota de los 154 dólares. Al superar la cota de los 153 dólares, la capitalización bursátil de Apple ha superado por primera vez la cota de los 800.000 millones de dólares. Un hito que nunca antes había sido alcanzado por ninguna empresaLa empresa dispone de un total de 256.800 millones de dólares en su tesorería para efectuar compras. Según City Research en su lista de compras posibles han identificado a siete potenciales objetivos. Tres compañías relacionadas con los medios: Netflix, Disney y Hulo. Tres desarrolladores de videojuegos: Activision, Electronic Arts y Take-Two. Y por Por último señala también al fabricante de coches eléctricos Tesla al que, por cierto, ya se acercó hace años http://bit.ly/2pYZgje El resto de los GAFA tienen el siguiente valor bursátil,  Alphabet matriz de Google tiene una capitalización bursátil de 652.000 millones de dólares, Amazon vale 451.000 millones, y Facebook 436.000 millones.

Para Nonaka la piedra angular del enfoque japonés reside en aceptar que la creación de nuevo conocimiento no es simplemente una cuestión de “procesar” una información objetiva. Es más bien saber aprovechar las tácitas y a menudo muy subjetivas percepciones, intuiciones y corazonadas de los empleados, y luego poner esas ideas a disposición de toda la empresa para ser probadas y utilizadas.  La clave de todo el proceso está en el compromiso personal del empleado, en el sentido de identificación con la empresa, y de su misión, que mantienen los empleados. Para movilizar ese compromiso y lograr materializar ese conocimiento tácito en productos y tecnologías reales, se necesitan directivos que sepan manejar con igual facilidad símbolos e imágenes así como las secas cifras empleadas para evaluar la cuota de mercado, la productividad o la rentabilidad de las ventas.

La compañía que genera valor, tiene equipos que desempeñan un papel crítico con lo que hacen y perciben de sus mandos y directivos, esta relación de confianza mutua proporciona un contexto donde las personas pueden interactuar unas con otras y establecer esa clase de diálogo constante  que hace posible una reflexión eficaz. Se necesita desterrar la sumisión, pleitesía y servilismo que existen en determinadas compañías donde ante el temor de represalias la gente entra en un silencio que se vuelve complicidad cuando la compañía va al desastre. Obsérvese que este dialogo abierto y libre en las discusiones genera nuevos puntos de vista, que enriquecen la propuesta final a la que lleguen los equipos en su toma de decisiones. Más allá de los posibles conflictos que genera dicha situación, los empleados se atreven a poner en valor sus ideas y propuestas con el fin de buscar la mejora continua a través de sus propias experiencias. Los directivos deben de ser los grandes patrocinadores de dicha situación,  promover que los empleados reexaminen todo aquello que hacen.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        


Para terminar este post, decir que quien gestiona bien la entropía directiva puede salir fortalecido de la misma, con la lección aprendida y con un montón de oportunidades para crecer y crear nuevos escenarios donde la compañía siga avanzando. Aquellos que no aprenden de dicho desorden (entropía) terminan convirtiendo a la compañía o división que lideran allí donde compiten en irrelevante,  con la consiguiente pérdida para sus diferentes stakeholders. En esta situación no podemos decir lo que decía al principio de este post con el “Millon Dollar Quartet” (el cuarteto del millón de pavos), aquí lo único que cabe decir es que la mezquindad y el desastre se ha apoderado de dicha compañía. 


Ya lo dijo Ikujiro Nonaka: En los negocios hay demasiado análisis y un temor compartido: enfrentar la realidad.


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