lunes, 29 de mayo de 2017

FÚTBOL DE PAGO, ¿EXISTE DEMANDA O ES UNA BURBUJA?





En 1945 al acabar la Segunda Guerra Mundial, la economía japonesa se encontraba completamente destruida. Sin embargo, en un periodo relativamente corto de tiempo el país nipón logró reconstruir su economía llegando a convertirse en una de las naciones industriales más importantes del mundo. La regulación estatal y la política industrial tuvieron un papel fundamental en la reconstrucción de Japón. Pese a ello en la década de los 90, más conocida como “la década pérdida”, este país sufrió una de las crisis económicas más grandes  desde 1945. Hasta antes de los años 70 la economía japonesa estuvo desarrollándose en un ambiente favorable que se inició en una etapa de reconversión industrial y que finalizó en octubre de 1973. Ese año se caracterizó por altos niveles de inflación y por el inicio de la primera gran crisis del petróleo, esto obligó al país a declarar el estado de emergencia. Esta medida extrema trajo consigo una serie de medidas que fomentaron la estrecha cooperación con las empresas privadas además de medidas restrictivas en la política económica. En 1975 y 1976 las exportaciones fueron el principal motor del crecimiento japonés, que representó el 74% del aumento del PIB (Producto Interior Bruto) entre los años 1973 y 1976. Es en ese periodo de tiempo en el que se logró la industrialización de muchos países de la Cuenca del Pacífico, y tuvo efectos positivos en el desarrollo del comercio y las finanzas japonesas.



Este contexto favoreció el desarrollo del país nipón, pero por otro lado era presionado por diferentes países con los que comerciaba para que ofreciera una mayor apertura comercial. Este fue el escenario sobre el que se construyó la gigantesca burbuja inmobiliaria en el año 1987. Hay que recordar que esta expansión de crédito que se produjo en el país, tenía como respaldo el precio de las acciones y el valor de los terrenos donde se construía, lo que produjo crecimientos exponenciales de valor que dieron origen a la especulación en los mercados bursátiles e inmobiliarios. Estos incrementos en el precio se originaron debido a las fluctuaciones de la tasa de interés implementadas por el propio gobierno y los bancos, ya que estos últimos también colaboraron al referenciar los créditos que concedían a la garantía de los terrenos y las acciones a precios "inflados". El estallido de la burbuja fue originada principalmente por las políticas monetarias expansivas que adoptó el gobierno japonés, las cuales al principio fueron flexibles con bajos tipos de interés, pero luego cambiaron  y se volvieron restrictivas y con altos tipos de interés que dificultaban el acceso al crédito a la vez que aumentaba la base monetaria. A esta acción se sumó la presión ejercida por otros países para que Japón liberalizase su mercado de capitales, lo cual facilitó que inversores calificados y no calificados retirasen sus inversiones. El estallido de dicha burbuja hizo que los precios de los terrenos y de las acciones descendieran hasta tal punto que los deudores vieron incrementado el valor de sus deudas por encima del valor de sus activos, lo que ocasionó la quiebra de inmobiliarias, bancos y empresas financieras. Esto produjo la pérdida de la confianza en las instituciones representativas, llevando a Japón a una profunda depresión económica. Para comprender la magnitud de dicha crisis hay que remontarse a unas décadas antes de la burbuja, entonces el país experimentaba un desarrollo extraordinario, entre los años 1955-1972 tenía tasas de crecimiento económico con un promedio anual del 10%. De 1975 hasta antes de la depresión a 1990 el crecimiento fue más moderado pero significativo con un 4%. Finalmente a partir de 1990, el crecimiento se estancó en el 1%.





Los derechos deportivos son un producto "Premium", muy caro y difícil de rentabilizar. Un ejemplo de esto último fue por ejemplo el Mundial de Fútbol de 2010 que ganó España. Ante el mejor escenario posible, la competición dejó unas pérdidas de unos 70 millones de euros para Sogecable y Telecinco, que emitieron la competición. Otro ejemplo es la Fórmula 1, en el año 2012 La Sexta renunció a dicho evento deportivo al no poder hacer frente a los 40 millones de euros que costaba la temporada. Cuando una persona física o empresa compra un bien con el fin de venderlo y no obtiene lo suficiente para pagar lo que compró, tiene pocas salidas a su negocio, o cierra el negocio, o sube el precio para hacerlo rentable. Esto que acabo de relatar sucintamente es quizás lo que está ocurriendo actualmente con los derechos del futbol a las plataformas que explotan comercialmente los mismos. El fútbol es quizás sin lugar a dudas el principal reclamo para atraer clientes a la televisión de pago actualmente, esto es algo de lo que son conscientes los operadores de telecomunicaciones y demás players que están en el negocio de la televisión. Dicha realidad hace que dicho activo sea motivo de lucha constante por parte de dichos oferentes, lo cual “recalienta” y eleva el precio a un nivel que los que adquieren dichos activos no son capaces de rentabilizar lo que pagaron. A mitad del año 2016 se publicó en el diario ABC http://bit.ly/2qYJmFS que la penetración de la televisión de pago en España era del 30,7%, este dato ya de por si dificulta la rentabilidad del mismo si se piensa que en países europeos los porcentajes son sustancialmente superiores. Por ejemplo, en el Reino Unido es de un 59,5%, en Alemania es de un 55,2%, en Francia es de un 76,9%, en Estados Unidos es de un 87,2% y en Holanda es de un 98,6%. La CNMC publicó los datos concretos de abonados a la televisión de pago del 4º trimestre del 2016 y eran los siguientes. El año 2015 se cerró con un parque de abonados a la televisión de pago de 5.535.413 abonados, el año 2016 se cerró con un parque de abonados de 6.062.364 abonados. Esto hace que la ganancia neta en el año 2016 haya sido de 526.951 abonados, son unos 43.912 abonados al mes durante el año 2016 para todos los operadores que compiten en el mercado televisivo español. Este dato de crecimiento es claramente insuficiente para amortizar las inversiones que se hicieron.
http://bit.ly/2s1YNuH


Según datos aportados por Vodafone España, los derechos de todo el fútbol, han pasado de costar menos de 600 millones de euros en la temporada 2014/2015, a más de 600 millones de euros en la temporada 2015/2016 y en la temporada 16/17 el coste ha ascendido a más de 1.000 millones de euros. Nuestro país es el tercero de Europa con el fútbol más caro por la cantidad, aunque es el primero si se hace el ratio coste del paquete-sueldo medio. En concreto, un 2,33% del salario medio anual -en 2015 era de 26.259 euros- va a parar a las operadoras españolas, mientras que en Alemania es el 1,01%. Por otro lado, un inglés destina un 1,2%, un francés un 1,8% y un italiano un 1,97%, según grafico que se adjunta.


A mediados del 2016 había algo más de 2.000.000 de suscriptores al futbol de pago según fuentes del sector, teniendo en cuenta un coste anual de los derechos de 1.000 millones de euros que ha alcanzado la temporada 16/17, el precio para el usuario final con el parque de abonados rondaría los 39,68 euros mensuales, cuando el precio máximo era de unos 25 euros al mes.  El dato cambiaría si todos los abonados que están conectados a las distintas plataformas televisivas tuviesen contratado dicho servicio, entonces el servicio alcanzaría la rentabilidad (break even) a partir de los 13,66 euros. La situación española es totalmente diferente por ejemplo a la que se vive en otros países de la Unión Europea. En Gran Bretaña se pagaron 1.700 millones de euros por los derechos de fútbol. Teniendo en cuenta que la televisión de pago cuenta con 18 millones de abonados, esto hace que cada uno de ellos pague 8 euros al mes, 96 euros al año. El futbol es innegable que como producto presenta unas características que lo hacen único para las compañías que prestan dicho servicio, sobre todo en los intangibles que proporciona a las marcas, como pueden ser el posicionamiento o valor de marca en el mercado.
A finales del 2016, había en España unos 12 millones de hogares que disponían de acceso a internet, algo más de un 10 % declaraba que usaba plataformas de pago para ver contenidos audiovisuales a través de la red. Entre estas plataformas, la más implantada es la de Movistar+, utilizada por cerca de un 8% de los hogares españoles con conexión a internet. Según se publicó en el diario "Sabemos" en el año 2016, “para los analistas es necesario que la penetración de la televisión de pago se duplique desde el 30% actual hasta el 60%, más cerca de la media europea. Lo que no dicen, y es un hecho consabido en el sector, es que para conseguir tal cosa probablemente habría que acabar con una práctica que en otros mercados europeos no existe: el partido en abierto.” Con las suscripciones que existían en ese año 2016 para alcanzar la rentabilidad, por ejemplo en dos plataformas, “Fusión y Canal+, del 67% en TV de pago, se debería de mantener estable, y que la base de clientes se incrementase de forma lineal en entre unos 600.000 y 700.000 abonados al año. La penetración de la televisión de Fusión entre esos clientes también debería pasar del 61% actual hasta casi el 100%. Y el número de usuarios de Fusión TV que contratan contenido adicional debería subir desde el 36% actual hasta el 60%. Por su parte, el número de abonados que contratan fútbol, un 50% de esa cifra, tendría que llegar al 65%”. http://bit.ly/2rXoXPK

La realidad no puede ocultar que dicha ventaja de los derechos televisivos no puede ser a costa de descuadrar la rentabilidad en las cuentas de las compañías, un ejemplo de lo que digo lo ha manifestado por ejemplo Euskatel en el año 2016. Según dicho operador solo un 10% de sus abonados estaría dispuesto a pagar 20 euros al mes por ver el futbol, sin embargo al final el operador vasco solo ha perdido un 3% de ese posible 10% por no disponer de dicho contenido. Para el consejero delegado de Atresmedia, Silvio González, “desde el punto de vista de rentabilidad, el fútbol es un desastre”, y por eso se están yendo casi todos los derechos al pago, en la misma línea que en el resto de países europeos”. Para los expertos del sector, el sentido común tiene que imperar para hacer sostenible el negocio televisivo, máxime cuando la economía está creciendo pero sin embargo existen amplias capas sociales que todavía no han percibido dicha bonanza y dichos servicios no son indispensables para las mismas.

Un ejemplo de lo que manifiesto se publicó en el diario "El Español". "Los directivos del operador Telefónica a finales del año 2015 confesaban que se habían marcado el objetivo de alcanzar los 4 millones de abonados en 2016. Sin embargo, las continuas subidas de tarifas de la compañía parece que han sido las culpables de que no hayan alcanzado esa meta. Y es que, según se refleja en la memoria de dicha compañía, el operador cerró el pasado año 2016 con 3,6 millones de clientes, 4.000 usuarios menos respecto al mes de diciembre de 2015. Una pérdida que se debe, según reconocía la propia compañía, “al cambio de tarifas y la menor actividad del mercado”. Movistar elevó a sus clientes una subida de 5 euros en mayo de 2015; en febrero de 2016 de 3 euros; en mayo de 2016 el paquete series pasó de 5 a 7 euros y el de cine de 9 a 10, en junio de 2016 la subida fue entre 2 y 5 euros a cambio de incluir el fútbol en toda su oferta y en febrero de 2017 de 5 euros". http://bit.ly/2rXeEew  Pese a este estancamiento en los accesos, los ingresos de la parte de vídeo de Telefónica fueron de 2.802 millones de euros el año pasado, lo que representa un crecimiento interanual del 12%. Este aumento se produce pese a que los ingresos publicitarios en el segmento de la televisión de pago son todavía testimoniales en las operadoras, 37 millones de euros fueron los ingresos globales de todas ellas en el 2016, según Infoadex.

Por si esta situación fuera ya de por si compleja, han aparecido en el horizonte otros actores que por su tamaño han venido si cabe a poner el mercado patas arriba, son los OTT´s. Amazon, Apple y Facebook ya han anunciado que entraran en el negocio de la televisión con el fin de ampliar el campo de acción donde prestan actualmente sus servicios. Amazon podría pujar próximamente por los derechos de la Premier League inglesa ya que se encuentra presente en el país. Reino Unido y Alemania han sido los últimos en poder disfrutar del modelo de televisión de Amazon. Ambos países pueden acceder a canales como Discovery, Eurosport e ITV a cambio de una suscripción extra mensual de 77,99 libras (92,54 euros) en el caso de Reino Unido. Amazon será la primera empresa que contrate los servicios para que Eurosport emita contenido deportivo de pago en streaming en Europa. Recientemente, firmó un acuerdo de 50 millones de dólares (44,75 millones de euros) para retransmitir el próximo año 10 partidos en directos de la National Football League (NFL) en Estados Unidos. En España de momento no existen todavía noticias que hagan presumir que pueda optar a los derechos televisivos de la liga de fútbol u otras competiciones. Amazon quiere atraer a más clientes todavía y superar los 2.371 millones de dólares (2.122 millones de euros) de beneficio que obtuvo el pasado año, los cuales fueron un 400% superiores al año anterior. Para ello la plataforma de comercio electrónico invertirá  4.500 millones de dólares (4.028 millones de euros) en contenidos de vídeo. Si antes el objetivo de Amazon era llegar a los 1.000 millones de televisores en todo el mundo, ahora quiere multiplicarlo por diez.

Por su parte el gigante Facebook se estrenará con una veintena de programas distintos con dos enfoques diferentes. Serán shows de calidad, con un elevado coste de producción, y serán de una duración corta, de entre cinco y diez minutos, de modo que puedan completar 24 horas de programación continua. El  servicio que preste la red social será compatible con los dispositivos Amazon Fire y el reproductor multimedia Apple TV. Facebook no pretende de momento atacar la televisión de consumo lineal, pero sabe que sus videos se consumen cada vez más y, ante este escenario, ha ideado la estrategia de tratar de rentabilizar los mismos, gracias al impulso de creadores y generadores de contenido. Más que dirigir sus miradas a servicios de pago bajo demanda como Netflix o Amazon Prime Video, la red social busca competir con You Tube, este sería el paso primero antes de lanzarse a un plan más ambicioso que convertiría a Facebook Video en un rival de Netflix, y así recuperar una parte del lucrativo mercado de la publicidad audiovisual. Facebook y Netflix tienen actualmente una relación muy cercana. Desde 2011 Reed Hastings, el fundador de Netflix está en el consejo de administración de Facebook. Si  Netflix se centra en la suscripción y carece de publicidad, Facebook almacena datos detallados de cada perfil para poder vender su patrón de comportamiento al anunciante que busca exactamente ese usuario. Los vídeos de Facebook tendrán anuncios cada cinco minutos y con un corte de menos de 20 segundos.
Por su  parte Apple también ha empezado a poner el foco de sus acciones en dirección  al mundo de la televisión. Eddy Cue, vicepresidente de software de la compañía, ha adelantado en su intervención en la conferencia Code Media, organizada por el medio “Recode”, que el gigante americano de la tecnología estrenará su propio contenido exclusivo y distribuido por ellos mismos. “Planet of de Apps” y “Carpool Karaoke” serán dos programas que se podrán ver únicamente desde dispositivos de la marca.


Frente a este escenario de dificultad, a los players que están compitiendo en el mercado televisivo se les abre un periodo de incertidumbre y consecuencias económicas negativas si no se aborda dicha situación con racionalidad. Lo que se ha demostrado hasta la fecha es que la televisión no puede ser un producto diferencial y exclusivo a costa de pagar precios por dichos derechos deportivos que no tiene retorno (ROI) positivo con el mercado actual. Por lo tanto hay que ir hacia fórmulas que fomenten las economías de escala con otros competidores, de tal forma que dicha compartición de gastos sea beneficiosa para todos. Existe un precedente bien ilustrativo de lo que digo en el sector de las telecos, son las comparticiones de emplazamientos en la telefonía móvil. Las operadoras se dieron cuenta en su día de que si dichos despliegues se hacían compartiendo ubicaciones, los mismos eran más económicos y se obtenía un retorno económico superior, lo cual reducía el tiempo en el que se amortizaba dicha inversión. Entonces solo cabe una pregunta, ¿Por qué no se plantean una central de compras conjunta de todos los players para bajar el coste de dichos derechos deportivos? La “Teoría de Juegos” de John Forbes Nash es un claro ejemplo en el que mirar a la hora de abordar dicho planteamiento. http://bit.ly/2r0UaDc 

                                                  DATOS DE LA CNMC
Un ejemplo que tiene que servir para ser cautos con las inversiones que se realizan en la televisión de pago es lo que está sucediendo en Estados Unidos. Allí la televisión de pago no vive sus mejores días. Y no porque los usuarios rehúyan los contenidos audiovisuales, sino porque existen demasiadas alternativas y a mejores precios. Los portátiles, las tablets y los móviles están impulsando nuevas formas de acceder a lo que el cliente prefiere ver. Lo que actualmente  está triunfando es ver la televisión a través de internet y el entretenimiento en video desde el ordenador, el móvil o la tablet, esto ha impulsado una nueva forma de acceder a los contenidos audiovisuales. Según  un estudio reciente de Leichtman Research Group , un 65 % de los hogares con TV en Estados Unidos tienen al menos una TV conectada a internet (ya sea a través de una consola de videojuegos, una smart TV, o un dispositivo autónomo (como Apple TV, Chromecast, o Amazon Fire TV). Esta consultora calcula que las pérdidas de abonados empezaron con fuerza hace tres años: en el año 2013,  según datos de Leichtman, los proveedores de cable perdieron unos 100.000 suscriptores; 150.000 más en 2014 y 385.000 el año 2015. Aunque el streaming todavía tiene larga vida ya que el número de hogares con televisión por cable en Estados Unidos alcanza 94 millones de usuarios, pero la tendencia de reducción de usuarios parece muy sólida.  


                                          http://pwc.to/2hAIrHu

Para terminar este post, quiero recordar algunas consecuencias de la burbuja japonesa en la década de los 90:
  • Caída brusca del precio de las acciones en la bolsa de valores.
  • Caída brusca del precio del mercado inmobiliario.
  • Disminución de la demanda de bienes raíces, automóviles, etc.
  • Quiebras de bancos por los créditos irrecuperables.
  • Hubo 16.624 quiebras empresariales al cierre del año 2003.
  • Caída de salarios por las bajas utilidades de las empresas.
  • Disminución de forma severa en la inversión y el consumo personal.
  • En términos relativos la deuda pública de gobierno fue la más grande del mundo, pues representó el 150% del PIB.
  • Gran disminución de la inversión y el consumo personal.
  • Estancamiento en el sector industrial.
  • Disminución de las inversiones en capital.

Las burbujas económicas se vienen produciendo desde el siglo XVII como fue en dicha época con los tulipanes, sin embargo el ser humano parece no aprender de dicha situación. La sobrevaloración de un activo o producto ha sido causa de bancarrotas y sacrificios para inversores, accionistas, clientes y demás stakeholders. Sin embargo el individuo sigue chocando una y otra vez con la misma piedra de la avaricia, lo cual le hace ser poco reflexivo. Sin embargo existe un problema que agrava dicha situación, es el que se genera cuando no se analiza dicha adquisición y se asume una deuda que puede poner en peligro las finanzas de la compañía que realiza dicha adquisición... La cuestión es para pensársela.


Ya lo dijo Warren Buffet: "El precio es lo que pagas. El valor es lo que recibes".
 

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