martes, 8 de febrero de 2022

LA JUSTICIA FIJA LA VISTA EN ALGUNAS COMPAÑIAS DEL IBEX-35

 

"El hombre es un ser social por naturaleza" es una frase del filósofo Aristóteles (384-322, a. de C.) para constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, ya que necesitamos de los otros para sobrevivir. Según Aristóteles se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia. La dimensión individual del hombre son las cualidades propias que el hombre atesora, reconoce, explora y usa para convivir en comunidad pacíficamente y beneficiarse los unos a los otros. La dimensión individual, donde radica el ser, debe aprender a concordar con la dimensión social para convivir en sociedad. Este aprendizaje se llama proceso de sociabilización (conjunto de aprendizajes que el hombre necesita para relacionarse con autonomía, autorrealización y autorregulación dentro de una sociedad). Por ejemplo, la incorporación de normas de conductas, el lenguaje, la cultura, etc. En suma, aprehendemos elementos para mejorar la capacidad de comunicación y la capacidad de relacionarnos en comunidad de forma correcta. En función de satisfacer las exigencias físicas y espirituales, el hombre necesita vivir en sociedad ya que el hombre racional e individual no es autosuficiente y requiere de la ayuda y protección de los demás de su especie, formando lo que llamamos comunidades.

Afirma el gran filósofo lo siguiente al respecto de dicha cuestión:

“El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o más que humano (…). La sociedad es por naturaleza anterior al individuo (…) el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada para su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios”.

Llevamos unos días asistiendo a noticias como las siguientes; El juez exige a “Telefónica un aval de seis millones por los pagos a Rodrigo Rato” https://bit.ly/3sucuU2, “El juez detecta maniobras de Iberdrola contra el testigo clave del caso y pide protegerlo” https://bit.ly/3spbVul, “La Audiencia vuelve a imputar a Brufau, Fainé, Repsol y Caixabank en el caso Villarejo” https://bit.ly/34mKw4o, “Iberdrola afronta un recorte de beneficios por su implicación en el caso Villarejo” https://bit.ly/3B4Twai, “Iberdrola, Villarejo y las cuestiones sin resolver de la inversión ESG” https://bit.ly/3skzTXH, Galán ante el juez: las claves de un periplo judicial enmarañado” https://bit.ly/3JbfRpC, “El juez prorroga seis meses la investigación sobre los encargos del BBVA a Villarejo” https://bit.ly/3smjHW2  Todas ellas ponen de relieve presuntas acciones y hechos que ponen en tela de juicio la gestión llevada a cabo en los últimos años por una serie de presidentes de compañías del IBEX-35, como son Iberdrola, BBVA, La Caixa, Repsol o Telefónica.

El presidente del fondo BlackRock, Larry Fink, con un patrimonio bajo gestión de 8,73 billones de euros, presente en 26 de las 35 principales compañías del IBEX, entre las que se encuentran las mencionadas anteriormente,  https://bit.ly/3HDSWTc, en una carta https://bit.ly/3gxhVMe enviada para el año 2022 a los presidentes y consejeros delegados  de estas decía lo siguiente:

“Escribo estas cartas en calidad de fiduciario para clientes que nos confían la gestión de sus activos, con el fin de destacar las temáticas que considero cruciales para que obtengan una rentabilidad duradera a largo plazo y ayudarles a alcanzar sus objetivos. Cuando mis socios y yo fundamos BlackRock hace 34 años, no tenía experiencia alguna en gestión empresarial. Pero a lo largo de las últimas tres décadas, he tenido ocasión de conversar con innumerables consejeros delegados y reconocer lo que distingue a las grandes empresas. Lo que todas ellas comparten siempre es un claro sentido del propósito, unos valores coherentes y, de manera significativa, el reconocimiento de lo importante que es comprometerse y prestar servicio a sus principales stakeholders o partes interesadas. Esta es la base del capitalismo de stakeholders, un tipo de capitalismo que no tiene que ver con la política, ni tampoco sigue una agenda social o ideológica. No es un capitalismo “woke”. Es capitalismo, impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas para ti y para los empleados, clientes, proveedores y comunidades de los que tu compañía depende para prosperar. Ahí es donde reside el poder del capitalismo”.

Con respecto a la voz e imagen que proyectan los presidentes y consejeros delegados el señor Fink dice lo siguiente:

“Por eso, tu voz es más importante que nunca. Nunca antes ha sido tan esencial para los consejeros delegados tener una voz consecuente, un propósito claro, una estrategia coherente y una visión a largo plazo. El propósito de tu compañía es la estrella que debe guiarla en este tumultuoso contexto. Los stakeholders de los que depende tu compañía para brindar beneficios a los accionistas deben escucharte directamente a ti y sentirse comprometidos e inspirados por tu persona. No quieren oírnos opinar, como consejeros delegados, de todo cuanto ocurre en el día a día, pero sí necesitan conocer nuestra postura respecto a cuestiones sociales que son fundamentales para el éxito a largo plazo de nuestras compañías. Para alcanzar el éxito a largo plazo es esencial que el propósito de tu compañía sea el pilar de las relaciones con tus stakeholders. Los empleados deben entender y conectar con tu propósito, porque cuando eso ocurre, pueden convertirse en tus más firmes defensores. Los clientes quieren ver y escuchar lo que defiendes, ya que buscan cada vez más hacer negocios con empresas que comparten sus valores. Y los accionistas deben entender el principio rector de su visión y su misión. Será más probable que te apoyen en momentos difíciles si entienden claramente tu estrategia y lo que hay detrás de ella. En BlackRock estamos convencidos de que las compañías obtienen mejores resultados cuando son conscientes de su papel en la sociedad y actúan de acuerdo con los intereses de sus empleados, clientes, comunidades y accionistas”. La pregunta que a mí como ciudadano me surge ante afirmaciones hechas por el señor Fink, accionista de todas estas compañías que están en el rosario de investigados que recoge la prensa es, ¿Dónde están esos principios inspiradores de sus presidentes en dichas compañías para los diferentes stakeholders de la misma?, ¿Por qué el señor Fink como accionista dominical (5% del capital) o importante de estas, no exige a los mismos dichos principios?, ¿Cuál es el coste económico que tienen que soportar los diferentes grupos de interés de estas y las sociedades donde operan las mismas, para que den un paso a un lado y se aparten de la dirección que ostentan?, ¿Por qué ningún miembro de los consejos de administración de dichas compañias, pide explicaciones a dichos presidentes por dichos hechos  y se hace público?

Según el escritor Vivek Ramaswamy, autor del libro “Woke Inc.” publicado en el año 2021, relata que el capitalismo “woke” (significa “estar despierto”, este capitalismo ha cobrado mucha visibilidad en los últimos años de guerras culturales en Occidente, y se refiere a tener conciencia sobre asuntos que tocan a la igualdad, la justicia social y, sobre todo, la racial) cobro fuerza después de la crisis del año 2008 cuando surgió un fuerte sentimiento anti empresarial debido al comportamiento de la industria financiera y los elevados bonus a todo evento que recibían los altos ejecutivos de las mayores corporaciones empresariales. Fue entonces cuando las grandes empresas decidieron lanzar lo que Ramaswamy califica como una “cortina de humo”, para recuperar el prestigio perdido que amenazaba con generar costosas regulaciones promovidas por la izquierda, muchas de las grandes compañías abrazaron regulaciones promovidas por la izquierda, muchas de las grandes compañías abrazaron la causa “woke” y establecieron estándares y políticas de conformidad con ella. Palabras como “inclusión”, “diversidad”, “sostenibilidad” e “igualdad” aparecieron súbitamente en el léxico de los altos ejecutivos y sus compañías. El señor Fink en su carta dice que el no patrocina el capitalismo “woke” sino que apoya un capitalismo de los “stakeholders”, el cual está impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas para los diferentes grupos de interés como, por ejemplo; empleados, clientes, proveedores y comunidades de los que toda compañía depende para prosperar. La situación relatada con el fondo BlackRock es ejemplo de lo que sucede con el resto de los fondos que están dentro del accionariado de las compañías del IBEX-35.

                                                       https://bit.ly/3J9UgxC

Lo que un día sí y otro también nos informan los medios de comunicación no es capitalismo de stakeholders, como decía el profesor Edward Freeman https://bit.ly/3GuanV6, lo que nos informa la prensa son comportamientos que colisionan con los intereses de la sociedad y accionistas de dichas compañías. Lo más grave que hay que resaltar de dicha situación es que la sociedad ha hecho de la anormalidad un hecho normal, se ha acostumbrado a vivir dando por válidos comportamientos reprobables en la vida pública o económica. Existe un organismo regulador para los mercados de valores como es la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), que entre sus competencias está, la integridad de los mercados https://bit.ly/3J6GnAe  Ante la ausencia de medidas por parte de dicho organismo, lo único que garantiza la depuración de dichos comportamientos es la instancia judicial a través de la fiscalía y los jueces. Algunas de estas compañías son estratégicas para la sociedad española, como son las pertenecientes a los sectores energético o telecomunicaciones, por lo que el gobierno español tiene ante sí una responsabilidad directa en garantizar que los activos de dichas compañías cumplan con los estándares de funcionamiento de los mercados a través de sus reguladores, a los cuales nombra sus responsables.   

Sin embargo, hay que reseñar que no todos los reguladores actúan con la parsimonia de la CNMV, el año pasado el regulador norteamericano, la Securities and Exchange Commission (SEC) inició una nueva investigación a Bobby Kotick, CEO de Activision, como consecuencia de una nueva investigación a la compañía derivada de la demanda interpuesta por California Department of Fair Employment el pasado mes de julio. El escándalo, con acusaciones relacionadas con abusos laborales y acoso sexual, ha hecho saltar las alarmas de la agencia gubernamental estadounidense, que se encarga de preservar el orden y la eficiencia de las empresas que intervienen en su mercado. La información, adelantada por Wall Street Journal, asegura que esta investigación del SEC es “amplia” y contempla todas las acusaciones del pasado, incluyendo las malas conductas y supuestas discriminaciones. Esta llamada a Bobby Kotick supone citar al máximo exponente de la compañía, con el impacto que puede tener este hecho en el valor accionarial de Activision Blizzard tiempo después. La SEC ha solicitado documentos que incluyen las actas de las reuniones del consejo de administración de Activision Blizzard del año 2019, cuando comenzaron las supuestas irregularidades mencionadas, para revisar así todas las comunicaciones entre altos ejecutivos y contrastar las quejas presentadas por los empleados por posible acoso sexual y discriminación. También han pedido documentos de extrabajadores de la plantilla con los detalles acordados con la empresa a la hora de formular su separación laboral y ver qué acuerdos alcanzaron antes de su marcha. Esta no es la única compañía que ha tenido que someterse a investigaciones de dicho regulador, grandes corporaciones como Coca-Cola https://bit.ly/3ox0Bv2 o General Electric https://bit.ly/3LcXsdP también han pasado por investigaciones del regulador.

Para terminar el post, hay que decir que existe un claro divorcio entre la sociedad civil y algunas de las personas que representan a la misma en el ámbito económico, político o social (sindicatos) debido a largos años de comportamientos que no se corrigen y perduran en el tiempo. Muchos de estos comportamientos como decía Aristóteles son asociales, al confrontar con el sentir de los ciudadanos. Lo que no sabemos cómo decía el gran filósofo es si son… Dioses o bestias.

Ya lo dijo Aristóteles: “La verdadera felicidad consiste en hacer el bien”.

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