miércoles, 13 de mayo de 2015

¿POR QUÉ LES LLAMAN LÍDERES?....SI NO ACTUAN COMO TAL



El 1 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama), una costurera negra, llamada Rosa Parks, rehusó ceder su asiento a un pasajero blanco en el autobús, tal como lo dictaba la costumbre. Fue detenida y condenada. De inmediato, los negros decidieron boicotear el transporte público. Estaban liderados por un joven pastor bautista, Martín Luther King. «Al odio, nosotros contestaremos con amor», proclamó. Al enterarse del arresto de Rosa Parks, el joven pastor bautista, nombrado en una iglesia de Montgomery en 1954, sin duda recordó un incidente similar, diez años antes: Martín acababa de cumplir quince años de edad. Regresaba de un concurso de retórica en el que había obtenido el primer lugar. En el bus, él también rehusó dar su asiento. Sin embargo, ante las injurias racistas, debió cederlo. Martin Luther King llamó al boicot de los autobuses de Montgomery con las siguientes palabras: "No tenemos otra opción que la protesta. Han sido muchos los años de notable paciencia, hasta el punto de que, en ocasiones, hemos dado a nuestros hermanos blancos la impresión de que nos gustaba el modo en que nos trataban. Pero esta noche estamos aquí para liberarnos de esa paciencia que nos ha hecho pacientes con algo tan importante como la libertad y la justicia". Las tácticas de disuasión pacifista (la desobediencia civil) que Martin Luther King había tomado de Gandhi y aplicado con éxito para remediar la situación en el Sur producían carcajadas en los jóvenes negros del Norte que tenían a Patricio Lumumba en la cabeza, a Che Guevara en el corazón y estaban a punto de tener a Malcolm X en sus consignas de combate. A la población negra no se les escapaba que su participación en la guerra de Vietnam era del 30% de la tropa de infantería de combate, este porcentaje triplicaba el de blancos que había en filas, que era de aproximadamente un 10%. Un año más tarde, y después de que le arrojaran una bomba sobre su casa, lograba que el Tribunal Supremo confirmara una condena federal del sistema de segregación en los transportes públicos. En 1958 apareció su libro Stride Toward Freedom sobre ese boicot. King logró su máxima influencia sobre la comunidad negra al unir la acción directa en favor del registro de votantes afroamericanos en el sur y contra la segregación, a la presión respecto a la legislación en favor de los derechos civiles a escala nacional. El 28 de agosto de 1963 el doctor King convoco una marcha sobre Washington D.C. en apoyo de los derechos civiles, se reunieron unas 250.000 personas, los cuales le oyeron pronunciar su más famoso discurso: "Sueño con el día en que esta nación se levante para vivir de acuerdo con su creencia en la verdad evidente de que todos los hombres son creados iguales (...) Sueño con el día en que mis cuatro hijos vivan en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por la integridad de su carácter".


Al año siguiente la Ley de Derechos Civiles prohibía la segregación racial en locales públicos y la discriminación educativa y laboral. Martin Luther King ganaba el Premio Nobel de la Paz.


Todos los días asistimos a un mal uso de la palabra “líder” cuando se le atribuye dicha cualidad a personas de cierta relevancia social, bien sea políticos, empresarios, sindicalistas, periodistas, etc. Los medios de comunicación y por ende la sociedad ha llegado a acostumbrarse a tildar con dicha cualidad a personas que ni lo son ni representan las cualidades de dicho término. Es pues momento de detenerse y hacer una reflexión sobre qué cualidades y virtudes sobre las que se asienta dicho termino a fin de hacer un uso adecuado de dicho término. Con ello se conseguirá que cuando una persona escuche o tilde con dicho término conozca si se ajusta a su significado.

Para empezar diremos que la palabra “líder” encuentra su origen en la partícula “lid”, que proviene del latín lis-litis (nominativo y genitivo latinos, respectivamente). Su significación original en la lengua latina es: disputa, querella o proceso. De esta manera y según su etimología, el líder es quien inicia o se encuentra inmerso en una querella, disputa o proceso. Este significado es verdaderamente interesante pues coloca al líder, no como alguien con una postura pasiva frente a la realidad, sino como alguien que tiene una postura activa de disputa mediante la cual, se supone, quiere cambiar algo de su entorno inmediato. También, la palabra líder, puede tener sus orígenes en el latín: “leit” que traducido al español significa: “avanzar o ir hacia adelante”.  Enfocándonos un poco en esta definición del latín; el líder es, en este caso, el que toma el liderazgo y la delantera para ser un pionero, el guía de su grupo.


Según el gurú del comportamiento organizacional y el liderazgo Warren Bennis, profesor de la Universidad de Cincinnati, la MIT Sloan School of Management y Harvard Business School, asesor de cuatro presidentes norteamericanos y autor del best-seller "Cómo llegar a ser líder”, existen algunos ingredientes básicos que todo líder tiene;

1. VisiónBennis afirma que el líder tiene una idea muy clara de que es lo que quiere hacer personal y profesionalmente, y la fortaleza para perseverar a pesar de los contratiempos y hasta de los fracasos. A menos que uno sepa a donde va y porqué, no es posible que llegue. Para Burt Nanus coautor de libros sobre liderazgo con Bennis, el líder mantiene su vista firme en el horizonte lejano, incluso cuando camina hacia él. John P. Kotter nos dice que visión se refiere a una imagen del futuro con algún comentario implícito sobre el motivo por el que la gente debe luchar para crear el futuro, incluso afirma que puesto que la función del liderazgo es la de producir cambio, señalar el rumbo de ese cambio es fundamental para liderar. El señalamiento del rumbo como parte del liderazgo no se traduce en planes, sino en visión y estrategia, que describen lo que un negocio, una tecnología o una cultura corporativa deberían llegar a ser a largo plazo, articulando una manera factible de alcanzar esa meta. El líder va más allá de lo cotidiano, desafiando abiertamente el statu quo y perseverando a pesar de todas las dificultades con el único fin de que se alcancen las metas que soñó para su organización. 



2. Pasión. El líder tiene una pasión fundamental por los procesos de la vida, combinada con una pasión muy  particular por una vocación, profesión, línea de conducta. El líder ama lo que hace y le encanta hacerlo... el líder que comunica pasión les da esperanza e inspiración a otros.
3. Integridad. Warren Bennis nos indica que la integridad para él tiene tres partes: el conocimiento de sí mismo, sinceridad y madurez. Conócete a ti mismo, sigue siendo la tarea más difícil para todos. Para que un líder pueda triunfar debe conocer sus puntos fuertes y débiles y debe saber ¿qué es lo que quiere? y ¿por qué lo quiere? La sinceridad es la clave del conocimiento de sí mismo y se basa en la honradez de pensamiento y acción, firme devoción a los principios y entereza fundamental. La madurez es importante para el líder, todo líder debe haber tenido la experiencia de ser seguidor, de haber aprendido a ser laborioso, observador, capaz de trabajar con otros y aprender de ellos, nunca servil, siempre veraz. Habiendo hallado estas cualidades en sí mismo puede fomentarlas en los demás. Según James Otoole el líder nunca pierde de vista sus objetivos o compromete sus principios. Es simultáneamente una persona de fuertes principios y pragmática.
4. Confianza. Bennis nos dice que la confianza es una cualidad que tiene que ganarse, la otorgan los colegas y seguidores y sin ella el líder no puede funcionar. Para James Ottole refleja los valores y aspiraciones de sus seguidores.
5. Curiosidad. El líder se interesa por todo, quiere aprender todo lo que pueda.
6. Audacia. El líder no se preocupa por los fracasos, está dispuesto a arriesgarse, experimentar, ensayar cosas nuevas. Acepta los errores sabiendo que de ellos se puede aprender. 





Por otro lado para Bennis existen una serie de mitos sobre el liderazgo que distorsionan las cualidades de dicho término. En su libro “Aprendiendo a liderar” (Learning to lead) expuso cinco grandes mitos sobre liderazgo:
  1. El liderazgo es una habilidad extraña: Todo el mundo tiene el potencial para ser líder, en el mundo existen millones de roles de liderazgo, una persona puede ser líder en una faceta de su vida y “corriente” en otra.
  2. Los líderes nacen, no se hacen: Los grandes líderes no llevan un código genético extraordinario o su papel de líder ha sido predeterminado al nacer. El liderazgo es un proceso profundamente humano, lleno de pruebas y errores, victorias y fracasos de ocurrencias, intuición y reflexión. Las principales cualidades y competencias del liderazgo se pueden aprender si hay el deseo de hacerlo.
  3. Los líderes son carismáticos: Los líderes en general son muy humanos, no hay nada en su apariencia, personalidad o estilo que los aparte de sus seguidores. Bien es cierto que un liderazgo efectivo puede conferir de cierto carisma al líder ya que recibe el respeto y la admiración de los suyos.
  4. El liderazgo sólo se da en la cumbre de la organización: Los líderes no solamente se sitúan en la cúspide de las organizaciones, pensemos en grandes corporaciones con sus mandos intermedios. Cuanto más grande sea la  organización más roles de liderazgo deben existir.
  5. El líder controla, dirige y manipula el resto: Este puede ser el mito más peligroso. El liderazgo no es el ejercicio del poder, sino un empoderamiento o delegación (empowerment) de los otros. Los líderes, lideran atrayendo, no empujando, generando expectativas conseguibles y retadoras, y reconociendo el progreso hacía esas expectativas. Ha de fomentar que las personas asuman su propia iniciativa, en lugar de manipular.
Una de las características que hacen que el líder sea de verdad reconocido es su capacidad y habilidad de persuasión para conseguir que las cosas se hagan bien sea horizontalmente o verticalmente a través de todas las líneas de mando de las que dispone con sus colaboradores. Las organizaciones de hoy son políticamente complejas y fluidas, y tienden a difuminar las líneas de autoridad formal. Los colaboradores continuamente cuestionan y desafían a la autoridad de sus Líderes. La horizontalidad de las organizaciones ha creado redes informales de poder que hacen que los estilos de mando y control se resuelvan con un liderazgo obsoleto.

Para liderar con éxito el líder debe tener la capacidad de persuadir  a su equipo,   convencerles de actuar en su nombre y bajo su dirección, a menudo sin autoridad formal. Incluso, cuando posea la autoridad formal, debe ser reacio a utilizarla. Las personas que realizan trabajos no sólo preguntan "¿qué debo hacer?", sino "¿por qué debería hacerlo? La persuasión eficaz se convierte en un proceso de negociación y de aprendizaje, a través del cual un líder persuasivo guía a sus colegas a alcanzar soluciones compartidas para los diferentes problemas. El líder genera argumentos racionales en base a su  información, ideas, enfoques y / o soluciones, de una manera que recurran a las emociones humanas básicas de sus seguidores.
Para realizar dicha labor de persuasión se necesitan abordar cuatro elementos claves:

1. Poseer credibilidad



2. Conocer a la audiencia



3. Tener buenos argumentos



4. Comunicación fluida


La Persuasión eficaz puede resultar difícil y lenta, pero en última instancia es el estilo más poderoso para mejorar la gestión de los líderes. Hoy tienes que apelar a la gente, ayudándoles a ver cómo pueden ir de aquí para allá, estableciendo tu credibilidad y dándoles razones y apoyo constante para llegar hasta allí.

Es curioso observar como en las organizaciones el liderazgo se vende a través de mensajes a distancia, gestos y palabras huecas alejadas de las personas que habitan y viven el día a día dentro de las organizaciones, las cuales he de decir disfrutan de una capacidad de información y lectura que hace difícil que se les pueda manipular e inducir si no creen en lo que ven. Por otro lado, los altos directivos de las organizaciones empresariales, sociales, políticas, etc., deberían formularse la siguiente pregunta, ¿conseguiría yo como líder de mi organización movilizar y mover a mis empleados, colaboradores u otros por mi influencia en pos de una meta que me fije como hizo Martin Luther King en 1963 cuando convoco a 250.000 personas en Washington en pos de su visión de derechos civiles? Obviamente por lo que uno observa, lee y escucha he de decir que el liderazgo en este país en muchas organizaciones sigue todavía muy anclado en los tópicos del "ordeno y mando", empujando a las personas para que realicen sus tareas, y ese no es el mejor camino. 


Ya lo dijo Warren Bennis: “Los líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados: educados de tal manera que adquieran las cualidades del liderazgo”. 
 

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